24 - ¿Y si te dijera que...
Notas del cap:
Bueno, hasta apenas me dejaron volver a tocarla pc, además, me enferme y dios mío, hay un lio por acá en mi hogar... en serio, hasta parece que lo hacen adrede... sea como sea, lamento las demoras y aquí está la siguiente parte XD disfruten
¡A leer!
24 - ¿Y si te dijera que...
Ahí iba otra vez la mula al trigo a estarle chingado que era un niño interesante, peculiar y sabrá dios que tanta mamada más le había estado diciendo desde el poco tiempo que llevaban de conocerse. El latino mostro un gesto molesto, un puchero de aquel niño que quiere mostrarse como un hombre pero que, solo se ve adorable a ojos de un adulto. Sin embargo, mientras el adolescente (como todo un adolescente común y corriente) gira los ojos con fastidio de las burlas del adulto. Cuando vuelve la mirada hacia el frente, lo que encuentra es el cañón de un arma apuntando directamente a su frente entre las cejas. La cólera del latino desaparece y, trata de llevar su mirada mas allá del arma que le apunta, para encontrarse con el gesto amable del ruso que no para de verlo fijamente como un bicho raro
—Pero debo acabar contigo antes de que hagas más daño niño —responde con calma y una seriedad propia de alguien de su edad, aun así, pese al silencio y un posible miedo que aun nace en el corazón del mexicano pero que, ya puede ignorar, simplemente, se miran. El silencio se hace pesado, México observa el dedo del ruso colocarse en el gatillo para disparar pero, contrario a ver un gesto asustado de parte del mexicano, Imperio solo observa al menor mantener un gesto tranquilo, observando con interés sus acciones y una fría calma
—¿Y está seguro de que podrá matarme don?
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Hubo un silencio tras esa simple pregunta del adolescente. Fue entonces cuando Imperio comprendió... este niño no estaba asustado de un arma, pues, desde que había nacido, sabía que fue maltratado; torturado seria la palabra más adecuada, por el agente de la ONU. Azteca había intentado por todos los métodos acabar con su vida sin conseguirlo, lo sabía, había visto el expediente médico luego de que el arma fuera rescatada y, si bien, el hombre había sido inhumano cuando trato de acabar con su vida, también era cierto que el niño, había podido salir de aquello
México solo observa como el dedo en el gatillo no solo no es presionado, sino que parece temblar suavemente mientras ahora es turno del mayor, mantenerse perdido en sus propios pensamientos, con un coctel de sentimientos que el latino imagina pero, debido al gesto inexpresivo del contrario, no sabe descifrar
—No es por nada don —vuelve a hablar el latino, por primera vez, tranquilo en toda esta situación— pero esta no es la primera vez que me apuntan con un arma —se explica, señalando con la mirada el arma que apunta a su frente— y, como podrá ver, sigo respirando todavía— comenta como si fuera lo más normal del mundo aunque se podía percibir cierto aire de desasosiego en sus palabras
—Sabes lo que eres —más que sonar a una pregunta de parte de Imperio, era una clase de afirmación aun dudosa que, el latino afirma. No era algo que no supiera para estas alturas aunque, sabiendo que tiene un arma en la frente, el latino parece poder hablar de un modo más serio, sabiendo que esta vez, ninguno iba a salir con palabras estúpidas o juegos sin sentido
—A grandes rasgos, pero si —confirma el adolescente— y también son consciente de una habilidad que hace daño —su gesto, que hasta ese momento había sido tranquilo, ha cambiado a un preocupado— no solo le hace daño a los que son importantes para mí —continua, con una remembranza desagradable, con recuerdos que son pesadillas que no quiere revivir, con un conocimiento que desearía haber mantenido en el olvido pero que Mictlan le obliga a mantener para saber de lo que el mismo era capaz sin ser consciente— esta habilidad mía, hace daño a todo aquel ser vivo que se me acerque —continua, notando el gesto de sorpresa del mayor— y temo, que usted ya ha estado el suficiente tiempo cercas mío como para ser contaminado
