Arbusto - Eliot.
Llevamos días caminando por el bosque, lo bueno es que tenemos un mapa, así que sabemos que vamos en la dirección correcta. No hemos comido mucho estos días, nunca fuimos tan hábiles para cazar, aunque sé algunas cosas, Jazmín se encargo de entrenarme, así que se usar el arco y las flechas, como soy un buen artesano me hice mi propio arco y mis flechas tienen de puntas algunas piedras preciosas que me he encontrado en el camino, son bastante filosas, así que las nombre “verdecuchillo”, “rojonavaja” y “azuldestructivo”, Camilo no me corrigió así que las sigo llamando de esa manera. Hay días que me despierto y pienso que Jazmín vendrá para ayudarme, pero luego me doy cuenta de que no hay nadie aquí, que estoy solo yo y Camilo. Agradezco que mi amigo me haya querido acompañar, espero que Jazmín sepa que Camilo está conmigo, porque deben estar preocupados en el campamento por su perdida.
Los paisajes que hemos vistos son hermosos, me gustaría poder tener una cámara y poder registrar todas las cosas que hemos encontrado. Camilo cada noche busca un rio para bañarse y encontrarse con ese chico guapo, parece que a veces habla con él, creo que se esta enamorando. No lo culpo, la soledad afecta de sobremanera aquí en el bosque, es lindo que tenga a alguien en quien confiar, sobre todo después de lo que le paso con Benjamín, aun no puedo creer que nos siguió dando gotitas de té de flores naranjas, parece que el chico de las frutas era mucho más venenoso de lo que creía.
En fin, los días pasan, las noches igual y a pesar de que he leído todos estos días mi diario, aun hay cosas que me faltan por recordar. Extraño a Jazmín, echo de menos tenerla a mi lado, es raro no tenerla conmigo. A veces recuerdo las palabras que me dijo el señor de los pantanos y creo saber a que se refería. En unas cuantas hojas de mi diario dice algo más o menos así.
“Me he enamorado de la chica de las flores, todos los días la veo en el bosque, creo que es una hada o al menos eso me dijo Flora. Creo que es la criatura mas bella de todo el mundo. He intentado todo para hablarle, pero se me hace difícil, creo que se arrepentirá de conocerme, no soy un buen chico para ella, tengo la fama de ser rebelde y romper algunos corazones y no es mi culpa, claro que no, solo que las personas que se fijan en mí son personas que a mi no me gustan, como Tristán, por ejemplo, no entiendo que ve ese chico en mí, si soy un desastre, pero ahí viene todos los días a mi casa para regalarme alguna flor o alguna carta. Él dice me parezco al príncipe Elías, pero esta tan ciego, que ni puede notar todas las diferencias que tenemos.
En fin, no he venido a escribirte sobre él, vine para escribirte respecto a la chica de las flores. Su nombre es Jazmín, eso me dijo Genaro, el señor del pantano, también me dijo que el alma de ella tenía una extraña conexión, parecía como que estábamos destinados a estar juntos y yo creo que es verdad, ella y yo merecemos estar juntos…”
- ¿Por qué no me acompañas al rio? – me dice Camilo que interrumpe mi lectura – Quiero presentarte a Adrián.
- Está bien – le digo – pero quiero terminar de leer mi diario.
- Bueno, vengo a buscarte en unos minutos – dice él mientras se aleja del campamento.
Bueno… prosigo…
“Las noches son largas cuando solo pienso en ella, ni siquiera me he acercado a decirle hola y ya me imagino todo un mundo a su lado, quiero hablarle, mañana voy a hablarle.
Al otro día…
Le hable, fue perfecto, ella es tan simpática, es todo lo que me imagine que era. Me dijo que estuvo varios días intentando encontrarme, pero no podía y lo entiendo, yo me escondía entremedio de los arbustos para contemplarla mientras hacia sus cosas. Cuando le dije, nos reímos demasiado, ella me dijo que parecía un psicópata y me pregunto si debía temerme, le dije que no, que siempre iba a querer lo mejor para ella. Mañana tendremos una cita, ella escogió que sea el jardín de su casa, puesto que quiere que estemos cerca de los arbustos, estoy muy emocionado de lo que pasara mañana.
Al otro día…
Acabo de llegar de la cita, fue una noche perfecta, creo que la amo, pero es 1 rompió el corazón escuchar sus palabras, creo que nunca podre decirle te amo…”
- ¡Eliot! – dice Camilo – Adrián quiere conocerte, ¡Ven con nosotros!
Me paro del piso algo triste, quizá al recuperar la memoria me de cuenta de que nunca podre estar con Jazmín. Camino al rio y me encuentro con un chico con aletas en vez de pies, parece que Camilo esta enamorado de un chico pez.
- ¡Eliot! – dice el chico pez - ¿Cómo estás? Llevo mucho tiempo sin verte – el chico sale del agua y le salen unas piernas, esta desnudo frente a mi y me estira la mano.
- Hola – le digo algo nervioso - ¿Tu eres Adrián?
- Lo soy – me dice él.
- Deberías ponerte pantalones primero – dice Camilo – perdón Eliot, tiene la mala costumbre de hacer eso.
El chico hace aparecer ropa con un chasquido de sus dedos, se pone los pantalones una camisa parecida a la mía.
- Vaya, te ha crecido mucho el pelo – me dice él – deberíamos cortártelo.
- ¡Es una muy buena idea! – dice Camilo – Siempre esta reclamando porque se tiene que amarrar el pelo.
- ¿Quieres que lo haga? – dice Adrián – no será la primera vez que te ayude – me guiña un ojo, pero no entiendo porque lo hace.
Él se acerca decidido a cortarme el pelo, toma una tijeras y corta el primer mechón, veo caer mi pelo azul al piso, se siente liberador poder tener menos cabello, ya no tengo que hacerme moños para caminar.
- Te lo dejare así – dice él – así te pareces al antiguo Eliot.
Me veo en el reflejo del agua y puedo notar que mi pelo no esta corto ni tan largo, Camilo me empuja y entro al agua.
- Tenias que sacarte los restos de pelo que quedaron en tu cara – dice él mientras se ríe.
Pasamos el resto de la tarde en al agua, fue divertido poder tener un descanso luego de varios días de caminatas largas e interminables. Adrián es bastante simpático, me dijo que él era hermano de Jazmín también, aproveché la situación para preguntarle respecto a lo que leí en mi diario.
- ¿Por qué los hijos de Flora no se pueden enamorar de humanos?
- Bueno… Eso era antes, tu y Jazmín hicieron ese cambio. Bueno… Tú y Elías – me responde Adrián – Luego de que Jazmín y tu se enamoran, un día Flora los descubrió, ella se enojó demasiado porque ustedes la habían desobedecido, que amenazo a Jazmín de acabar con tu vida si ustedes se volvían a ver. Ambos estaban muy apenados, así que decidieron escaparse de ese lugar y se encontraron con Genero, él los ayudo.
- ¿Qué fue lo que hizo? – pregunta Camilo.
- Genaro nos libro de esa regla, le dio sus aguas que eran tan limpias como las mías para que Flora dejara a sus hijos enamorarse de humanos – dice algo apenado – dentro de Genaro vive el amor que nosotros sentimos y él lo protege.
- Ya veo – digo yo – por eso tiene vida en su interior.
- Sí, eso es lo que siempre dice – me dice Adrián – si el no hubiera dado sus aguas, quizá tú y Jazmín nunca podría haber estado juntos, bueno y el rey Elías tampoco podría haber estado con la reina Sofía.
Me alegro un poco al escuchar sus palabras, pero estoy algo triste por Genaro, en nuestro último encuentro fui algo grosero con él, no merecía ese mal trato, de todas formas, espero poder verlo y darle las gracias.
- ¿Por qué no nos acompañas? – le dice Camilo a Adrián.
- Estoy siempre acompañándolos – le responde – a través de mis aguas, de hecho, puedo transportarlos por aquí, quiero llevar a Eliot a un lugar.
Asiento y me levanto rápido para ir a buscar mis cosas.
- No puedo mojar el diario – le digo – tengo que dejarlo en la caja de los recuerdos.
El chico pez hizo una burbuja y puso todas nuestras cosas adentro.
- Ya es momento de irnos – dice él.
Nos sumergimos todos juntos, y en unos segundos salimos en otra parte.
- Ya llegamos – dice él.
Veo atentamente y puedo reconocer el lugar, es la casa de Jazmín, ahí están esos arbustos.
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