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12.- MIS TRES "YO"

Según la rama de la filosofía convivimos a diario con nuestros tres YO.

El primero, es la personalidad. Este término procede del griego persona. En la tragedia griega se utilizaban máscaras. La voz salía de detrás de la máscara. Sona significa "voz", "sonido", y per, "a través de la máscara". No se conoce la cara real, ¿quién es el actor?. Está la máscara, por ella sale la voz. Parece que viene de la máscara, y no se ve la cara real. La palabra "personalidad" es muy clara y precisa. Procede de la tragedia griega. Ya en esa época, los grandes pensadores, hablaban de este mundo ficticio, es por eso que se refiere a la vos de nuestras mascaras.

Eso es lo que ha ocurrido. En la tragedia griega solo había una máscara. En cambio cada uno de nosotros tenemos muchas, una sobre otra, como las capas de una cebolla. Si te quitas una máscara tienes otra, y si te quitas esa tienes otra. Y si sigues escarbando, te sorprenderá cuántas caras llevas. ¡Un montón!. Todas te resultan útiles, porque tienes que cambiarlas muchas veces según las circunstancias de la vida.

Si hablas con tu empleado no puedes ponerte la misma cara que cuando hablas con tu jefe. Y quizá estén los dos en la misma habitación, pero cuando miras al empleado tienes que utilizar una máscara y otra cuando miras a tu jefe. Cambias continuamente. Se ha convertido en algo casi automático, no hace falta que tú cambies, se cambia por sí solo. Cuando miras a tu jefe sonríes. Después miras al empleado, tu sonrisa desaparece y adoptas una expresión dura, tan dura como la que te muestra tu jefe.

Ese es el primer tú, el tú del falso "yo", que también puede definirse como el ego. Esta personalidad te lo da la sociedad, es un regalo de la sociedad, de los políticos, los sacerdotes, los padres y los educadores. Te han dotado de múltiples caras para facilitar tu vida. Te han arrebatado la verdad y te han dado un sustituto. A causa de esas caras sustituibles no sabes quién eres. No puedes saberlo, porque las caras son tantas, estas cambian con tal rapidez que no puedes fiarte ni de ti mismo. No sabes exactamente qué cara es la tuya. En realidad, ninguna de esas caras son la tuya.

El zen dice: "A menos que conozcas tu cara original no sabrás qué es Buda". Porque Buda es tu cara original. Naciste como un Buda y estás viviendo en la mentira.

Todos los padres y los sistemas educativos son impositivos, porque no te tienen en cuenta. Tienen ideas preconcebidas, saben qué es lo bueno y lo malo, te lo imponen. El niño está tan desvalido y es tan delicado que lo pueden moldear. Y eso es lo que hace la sociedad. Antes de que el niño se haya fortalecido lo suficiente, ya tiene mil traumas, está paralizado y confundido ya que debe de aprender y comprender muchas personalidades.

Eso me hace recordar cuando estaba muy niño, y en mi colegio muchos profesores me inculcaban a tener una personalidad fuerte, otros a ser de personalidad amable, y así por estilo, no me daba cuenta que cada vez me iban moldeando al sistema violento al cual me iba a enfrentar cuando ya fuera una persona mayor. Creo que muchos de Uds. ya han pasado por lo que yo ya pase ¿ oh no?.

Por eso se ha definido al zen de la siguiente manera: "esta disciplina va dirigido directamente al corazón humano. Para llegar a encontrar la naturaleza cósmica y transformarse en un Buda. No apoyarse en las letras. Es una transmisión distinta, aparte de las escrituras".

Una transmisión distinta, aparte de las escrituras; es decir, que ni el Corán ni el Dhammapada, ni la Biblia ni el Talmud ni el Gita te la pueden proporcionar. Ninguna de las escrituras sagradas te lo puede dar, ya que solo se deben tomar como los faroles que alumbran el camino divino de la verdadera realidad.

