Había llegado finalmente el día en que Ximena y los demás se despedirían de la Ciudad Rosa. Las vistas desde los balcones del hotel era simplemente impresionantes. Con el Palacio del Agua de fondo, que tantas preguntas traía a Ximena, el Sol y la Luna compartían espacio en el cielo cada uno en un extremo, como simbolizando la vida y la muerte, el orden y el caos, la verdad y la mentira, patrones que se habían entrelazado más de una vez en la búsqueda de Ximena. Sin embargo, a pesar del extraordinario paisaje, muy pocos lo estaban disfrutando.

Casi toda la ciudad  dormía, la mayor parte de los establecimientos estaban cerrados debido a que trabajaron toda la noche por el concierto de Chandra y las calles, aunque transitadas, no podían compararse con los días anteriores. Esto le dio la oportunidad a Ximena, que disfrutaba del aire fresco de la mañana desde su balcón, de percatar  pequeños detalles de la ciudad que con la multitud ajetreada era imposible. Pasó varios segundos allí tomando un té que había ordenado y escuchando una canción que tocaban unos músicos callejeros cerca del hotel.

Bajó por las escaleras y encontró un panorama muy parecido al de la ciudad. Todo un poco desolado, los trabajadores atendían a los pocos huéspedes que estaban en la sala de estar, probablemente que partirían esa mañana al igual que ellos, y en los muebles de los pasillos se encontraban varios de los hombres de negocios que había visto la noche anterior en el público, al parecer el alcohol había hecho efecto. Aquella imagen de la ciudad la llevó a recordar una frase que su madre en una ocasión le dijo:” Después del caos llega la calma” y era justo lo que había sucedido.

Sin más divagar se apresuró a la cafetería en la que, si conocía bien a su amigo, Peter la estaría esperando. Entró a través de puerta de cristal con manillas de madera y para su sorpresa estaba casi llena, tanto incluso que no podía encontrar una mesa

—Es como si todas las personas del hotel hubiesen acordado venir a esta cafetería- pensó y siguió examinando el lugar hasta que divisó a Peter en una de las mesas más alejadas de la entrada totalmente concentrado en una noticia que leía en el periódico.

Llegó hasta la mesa y tomo asiento enfrente suyo pero seguía sin notarla así que decidió doblar la parte superior de la gaceta lo que hizo que su amigo se llevara un buen susto. La saludó pero antes de que pudiera decir algo más Ximena lo interrumpió al notar algo extraño:

—¿Por qué lees el periódico de ayer?—habló con naturalidad sin embargo su rostro de preocupación era evidente.

—Hubo un problema con la entrega que, por si te lo preguntas, no tiene nada que ver con el concierto de Chandra así que en lugar de esperar decidí tomar uno de los de ayer, eso es todo. Te notó algo preocupada, ¿por qué querías verme?

—Peter tengo algo que contarte pero no le digas a los demás, no quiero alarmarlos.

—¿Qué sucede? Me estoy empezando a preocupar yo también.

—La segunda nota, la que nos llevó hasta Moscú…no está, es como si hubiera desaparecido, como si la hubieran…robado.

—¿Estás segura? ¿Buscaste en todos lados? Pudiste haberla extraviado.—decía el londinense tratando de no alarmarse, no sabía que pudiese pasar si la nota caía en manos de uno de los hombres de París, pero sin dudas nada bueno.

—Claro que si, y no está por ninguna parte. Me di cuenta de que la pista no estaba ayer en la tarde. Al Manmohan contarnos que finalmente había logrado convencer a Kamala de que viniera con nosotros, subí a mi habitación y comencé a hacer mi equipaje cuando me percaté de que el sobre donde había venido la primera nota, la carta y el collar no estaba donde siempre lo guardo. Ya sé lo que dirás: “eres muy meticulosa” o “¿cómo encuentras eso algo inusual?

—Para nada, sabes que nunca diría eso.—la interrumpe y ella levanta sus cejas con ironía a la vez que le da una sonrisa falsa de boca cerrada—Bueno, un poco meticulosa sí que eres.

—En fin, volvamos a lo de la nota que es realmente serio. Noté que el sobre no estaba donde debería sino en otra parte de la maleta así que lo tomé y por el simple hecho que, como tú mismo dijiste, soy muy meticulosa.

—Que conste que yo solo dije que…sabes que da igual, continúa.—agregó Peter cruzándose de brazos.

—Revisé dentro del sobre donde se suponía que estuviera el collar, las tres notas y la carta pero faltaba la nota que encontramos en el cuadro de Gustav Eiffel. Hojeé una vez más para cerciorarme de que mi mente no me estuviese jugando una mala pasada pero simplemente no estaba. La busqué entre todo mi equipaje pero se había esfumado. Pero lo que no termino de comprender, en caso de que alguien quisiera robar alguna nota, por qué esa específicamente, no sería más obvio tomar todas o algo así.

