21.- REALMENTE, ¿SABEMOS LO QUE VEMOS?
Los humanos somos los únicos seres que continuamente quiere saber más allá de lo que nuestros ojos puedan mirar, pero siempre en forma tangencial, de algo concreto, por ende todo lo que no podíamos ver o tocar físicamente, era algo místico, al tener esa naturaleza de misterioso, era imperioso darle una coherencia en nuestra mente. Sabíamos en nuestro interior que existía una verdad que estaba en lo profundo del alma, que esa certeza solo se podía volver real en nuestra mente cuando naciera en nosotros el concepto de la fe, toda esta inmaterialidad se fusionaba en algo muy simple para todas nuestras antiguas civilizaciones, y es por eso que nacieron las distintas creencias de miles de dioses, que después con el tiempo daría al paso la era la religiosidad, con miles de credos y deidades en todo el planeta.
Como dice el refrán la fe mueve montañas. Es así que para dar una identidad a esta energía sanadora, equilibradora, protectora, entre muchos otros calificativos, se dieron atributos de poder a la tierra, el agua, el fuego, al amor, a dios o dioses. confiaron en que en el fondo de su espíritu (alma), estaba todo conectado con algo que solo lo podían sentir en su interior, todo era una sola unión con el todo. Era en esos miles de años atrás la única realidad a la cual se aferraban.
¿Tenían razón nuestros antepasados? ¿Toda esta energía de la fe estaba conectada con el mismo universo?. Ahora con la ciencia a nuestro favor, podemos corroborar empíricamente que nuestros antepasados humanos, no estaban tan equivocados al parecer. Podemos adentrarnos dentro de esa energía cósmica o divina de la cual estamos formados, sabemos de nuestro poder potencial que aun no somos consientes de manejar a través del plano cuántico, veamos por qué.
Cuando la ciencia se enfrentó a las pruebas fehacientes que demuestran que el proceso de observación influye aparentemente en lo observado, se vio forzada a dejar a un lado cientos siglos de suposiciones y a lidiar con la idea revolucionaria de que estamos implicados en la realidad. Aunque la naturaleza y el alcance de esa influencia aún es objeto de amplio debate, está claro que, tal y como Fritjof Capra señala, "la característica crucial de la teoría cuántica es que el observador es necesario, no sólo para observar las propiedades de un fenómeno atómico, incluso para causarlas a partir de nosotros mismos". Con esto podemos aseverar que el ser humano es el individuo que es capaz de manejar a su libre albedrio esta energía, que está en todas partes, desde el mismo universo, hasta la última molécula de energía de nuestro cuerpo. y con esto también me refiero a nuestras visiones, sueños, deseos e intenciones. A cuando creamos nuestra propia realidad.
Según Henny Stapp nos dice que el cambio profundo en la concepción que tenían los físicos de la naturaleza básica de su empeño y del significado de sus fórmulas no se debió a un impulso súbito, sino mas bien era el último recurso que les quedaba. La idea misma de que para comprender los fenómenos atómicos hay que interpretar las fórmulas matemáticas para que traten directamente sobre los observadores humanos, en vez de analizar sobre los acontecimientos reales externos, es aparentemente tan ridícula que jamás la sostendría ningún grupo de científicos eminentes y renombrados, a no ser que fuese la última medida posible a tomar. Con esto se va abajo la teoría de la perfección del todo, ya que la energía misma no es concepto que puede definirse con las matemáticas para encontrar una certeza, en donde anida la verdad del todo, ya que la energía es una totalidad no una perfección.
Nosotros debemos de entender muy bien este concepto, ya que esta aseveración nos abre una puerta muy importante de algo tan simple en nuestra vida cotidiana, siempre estamos mirando, pero ¿qué pasa exactamente cuando observamos algo?
Pasa que en nuestra actualidad según muchos científicos de renombre, han querido dilucidar este acertijo de nuestros ojos, o más bien el concepto de mirar, es más, podemos añadir, que tenemos tal fuerza de poder cambiar todo nuestro entorno y de materializar todo lo que nosotros procesamos en nuestro cerebro a través de nuestros pensamientos. Que podemos interactuar en la realidad misma de las cosas en forma instantánea, que es más rápido que la velocidad de la luz, ya que es una acción fantasmalmente abismante, como decía Einstein, que hasta el momento, nuestras queridas amigas las matemáticas aun no resuelven ya que escapan de todo modelo matemático, ya que este plano cuántico, está en el aquí y en el ahora de un espacio que no tiene tiempo ni medida, solo existe ya que es atemporal. ya que esta en el vacio mismo de la materia del universo y en el vacio mismo de la partícula mas ínfima jamás conocida. ¿Sera por eso que le dan por nombre la partícula de Dios?
