Fortaleza - Capítulo de Jazmín
Estoy asustada, Eliot no despierta y está ardiendo en fiebre. Con Ariel lo trajimos al campamento rápidamente, él me dijo que quizá contrajo la enfermedad de las flores naranjas, pero no entiendo a qué se refiere, nosotros usábamos esas flores para hacernos té, ahora recuerdo que Rosa fue la que nos dijo que eso funcionaba, quizá su plan era hacernos olvidar o quizá, ella tampoco sabía respecto a esta curiosa enfermedad, no lo sé, ahora soy un montón de duda, no entiendo nada, solo quiero que Eliot despierte.
- ¡Jazmín! – dice él mientras despierta - ¿Dónde está Jazmín?
Me acerco rápidamente a él, le doy un beso y le repito que aquí estoy. Toco su frente, su temperatura se está estableciendo, lo miro mientras me tranquilizo, su cuerpo parece estar respondiendo de nuevo.
- ¡Vaya! – dice ese chico que se llama Charles – fue lo mismo que le paso a Elías en la comunidad de los científicos – mira a Eliot y le dice – creo que no tienes la enfermedad, solo fue una descompensación, prometo que apenas volvamos a la ciudad investigaremos respecto a lo que te paso.
- ¿Qué fue lo ultimo que paso? – me pregunta confundido Eliot – Solo recuerdo que vi a Ariel y luego todo se fue a negro.
- Le estabas preguntando a Ariel si la cura nos podía devolver la memoria – le respondo.
- No lo sé – dice él – es primera vez que lo probaremos con personas que sufrieron la enfermedad dentro del bosque, sabemos que funcionara para que no les vuelva a dar, pero no sabemos si recuperaran sus recuerdos.
- Creo que las cajas del recuerdo nos podrían ayudar a eso – dice la mujer que nos abrazó – solo debemos volver a la comunidad de las flores rosadas. Perdón, sé que no se acuerdan de mí, lamento mucho que mi muestra de cariño haya terminado en que tu mente colapsara – le dice a Eliot – Soy Clemencia, ex reina de la ciudad sin nombre, hoy conocida como The Ruined City, soy la madre del rey Elías y esposa de nuestro difunto ex monarca, el rey Leonel.
Sus nombres me suenan familiar, detesto tener esta constante sensación de saber, pero no saber, como si todo fuese parte de un sueño que en algún momento de mi vida tuve.
- Mi diario – dice Eliot – yo había escrito sobre usted majestad, pensé que era parte de un cuento, pero es real, usted realmente existe.
Eliot se levanta de la camilla y abraza a la reina, creo que ahora tiene sentido para él, pero para mi aun no tiene sentido, salgo de la habitación algo asustada y trato de buscar a mis amigos. Iris esta conversando con Aurora, Camilo se acerca y me dice.
- ¿Cómo esta Eliot?
- Mejor – le respondo – creo que deberíamos dejarlo descansar un poco. ¿Tu confías en esta gente?
- Algunos dicen que me conocen – responde él – me han dicho cosas que tienen sentido para mí, pero no recuerdo nada, siento que todo esto es parte de una pesadilla y que en algún momento vamos a despertar todos.
- Espero que sea así – le digo y lo abrazo tratando de encontrar paz en sus brazos – si pasa algo con Eliot búscame, me iré a dar una vuelta por el bosque.
Me alejo de él y camino por el bosque, trato de perderme, le pido una señal al destino, algo que me haga confiar en estas personas, todo el bosque se oscurece, tengo una extraña sensación en el pecho, siento que algo me atravesara.
- Hola Jazmín – me dice una extraña voz – soy Flora, creo que ya escuchaste de mi antes o al menos ya sabes de la existencia de mi hijo, Zar.
Trato de fijar mi vista entre la oscuridad del bosque, mi pecho late fuerte y con dolor.
- No me siento bien – lo digo al aire, para que esa mujer venga a ayudarme.
Se acerca una mujer hermosa, pone su mano en mi pecho y me da un beso en la frente.
- Ya estás en casa – me dice ella – extrañaba verte en el bosque mi pequeña.
Mis ojos empiezan a tirar unas pequeñas lágrimas de felicidad, siento calma en sus manos, siento paz en mi interior.
- ¿A qué te refieres Flora? ¿Cuál es mi casa?
- Naciste aquí, justo en este lugar, el destino te vuelve a traer a tu casa – me dice ella – eres hija del bosque e hija del aire. Pocas son las hadas que se nacen fuera de… Eso no es importante ahora.
- No confió en ellos, ellos no saben quién soy – le digo a ella.
- Ellos te cuidaron como si fueras uno de ellos – me dice mientras me hace cariño – te dieron todo el cariño que pudieron darte, tu alma volvió a su lugar, pero aquí no está tu destino, tu destino empezara a tener sentido luego de esta conversación.
- ¿Debo confiar? – le pregunto tímida.
- Puedes confiar, pero de ti dependerá si quieres abrir tu corazón para ellos pequeña.
Creo que debo confiar, ellos me ayudaran.
- Espero que en algún momento conozcas tu hogar – dice ella – aunque sé que preferirás otro que es mucho mejor para ti – me guiña el ojo, creo que se refiere a Eliot – él cuida muy bien tus miedos y tu orgullo, recuerda amarlo, aunque sus caminos se separen, tarde o temprano se volverán a cruzar, sus almas siempre se juntan, incluso si sus cerebros deciden olvidar al otro. Me debo ir pequeña, pronto empezaras tu viaje, recuerda que el enemigo es más débil cuando siente confianza en que te puede vencer.
- ¿Te refieres a Rosa? – le pregunto. Ella asiente.
- Tu fortaleza vive en que tu sabes que eres dueña de tu destino – me hace cariño – el mayor miedo de tu enemigo es que sepas eso.
Siento paz, mi corazón y el dolor en el pecho se calma. Vuelvo de a poco a la realidad, me despido de Flora, tomo sus palabras y las hago parte de mi camino, creo que sé que debo hacer. Me acerco al campamento y busco a Ariel, cuando lo encuentro me paro frente a él y decidida le digo.
- Debemos volver al pueblo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro