62.- LA AUSENCIA DE PENSAMIENTO ES MEDITACIÓN
Investiguemos juntos. Cada vez que nosotros prescindimos de los pensamiento es un acto de meditación. Cuando uno no piensa es cuando llegamos a conocer quien está oculto detrás de nuestros pensamientos. Cuando la mente está en calma y no tiene pensamientos, en ese silencio, en esa profunda irreflexión, en la ausencia completa de pensamientos se ve la verdad. Justo en ese momento se presenta tu propia realidad.
¿Qué se puede hacer para conseguirlo? Hay que hacer una cosa muy sencilla, relajarse y observar, pero debido al sistema de vida que llevamos te resultará muy difícil, porque te has vuelto cada vez muy complejo y no es porque tú eres complejo, es la vida cotidiana que se hace más compleja. Lo que es posible para un recién nacido a ti te resulta imposible. El niño se limita a mirar, sin pensar. Solamente ve. Ese acto en sí, el de simplemente ver es magnífico. En eso consiste el secreto, la llave que puede abrir la puerta de la verdad que todo ser humano busca. Separar el Ser del Humano.
Con la meditación podemos lograr ver con nuestro tercer ojo. Al hacerlo vamos a poder separar dos cosas. Al principio de este camino vamos a poder ver lo que está dentro y lo que está fuera. Entonces después viene lo que mencionaba antes. Tenemos en frente de nosotros las dos cosas que vamos a poder separar. Vamos a sentir que somos totalmente testigos y veremos que afuera hay objetos y adentro tenemos pensamientos. Tienes que mirarlos sin ningún objetivo concreto. No existe ningún objetivo..., solo ver. Eres un testigo, que te transformas en imparcial, y simplemente ves en un estado atemporal. Es decir en un estado de absoluta totalidad.
Esa atención, esa vigilancia, poco a poco te lleva a la paz, al vacío, a la ausencia de pensamiento. A la incertidumbre divina perfecta, en donde nada está escrito, todo es un gran libro en blanco, donde tú puedes escribir. Bueno te puedo adelantar que el lápiz de este gran libro en blanco eres TU..., Te puede parecer extraño esto que te digo, pero en este plano cuántico energético, solo existe una dimensión, la de tu ser, la cual tu puedes experimentar, y lo más importante, crear tu propia realidad, tu propia vida. En este plano energético no cabe espacio para ideales, para guías, sacerdotes, gurús, es imposible, ya que nadie puede interferir en tu espacio energético. Es ahí donde tú debes enfocar tus esfuerzos, para lograr a través del camino de la meditación, la búsqueda de la energía elemental, es viva en ese punto es donde termina la búsqueda, pero solo eso, ya que estando ahí solo encontraras la divinidad en su totalidad. Es ahí donde nace y muere el humano, pero donde vive eternamente tu ser.
Inténtalo y lo conocerás. A medida que se disuelven los pensamientos se despierta y cobra vida la conciencia. Párate un día tranquilamente, en cualquier sitio, en cualquier momento. Mira, escucha y sé testigo del mundo y de ti mismo. No pienses. Limítate a ser testigo y ver qué ocurre. Deja que crezca la actitud de ser testigo, deja que te invada toda tu actividad física y mental. Deja que esté siempre contigo.
Si eres testigo, tu ego desaparecerá y verás que tu mente no podrá controlarte, comprenderás lo que realmente eres. El "yo con etiquetas desaparecerá" y se alcanzará el ser mismo.
En esta sadhana (disciplina) de ser testigo, en esta observación del propio estado mental, se produce fácilmente una transformación, un cambio, entre lo que se presencia y el que es testigo. Mientras observas tus pensamientos vislumbras al que está observando.
No es un método que se pueda practicar solo de vez en cuando para conseguir la liberación de tu mente y de tu ego. Ya que debo recordarte que cada día vives en un mundo complejo. Es por eso que la disciplina es primordial. Hay que practicarlo continuamente, día y noche. A medida que se practica y se avanza en ser testigo llegaras al resultado final que es el estado total de ser testigo, ese estado se hace más estable y desde ahí en donde empieza a estar presente todo el tiempo en ti.
Veras que poco a poco te empezaras a sentir acompañado continuamente, despierto y dormido. Incluso empieza a estar presente durante el sueño. Hoy estás dormido incluso cuando estás despierto. Mañana estarás despierto incluso cuando duermas. Cuando tu ser esta en el estado pleno de conciencia no sabe de los estados humanos, para la conciencia solo existe el estado atemporal.