Todos los estudios actuales verifican que lo que nosotros observamos influye en lo que miramos, antes de hacer una observación o una medición, el objeto ya existe como probabilidad de onda (técnicamente, función de onda, a su vez esta onda de energía es infinita, jamás se corta por su naturaleza misma). No tiene una ubicación ni una velocidad específica. El objeto, en ese estado de función de onda, contiene la posibilidad de poder estar aquí o allá cuando sea observado en una medición. El objeto tiene posiciones y velocidades potenciales, pero no sabremos cuáles son hasta que sea observado.
Lo más importante según los últimos avances, es que estas moléculas de energía no se pueden separar, ya que están entrelazadas en forma inseparable y que como tiene la propiedad de ser atemporal, estas pueden estar en miles de kilómetros distantes, pero siempre siguen siendo una misma partícula, a pesar de la distancia, esto quiere decir que si, altero a una partícula que está en un lugar A, en forma instantánea altero a la partícula que está en el lugar B, en forma instantánea, es decir es inseparable.
Para poner más interesante aun estas moléculas de energía, es que debemos sumarle, de que están en un plano de incertidumbre (donde las matemáticas aun no encuentran respuestas), en el cual existen muchas posiciones en un mismo instante, pero que no somos consiente de saber una única posición. Cuando entra en juego la etapa de lo que vemos, de la observación, solo en ese instante se transforma en una partícula existente, ya que somos capaces a través de nuestra vista de hacerla real, es algo que estamos viendo y que es tangible.
Veamos esto con un ejemplo; Quiero que se imagine que está en una cancha de básquetbol, en la cancha hay un jugador que está dando botes al balón. Tú, estás en la cancha con el jugador, pero el esta boteando a tus espaldas, al escuchar los botes tú tienes un infinito de probabilidades de saber donde esta boteando (superposición), ya que no estás mirando al jugador, solo escuchas los botes ya estas a espaldas, no sabes dónde está dando botes el balón (plano de la incertidumbre). Solo existe una manera de saber de dilucidar este problema y es si tú te das vuelta a mirar donde está el jugador dando botes, solo ahí te dadas cuenta, de donde realmente está el jugador dando botes con el balón (realidad) y eso es porque estas observando, a partir del hecho de que somos un actor principal en el plano de la realidad, hacemos que el plano de la incertidumbre se desintegre, ya que con el hecho de ser observadores, destruimos ese campo de probabilidades que está en nuestro entorno, en donde todas pueden ser reales, pero solo se materializa en una, ya que todas las demás dejaron de existir.
Todo esto sirve para desdibujar lo que antaño fue una distinción tajante entre el "mundo de ahí fuera" y el observador subjetivo, pues parece que se funden o juegan juntos en el proceso de descubrir el mundo, o ¿Sería de crearlo?
Creo que una de las cosas fantásticas que la gente no entiende cuando se habla del observador es quién es realmente el observador. Quizá estamos tan acostumbrados a la palabra que realmente no acabamos de entenderla. El observador es todo ser humano, con independencia del sexo, la raza, la posición social o el credo.
Esto quiere decir que TODO ser humano tiene capacidad para observar y cambiar la realidad presente. Cualquier persona que pase por la calle, sea alto ejecutivo, conserje, prostituta, violinista, o policía puede hacerlo y no sólo los científicos en sus sacrosantas salas.
La ciencia nos pertenece a todos porque la ciencia en sí misma es una metáfora que nos explica a NOSOTROS, al ser humano.
Ahora pensemos, somos seres creados con una conciencia, me pregunto la conciencia crea la realidad, esta interpretación lleva al extremo la idea de que el acto de observación consciente es el factor clave en la formación de la realidad. Confiere al acto de observación un rol especialmente privilegiado en la destrucción de lo posible y su conversión en lo real. La mayoría de los físicos institucionales considera que esta interpretación es poco menos que una ilusión propia del New Age y un malentendido difuso del problema de la medición (la realidad).
