Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22. Perdiendo esperanzas y encontrando respuestas (Wes)

22. Perdiendo esperanzas y encontrando respuestas (Wes)

— ¿Qué?— la interrogación de incredulidad de Aura no se hizo esperar tras esa afirmación; juraría que sus ojos echaban chispitas de la emoción. No era para menos: Layla le acababa de devolver una esperanza que creía perdida.

Los demás, aunque más discretos, estaban igual de ilusionados. Bueno, todos, salvo Seth y un servidor.

El chico ni miraba a mi hermana; me pareció muy extraño, dada la confianza con la que se trataban hace una hora. ¿Qué habría sucedido durante aquel lapsus de tiempo en el que estuvieron a solas? Algo me decía que tenía que ver con la vena dramática que mi gemela poseía.

¿Y por qué yo no confiaba en la palabra de Layla, sangre de mi sangre? Fácil; he compartido clase con ella. Veréis, aunque mi querida hermana pueda describirte hasta la última costura de el vestido que lleva puesto, ella no es capaz de describir un paisaje de forma comprensible; nuestra profesora opinaba igual, ya que nunca le aprobó una descripción, fuera oral o escrita.

Si de una de esas descripciones, merecedoras de aquellos suspensos, dependemos para que Aura lleve a cabo lo que sea que tenga que hacer, estamos fritos.

— Que soñé con tres sitios en el hospital. Si son tres giltz, pues habrá un templo y una entrada para cada uno, ¿no? Porque son tres, ¿verdad?— casi me separé del grupo para golpearme contra la pared más cercana; y se suponía que a ella se lo explicaron bien—. Eran el interior de un volcán, un árbol gigante y una playa; después de lo que me habéis contado sobre el agua y eso, me decanto por la playa.

— Bien, ya sabemos que está en la costa. ¿Y qué? En esta dimensión, hay más playas que pueblos— fue Seth el que sacó eso a relucir.

Aunque fuera cierto, el tono ácido que usó no me agradó para nada. A mi hermana, al parecer, tampoco; los ojos de Layla delataban una presa de lágrimas a punto de romperse.

Decidido; voy a tener un par de palabritas con ese chico luego. Es de la felicidad de mi hermanita de lo que estamos hablando; nadie la hace llorar, y menos en mi presencia.

Layla se las arregló, no sé cómo, para no sollozar a moco tendido allí mismo. Creo que reemplazó su tristeza por enfado o algo así.

— ¡Ya lo sé, jope! ¡Estaba a punto de dar más detalles antes de que me interrumpieras! ¡Ha sido muy grosero por tu parte!— inspiró y exhaló de forma exagerada, en un intento de tranquilizarse—. Bueno, a lo que iba antes de que "don impaciente" abriera la bocaza; os voy a describir más o menos lo que vi, a ver si os suena— parecía que, aun después de aquella discusión, nada podía quitarle la chispa de esperanza a los ojos de Aura; sin embargo, muy a mi pesar, yo sabía que lo que venía a continuación iba a extinguirla por completo—. Emmm... pues había mucha arena ¡y conchas! Sí; conchas de colorines. También caracolas, ¡por todas partes! El agua brillaba, muy azul. Además, recuerdo una gran piedra infestada de lapas. ¿Qué? ¿Os suena?

Sentí ganas de decir "te lo dije", pero supe que quedaría estúpido; no había dicho nada en voz alta. Aunque tenía razón, ¿verdad? Layla es pésima a la hora de describir.

La extinción del fulgor ilusionado que los ojos de mi prima poseían me confirmó su nula comprensión. Iba a decir algo, mas Seth le quitó la oportunidad de hablar.

— ¿Y esos son tus "detalles"? ¡No me hagas reír! ¡Hasta un niño de parvulario lo habría hecho mejor!

— ¿A qué no me dices eso a la cara?— replicó, hecha una auténtica furia. Se acercó al chico y juro por todo lo que conozco y desconozco que sus ojos avellana se volvieron rojos un segundo.

Él le devolvió la mirada, brillando de ese azul siniestro que caracterizaba a los "hermanos" Grace (de intensidad menor a la de Aura; creo que es porque la intensidad de su enojo era menor, pero no lo tengo muy claro), y sonriendo con un aire de suficiencia que no me gustó nada.

— Das asco— pronunció, saboreando cada sílaba—; ¿quieres que te lo deletree?