Este estado disuelve los pensamientos despertándonos del sueño y de los sueños. Las olas se disuelven en una mente libre de pensamientos y sueños. La mente se queda en calma, sin olas, sin temblores, al igual que el mar está en calma cuando no hay olas, al igual que la llama de una vela no titila cuando no sopla brisa en la casa. Es en tal estado cuando se conoce la Divinidad misma, el que es el ser, el que soy yo, la verdad.
Estas puertas, esta entrada, no se encuentra en las palabras... se encuentra en el ser. Por eso digo que no hay que indagar en otro sitio, el buscar el estado elemental no implica en lo que lo que te digan otras personas, incluso las religiones. Solo debes buscarlo en ti mismo. No vayas a ninguna otra parte. Adéntrate en ti mismo. Busca el camino de encontrar el maestro que llevas dentro a través de la meditación y experimentaras tu verdadera realidad.
Ahora en este mundo tan globalizado y con una vida que a cada instante se vive más rápido, ¿cómo lo hago?. La concentración puede ser una, pero debemos tener presente que una mala concentración es sencillamente enfocar algo unidireccionalmente. Hacer esto es algo de la mente. La mente puede ser un caos, una aglomeración de infinitas imágenes y pensamientos. La mente puede ser muchas voces, muchas direcciones, una encrucijada. Por lo general, eso es la mente, una aglomeración.
Entonces si la mente es un caos, no puedes pensar racionalmente, y en forma ordenada. Para pensar racional y lógicamente tienes que concentrarte en el objeto de tu estudio. Sea cual sea el objeto, lo fundamental es que viertes toda tu energía en él. Solo con toda esa fuerza existe la posibilidad de conocer la verdad objetiva, por consiguiente, la concentración es el método de todas las ciencias. Es así como la "humidad" se ha alejado de la esencia misma, la del ser.
En cambio la meditación es algo completamente distinto. En primer lugar, no es de la mente. No es ni una mente unidireccional ni multidireccional, sencillamente no es mente. La meditación significa ir más allá de la mente y sus límites. No pueden tener ninguna relación, son polos opuestos. Digo esto porque tu mente se concentra en algo concreto definido y claro. En cambio en el plano de la meditación estas en el plano que tiene nada definido, no es algo concreto, es interminable, y no es definido, ya que es la totalidad de la incertidumbre que no tiene una explicación humana, es por eso que solo se puede sentir, pero no a través de tu humanidad, sino que a través de tu ser en donde es uno con totalidad divinica universal. Es por eso que es una energía en su totalidad. Es elemental. Es como el Tao.
Debes de recordar esto. La concentración es mente y la meditación es no-mente. Sobre todo en occidente no conocen la meditación en su verdadero significado. Se ha limitado a la concentración (de ahí el progreso científico, la tecnología, los sistemas económicos), pero no ha conocido la ciencia interior del silencio, la paz, de ser una luz hacia ti mismo. Es por eso que se existe desde hace milenios esta rivalidad a la cual llamaremos dualidad. No es necesario mencionar lo que ha pasado con varias civilizaciones antiguas donde la razón de su extinción fue por la sencilla razón de ser más racionales que consientes.
El enfoque unidireccional puede revelar los secretos del mundo exterior. La meditación revela los secretos de tu propia subjetividad. Podría decirse que la concentración es objetiva y que la meditación es subjetiva. La concentración se dirige hacia afuera, la meditación hacia adentro. La concentración significa alejarte de ti mismo, la meditación es el camino que llega a tu centro más recóndito. La mente, la lógica, la razón, todas apuntan hacia lo exterior, para ellas no existe lo interior.
Una ley fundamental de la realidad interior consiste en que una persona razonable jamás logra nada en el mundo interior. Se trata de un enfoque irracional, o mejor dicho, suprarracional. Para conocerte a ti mismo no necesitas la mente, sino el silencio absoluto. La mente siempre está ocupada en una o muchas cosas. Tiene montones de pensamientos, de ondulaciones, el lago de la mente jamás se queda en calma.
Tu ser interior solo puede reflejarse en un espejo sin ondulaciones. La ausencia de mente (el silencio absoluto, sin pensamientos, la ausencia total de la mente) se convierte en ese espejo sin ondulaciones, sin ni siquiera un solo pensamiento este revoloteando. Es en ese instante que ocurre sin preámbulos, ya que es espontaneo, ocurre la explosión. En ese instante has tomado conciencia de tu propio ser por primera vez.