Las tradiciones metafísicas y espirituales más antiguas han sostenido siempre que, en palabras de Amit Goswami, "la consciencia es el fundamento de todo ser". Los protones y los neutrones se han incorporado al debate hace relativamente poco tiempo. Su aparición en el banco de los testigos ha sido un acontecimiento verdaderamente notable. Solo para materializar la realidad que construimos nosotros mismos
La Totalidad Según David Bohm, un protegido de Einstein, es que la mecánica cuántica revela que la realidad es un todo indivisible, en el que todo está conectado en un nivel profundo que trasciende los límites ordinarios de espacio y tiempo (la incertidumbre divina). Bohm lanzó la idea de que existe un "orden implicado" del que emana el "orden explicado" (el universo físico oculto, no detectable). ¿Que se nos oculta ante nuestros ojos?. El plegarse y desplegarse de dichos órdenes origina las variedades del mundo cuántico. La visión de Bohm de la naturaleza de la realidad dio origen a la teoría holográfica del universo, que ha sido utilizada por Karl Pribram y otros para explicar el cerebro y la percepción.
Ramtha, nos aclara que: cuando entendamos al observador, tendremos que inclinar la cabeza ante la mente superior que está formando modalidades de realidad con esa energía, modalidades de realidad con las que aún tenemos que soñar en esta vida. Todavía sólo lo percibimos como un caos (incertidumbre), pero tiene un orden definido. Está por encima de nosotros. Es más profundo.
Hasta ahora hemos hablado principalmente del concepto de observador desde el punto de vista de la física. El otro lado del observador es probablemente el sentido más íntimo que cada uno de nosotros tenemos de nosotros mismos. Aunque a veces se denomina "la vocecita persistente", muchas prácticas y tradiciones espirituales han utilizado el término "observador" para abordar el ego inefable, o para comprender nuestra naturaleza íntima y cambiar el ego exterior mediante la observación.
No es de extrañar que el impulso de vincular la visión subjetiva del observador con la visión científica sea tan irresistible, especialmente porque parece que la visión científica está hablando exactamente de lo mismo. El sujeto y el objeto están íntimamente relacionados. Mientras que, según nuestro concepto, el observador interno es pasivo (esta a la espera de recibir una orden o de una elección), la ciencia parece decir que la observación es activa. La observación produce un efecto físico.
Y tanto si la palabra "C" (la Consciencia) es el único agente influyente como si no, el hecho de que cualquier medición cambie el sistema físico es ya de por sí una revelación. Nos dice que no se puede sacar ninguna información de un sistema sin cambiar la naturaleza física de dicho sistema. ¿Cuánto influye el observador en lo observado? Ésta es la pregunta del millón:
Fred Alan Wolf dice: Tú no cambias la realidad de ahí fuera. No cambias las sillas, ni los enormes camiones, ni las excavadores, ni los cohetes que despegan, ¡no, no cambias nada de eso! ¡No! Pero cambias la forma en que percibes las cosas, o quizá la forma en que piensas en las cosas, cómo te sientes con respecto a ellas, cómo percibes el mundo. Y ¿por qué no cambiamos los enormes camiones, las excavadoras o la muerte ecológica? Según el doctor Joe Dispensa, "porque hemos perdido el poder de observación". Él cree en la necesidad de mantener en toda su sencillez el mensaje de la física cuántica. La observación tiene un efecto directo en el mundo del observador. Esto motivará a la gente a centrarse en ser mejores observadores. Y continúa diciendo, El mundo subatómico responde a nuestra observación; ahora bien, si una persona por lo general pierde la concentración en un lapso de entre 6 y 10 segundos... ¿cómo puede lo muy grande responder a alguien que ni siquiera tiene la capacidad de fijar la atención y concentrarse? Quizá sólo somos malos observadores. Quizás no tenemos la destreza de observar, pues puede que sea una destreza... Tendríamos que estar dispuestos a sentarnos cada día y dedicar un rato a empezar a observar, a diseñarnos un futuro nuevo y posible. Si lo hacemos adecuadamente y lo observamos adecuadamente, empezarán a aparecer oportunidades en nuestras vidas.