Ahí pasó algo raro: Layla apartó la mirada. Yo la conozco y sé que, a menos que haya una fuerza mayor que la obligue, nunca jamás de los jamases desviaría los ojos en un duelo como el que estaba sosteniendo con Seth.

Otra vez, mi mente formula esta pregunta: ¿Qué habría sucedido entre esos dos? La respuesta sólo la tenían ellos.

La verdad es que también me preguntaba otra cosa: ¿Qué nos pasa a nosotros con los silencios incómodos? ¡Aparecen cada dos por tres! ¿No puede haber un maldito silencio en el que no nos sintamos tensos? ¡No es tan difícil!

— Es tarde; seguiremos mañana— las palabras de Gabriel fueron un salvavidas que todo el grupo agradeció. Bueno, toda regla tiene su excepción, y la de ésta fue Shauna; ella soltó un bufido nada más escuchar la voz de Gabe. Era consciente de su aversión al chico (¡cómo para no serlo! Más claro, agua), pero eso no justificaba su enojo cada vez que él abría la boca—. Si queréis, podéis dormir en mi casa, que queda aquí al lado; a mi madre no le importará.

Miré al cielo, aunque mi reloj interno no lo necesitara para saber la verdad; eran más de las once de la noche. Entre la huída de Layla por el tema de las agujas, estar ingresados en el hospital y la huída de Aura (¿es cosa mía o lo de huir se está convirtiendo en una tradición familiar?), se nos había pasado el día entero. Y algunos llevamos sin comer desde el desayuno, detalle que mi estómago se encargó de recordarme; de mis entrañas emanó un rugido digno del Rey León.

Vi en las caras de los demás que estaban a punto de aceptar la oferta; sin embargo, Shauna tenía clara su respuesta.

— ¿Es qué a todos os falta un tornillo? ¡Yo os diré lo que pasara si entramos en esa casa! ¡Nos raptará e interrogará para sonsacarnos secretos de estado! ¡Estaremos condenados en el instante en el que pongamos un pie en el territorio de Gabriel Stone! ¡Si queréis firmar vuestra sentencia de muerte, adelante! ¡Pero no me arrastraréis con vosotros!

Y yo que empezaba a pensar que ese destello de locura que vi en sus ojos ayer era cosa de mi imaginación... pues no, volvía a estar allí, confiriéndole a su mirada ambarina una luz amenazante.

Gabe hizo un ademán de tranquilizarla, a lo que ella respondió con un gruñido. Por un instante, temí por la vida del chico.

— A ver, Shaun, cálmate, ¿quieres? No voy a hacer nada de eso— las palabras funcionaron de forma similar a los gestos; Gabriel recibió otro gruñido—. Mira, si te sientes mejor, puedes buscar entre mis cosas indicios de tus teorías absurdas; a ver si reconoces de una vez que sólo son eso, teorías. ¿Cuántas veces tengo que repetirte que no soy el enemigo?

— Eso lo decidiré yo— con esa sencilla pero contundente oración pudimos ver que Shauna había cedido; sin embargo, no estaba dispuesta a bajar la guardia. No era lo que queríamos lograr, mas nos tuvimos que resignar; mejor eso que nada.

Pusimos rumbo a la casa en cuestión. A decir verdad, estaba a apenas unos pasos de donde nos encontrábamos, cuesta abajo; un alivio después de que Shauna me obligara a correr a la velocidad del sonido con la intención de llegar a la plaza antes que Gabriel, sin éxito. ¿Qué? Puede que me guste hacer deporte, pero eso fue pasarse de la raya.

Esta vez no me iba a quedar de brazos cruzados, siendo un espectador de la vida y enterándome de lo sucedido mucho después de que tenga lugar. A paso decidido, me acerqué a hablar con Seth para descubrir qué demonios había pasado.

— ¿Qué pasa?— pregunté, en el tono más amistoso que pude. Vale, no pensaba enfrentarlo cara a cara (por mucha esgrima y baloncesto que hubiera practicado, no era nada en comparación con los duros entrenamientos que seguro se impartían aquí; si me acercaba pegando gritos y exigiendo, me rompería en pedacitos que jamás se recompondrían), pero tampoco planeaba amedrentarme; iba a sonsacarle algo sí o sí.

— El tiempo— bufó, sin aparentes ganas de entablar conversación. Aún siendo su tono tan brusco, el comentario me hizo reír—. ¿De qué te ríes?— cuestionó, aunque sonó como si quisiera decir "es de mí y no vuelves a ver la luz del sol".

