45.- LA RAÍZ DEL SUFRIMIENTO
Hay una evidencia milenaria de como el sufrimiento ha estado desde los inicios de nuestra conciencia. Esa fue siempre la lógica que tuvieron los estudios de Jung, de cómo los humanos a través de las pinturas rupestres y petroglifos estampaban nuestra historia, de alguna manera nos dejaron en los dibujos lo que a diario deberían enfrentar. Era en cierta manera el lenguaje de la mente, sin dejar de lado la historia oral de muchas civilizaciones ya extintas. A medida del tiempo ya podemos tener una evidencia más real de lo que el hombre se cuestionaba y observaba a través de la escritura hasta nuestros días. Es así que si analizamos desde los inicios de nuestra historia, siempre el fenómeno del sufrimiento nos ha acompañado hasta ahora.
Aún siendo el sufrimiento un fenómeno universal en la naturaleza de los seres vivos con la finalidad de promover su evolución, sin embargo, en el mundo de la humanidad, existe un sufrimiento diferente, uno que es más enfermizo. El hombre no sufre solamente para promover su evolución natural, sufre también -sobre todo- porque existe en él algo que no debía existir, algo creado por el libre albedrío, que puede producir fenómenos, que puede también producir fenómenos negativos.
En la humanidad actual prevalecen los fenómenos negativos. No vivimos en una humanidad definitiva e ideal, vivimos aún en una humanidad provisional e imperfecta. Es por eso que desde los inicios de nuestra historia, ha buscado incansablemente terminar con el sufrimiento, siendo que este puede verse como un proceso que ayuda a buscar caminos para encontrar la totalidad y el centro de todo, pero NO identificándose con el sufrimiento, sino mas bien, debe ver este proceso como un simple espectador, y no como parte de él.
Los grandes videntes del pasado han hablado y escrito sobre esta humanidad negativa, que dio origen al sufrimiento que nos hace identificarnos con él.
Cerca de seis siglos antes de la era cristiana un famoso príncipe hindú, Siddartha Gautama (más conocido por el nombre iniciático de Buda), resumió ese fenómeno negativo en las llamadas "cuatro verdades nobles". Esas verdades dicen lo siguiente:
1 – La vida del hombre es esencialmente sufrimiento,
2 – La causa de ese sufrimiento es la ilusión tradicional en la que el hombre vive, identificándose con su ego periférico (Aham)
3 – La abolición de ese sufrimiento enfermizo está en el conocimiento de la verdad sobre su Yo central (Atman),
4 – El método para pasar de la ilusión del ego a la verdad del Yo es la meditación para eliminar la identificación.
Cerca de mil años antes de Buda, más o menos en 1500 antes de Cristo, un gran vidente hebreo-egipcio, Moisés, escribió las primeras palabras del Génesis sobre el origen y el motivo del sufrimiento humano. Según Moisés el cuerpo del hombre perfecto seria inmortal y no sujeto a enfermedades. Pero ese hombre perfecto no existía aún, a no ser esporádicamente. El grueso de la humanidad actual representa todavía a la vieja humanidad, llena de males y sujeta a la muerte. ¿Por qué no apareció la humanidad perfecta?
Moisés se sirve de una parábola intuitiva para indicar la causa de ese fenómeno. Esa parábola intuitiva, sin embargo, cuando es analizada intelectualmente por nosotros, no nos queda clara. Cuando los exotéricos (Eruditos que solo daba lecciones a un grupo selecto de personas) profanos interpretan la visión esotérica de un iniciado, mucho se queda oscuro.
Moisés habla simbólicamente del "soplo de Dios" y de "la voz de la serpiente" para designar las dos potencias que rigen a todo hombre, el espíritu y la inteligencia. El hombre proyectado por el espíritu del soplo de Dios seria un hombre perfecto, el Atman de Buda y de la filosofía oriental, el Ish del Talmud judío.
Pero la voz de la inteligencia, simbolizada por la serpiente, desde el inicio, impidió la evolución divinica del hombre, desviando la evolución espiritual hacia una seudo-evolución intelectual (la mente). El soplo de Dios es el "árbol de la vida" . La voz de la serpiente es el "árbol del conocimiento de lo que es bueno y de lo que es malo". El nacimiento de la dualidad.
A primera vista, parece como si la serpiente hubiera derrotado a un Dios, que la inteligencia derrotó al espíritu. Es esta la explicación que los intérpretes profanos y exotéricos le dan al Génesis.
En realidad, sin embargo, no hubo ni podía haber esa supuesta derrota. El espíritu de Dios (la divinidad), habiendo creado una criatura con libre albedrío, no podía impedir que el hombre fuese el señor de su destino y se crease así como quisiese (dejo esta labor en manos de sacerdotes o jefes de tribus, emperadores y actualmente los gobernantes). El libre albedrío, sin embargo, se revela inicialmente por la inteligencia, eclipsando por mucho tiempo al espíritu. Puesto que la evolución comienza en la periferia y demanda al centro.