—¿De qué hablas niño? —pregunta Imperio, mirando a los ojos del joven, unos ojos chocolate con ojeras, agotado de lo que se ha obligado a vivir, lleno de heridas y cicatrices que no habían estado ahí hace ya casi tres años atrás (*)
—¿No lo sabe? —fue turno de una cansada sonrisa gentil, mostrarse en el latino— es la misma habilidad que le ha impedido que me mate, la misma que destruyo a Azteca, la misma que ha negado a todo el mundo a acabar con mi vida —continua hablando, sonriendo mas cuando Imperio ha descubierto su propia mano, aquella que poseía su arma antes apuntando al latino, ahora apuntando a un lugar tan alejado al country que le sorprende. Imperio sabia que seguía apuntando su arma a la cabeza del adolescente ¿Cuándo desvió su arma?— esa es la habilidad que fue puesta a mí y con la que incluso alguien como Mictlan tiene que lidiar —ambos volvieron a colindar miradas— como podrá ver, matarme no es algo que se puede hacer fácilmente. Ninguno de sus agentes puede matarme, ni otros gubernamentales según he podido entender
—Debo entender entonces que sabias que Azteca era un espía —cuestiona Imperio tras guardar su arma, comprendiendo que, realmente, las palabras del menor eran verdad, no porque él le dijera, sino porque, mientras más escuchaba, su instinto, su deseo de presionar el gatillo y acabar pronto con su vida, se ve negado, su cuerpo reacciona contra su voluntad, protegiendo al menor y guardando el arma con todo y seguro para evitar hacerle daño
—Si —titubeo en hablar— Mictlan me había contado que era un espía importante pero nunca le creí del todo —se encoje de hombros y niega— está molesto conmigo porque fue por culpa de mi habilidad que Azteca acabo loco y no pudo matarnos
—Tengo curiosidad, llevas rato hablando de un tal Mictlan ¿Quién es? —insiste el hombre, México lo observa y sonríe ligeramente, frotando sus brazos presa del frio desagradable y su ropa aun empapada
—Mictlan, el arma que fue creada por una mujer totalmente enloquecida —sonríe el latino— "Proyecto Mictlan" la primer arma creada exitosamente y custodiada por Azteca, la misma arma que Azteca destruyo. "Él" es Mictlan —explica, haciendo a Imperio sentir un escalofrío por algún motivo que no puede comprender— Yo soy la segunda arma creada dentro del Proyecto Mictlan, el primero, fue nombrado por Azteca como Mictlan, yo, la segunda arma, fui nombrado como México por el mismo hombre que dio fin a la vida de mi hermano mayor y que no pudo dar fin a mi propia vida (*)
—¿Puedes recordar eso? —pregunta el, enderezándose al sentir, por escasos segundos, un sentimiento de peligro venidero del mismo adolescente que ha desaparecido aquella sonrisa que parecía ser de alguien que sabía mucho más de lo que decía, para volver a dejarse ver como lo que realmente era, un adolescente cansado, pero que tenía una misión que cumplir y que, suavemente le da un asentimiento
—No es que lo recuerde, es que Mictlan no me deja olvidarlo, ya se lo dije, está enojado conmigo porque mate a Azteca —se encoje de hombros— Mictlan me dijo que era un espía, pero hasta ahí se dé el
—¿Deseas que te cuente algo más sobre él? —la pregunta del mayor, mantiene en duda al adolescente que, termina asintiendo... al parecer, si bien, parte de la curiosidad es suya, sabia reconocer que no era del todo así... Mictlan ha despertado y, como ha escuchado que hablaban de Azteca, ha querido quedarse a escuchar un poco mas— El ha tenido mucho que ver con tus dos madres —comienza, confundiendo al latino que, con claros gesto, demuestra sus dudas— Azteca no solo tuvo mucho que tratar con Yara, tu creadora —continua explicando, México asiente, ya comprendiendo un poco mas— además; fue uno de los espías condecorados de la organización ONU. Misma organización a la que pertenecen tanto tus padres como el soviético
—¿Todos son de ONU? —Pregunta confundido el latino, recibiendo un asentimiento del mayor