La verdad está en ti, en tu interior ahí debes de encontrarla. Los hindúes dicen que "Hay que ver la naturaleza para transformarse en Buda. Dirigido directamente al corazón humano". No tienes que ir a ninguna parte. Vayas a donde vayas, seguirás siendo el mismo, ¿qué sentido tiene? Puedes ir al Himalaya, con eso no cambiará nada, porque te llevarás todo lo que tienes, todo lo que eres, todo en lo que te han convertido, lo llevarás contigo, artificialmente. Tus caras artificiales, los conocimientos que te han prestado, las escrituras, todo seguirá aferrado a ti. Incluso si te sientas a solas en una cueva del Himalaya no estarás a solas. Te rodearán los profesores, los sacerdotes, los políticos, tus padres, la sociedad entera. Quizá no lo veas, pero todos estarán allí, a tu alrededor. Seguirás siendo cristiano, hindú o musulmán, y seguirás repitiendo palabras como un loro. Nada cambiará, porque así nada puede cambiar ( eso es el inconsciente colectivo que hemos heredado). Solo siendo consciente de lo que estás viviendo ante tus ojos encontraras tu verdadera realidad. Está ahí, solo debes detenerte un poco y entrar en ese camino real.

El verdadero cambio que se tiene que producir, no es de lugar, no tiene que producirse fuera de ti, por así decirlo en el mundo. Sino que dentro de ti. ¿A qué me refiero con el verdadero cambio? Me refiero a que si eliges tu realidad desde tu interior, empezaras a cambiar inexorablemente tu mundo ficticio, ya que poco a poco, mientras más consientes empieces a actuar, mas real será tu experiencia terrenal en este mundo.

Te has dado cuenta que para los cristianos un pecador se transforma en santo, pero las personas respetables nunca se transforman. No pueden, porque tienen una personalidad muy valiosa, con muchos adornos, muy pulida. Han invertido mucho en esa personalidad. Su vida entera ha sido una especie de continua pulimentación. Les costaría demasiado abandonar esa maravillosa personalidad. Un pecador sí puede hacerlo, porque no ha invertido nada en ella. Aun más, está harto de ella, de tan fea como es. Pero ¿cómo podría desprenderse tan fácilmente una persona respetable, con tantas recompensas que le han dado, con tantos beneficios como le ha reportado? Con ella ha ganado respetabilidad, le ha hecho ascender, va a llegar al culmen del éxito. Le resulta muy difícil dejar de ascender por los peldaños del éxito. Es una escalera sin fin, por la que se puede subir eternamente. ¿Pero es su verdadera realidad? ¿ Realmente es consciente de la vida que lleva o es muy diestro con todas sus mascaras?

Cuando Henry Ford estaba a punto de morir, en su lecho de muerte, aún planeando nuevas industrias, nuevos negocios, alguien le dijo:

—¡Pero si se está usted muriendo! Según los médicos, no vivirá más de unos cuantos días. Ni siquiera están seguros de eso, podría morir hoy o mañana. ¿Y ahora qué? Ha dedicado su vida entera a esto, y tiene mucho dinero, mucho más de lo que puede gastar. Ese dinero no sirve para nada. ¿Por qué se empeñó en crear tantas empresas? Seguramente Henry Ford dejó de planear cosas unos momentos y respondió. —Mire, no puedo parar. Es imposible. Solo la muerte me detendrá, yo soy incapaz. Mientras esté vivo querré subir un peldaño más. Sé que es absurdo, pero no puedo parar.

Cuando se triunfa en el mundo resulta muy difícil parar. Resulta difícil parar cuando te estás enriqueciendo, cuando te estás haciendo famoso. Cuanto más refinada sea la personalidad, más se afianza.

Existe mucha bibliografía con la palabra Mejorar, por ej. mejora tu autoestima, mejora tu inteligencia, mejora tu depresión, mejora tu ira. Pero en el fondo ¿debemos mejorar? ¿Pero qué cosas? Por eso no digo que tengas que mejorar. Desde Buda a Hakuin, ninguno de los grandes maestros ha hablado de que haya que mejorar. Ojo con los llamados "libros para mejorar" de "desarrollo personal". El mercado está lleno de esos libros. Hay que tener mucho cuidado con ellos, porque esa mejora no nos llevará a ninguna parte ( lo digo con mucho respeto). Por la sencilla razon que no se trata de mejorar, porque con mejorar solo se consigue aumentar una vida ficticia. Mejorará la personalidad, se pulirá más, se hará más sutil, más valiosa, pero eso no equivale a la transformación de ser consciente.

La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino abandonándola.

La mentira no puede convertirse en la verdad (dualismo). No hay forma alguna de mejorar la mentira para que se convierta en la verdad. Siempre seguirá siendo la mentira. Parecerá cada día más la verdad, pero seguirá siendo la mentira. Cuanto más verdad parezca, más te absorberá, más se arraigará en ti. La mentira puede parecer hasta tal punto la verdad que es posible olvidarse de que en realidad es mentira. o no has escuchado la frase este hombre está loco, no está viviendo en el mundo real. Ojo, quizás el loco esta mas cuerdo que todos nosotros mimos.

La mentira te dice: "Ve en busca de la verdad. Mejora tu carácter, tu personalidad. Busca la verdad, transfórmate en esto, transfórmate en lo otro". La mentira no para de ofrecerte nuevas actividades. Haz esto, y todo irá bien, serás feliz para siempre. Haz esto, haz lo otro. ¿Que esto falla? No importa. Tengo otros planes para ti. La mentira no para de ofrecerte planes, y tú sigues esos planes, malgastando tu vida. La mentira es la que trabaja decidiendo en el plano cuántico de las probabilidades que tienes a tu merced, no dejes que la mentira cocine la sopa cuántica, ya que solo tú eres el cocinero.

En realidad, la búsqueda de la verdad también procede de la mentira. Resulta difícil de comprender, pero es algo que hay que primero entender. La búsqueda de la verdad deriva de la propia mentira. Es la forma de protegerse que tiene la mentira, si incluso te ofrece la búsqueda de la verdad, ¿cómo puedes sentirte a disgusto con tu personalidad? ¿Y cómo puedes decir que es mentira? Te empuja, te arrastra a ir en busca de la verdad.

Pero la búsqueda significa ir a otro sitio, mientras que la verdad está aquí y la mentira te impulsa a ir allá. La verdad dice "ahora", y la mentira "entonces ve a allí". La mentira siempre se refiere al pasado o al futuro, nunca al presente. Y la verdad es el presente, este mismo momento, ahora mismo.

De modo que el primer "Yo" es la mentira, la actuación, la pseudopersonalidad que te rodea, la cara que ofreces a la galería, la falsedad. Es un engaño. La sociedad te lo ha impuesto y tú has colaborado en ello. Tienes que dejar de colaborar con esa mentira de la sociedad, porque solo cuando te quedas al desnudo eres tú mismo. Todos los ropajes son un invento social. Todas las ideas y las identidades que crees poseer son un invento social, algo que te han creado los demás. Recuerda que tienen sus motivos para hacerlo. De esta forma se aprovechan de ti sutilmente. Te explotan para el beneficio de unos pocos.

La auténtica explotación no tiene un carácter económico ni político; la auténtica explotación es la psicológica. Esa es la razón por la que todas las revoluciones han fracasado. ¿Cuál es esa razón? Que no han indagado en la explotación más profunda, la psicológica. Solo intentan cambiar lo superficial. Si una sociedad capitalista se vuelve comunista, no hay ninguna diferencia. Si una democracia se convierte en dictadura, o si una sociedad dictatorial se hace democrática, da igual, no existe ninguna diferencia. Son cambios superficiales, un blanqueado, pero en lo más profundo la estructura sigue siendo la misma.

¿En qué consiste la explotación psicológica? La explotación psicológica consiste en no permitir que nadie sea uno mismo, que nadie sea aceptado tal y como es, que no se respete a nadie. ¿Cómo respetar a las personas si no las aceptamos como son? Si les impones cosas y después las respetas, lo que respetas son tus propias imposiciones. No respetas a las personas como son, no respetas su desnudez, ni su espontaneidad, no respetas sus sonrisas y sus lágrimas de verdad. Solo respetas el fingimiento, las pretensiones. Lo que respetas es la actuación.

Tienes que abandonar por completo este primer tú. Respeto a Freud en muchas cosas, pero según mi punto de vista contribuyó en gran medida a que la humanidad tomara conciencia de la falsedad de la personalidad.

Llega al segundo tú, al tú reprimido, instintivo, inconsciente. Se trata de todo lo que la sociedad no ha permitido, de todo lo que la sociedad ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tiene encerrado. Solo aparece en tus sueños, en metáforas, o cuando estás borracho, cuando no tienes control sobre ti mismo. El resto del tiempo está lejos de ti, y es más auténtico, no es falso.

Freud hizo mucho para que el hombre tomara conciencia de ello, las psicologías humanistas, sobre todo los grupos de encuentro, de desarrollo personal y similares han contribuido enormemente a que se tome conciencia de todo lo que grita en nuestro interior, de lo que ha sido reprimido, aplastado. En eso consiste la parte vital. Esa es la vida real, la vida natural. Las religiones la han condenado, calificándola de parte animal, la han condenado al considerarla el origen de la maldad. No es el origen de la maldad, sino de la vida. No es inferior a lo consciente. Es más profundo que lo consciente, sin duda, pero no inferior.

No hay nada de malo en lo animal. Los animales son hermosos, como los árboles. Viven desnudos, con sencillez. Aún no los han destruido los sacerdotes y los políticos, aún forman parte de la Divinidad. Solo el ser humano se ha extraviado. El hombre es el único animal anormal que ha equivocado su camino, mientras que los demás animales son normales. De ahí su alegría, su belleza, su salud, de ahí su vitalidad.

Este segundo "Yo" es mucho más valioso que el primero. Precisamente por eso debemos de tener cuidado con las religiones, a todos los sacerdotes y líderes espirituales, porque se aferran al primero, al más superficial. Pero el segundo tampoco supone el final, y ahí es donde Freud se queda corto. Como también se queda corta la psicología humanista, si bien profundiza un poco más que Freud, no profundiza lo suficiente como para llegar al tercer "Yo".

En ti existe un tercer "Yo", el Ser auténtico, la cara verdadera, que sobrepasa los "Yoes" primero y segundo. Lo trascendental, "la conciencia pura", sin fisuras, sin divisiones.

El primer tú tiene un carácter social; el segundo, natural; el tercero, divino (ya que es solo energía, no tiene una definición exacta, ya en su totalidad es solo un SER. Un momento, no digo que el primero no resulte útil. Si existe el tercero, el primero se puede emplear. Si existe el tercero, también se puede emplear el segundo, pero siempre y cuando exista el tercero. Si el centro funciona, también irá bien la periferia (nuestro mundo de ahí afuera), porque la circunferencia estará en su sitio, pero si solo tenemos el centro, sin la circunferencia, no existirá la totalidad.

Eso es lo que ha ocurrido con el ser humano. Por eso tantos pensadores occidentales sostienen que la vida carece de sentido. No es así. Solo se debe a que se ha perdido el contacto con el origen del sentido, del significado. Muchos sicólogos lo definen con hecho de no estar centrados, han perdido su centro, su coherencia.

Es como si un árbol perdiera el contacto con sus raíces. Entonces no habría flores, empezaría a desaparecer el follaje, se caerían las hojas y no brotarían hojas nuevas. Entonces la savia deja de fluir, deja de existir la vida. El árbol se muere. Fíjate que el árbol es el centro mismo de todo, es la totalidad misma, desde el centro a su periferia o también podríamos decir desde la sabia misma (centro) hasta sus ramas (periferia).

Entonces el árbol puede empezar a filosofar, a ponerse en plan existencialista, como Sartre, por ejemplo, y ponerse a decir que ya no hay flores en la vida. Que la vida no tiene flores, que ha desaparecido la fragancia, que ya no hay pájaros... El árbol incluso puede empezar a decir que siempre ha sido así y que en la antigüedad se engañaban pensando que había flores, que eran puras imaginaciones. "Siempre ha sido así, la primavera nunca ha llegado, son fantasías de la gente. Son fantasías de los budas... que si crecen las flores, que si reina la alegría, que sale el sol y aparecen los pájaros... No hay nada. Todo es oscuridad, todo es fortuito y nada tiene sentido". ¿El árbol podría decir esto?.

La verdad no es que nada tenga sentido, que ya no haya flores, que las flores no existan, que la fragancia sea pura imaginación, sino sencillamente que el árbol ha perdido contacto con sus propias raíces.

A menos que eches raíces en la "conciencia del todo", no florecerás, no cantarás, no sabrás en qué consiste una fiesta. ¿Y cómo se puede conocer a la divinidad si no se sabe lo que es festejar? Si has olvidado de bailar, ¿cómo vas a orar? Si has olvidado de cantar y de amar, la energía de la divinidad en ti ha muerto. Tu árbol se ha secado, ha desaparecido la savia. Tendrás que volver a encontrar tus raíces. ¿Y dónde encontrar esas raíces? Hay que encontrarlas en el aquí y ahora. ¿Crees que puedes hacerlo?

Tu eres la divinidad, eres energía que vibra en cada instante de tu consiente, de ti depende usar la magia que esta a tu alcance, solo falta el paso más importante..., CREER, de este hecho tan importante nace en todos los humanos la FE.

Gracias a todos por leer mi obra, espero les guste este capitulo, un abrazo

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