Por ahora, la evolución del hombre es solamente intelectual y no espiritual. La inteligencia, en vez de integrarse con el espíritu, trata de suplantar al espíritu. La sabiduría de milenios de la Bhagavad Gita dice que "el ego (inteligencia) es el peor enemigo del Yo (espíritu), aunque el Yo sea el mejor amigo del ego". (aqui es donde existir una unicidad y totalidad).
Hasta hoy, a través de los milenios, el ego intelectual (serpiente/inteligencia) guerrea al Yo espiritual (Dios/Divinidad). En consecuencia del predominio de la inteligencia negativa sobre el espíritu positivo, ha dejado a la humanidad sujeta a enfermedades y a la muerte.
El sufrimiento es un estado de inconsciencia. No somos conscientes de lo que estamos haciendo de lo que estamos pensando, de lo que estamos sintiendo... y por eso nos contradecimos continuamente, a cada momento. Vivimos en una dualidad constante. La acción va en una dirección, el pensamiento en otra, el sentimiento está en otra parte. Nos vamos haciendo pedazos, cada vez estamos más fragmentados. Eso es el sufrimiento, perdemos integración, perdemos unidad. Perdemos por completo el centro, somos una simple periferia. Solo fíjate en cómo está formada la gobernabilidad mundial dispersa, en donde la fuerza de acción y pensamiento no buscan un consenso, ya que en la dilución de las masas esta el mejor control de los individuos, ya que el objetivo es hacer que vivamos en un mundo activo total, sin pararnos a cuestionarnos nada. Esto lo puedes verificar con cómo se maneja la informática y las comunicaciones a nivel mundial (La internet con todos instrumentos de redes sociales, mas la prensa oral y escrita, muestra absolutamente todo en torno al sufrimiento). Existen encuestas universitarias a nivel global, en donde el 80% de la información es que es negativa y solo un 20% es positiva.
Naturalmente, una vida que no sea armoniosa está condenada a ser confusa, una carga que hay que llevar como un sufrimiento. Lo máximo que uno puede hacer es conseguir que este sufrimiento sea menos intenso.
Lamentablemente el hombre recurre a muchos medios para palear este sufrimiento lleno de confusiones, pero siempre toma los más inmediatos para eliminar en forma rápida este sufrimiento intrínseco y uno de esos son las drogas y el alcohol.
Sin embargo también la religión también se ha utilizado a modo de solución de ese sufrimiento intrínseco. Incluso se puede verificar que tienen tal efecto en las personas como las drogas.
Es lamentable que no nos demos cuenta de forma natural, que todas las religiones están en contra de las drogas y alcohol, porque ellas mismas se dedican al mismo negocio, el de manejar el sufrimiento, ya que así dejan de ser un adictos. ¿Por qué tendrían que molestarse con la religión? las drogas o el alcohol es más barato, exige menos compromiso.
Los drogadictos consumen porque quieren evitar un mundo individual y social del sufrimiento, entonces para corregir ese error buscan la religiosidad para evitar el sufrimiento y encontrar paz. Así es como las religiones aun persisten y nos controlan. A través del sufrimiento. Solo mira al cristianismo católico, su mayor escudo es la cruz, con Jesús de Nazaret crucificado, es mas muchos la llevan colgadas en sus pechos, identificándose con el dolor de su salvador. ¿Por qué no puede ser al revés, en donde debiéramos identificarnos con la alegría de Jesús?.
Lo más importante del sufrimiento son los apegos, pero cuando digo apegos es el de todos los que puedan existir, nuestra humanidad vive en torno a los apegos, de pareja , familia, dinero, trabajo, etc. Vive en un constante deseo de querer obtener a toda costa lo que quiere, son importar atropellar a los demás, ese impulso de ganador en todo es el que el humano encuentra como el correcto, ya que te da metas y objetivos, una casa grande, dos autos, una casa en playa, tener varias mujeres, ser millonario, famoso, exitoso.
Por eso es que he hablado tanto del ego en muchos capítulos, es por esta razón en particular, todo lo que lleva a que tu sufras , es porque están llenos de apegos, en donde deseas adquirir algo, pero para sentir el deseo del poder. Así logras poder sobre los demás y de tu entorno, pero ¿Quien te controla a ti? ¿Cómo sabes tú que estos deseos son con buena intención , y que no estás creando tu propia película ficticia? Por eso para responderte a ti mismo, debes imperiosamente verte desde la vereda del frente, por eso la insistencia de despertar, ¿Te has mirado a ti mismo y has cuestionado lo que deseas y de qué forma lograras obtenerlo?
La gente vive sumida en el sufrimiento. Solo existen dos maneras de salir de él. La primera consiste en convertirse en meditador. Alerta, despierto, consciente... y eso es algo muy difícil. Se necesita coraje. La manera más barata consiste en encontrar algo que te pueda dejar aún más inconsciente de lo que ya estás, para que no puedas sentir el sufrimiento. Eso es refugiarte en sacerdotes, pastores y gurús de todas las creencias existentes.