Hasta ahora has conocido las cosas del mundo. Siendo testigo conocerás al que conoce. Eso es exactamente a lo que se refiere Sócrates cuando dice. "Conócete a ti mismo". Porque sin conocerte a ti mismo no puedes ser tú mismo. A menos que seas tú mismo nunca te sentirás tranquilo.
Cuando tienes incomodidad, cierta pena... No sabes muy bien qué es, pero constantemente tienes la sensación de que te falta algo, de que lo tienes todo y sin embargo falta algo que podría darle significado a ese todo. Tu palacio está lleno, con todos los tesoros del mundo, pero tú estás vacío. Tu reino es grande pero tú estás ausente. Tal es la situación del hombre actual, de ahí la constante sensación de sin-sentido, de ansiedad, de angustia.
La mente actual es la más atribulada que ha existido jamás, por la sencilla razón de que el ser humano ha llegado a la mayoría de edad. Salvo para el hombre, la duda no existe. Es el hombre, que vive toda su vida preocupado.
Solo el hombre con su inteligencia lleva una vida muy difícil, continuamente atormentado. Intentas olvidar de mil y un modos, pero vuelve una y otra vez. Si seguimos a este ritmo de vida seguirá ocurriendo en forma constante, a menos que sepas algo de meditación, a menos que aprendas a volverte hacia adentro, a mirar tu propio interior. Es así que desaparecerán todos los sin sentidos.
En un nivel muy elevado, estarás tan tranquilo como la naturales misma que nos rodea. En un nivel de conciencia elevado, te sentirás tan relajado como toda la existencia. Veras que tu relajación posee cierta belleza, que es consciente, que está alerta. Sabe que existe. Sabe que mientras la existencia entera duerme, ella está despierta. La conciencia nunca descansa porque es el alfa y el omega, la energía universal elemental.
¿Qué sentido tiene un maravilloso amanecer si estás dormido? ¿En qué consiste la belleza de una rosa si estás dormido? La mente es el dormir, estés concentrado o no. La meditación es el despertar. En el momento en que te despiertas, desaparece el dormir y con él todos los sueños, todas las proyecciones, todas las expectativas, todos los deseos. De repente te encuentras en un estado sin deseos, sin ambiciones. en un silencio inconmensurable. Solo en ese silencio alcanzan la plenitud el jardín interno de tu ser.
Recuerda que cualquier profesor que te diga que la concentración es meditación comete un gran crimen. Al no saber que te está engañando, no se da cuenta de que ese engaño en un asunto tan fundamental, incluso mucho más peligroso que alguien que pueda mentirte. Te miente más significativa y profundamente. Destruye tu conciencia, destruye la posibilidad misma de que abras las puertas de todos los misterios que tú eres.
La concentración no tiene nada que ver con la meditación, pero si te han dicho los cristianos, los hindúes, los musulmanes, las llamadas religiones organizadas que te concentres en Dios, así es, en la palabra escrita por la mente de los hombres, que te concentres en determinado manirá o en la estatua de un Buda, pero que te concentres. Solo recuerda que si te concentras en un hipotético Dios, no lograras llegar al camino de la divinidad misma.
El que te concentres en una estatua creada por el hombre, esculpida por ti. Más aun, concéntrate cuanto quieras, y veras que no encontrarás nada que transforme tu ser. O concéntrate en unas escrituras, en unos manirás, unos cánticos... pero todos esos esfuerzos resultarán vanos, No llegaras al centro mismo de tu ser.
Traspasa la mente, hazte observador de la mente, porque el observar separa inmediatamente de ti lo que observas. Estás viendo una película, y hay una cosa cierta, que tú no eres el actor. Estás observando la calle, la gente que pasa, y veras otras verdad, que tú te has quedado al margen, que no estás en la calle en medio de la gente. Observes lo que observes, no eres tú.
En cuanto empiezas a observar la mente, se produce una experiencia tremenda... el reconocimiento de que tú no eres la mente. Ese reconocimiento, "Yo no soy la mente" significa el comienzo de la no-mente. Has trascendido la muchedumbre, las voces, el caos de la mente, te has trasladado a los silencios del corazón. Ahí está tu hogar, tu ser eterno. Ahí está tu existencia inmortal y esencial. Tu centro, Tu energía elemental.