—Lo que me parece más raro de todo esto es que no tomó nada más, ningún objeto de valor que hubiera podido encontrar, nada, solo la nota. Esta persona sabe lo quiere y esa nota es parte del plan. Revisa una vez entre tu equipaje,  si no consigues encontrarla estamos en un gran problema.

—Hay algo más a lo que le he estado dando vueltas y aunque no se si sea una buena idea creo que serviría para cerrar de una vez las sospechas sobre el anillo que John me regaló. Sé que aunque Andrea en la primera nota, la que tuvimos que leer en el espejo, pedía que mi padre no supiera sobre esto, él es el único que tiene tantos contactos como saber si ese anillo fue comprado realmente como me había dicho John. No voy a revelarle ninguna información sobre la búsqueda que es lo que Andrea no quiere que haga, solo le preguntaré sobre el anillo y listo.

—En teoría no parece que sea una tan mala idea teniendo en cuenta el hecho de que eso podría resolver muchas que las dudas que tenemos sobre John, pero hay dos cosas en las que no has pensado al parecer, ¿cómo sabrás dónde está tu padre actualmente si cuando salimos de Inglaterra estaba de viaje de negocios? y ¿cómo le vas a explicar que estas en Jaipur o Delhi sin contarle lo de la búsqueda?—añadió Peter aún sin estar muy convencido sobre el tema

—La parte en la que le explico cómo terminé en un hotel jaipurí todavía no la he resuelto pero gracias a ti ya se a dónde enviar el telegrama.—dijo la inglesa para tomar el periódico que el londinense había dejado en una de las esquinas de la mesa.

Hojeaba con detenimiento cada una de las páginas buscando algo en particular. Su amigo la miraba con desentendimiento, él había estado leyendo el periódico desde que llegó a la cafetería y no tenía idea a lo que Ximena pudiera estarse refiriendo. Casi se terminaban las páginas cuando colocó la gaceta encima de la mesa nuevamente señalando uno de los artículos y continuó:

—Cuando caminaba por la sala de estar algunos de los huéspedes estaban leyendo el periódico sin embargo uno en particular me llamó la atención y es que en él pude leer algo sobre Johansson Enterprise y tal y como pensé era solo otra de las noticias de mi padre haciendo un trato que puede cambiar la historia de la arquitectura. Los periodistas siempre exageran las noticias de la empresa por lo que se encargan de escribir todo con lujo de detalle, incluido por supuesto el lugar del trato y la empresa con la que hará la firma. Veamos quien es en esta ocasión.—comenzó a leer en voz baja el articulo y aproximadamente a la mitad se detuvo y volvió la mirada a Peter—Aquí está, Contemporary Life en Sídney, Australia. Lo único que necesito pensar ahora es que le diré para que no sospeche de la búsqueda.

—Espero que encuentres la solución antes de llegar a Delhi, eso si logramos tomar el tren. Debemos salir en 15 minutos si queremos llegar a tiempo.—dijo Peter algo exaltado después de mirar su reloj.

Esperaron unos segundos a que el mesero de la cafetería les trajera la cuenta y fueron a sus respectivas habitaciones para terminar de hacer su equipaje y partir a Delhi a su encuentro con Karan, o al menos esa era la idea al inicio.

Subían las escaleras hablando de la nota desaparecida cuando vieron a uno de los trabajadores del hotel saliendo de la habitación de Francesca y no le dieron mucha importancia, podría haber sido simplemente un café que había ordenado. Sin embargo la verdadera razón detrás de la visita del joven sería develada por la inquilina minutos después.

Ximena terminaba de hacer su equipaje y como es usual no tuvo problema alguno realizando la tarea ya que era una persona bastante organizada. Había vuelto a revisar entre todas sus cosas buscando la nota que había desaparecido y esta vez no fue diferente a las anteriores. Guardaba el vestido que usó en la gala de Chandra cuando escuchó unos golpes en su puerta. Se apresuró a abrir sin tener idea de quién podría ser:

—Ximena hay algo que debo contarte.—dijo Francesca con una notable expresión de preocupación en el rostro. Sus ojos estaban fijos en un pequeño trozo de papel que aguantaba cada vez con más fuerza.

—Pasa, ¿qué ocurre?—agregó la inglesa en un intento de tranquilizarla. La hizo tomar asiento en el sofá de mimbre del balcón y le brindo un poco de agua.