La segunda manera no es la verdadera. La segunda manera solo hace que tu sufrimiento resulte un poco más confortable, un poco más soportable, más cómodo. Pero no ayuda, no te transforma. La única transformación llega por la vía de la quietud de la mente, porque es el único método que te hace consciente. Para mí, la meditación es la única herramienta verdadera. Como hemos dicho existen diferentes marcas de opio: cristianismo, hinduismo, islamismo, jainismo, budismo... pero son solo diferentes marcas. El recipiente es distinto, pero el contenido es el mismo. Todas te ayudan de algún modo a adaptarte a tu sufrimiento.
Lo que debemos buscar es proponernos llegar más allá del sufrimiento. No hay necesidad de adaptarse e identificarse con el sufrimiento. Existe la posibilidad de librarse por completo de él. Pero el camino es un poco difícil. El camino es un desafío. Ya que implica de no identificarse en tus creencias religiosas, en tus ideales religiosos, es algo que se debe de hacer desde tu interior como, es el de abstraerse a un mundo distinto del que estás viviendo en forma ilusoria.
El primer paso hacia la conciencia es prestarle mucha atención a tu cuerpo. Poco a poco, uno se va poniendo en estado de alerta ante cada gesto y cada movimiento. A medida que te vas haciendo consciente, empieza a ocurrir un estado energético diferente. Dejas de hacer muchas cosas que antes hacías. Tu cuerpo se encuentra más relajado, tu cuerpo está más entonado, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo. Incluso es revitalizante, como vimos en otro capítulo anterior, el sexo produce eso, un gasto de energía físico, pero a la vez es una inyección fulminante de energía elemental, ya que en los clímax mismo del acto sexual, que culmina con los orgasmos, es donde tu cuerpo etéreo vuelve a revitalizarse, pero ojo, deja la mente de lado, la mente no tiene cabida en un orgasmo, ya que en ese estado solo puedes ser una totalidad con tu energía elemental.
Después, empiezas a hacerte consciente de tus pensamientos. Hay que hacer lo mismo con los pensamientos. Son más sutiles que el cuerpo y por supuesto, también más peligrosos. Cuando te hagas consciente de tus pensamientos, te sorprenderá lo que ocurre en tu interior. Si pones por escrito lo que está ocurriendo en cualquier momento, te llevarás una gran sorpresa. No te lo vas a creer "¿Esto es lo que está ocurriendo dentro de mí?"
El milagro de poder encontrar el camino de la conciencia es que no necesitas hacer nada, aparte de hacerte consciente. El fenómeno mismo de observarlo hace que cambie. Poco a poco, el individuo mundano va desapareciendo. Poco a poco, los pensamientos empiezan a ajustarse a cierta pauta. Su caos desaparece, se van convirtiendo en algo más parecido a un cosmos. Una vez más, una profunda paz lo domina todo. Así es como debemos canalizar esta energía elemental de la cual estamos formados, pero hemos estado durante milenios actuando en forma mental y física, dejando de lado la verdadera divinidad de la energía. Nunca debes olvidar que la divinidad es energía cuántica elemental.
Cuando tu cuerpo y mente estén en paz, verás que están sintonizados y sincronizados uno con otro, que existe un puente. Ahora ya no corren en diferentes direcciones, ya no cabalgan en diferentes caballos. Por primera vez hay acuerdo. Ese acuerdo constituye una ayuda inmensa para trabajar el tercer paso, hacerte consciente de tus sentimientos, emociones, estados humor. Esta es la capa más sutil y más difícil, pero si puedes ser consciente de los pensamientos solo tienes que dar un paso más. Se necesita una conciencia un poco más intensa para empezar a meditar sobre tus estados de humor, tus emociones, tus sentimientos.
En cuanto eres consciente de estas tres cosas, todas se unen en un único fenómeno. Cuando estas tres cosas sean una sola, funcionando perfectamente al unísono, canturreando juntas, cuando puedas sentir la música de las tres (se han convertido en una orquesta), ocurre la cuarta. Lo que tú no puedes hacer ocurre por sí solo, es un regalo de la totalidad divina. Es una recompensa para los que han hecho estas tres cosas. Es el verdadero camino, y debe seguir ese orden.
La cuarta cosa es la conciencia definitiva que lo despierta a uno. En esta etapa uno desea lo más elevado del ser amado, el de desear lo correcto, para lograr esto uno se hace consciente de la propia conciencia, esa es la cuarta cosa. Eso te convierte en un buda, en un ser despierto. Solo en ese despertar llega uno a conocer lo que es la Totalidad Universal. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría, la cuarta cosa conoce la Totalidad, esos son los verdaderos deseos que debemos anhelar. Debemos de percibir, tener la intención y focalizarnos en esa totalidad. Ese es el objetivo, Ahí veras tu divinidad, te encontraras frente afrente con tu conciencia, Es por eso que vuelvo insistir, la forma para llegar la tenemos, esa es la canalizar la energía elemental. Pero el fondo real, el final de todo ser humano es encontrar la energía elemental. Así es como a través de ser testigo o espectadores llegaremos a ser conscientes, para lograr nuestro objetivo final de toda verdad, la conciencia.
Gracias por votos , comentarios y lecturas, les aprecio, un abrazo.
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