—Cuando llegas a cierta categoría entre los hombres de ONU, tienen la opción de "promover" a un espía que ellos consideren, pueden ser prometedores, puesto que previamente le han puesto una serie de pruebas que debieron de pasar —el latino luce interesado por la explicación— y Azteca, aunque jamás se vio con tu madre, Mexica, es verdad que él vio en ella un gran potencial— continua el hombre «así como yo lo vi en Urss he Imperio Alemán vio en Nazi»
—Alto, alto... —interrumpe el menor— me acaba de decir que Azteca jamás conoció a mi madre ¿Cómo va a ver potencial en ella? —pregunta molesto, Imperio sonríe. Entre más tiempo pasa con el adolescente, mas adorable le parece por momentos
—Puede que tu madre jamás haya visto cara a cara a Azteca, pero puedo asegurarte que el si vio a Mexica —el rostro molesto del adolescente volvió a cambiar, cual coctel de emociones, a un asombro y nervios claros. Era obvia la preocupación que sentía el latino de la idea de que Azteca ya supiera de su madre, si creía que era el mismo hombre que tanto daño le había hecho cundo era mas pequeño— Azteca vio en una, en ese entonces joven Mexica, el potencial para ser uno de los espías mas condecorados de ONU y, hasta antes de que ambos se involucraran en el proyecto Mictlan, Mexica no solo estaba cumpliendo con las expectativas de Azteca, sino que las estaba superando
—A la verga —se ahoga en un intento de grito ahogado el tricolor, observando al mayor que continua hablando con calma— pido tiempo... esto sí es mucho para mí —jadea el latino, tomándose de las rodillas y temblando— entonces... me estás diciendo que mi madre era ¿Qué? ¿Casi casi protegida de Azteca? —Pregunta entre la sorpresa y un gesto de horror, aun cuando Imperio asiente— pero, ambos acabaron a tiempos diferentes, entremetidos con el proyecto Mictlan. Azteca fue mucho antes, el debía de proteger el arma que después acabo destruyendo y, cuando él se volvió loco, debió de ser cuando mandaron a mi madre a detenerlo, pero ¿Por qué solo los enviaron a ellos? Si era tan condecorado como supuestamente dicen ¿Por qué solo enviaron a 4 agentes a detener a un agente tan hábil? En todo caso, aun no tiene sentido ¿Acaso jamás se vieron mientras trabajaron en el mismo grupo? ¿Eso es posible?
Imperio observa al latino, hablando en susurros solo para el mismo, intentado comprender información que el mismo ya poseía. Intento no sonreír, pero, es verdad que, para el espía promocionado, jamás debía de saber quién era el que te promocionaba; el promotor, debía de estar en el anonimato para el espía y así, protegerse mutuamente en caso de una situación problemática (como otras que en sus tiempos, tuvieron en ONU)
—Podría decirte, que la razón por la que en realidad, acabaron involucrados en el proyecto Mictlan, fue por mi culpa —interrumpe los murmullos del latino que ahora, vuelve su mirada a él con dudas— yo fui quien le dio la orden a Urss de asesinarte, puesto que sabíamos que Azteca no lo iba a conseguir. Por desgracia, para cuando le llego la misión, el ya había tenido contacto contigo y, contrario a recibir la orden Urss...
—Quien tomo la orden fue Nazi, por eso desapareció casi al mismo tiempo que acabaron la misión de asesinar a Azteca y adoptarme a mi —finaliza el cometario del mayor, con su propio conocimiento. Imperio asiente y México acaba sentándose en el suelo, agotado mentalmente de lo que ha terminado por descubrir—. Desgraciadamente, me temo que ni Nazi, ni siquiera Urss podrán matarme para estas alturas
—Nazi esta muerto —aquel comentario obliga al adolescente a abrir sus ojos y verlo. Su rostro serio le dice que no estaba jugando y, de pronto, junto a un mareo desagradable, junto a los recuerdos de cuando fue secuestrado por él, cuando justo trato en más de una ocasión de acabar con su vida... aquel momento cundo lo vio tan herido, tan solo, cuando incluso él le pidió que volviera junto a su grupo de amigos, con sus padres, para poder ser salvado y como se negó con la tranquilidad de quien ha sido condenado a la muerte... México corre a la esquina del techo y, desde ahí, vuelve el estomago con desgano... ¿Nazi estaba muerto?