— Nada, nada; es que es gracioso que me digas eso a mí— le tranquilicé, en un intento de salvar mi vida. Funcionó, aunque no como esperaba; en vez de furioso, parecía confuso.

— ¿Por?— estaba realmente confundido por mi respuesta, lo que me hizo dudar a mí. ¿Es que acaso no lo sabía?

— ¿No lo sabes?— él negó, dándome la respuesta a aquello—. Vaya, pensé que todos lo sabían a estas alturas: yo soy Denbora y Layla, Espazio.

— Bromeas, ¿verdad?— el enojo había vuelto a hacer acto de presencia, al parecer— ¡Shauna tiene razón! ¡Os falta un tornillo no, toda la ferretería! ¿Te das cuenta? ¡Ese secretismo podría habernos matado!

— Yo... yo creía que tu hermana te habría puesto al corriente— era verdad, pensaba que Aura habría contado todo. Aunque no me sorprende que mienta a sus amistades; es una mentirosa, diga lo que diga—; en verdad, pensaba que se lo había largado a todos— sentí la necesidad de añadir algo más—. Lo siento.

— Bueno...— reflexionó. La idea de que Seth podía asesinarme seguía presente; además, ahora que el grupo nos había adelantado, no tenía testigos— ha sido un despiste y te has disculpado, lo que no ha hecho la imbécil de Layla, así que... agua pasada, cadenas rotas y todo lo demás— un suspiro de alivio escapó de mis labios (esa manía es más contagiosa que la gripe; gracias Aura).

— Menos mal...— en ese momento, me di cuenta de algo importante— un segundo, ¿has dicho que Layla no se ha disculpado? ¿Y eso? ¿Qué ha pasado? Venía a preguntarte por eso, la verdad; la tensión se podía cortar con un cuchillo.

Igual que en aquel instante. ¿Quién me mandaba ser curioso?

— ¿A ti qué te importa?

No sé de donde saqué el valor para decir lo que dije a continuación. Siendo honesto, no sé de donde salió; Layla me va a deber una buena después de arriesgar mi vida de esta forma.

— Me importa porque mi hermana ha estado al borde de las lágrimas hace un rato por lo sucedido. Me importa porque esos brillitos que había en su mirada cuando nos despedimos en el hospital han desaparecido sin que yo sepa el porqué. No tengo ni idea de lo que pasa a mi alrededor y estoy harto. ¡Lo único que quiero es ayudar, maldita sea!

Él apretó los puños, como si fuera a golpearme; temí lo peor. En lugar de matarme, como esperaba, soltó un suspiro (el efecto Aura) y se destensó; tenía las palmas manchadas de sangre por la fuerza del apretón, pero intenté (y logré, usando toda mi fuerza de voluntad) ignorar el hecho de que se estaba desangrando (o quizá exagerara).

— Ella me acusó de infiel a mi supuesta novia, la que tú sabes que es mi hermana, y me llamó bastardo— confesó. Es increíble a lo que puede llegar la capacidad de dramatización de mi hermana; no pensaba que llegaría a liarla tanto—. Sin embargo, lo que más me enerva es que tenga la cara de estar enfadada conmigo cuando todo es su maldita culpa; no ha tenido la decencia ni de murmurar un simple "perdón".

No sabía que decir. Seth tenía toda la razón del mundo y yo, como tonto, lo estaba acusando de dañar a mi hermana cuando la mala de la historia es ella. Me merezco que me llamen idiota, y cosas peores.

Él no me recriminó defender a Layla, cosa que agradecí. Corrió a alcanzar al grupo, no sin antes curar sus manos con un botellín de agua, y yo hice lo mismo. No volvimos a sacar el tema.

Llegamos a la casa de Gabriel apenas unos segundos después de terminar la conversación. No era grande, pero tampoco una chabola (he de admitir que mis estándares son un poco altos; no por nada me crié en una mansión), y parecía estar bien construida. Aunque, sinceramente, no soy quien para hacer una crítica de arquitectura, ya que mis estudios sobre esa materia son nulos; era una casa y punto.

Gabriel sacó su llave del bolsillo e hizo a la puerta chirriar; sigo sin tener ni la menor idea sobre el tema, pero creo que a esas bisagras no les vendría mal un poco de aceite. Lo dicho, no me hagáis mucho caso, que divago.

Dentro, una mujer algo rellenita (sin intención de ofender) de cabello azabache recogido en una pinza nos recibió. Supuse que era la madre de Gabe, lo que confirmé al escuchar esto.