El arte de la meditación consiste en trascender la mente, y Oriente ha dedicado casi diez mil años, toda su inteligencia y su genio, a descubrir cómo trascender la mente y sus condicionamientos. Los esfuerzos de esos diez mil años han culminado en el refinamiento del método de la meditación.
En pocas palabras, la meditación significa observar la mente, presenciar la mente. Si eres capaz de observar la mente, mirarla en silencio (sin justificar, sin valorar, sin condenar, sin juzgar a favor ni en contra), simplemente observarla como si no tuvieras nada que ver con ella... No es más que el tráfico que circula por la mente. Quédate al margen y obsérvalo. Así encontraras que el milagro de la meditación consiste en que, simplemente observando todo, desaparece poco a poco el control mental de tu humanidad.
En el momento en que desaparece la mente, llegas a la última puerta, muy frágil, que no está contaminada por la sociedad..., tu corazón. En realidad, tu corazón te ofrece inmediatamente una entrada. Nunca te evita, está casi siempre dispuesto a que entres en él para abrirte la puerta que lleva al ser. El corazón es tu amigo que te invita a cada instante a entrar. ¿Por qué no lo haces? ¿Porque cada vez que llega ese llamado lo rechazas?.
Buda Gautama llamaba a este método vipassana, el patanjali lo llamaba dhyan. Esta palabra sánscrita, dhyan, en China pasó a ch'an y a zen en Japón, pero es la misma palabra. En otros idiomas no existe un equivalente exacto de zen, dhyan o ch'an, y se utiliza arbitrariamente la palabra meditación. Todo es un mismo camino al centro interior para llegar a tu ser.
Pero hay que recordar una cosa, que sea cual sea el significado que aparece en los diccionarios, no es el significado que yo le doy. Todos los diccionarios dicen que meditar significa pensar en algo. Siempre que le digo a una mente occidental. "Medita", la pregunta inmediata es. "¿Sobre qué?". Esto se debe a que en Occidente no se ha desarrollado la meditación hasta el punto que se han desarrollado el dhyan, el ch'an o el zen en Oriente.
La meditación significa sencillamente conciencia, no pensar en algo. En cambio concentrarse en algo o reflexionar sobre algo que se utiliza en Occidente siempre se refiere a algo. Como yo la concibo, la meditación significa sencillamente un estado de conciencia.
Es como un espejo... ¿Acaso un espejo intenta concentrarse en algo? Refleja cuanto se pone delante de él, pero le es indiferente. Le es absolutamente indiferente que ante él se ponga una mujer guapa, una mujer fea o nadie. El espejo es una fuente de reflejos, la meditación, una conciencia que refleja. Tú sencillamente reflejas lo que se pone delante de ti. Mediante esa simple observación desaparece la mente.
La meditación no es sino un medio para que tomes conciencia de tu verdadero ser, que no ha sido creado por ti. Tu en ningún momento creas a tu ser, porque ya es un ser, eres tú. Naces con él. ¡Tú eres ese ser! No hay que descubrirlo. Si no resulta posible, o si la sociedad no lo permite, y ninguna sociedad lo permite, porque el verdadero ser resulta peligroso para las religiones oficiales, para el estado establecido, para las masas, para la tradición, porque cuando una persona conoce su verdadero ser se convierte en un individuo... Deja de formar parte de la psicología de las masas, ya no es supersticiosa, no pueden aprovecharse de ella, deja de ser un dependiente, no acepta órdenes. Esa persona vivirá según su propia energía elemental, vivirá siguiendo los dictados de su interior. Su vida tendrá una belleza y una integridad prodigiosa.
No olvides nunca que la meditación te ayudara a desarrollar en su totalidad tus facultades intuitivas. Comprendes con toda claridad qué puede satisfacerte, qué va a ayudarte a alcanzar la plenitud. Sea lo que sea, será diferente para cada persona, para cada individuo, tal es el significado de la palabra "individuo", porque cada persona es única. El buscar e investigar para encontrar ese carácter único supone una gran aventura, una emoción interna de querer lograr llegar al final del camino que es la verdad misma que está guardada en tu interior.
Que tal mis queridos lectores, espero se encuentren de lo mas normal posible.
Agradezco sus lecturas, votos y comentarios, como siempre.
Un abrazo fraternal.
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