—¿Fue mi culpa? —jadeo— ¿Yo lo mate?... ¿Volví a hacer que alguien se suicide? —solloza en un ataque de pánico, volviendo una segunda vez el estomago, intentando aferrarse a algo para no caer
Por el lado de Imperio, ahora muchas cosas tenían más sentido para él, las acciones de Nazi, las propias de Urss, la propia investigación de Nazi con respecto al tricolor y la fuerte unión que mantuvo Azteca tanto con el primer Mictlan como con este niño que, entre más tiempo lo mira, sigue pareciéndole solo un adolescente común y corriente, obligado a vivir algo para lo que no estaba preparado. No hubo más ruido después de eso. Imperio simplemente observo como ese muchacho tan valiente, que hace cosa de nada había peleado contra él con tal ferocidad, ahora caía, derrumbado ante la pérdida de alguien que no había conocido pero que, parecía importante para él. Imperio vuelve a buscar su arma, descubriendo que ahora yacía en su funda, con todo y seguro. Le sorprende descubrir que, al menos de un modo consciente, no había guardado su arma ¿A esto se refería el tricolor con que su habilidad era peligrosa? Si era así, con mayor razón debía de acabar con su vida ahora que aun había tiempo y no había sido "activado" como un arma en su totalidad
México por otro lado, entre lagrimas y jadeos desgarrantes, rememora todos y cada uno de los recuerdos que pudo sostener con Nazi, incluso, aquellos que pudo mantener con él, mientras estuvo encadenado a Rusia, siendo arrastrado por todas partes ¿Por qué había olvidado los buenos momentos que pudo pasar con él? No es que fueran muchos, es verdad, pero tampoco habían sido nulos. Nazi había cuidado de el, y, estaba seguro que, de no haber sido un arma, seguramente Nazi y el hubieran sido grandes amigos, como si Nazi fuera ese tío que solo sabe hacer caos y destrucción, como un tío que actuaba como un niño pequeño pero del que podías confiar cuando más lo necesitabas
Ahora que México rememora... a Nazi, específicamente lo conoció mucho antes de que todo empezara. Lo conoció en el hospital, cuando le diagnosticaron a su madre que el cáncer de mama había pasado a sus pulmones y corría riesgo de morir. México recuerda, que en ese momento, mientras su mundo se desmoronaba como hacia justo ahora, Nazi, había aparecido, aun sin saber quién era, aun sin conocerse en ese momento de nada, le hizo detener sus lágrimas
«"¿La razón para que estés aquí ya murió?"» recuerda que fue lo primero que le pregunto. El horror le había embriagado en ese momento, la imagen de saberse sin su madre, la idea de quedarse completamente solo...era lo mismo que estaba sintiendo en estos momentos... había asesinado a Rusia, ahora ¿También a Nazi? ¿Iba a hacerle daño a sus padres y a Urss? ¿Así como le hizo daño a Azteca? Vuelve el estomago otra vez, no soportando la información, aferrando con una de sus manos su estomago y su pecho... era demasiado, su cabeza le estaba dando vuelvas mientras el recuerdo volvía a el «"Aun hay esperanzas"» le dijo cuando México se negó y, el, una vez más se volvía a negar... aun no podía permitir que sus habilidades llevaran a la muerte a sus seres amados, solo por su culpa «"No es momento para llorar cuando la batalla aun no ha acabado"» recordó, esas palabras le habían dado esperanza en ese entonces y ahora, permiten al latino a concentrarse, a volver en si mismo luego del shock que fue escuchar sobre la muerte de alguien que significo tanto para él y que pudo ser aun mas «"La guerra no acaba hasta que tu lo digas niño... no te doblegues ahora"»
«Nazi» jadeo una última vez, intentando ponerse en pie, con los ojos cerrados «Aun no... aun no puedo rendirme. Muchos dependen de que consiga mis objetivos» se dice, consiguiendo ponerse en pie nuevamente, observando a Imperio apuntando su arma de nuevo hacia su rostro
—Entiendo que usted quiere matarme —habla de nuevo el latino, observando a Imperio— y puedo ver que es una buena persona —ambos se miran a los ojos— pero esta guerra, aun no ha acabado y antes, debo hacer lo que Mictlan me ordena. Es por el bien de los demás
—¿Y si te dijera que estas yendo a una trampa? —insiste el, México le sonríe de medio lado divertido
—Ya estoy acostumbrado, créame, he vivido suficientes de esas mierdas —continua, ahora, subiendo a la barda que sirve para que nadie fuera a caer del edificio, Imperio le mira con ligera preocupación al verlo tan cercas de la orilla, aunque supone que no moriría tan fácilmente— y, en todo caso, me asegurare junto con Mictlan que esta vez, no haya una siguiente vez
—¿De qué hablas?