Ya más tranquila, Francesca pudo explicar lo que había sucedido y el contenido del trozo de papel que ahora Ximena podía ver con más claridad. Se trataba de un telegrama y el remitente era de apellido Danrels. No entendía nada de lo que estaba pasando así que dejo a la italiana hablar:

—Este telegrama llegó hoy al hotel para mí. No me pareció extraño ya que días atrás yo le había enviado uno al médico de mi madre para preguntarle sobre su estado de salud y estaba esperando una respuesta. Ella tiene una enfermedad crónica desde hace muchos años atrás pero con el tratamiento que le recetó el Dr. Danrels le ha ido bastante bien. Muchas veces me escribe para preguntarme cómo le va con la enfermedad y al enterarse de que tenía que salir de viaje se ofreció a cuidarla personalmente para no estropear mis planes, es una de las mejores personas que conozco. El telegrama que recibí esta mañana no era lo que esperaba. Mi madre siempre ha tenido sus recaídas pero por lo que me cuenta el Dr. Danrels esta es mucho más fuerte que cualquiera que haya sufrido antes así que me entristece mucho decirlo pero debo abandonar la búsqueda , no quiero que este sola en este momento tan difícil.—decía mientras sus ojos se cristalizaban y escapaba una que otra lágrima rebelde que limpiaba con cierta rapidez.

—Te entiendo más de lo que pudieras imaginarte, se lo que es pasar por situaciones como esas y lo difícil que puede ser superarlas, estar ahí y no poder hacer nada para detenerlo, que tu ayuda no sirva de nada. Solo ser una espectadora es muy duro. Comprendo perfectamente tu decisión de abandonar la búsqueda, en tu lugar yo hubiese hecho lo mismo. Te has convertido en amiga en quien confiar en el poco tiempo que llevamos de conocernos y me has ayudado mucho en esta ardua tarea que mi hermana me ha dejado.— añadió Ximena a quien también los recuerdos le habían jugado una mala pasada y habían logrado que se cristalizaran sus ojos

—Pienso acompañarlos hasta Delhi y ahí tomar un tren de vuelta a Moscú. Por cierto si ya tienes todo listo para partir podemos bajar a la sala de estar que Manmohan y Kamala nos están esperando, los vi bajar cuando venía hacia acá.—agregó Francesca ya más aliviada y tranquila.

—Solo necesito terminar de empacar unas cosas más y listo así que si quiere adelántate.—habló Ximena mientras guardaba unos zapatos.

Caminaba rumbo a la sala de estar a encontrarse con los hermanos justo como le había comentado a Ximena pero al acercarse un poco más a ellos pudo notar que otra persona les estaba acompañando y no se le hacía nada conocida. Fue hasta los muebles donde estaban hablando y tomó asiento a un lado del calcutense. Examinó el rostro de cada uno de ellos con detenimiento y lo único que encontró fueron muestras de tristeza y preocupación mucho más acentuados en Kamala que en los demás. Había un relativo silencio ya que el murmullo de las conversaciones indistintas de los huéspedes se hacía notar un poco. Francesca se acercó a Manmohan y le preguntó que sucedía en tono casi imperceptible al notar el estado tan frágil de Kamala. Este se levantó y dijo, dirigiéndose a su hermana con una voz suave:

—Kamala ahora vuelvo, mientras no estoy Raj te hará algunas preguntas ¿está bien?

—Claro hermano.— agregó entre sollozos y limpiándose un lágrima rebelde que corría por su mejilla.

Manmohan llevó a Francesca hasta una de las áreas verdes del hotel, un poco lejos de la sala de estar pero sin dudas era lo mejor debido a la gravedad del asunto con el que estaban tratando. Tomaron asiento en uno de los bancos con vistas al restaurante principal del hotel. Había un buen ambiente para pasar el tiempo al aire libre ya que el sol estaba siendo cubierto por algunas nubes que de alguna forma arruinaban la hermosa vista que había contemplado Ximena al despertar. Francesca notó que Manmohan lucía bastante preocupado con la situación así que decidió hablar primero:

—¿Quién es Raj?, el hombre que tiene que hacerle preguntas a Kamala ¿Es acaso policía?

—Raj Devi es el jefe de la policía jaipurí, un viejo amigo de los Johar y está aquí porque ocurrió algo…terrible.

—Me estoy empezando a asustar, por favor Manmohan cuéntame lo que pasó.

—Está bien.

15 minutos antes:

—Ya todo está en su lugar.—habló Kamala con cierto entusiasmo, después de todo este tiempo volvería a ver a su padre.

—No sé por qué siempre se me ha hecho difícil esto de empacar.—rió Manmohan a la vez que tomaba su maleta y la de su hermana.

—Bueno no te preocupes, siempre puedes molestarme para que te ayude.—habló Kamala a la vez que abría la puerta de la habitación de su hermano.