— ¡Hijo! ¡Hacía mucho que no traías amigos a casa! ¿Alguna de estas chicas es tu novia?

Juro que tanto Gabriel como Aura se sonrojaron al oír eso (Shauna no, porque supongo que lo que diga la madre de su "supuesto espía" ni le va ni le viene, y Layla creo que ni siquiera prestaba atención). En serio, fue como para hacer una foto; Aura roja como un tomate no es algo que se vea todos los días.

— ¡Mamá! ¡No me avergüences!— le soltó Gabe a su progenitora. Luego añadió, dirigiéndose a nosotros—. No le hagáis caso, solo quiere que tenga pareja y se pasa de entrometida. Mejor, id pasando al comedor. Enseguida os traigo algo para que no os muráis de hambre.

Mi estómago rugió, impaciente, al escuchar lo último. El olor que llegaba desde la cocina inundaba mis fosas nasales; ojalá fuera verdad la frase esa de "huele que alimenta", me vendría bien en ese momento.

Para distraer a mi estómago, decidí separar a mi "querida prima" del grupo y preguntarle algo que me carcomía desde mi conversación con Seth.

— ¿A qué ha venido eso? La próxima vez te ahogo con tus propios brazos— creo que me pasé con el tirón, pero eso me importa un comino.

— ¿Por qué no les has contado lo que mi hermana y yo somos?— no lo entendía, de verdad de la buena.

— A si que es por eso...— es encogió de hombros— falta de tiempo, supongo— soltó una risita por su propio chiste.

— ¿Y en el hospital?— seguí atacando.

— Aún no estaba segura y quería confirmarlo— respondió, de manera tan simple y sencilla que no pude rebatir—. Si te sientes mejor, se lo digo yo en la cena. ¿Vale?

— Vale— ¿desde cuándo me dejaba manejar tan fácilmente? Creo que me ha pillado por sorpresa que Aura no gritase.

— No te acostumbres, soldado— y... ¡volvió! Era demasiado bueno para ser cierto, ¿verdad?—. Todos estamos cansados y no tengo ganas de romper tímpanos por acusarme de ocultar deliberadamente información crucial— y se fue a sentar. Yo no iba a ser el único en pie, así que hice lo mismo.

La Sra. Stone nos trajo hamburguesas, o algo parecido al menos; la carne parecía normal, pero la verdura era de todo menos verde, con sus formas y colores extravagantes, y juro que los panecillos casi me electrocutan. La comida aquí es muy rara; sin embargo, mis hambrientas entrañas no le hacen ascos.

Aura reveló nuestras identidades nada más ver a la madre de Gabriel (a quien no le incumbía la información) desaparecer por la puerta. No faltaron las protestas de Shauna por "entregarle en bandeja de plata información importante a un enemigo acérrimo" y los intentos fallidos de Gabe a la hora de defender su inocencia; aún así, en general, se lo tomaron bastante bien (ja, ja, ni yo me lo creo; los demás ya lo sabían por una fuente u otra. Bueno, en el caso de Jazz, me confesó que no entendió nada y que el tema le daba igual; ella fue la excepción de la regla).

La discusión terminó con Shauna apartando su plato, sin terminar, y diciendo:

— Me voy a investigar— tras eso, se fue sin más.

Poco a poco, fuimos haciendo lo mismo (levantándonos de la mesa digo; lo de investigar es cosa de Shauna). Gabriel trajo mantas y nos dormimos en el salón, encajados cual piezas de tetris.

Después de responder a tantas de mis dudas, aún había una pregunta en mi cabeza:

"¿Cómo hará Aura para llevar a cabo esa misión rarita?"

¡Hola caracola! Aquí está el capítulo. A partir del próximo, la "misión" comenzará. ¿Cómo? Eso sólo lo sé yo y... no spoilers, lo siento.

La verdad, el número del capítulo me viene que ni pintado. ¿Por qué? El 22 de este mes pasa algo... ¿No lo adivináis? ¡Exacto! ¡Mi cumpleaños! Sólo para que lo sepáis, caracolas.

¡Hasta otra!

Mireia

P.D.: ¡Felicidades (dos días atrasado) a Percy Jackson! ¡Y Aurora Grace! ¿Coincidencia? Aunque no lo creáis, sí; el cumpleaños de Aura nació mezclando las fechas de cumpleaños de mi hermana y mía (18/7 y 22/8) y me di cuenta después XD.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro