4. VUELVE CON NOSOTROS
La blanca nieve caía lentamente acumulándose bajo las patas de los animales que peleaban sin descanso. El frío helaba sus patas, aunque el calor de la batalla impedía que sintieran ese frío congelador. Ambos animales jadeaban expulsando su aliento en forma de vahó por sus hocicos. El viento soplaba con fuerza meciendo las ramas de los árboles y haciendo que estos crujieran violentamente. Ambos tenían un objetivo en mente y no tenían la intención de dar su pata a torcer.
— Deberían rendirte, "hermanito", no tienes ni la más ligera posibilidad de vencerme — vaciló el animal de pelaje negro mientras sonreía de manera burlona — yo he entrenado sin descanso mientras tú llorabas como un animalito asustado, te falta odio el cual a mí me sobra.
Gruñó con fuerza el animal de pelaje oscuro mientras apretaba sus patas preparándose para continuar con la ofensiva. Mike se limitó a mantenerse en silencio mientras sus ojos marrones observaban los movimientos de su rival, debía mantenerse alerta. Ambos caminaban lateralmente en el sentido de las agujas del reloj examinando a su rival, tratando de buscar cualquier apertura o punto débil que pudieran aprovechar para sus ataques. Jer parecía decidido a luchar hasta la muerte contra su contrincante y lo demostró lanzándose al ataque. Acorto la distancia con su rival en escasos segundos lanzando un poderoso derechazo contra el rostro de Mike que pudo esquivarlo milagrosamente. Los intercambios de golpes eran rápidos y frenéticos Jer golpeaba con fuerza haciendo que el viento se apartara de su camino, cada golpe que lanzaba a su rival sonaba como si el propio viento se apartara para no entorpecerlo. Mike por su parte bloqueaba o desviaba los golpes utilizando sus propias patas, su juego de pies era ágil permitiéndole esquivar lateralmente sin perder su postura de combate. Parecía un combate igualado hasta que Mike, tras esquivar ágilmente un derechazo de Jer, contraataco dándole un golpe directo en el rostro de su rival, continuándolo con una serie de golpes de derecha. Jer no tuvo más remedio que alejarse de la lluvia de golpes que estaba recibiendo. Sangraba por la nariz debido a los golpes certeros que había recibido en su rostro, pero en vez de asustarse o preocuparse Jer sonrió apretando sus puños.
— Me encanta esta sensación, ¿acaso no te sientes vivo con una buena pelea?
— Sinceramente, pelear me parece algo de barbaros. — Respondió fríamente el can de pelaje dorado.
— ¿Barbaros?, Mike, eres un idiota — Mostro su sonrisa macabra — Las peleas han sido la forma de solucionar conflictos desde hace milenios. ¿De verdad te crees que solo nosotros solucionamos nuestras diferencias con violencia? — Hizo una pequeña pausa antes de continuar — ¡Por supuesto que no! Esto se remonta a millones de años atrás, cuando los propios animales primigenios luchaban entre ellos por hembras, territorio, comida o incluso... placer.
La sonrisa burlona de Jer volvió a mostrarse en su rostro. Estaba satisfecho y orgulloso. Aunque Mike notaba que se estaba conteniendo en la pelea que solo estaba jugando con él, debía aprovechar esos descuidos para noquearlo y recuperar a los cachorros. Aunque ese pensamiento le costaría caro, ya que mientras pensaba eso Jer se acercó rápidamente a él y lo golpeo con fuerza en el rostro. La fuerza de su puñetazo era abrumadora, Mike dudaba de si tenía sus patas recubiertas con algo metálico ya que sus golpes dolían demasiado. Jer continuó propinando distintos golpes a su contrincante mientras reía a pleno pulmón. Los impactos que Mike recibía lo hacían retorcerse mientras jadeaba de dolor. El frio helador hacía que sus heridas y moratones se sintieran más dolorosos. Simplemente bloqueaba esperando el momento en el que Jer se agotara o menguara el ritmo para poder contraatacar pero, en vez de eso, parecía que estaba entrando en calor aumentando la lluvia de golpes sin descanso.
— Te noto muy lento hermanito, ¿acaso no has entrado en calor aun?
Las burlas de su rival lo molestaban sobremanera, pero debía centrarse en su objetivo, sobrevivir. La batalla continuó durante varias horas haciendo que el ritmo y la fuerza de la batalla llegara al punto en el cual, ambos animales habían perdido la razón. Mike y Jer luchaban con sus garras lanzándose zarpazos y mordiscos, la sangre abundaba en la nieve y las heridas abiertas hacían que el pelaje de ambos luchadores se tornara carmesí. Mike mostraba sus colmillos ensangrentados y sus garras afiladas mientras que Jer sonreía de oreja a oreja y gruñía con superioridad. El clímax de la pelea estaba cerca y ambos sabían que el ultimo golpe decidiría quien gana y quien pierde. Mike apretaba su pata con fuerza mientras aceleraba su velocidad acercándose a su contrincante. Jer por su parte simplemente gruño con fuerza y se lanzó al encuentro de su rival. Ambos frenaron a escasos centímetros de su rival y con un ligero movimiento y giro de cadera lanzaron sus puñetazos que casi parecían misiles por la fuerza del golpe haciendo que sonaran al cortar el viento. Ninguno esquivo el golpe del otro, simplemente recibieron el derechazo de su contrincante haciendo que el sonido de huesos rotos llenara el bosque. Jer fue el primero en separarse tambaleándose mientras llevaba su pata al rostro mientras Mike seguía erguido en la misma posición con aire de victoria. Jer se arrodillo mareado y vomito en la nieve una mezcla de sangre y saliva, se le notaba derrotado y que estaba al borde de la muerte. Pero no todo es como parece, finalmente Mike calló sobre la nieve quedando inerte. Su cuerpo no se movía ni un solo milímetro.
— Has... luchado bien... pero te queda mucho por aprender — Sonrió Jer mientras lentamente se acercaba al cuerpo de Mike — Lastima que no habrá una próxima vez... te matare aquí mismo bastardo.
Se acercó al cuerpo de su contrarió con dificultad y sacando sus garras se propuso a rematar a su contrincante, se sentía superior y sabía que era mejor.
— adiós, hermano.
Acenix se encontraba con Drok, aún seguía molesto por las palabras de su amigo, aunque en el fondo de su alma sabía que solo le aconsejaba todas las soluciones posibles. Pero a pesar de todo le molestaba que le hubiera ofrecido la oportunidad de abortar al fruto del amor entre él y Mike.
Acenix acariciaba su estómago, aun era pronto para que la criatura pudiera mostrar señales de vida, pero tenía la esperanza de que pronto hiciera sus pequeños movimientos y que Mike estuviera con él emocionado y lleno de alegría por el nacimiento de la bendición. Su rostro reflejaba una gran felicidad con la idea de tener un nuevo integrante en la familia. Aunque su felicidad se vería coartada por un sentimiento de puro terror. Sabía que era imposible que Mike no quisiera un cachorro de su propia sangre pero, y si de verdad no lo quiere. Y si prefiere centrarse en Jon y Axe, y no tener otro cachorro más. Si le pidiera abortar, ¿estaría dispuesto a hacerlo por Mike?, las preguntas se acumulaban en su cabeza y el miedo poco a poco se apoderaba de él. Se levanto de la cama observando la nieve por la ventana de su habitación. Mike, vuelve pronto por favor... necesito hablar contigo pronto de este cachorro. La incertidumbre me mata.
Flex corría por la nieve a gran velocidad, su olfato no le engañaba. Rara vez se equivocaba cuando seguía un rastro y por fin tras horas de búsqueda había captado el aroma de Jer, aunque no sabe cómo había captado también el aroma de Mike siguiéndole. No sabía como Mike había podido sacarle tanta ventaja. De repente su olfato capto algo, era una mezcla de hierro con oxido y el olor característico de Mike junto al repugnante aroma que estaba siguiendo de Jer. Flex lo tenía claro, Mike estaba peleando con ese monstruo, aceleró su paso corriendo a gran velocidad hasta que se encontró con algo, que le helo la sangre. Se encontró a Mike tumbado boca abajo en un charco de sangre. Todos sus miedos se hicieron realidad. Corrió a gran velocidad colocándose al lado de su amigo temiéndose lo peor. Se agacho y observo como el cuerpo de su amigo estaba realmente frio, buscó el pulso de su amigo y finalmente pudo respirar. Su pulso era débil, pero lo había encontrado. Pocas veces había sentido miedo de esta manera, había visto la muerte anteriormente pero es una visión a la que no te acostumbras, y ver a tu amigo debatiéndose entre la vida y la muerte realmente le helo la sangre haciendo que no tuviera más remedio que pedir ayuda. Tenía miedo de moverlo y que sus heridas se abrieran o peor aún, muriera por algún hueso o perforación interna. Se coloco con cuidado sobre Mike dándole calor con su pelaje, pero sin aplastarlo y llenando sus pulmones de aire aulló con fuerza llamando al resto de sus compañeros. Sabía que esa acción era peligrosa, ya que llamaba tanto a amigos como a enemigos, pero no tenía tiempo de andar con cautela. Sostenía su lanza con fuerza mientras aullaba una y otra vez, deseando que los canes fueran los primeros en aparecer. Y gracias a dios así fue. Lua fue la primera en aparecer, la medica del grupo, lo cual Flex agradeció a los dioses mil y una veces. Lua comenzó con su labor de medica tratando a Mike mientras Flex observaba, ahora más tranquilo, el entorno. No apareció Jon ni Aitor por ningún lado, tampoco ningún rastro de Jer. Parece que ese asqueroso can se había llevado a los cachorros a pesar de la pelea. Flex sabía que Mike no era fácil de vencer, seguramente Jer también estaba herido, pero había camuflado su rastro y ni siquiera él con su olfato desarrollado era capaz de seguirle la pista. Eso no era importante en estos momentos, ahora mismo lo importante, era curar a Mike.
Acenix se encontraba nervioso dando vueltas por su cuarto cuando llaman a la puerta, emocionado corre hacía la puerta de la habitación, al abrir ve a Axel al otro lado. Su pelaje anaranjado brilla con la luz del sol, se le nota nervioso.
— Esto... mami Acenix... — el pequeño lobo miraba a su madre con vergüenza en su mirada ― tengo una pregunta que hacerte...
— Claro cariño, ¿qué pasa?
— Veras, yo me preguntaba, ¿de dónde vienen los bebes? ― preguntó mirando a su madre a los ojos.
— Oh, esto... es un tema un poco vergonzoso cariño, en las clases deberían explicarte el tema de la reproducción.
— Si, lo han hecho... pero suena asqueroso ― decía mientras le producía una arcada la imagen ― ¿de verdad se debe meter... la cosa de hombre en la mujer?
— Bueno, cariño, aun eres muy pequeño para pensar en esas cosas. Tu sigue jugando y no te preocupes de esas cosas.
— Mami, ¿tú tienes un cachorro en tu tripa? ― Preguntó el pequeño ante la mirada de sorpresa del gato.
— ¿Y porque piensas eso?
— Escuche a Drok hablar contigo sobre un cachorro... ¿vais a tener otro cachorro y os olvidareis de Jon y de mí?
— Axel, sabes que eso no ocurrirá jamás, aunque vaya a tener un cachorro... jamás te daríamos de lado, tu eres nuestra bolita de pelo naranjita. No podría vivir en este mundo sin ti.
La respuesta de Acenix tranquilizó al pequeño haciendo sonriera de oreja a oreja, aunque la felicidad del momento no duraría demasiado ya que Flex irrumpiría en el cuarto golpeando con fuerza la puerta. Axel se escondió detrás de Acenix al escuchar el estruendo de la puerta y Acenix frunció el ceño al perro cerúleo al ver su comportamiento.
— ¡Flex!, hoy no estoy para tus bromas, deja de golpear la puerta como si esto fuera la taberna.
— Perdona Acenix ― Decía jadeando y claramente nervioso ― no tengo tiempo para formalidades... Mike se encuentra gravemente herido... Están Drok y Lua tratándole, pero me han dicho que es... una herida peligrosa.
La noticia golpeo a Acenix como un jarro de agua fría cambiando su temple enfadado por uno de absoluto terror. Analizó la frase una y mil veces en su cabeza tratando de creer que simplemente le estaba jugando una broma pesada, pero por el tono de voz de Flex y su aspecto, estaba claro que no era una broma.
Acenix se apresuro a ir a la enfermería donde se encontraba su amado tendido en la cama con varias vendas por todo su cuerpo. Respiraba débil, pero respiraba. Acenix se acerco y agarró con cuidado la pata de su amado notando el calor que desprende, por lo menos aún estaba vivo.
— Acenix ― habló Drok con voz calmada.
— ¿Qué ocurre...?, ¿qué le pasa?
— Esta... en estado crítico, no creo que despierte pronto además necesita descansar por ese motivo, te pediría que nos dejaras espacio para trabajar.
— Acaso me estas echando Drok, no voy a dejar a Mike sin mi vigilancia.
— Acenix, se racional, ahora mismo tu presencia solo nos estorbaría... necesitamos espacio y poder maniobrar si algo ocurre.
— No, no. El no puede estar inconsciente... tengo noticias que darle... él... él debe... sabes lo que está pasando...
— Lo siento Acenix, pero ahora mismo no esta con nosotros. Y deberías prepararte para lo peor.
La ultima frase de Drok hizo que le hirviera la sangre. Estaba a punto de arañarle con las garras cuando sintió un fuerte golpe en su cabeza haciendo perdiera las fuerzas lentamente. Flex le había golpeado para calmarlo.
— Tranquilo Acenix, todo saldrá bien...
Fue lo ultimo que pudo escuchar mientras su conciencia se desvanecía dando paso a un mar de sueños. Recordaba en sueños los momentos vividos con su amado, todos y cada unos de ellos llegando al momento donde estaba a punto de decirle a Mike que estaba embarazado pero, como cruel broma del destino, decidió no hacerlo para no preocuparlo. Ahora se encontraría solo y sin apoyo. Sin saber que hacer con la pequeña criatura que crecía en su vientre.
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Y AQUI ESTAMOS DE NUEVO!
¿Qué tal va todo? espero que estéis todos muy bien. este capitulo me ha costado mucho escribirlo así que espero me deis vuestra estrellita y dejéis un comentario para poder seguir mejorando.
Últimamente he estado muy enganchado a una historia mikenix que he encontrado. se llama "El pacto" esta realmente bien y os la recomiendo a todos.
Os dejo el enlace para que podáis encontrarla rápido.
https://www.wattpad.com/story/256729116-𝔼𝕝-ℙ𝕒𝕔𝕥𝕠-𝕄𝕚𝕜𝕖𝕟𝕚𝕩
Y eso es todo por ahora, Espero que os guste mucho y nos vemos la semana que viene, Adiós mis pequeños animales de dos patas. No dejéis de Ladrar.
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