Manmohan tenía dibujada en su rostro una sonrisa sincera al ver a su hermana tan ansiosa por volver a casa. No la veía así desde hacía muchísimo tiempo y le alegraba poder tener de vuelta a la parte amigable que pensó había perdido aquella primera vez que fue a la mansión Johar. Bajaron hasta uno de los asientos cercanos al pasillo principal y examinaron el lugar en busca de los demás pero ninguno había llegado así que se sentaron y comenzaron hablar de su vida antes de que se separaran. Kamala nota que Devi había entrado en el hotel y parecía estar buscando algo en particular así que se levantó y fue hasta él a saludarlo:

—Sr. Devi, tanto tiempo sin verlo. ¿Me recuerda? Soy Kamala, la esposa de Dev.

—Claro que la recuerdo pero por favor dejemos las formalidades, puedes llamarme Raj.

—Como guste. Entonces, ¿que lo trae por aquí?

—Necesito hablar contigo Kamala , es sobre Dev. Algo pasó anoche.

—¿Él está bien? Dígame que él está bien por favor.

—Vamos a sentarnos ¿sí?

Fueron hasta Manmohan y este preocupado por la expresión que se había dibujado en el rostro de su hermana preguntó al desconocido que la acompañaba:

—Sr. ¿ha pasado algo?

—Él es el jefe de la policía jaipurí Raj Devi, dice que tiene que hablar conmigo, bueno con nosotros, sobre algo que sucedió anoche con Dev.

—Adelante Sr. Devi ¿Qué nos tiene que contar?—agregó Manmohan tan precupado como intrigado

—Bueno, anoche recibimos una llamada de Indrani, la mucama de los Johar, diciendo que el auto de Dev se había estrellado y él había…muerto, pero no por el accidente sino porque recibió…un disparo en la cabeza, eso fue lo que hizo que el auto se estrellara.

A cada palabra de Raj los ojos de Kamala se cristalizaban cada vez más hasta que hubo un punto en el que no pudo soportarlo más y rompió en llanto en los brazos de su hermano quien trataba de tranquilizarla de todas las formas posibles pero todos sus intentos fueron en vano. Raj decidió no darle más detalles sobre el suceso hasta que se recuperara, solo mencionó que no podría salir de la ciudad hasta que diera su declaración y se encargara de algunos asuntos de rutina.

Después de que secara sus lágrimas fue hasta el bar a por algo de tomar y, aunque Manmohan había insistido muchas veces en traerlo, decidió ir por sí misma. Durante el tiempo que Kamala esperaba a que terminaran de preparar su bebida, Raj le contó a Manmohan más detalles del caso como él mismo había pedido:

—Sabemos que quien hizo esto no es ningún principiante, iban a por él y ni siquiera quisieron ensuciarse las manos, prefirieron que un tirador a larga distancia hiciera el trabajo. Además encontramos los cuerpos de los agentes que merodeaban la zona en ese momento, la seguridad era máxima y aún así pudieron realizar el asesinato. Una cosa que nos llamó mucho la atención fue un trozo de papel que encontramos en la escena del crimen. En él se podía leer en la primera línea “en lo frío” y en la segunda “más allá de”. Aún no sabemos a dónde pueda pertenecer pero al analizarlo pudimos llegar a una conclusión: es la caligrafía del anónimo de cartas. Este es un ladrón que se hizo mundialmente famoso por organizar y dirigir el robo de la serpiente de jade en 1909 pero no solo eso sino que engañó a las autoridades chinas enviándoles cartas haciéndose pasar por uno de los supuestos rehenes que estaban dentro del lugar, todo para que no los detuvieran y salir ilesos, y lo lograron. La historia se publicó tiempo después de que una fuente anónima le brindara información a los periódicos de China sobre los detalles del robo, incluyendo las cartas. Hasta ahora no se sabe quién haya podido ser pero se cree que fue uno de sus cómplices. Si a esta persona no la están incriminando en la muerte de Dev, estamos lidiando con algo sumamente peligroso.

—El anónimo de cartas…nunca había oído hablar sobre eso.—dijo Manmohan más que intrigado por la historia.

—¿Quién es el anónimo de la cartas?— intervino Kamala tomando un sorbo de lo que parecía era un té

—Nadie hermana, no te preocupes.

Nota de autora:

Hola a todos, he vuelto con un nuevo capítulo que espero hayan disfrutado. Ya se que dije que publicaría sin falta hace mucho tiempo pero simplemente cada vez que digo que voy a publicar algo pasa así que voy a optar por no poner fecha fija a los capítulos y publicar lo más pronto posible.

No sé si se dieron cuenta pero cambié los guiones de los diálogos. ¿Creen que sea buena idea? ¿Debería cambiarlos en todos los capítulos?

No se olviden de dejar su estrellita y comentar en sus partes favoritas del capítulo.

Nos vemos pronto o eso espero...Very