Como dice Sir Arthur Eddington: Hemos comprobado que allí donde la ciencia ha progresado más, la mente ha recuperado de la naturaleza aquello que la mente ha puesto en la propia naturaleza. Hemos encontrado una huella extraña en las orillas de lo desconocido. Hemos concebido teorías inteligentes, una tras otras, para explicar su origen. Al final hemos logrado reconstruir la criatura que dejó la huella. Y ¡vaya, resulta que es nuestra propia huella!. Con esta aseveración debemos darnos cuenta, que nuestra historia como observador no es reciente, y cuando digo esto, me refiero que a debemos de dar una mención honrosa a muchas civilizaciones antiguas, muchas extintas, todas, son dejar ninguna aparte, han sido un precedente de nuestra naturaleza como observador, de muchos estamos descifrando con nuestra nueva tecnología, que eran capaz de tener una conexión de la conciencia insuperable, en donde claramente podían hacer lo que nosotros hemos dejado de hacer, ya que en esta era actual dejamos que nuestra mente nos controle, que nos mantenga en un mundo ilusorio, en un sueño del cual todavía no podemos despertar.
Con todo lo que hemos visto podemos ver cómo podemos alterar la realidad cotidiana. Si subimos de la escala subatómica a la escala humana, ¿qué es la observación? Para los humanos, el umbral de la observación es la percepción. Tu percepción. Amit Goswami nos dice; Cada observación se puede considerar como una medición cuántica, porque la medición cuántica produce memoria cerebral. Los recuerdos cerebrales se activan cada vez que encontramos y experimentamos de nuevo un estímulo repetido. Un estímulo repetido evocará siempre, no sólo la impresión original, sino también la repetición de las impresiones de la memoria... Siempre percibimos algo tras ser reflejado en el espejo de la memoria. Ese reflejo en el espejo de la memoria es lo que nos da el sentido de "ser yo", de quién soy yo, un modelo de hábitos, un modelo de recuerdos, un modelo de pasado. En otras palabras:
Recuerdo (pasado) → Percepción → Observación → (influencia en la) Realidad.
Debemos de Descubrir las infinitas posibilidades de alterar nuestra realidad cotidiana. Bueno, pues si la realidad es precisamente la respuesta a las preguntas o actitudes que tenemos en la mente y esa respuesta está al final de una larga cadena de recuerdos, percepciones y observaciones, no se tratará tanto de cómo alterar la realidad, sino de preguntarnos por qué mantenemos siempre la misma realidad. En la respuesta a esta pregunta está la clave del cambio.
El problema de la medición es sólo un "problema que debe pasar a ser un instrumento de mi realidad" porque debilita radicalmente la idea de que estamos fuera de lo observado. Incluso un simple mecanismo de medición interactúa con el sistema medido y lo cambia. En la realidad observada hay una fluidez que parece contraria al mundo de las tazas de café y de los cohetes que despegan. Y, sin embargo, constituye una característica fundamental del enganche que existe entre todos los aspectos de la realidad. La palabra utilizable es "enganche". Aunque también podríamos decir conexión, o enredo, o que forman parte de la misma ecuación de mi vida. El concepto de la inseparabilidad esencial de todas las cosas sigue apareciendo desde el banco de los testigos cuánticos. ¿Quiénes somos nosotros, simples humanos, para discutir con un montón de millones de electrones? ¿Quién destruye lo diminuto? Más que quién, qué. Cualquier cosa. La pregunta sigue siendo: ¿son sólo cosas o también no-cosas, como la mente, el espíritu o la consciencia? En caso afirmativo, ¿son tan reales como las cosas que destruyen? En el mundo de las ilusiones, la separación entre cosas y no-cosas tal vez sea la ilusión de la que depende el resto de las ilusiones.
El escritor científico Dan Winters, en un artículo publicado en Discover, bajo el provocativo título de "¿Existe el universo cuando no lo miramos?", comenta: "Desde la perspectiva cuántica, el universo es un lugar extremadamente interactivo". El artículo resume la idea de John Wheeler, físico de Princeton, de "La génesis debida a la destreza del observador". Según Wheeler (colega de Albert Einstein y Niels Bohr, y quien acuñó el término "agujero negro"): "No somos meros espectadores en un teatro cósmico; somos creadores y conformadores que vivimos en un universo participativo.
Hola, gracias por sus votos y lecturas, un abrazo fraternal
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