—Nos aseguraremos que no haya un tercer Mictlan... así que, aun si es una trampa, veremos quien acaba cayendo al final, si ellos, o nosotros
Imperio apunta su arma en dirección de México observándolo a través de la mira, sin posibilidad de apretar el gatillo, solo, por un segundo, Imperio juraría que, detrás de México, cual fantasma, un pequeño niño tricolor con los colores invertidos, rojo, blanco y verde, le mira con una sonrisa calma que le causa incomodidad... es la mirada de alguien que sabe demasiado y que se lo calla, no es la sonrisa que entregaría un niño pequeño he inocente
—Gracias por todo señor Imperio, por favor, cuide de mi madre y mi padre por favor
—¡Espera niño! —grita Imperio, bajando el arma cuando ve al tricolor saltar del techo del edificio y, seguido de ello, un halo de luz, cual explosión, por un segundo, dejarlo ciego. Para cuando corre para buscar al adolescente, no hay nada, no hay nadie. No hay un cadáver, no hay sangre. Nada que diga que ahí estuvo el latino... solo un extraño vacio que por fin se disipa y permite a Imperio respirar
Así que a esto se referían los informes de Nazi con respecto a las feromonas que inconscientemente desprende el menor... pero, aun cuando no pudo asesinarlo, al menos ha tenido la oportunidad de advertirle...
Ese niño, iba hacia una trampa puesta por Yara
Notas finales:
*Recordemos que, al finalizar el fic de Suggar, había pasado aprox, un año, más el tiempo que paso durante Suggar, mas el tiempo que paso en El secuestro de un colibrí, mas el tiempo (que no llevo) que ha transcurrido en este fic. Aproximadamente, ya debieron de haber pasado, mínimo, dos años en total dentro de esta saga... si no es que tres... digo, México también se quedo un buen tiempo en el instituto mental cuidado por Italia y, con el tiempo que lleva perdido mientras corre y todo lo que ha pasado... esta madre seguro ya debe de llevar 3 años... (ok, cambio a 3 años)... hay la madre, entonces México ya tiene 17 o 18 años O.O
*¡No mames México! ¡Se supone que quien tenía que salir sorprendido eras tú con la información que recibías! ¡No al revés!
Err ¿Qué clase de datos extra se supone que puedo entregar sabiendo que ya he explicado todo lo que he podido explicar? En serio, no tengo ni idea
Datos extras:
*Imperio Ruso, mejor conocido como I.R si conoció he incluso trato con Azteca, eso se vera en otro fic 7w7 les va a gustar, yo lo se
*México no sabía de la muerte de Nazi
*México sabia por parte de Mictlan que el tricolor había hecho a Rusia que se matara (que pusiera una bala en su cabeza) y cambio la realidad para Urss para que no lo supiera, pero lo que México ni Mictlan sabía era la muerte de Nazi, por eso fue un gran shock para el tricolor
*Lo que sabe I.R de Mictlan es solo de Mictlan, no tiene conocimiento de las habilidades de México, por eso se sorprende de lo que le va diciendo
*Acá momento lindo destroza corazones. Cuando México recuerda la primera vez que conoció a Nazi en el hospital a punto de derrumbarse. México vuelve a recordar ese momento y, volviendo a tomar inspiración de aquellas palabras que le brindo Nazi, el latino ha vuelto a tener determinación y confianza... continuara con su camino (ay, toy chillando qnq)
Bueno, es todo lo que puedo mostrar por ahora ¿Dudas?
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
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