Pierre estaba en la estación de trenes esperando el tranvía que le llevaría a París junto a su amigo Ilyá quien había insistido en acompañarle. La terminal estaba tan concurrida que apenas si se podían reconocer los rostros de las personas que esperaban su transporte pero el parisino estaba sumido en sus propios pensamientos.

A pesar del ajetreo en el lugar, reinaba el silencio entre los amigos, eso hasta que Ilyá decidió preguntarle algo que definitivamente no esperaba:

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto?, podemos avisar a la policía francesa y ella sin ningún problema lo haría.

-Si alguien debe contarle a la Sra. Stéphanie de la muerte de Grace, ese soy yo. Algún día tendré que aceptar que una de las personas más importantes en mi vida se ha ido para siempre y esta es mejor forma de afrontarlo- agregó después de pensárselo unos segundos.

-Si esa es tu decisión yo te apoyo- añadió Ilyá a la par de que el ferrocarril se colocaba en las vías, ya no había vuelta atrás.

Pierre se levanto del banco en que estaba sentado, tomó su maleta y se despidió de su amigo. Justo antes de subir, giro sobre sus pies y le dijo al moscovita:

-No olvides contarme de los avances del caso mientras estoy en París. 

-Claro, te hare saber las novedades, buena suerte.

-Gracias, la necesitaré- respondió mientras se perdía entre los pasajeros que abordaban el tren.

Tomó asiento cerca de una ventana desde la que podía observar como el cielo se iba tornando de unos tonos rojizos leves anunciando que el atardecer estaba cerca. Sin despegar los ojos de la vista pensaba en cómo sería volver a la capital francesa después de todo ese tiempo y revivir cada uno de los momentos tanto felices como tristes que pasó allí.

Quien todavía se encontraba a tiempo de cambiar el rumbo del destino e inclinar la balanza hacia el olvido era Manmohan que a pesar de haberle dicho a Ximena y los demás que sin dudas iría al reencuentro con Kamala, no estaba muy seguro de si poder hacerlo.
 
Iba de regreso a casa después de una larga jornada en el bazar como de costumbre. Ya casi estaba anocheciendo así que tenía prisa para no perderse la cena. Las calles seguían igual de abarrotadas que en la mañana pero no prestaba atención a la multitud a su alrededor solo pensaba en que en unos pocos días se encontraría con su hermana después de todo lo que había pasado en los días posteriores a su boda con Dev.

Salió de sus pensamientos al ver unas casas familiares y reconoció que ya estaba en su vecindario. Solo dio unos pasos hasta ver la humilde casa de fachada cálida que lo había acogido en Delhi desde hacía ya unos años. Subía la escalera de tres peldaños que separaban la casa de la acera con mirada cansada buscando entre sus bolsillos las llaves. Al escuchar el sonido indicando que la puerta se abría entró y tiró sus cosas a uno de los muebles color marrón con estampados típicos del país tejidos en los cojines y fue a su habitación a descansar un poco antes de ir a cenar.

Se tumbó en su cama haciendo un vano intento por tomar una siesta pero los recuerdos de la última vez que vio a su hermana no lo dejaban pegar ojo:

Calcuta, febrero de 1910:

Era un día nublado en la bulliciosa Calcuta, la gente se dirigían  sus hogares apresurados por temor a la tormenta que se avecinaba pero no era nada comparado con el remolino de desacuerdo que estaba a punto de comenzar en la residencia Kumar.

El día anterior se había celebrado la boda de Kamala y Dev pero Manmohan había estado investigando acerca de él ya que le parecía que no estaba siendo totalmente sincero. Habló con varios de sus compañeros en el bazar y logró reunir una idea general acerca de la familia pero había algo que le preocupaba por lo que decidió contarle a su padre y este enseguida llamó a Kamala quien se encontraba haciendo sus maletas ya que pronto se mudaría a la mansión Johar.

Luego de esperar unos minutos la joven apareció  escaleras abajo al encuentro con su padre y hermano. El Sr. Karan le pidió que tomara asiento en uno de los butacones cerca suyo y así lo hizo para que acto seguido su hermano mayor comenzase a hablar a petición de su padre:  

-Adelante, hijo, cuéntale lo a tu hermana lo que te inquieta.

- La verdad es que Dev no me acaba de convencer…intervino Manmohan con tono de cierta indecisión y Kamala solo soltó una larga respiración que había estado guardando.

-No te atrevas a hablar de Dev de esa forma, que su fortuna esté valuada en millones de rupias no significa que no trabaje honradamente y lo sabes. Hemos hablado de esto muchas veces y creí haberte convencido de ello días antes de la boda pero ya veo que me equivoqué.- añadió la recién casada dirigiéndose a su hermano con una notable expresión de frustración y decepción.

-Tanto dinero solo sacado del negocio familiar, por favor. Según lo que me han dicho algunos conocidos su familia además de ser famosa por su negocio millonario también lo es por siempre ser el blanco de rumores acerca de negocios sucios.

-A que negocios te refieres hijo-intervino el padre colocando sus manos en los brazos del butacón prestando especial atención en cada una de las palabras de Manmohan.

-Tráfico y contrabando,solo por decir algunos.

- Y como sabes que quien te dio esa información no miente, personalmente no creo ni una de tus palabras-añadió Kamala comenzándose a enojar mientras el Sr. Karan solo llevaba sus manos a la cara cubriendo completamente su rostro, no sabía que creer.

-Hijo, ¿estás seguro de que ese chico no miente?

-Sabes que no soy el tipo de persona que juzga sin pruebas así que respondiendo a tu pregunta, estoy casi totalmente  seguro de que dice la verdad.

- Siendo sincero no se qué pensar hijo.

-Bueno yo ya tomé mi decisión así que como tengo planeado me marcho mañana mismo.

Y con ese dialogo volvió a su habitación a terminar su equipaje. Las palabras habían dejado evidentes dudas que no quería que los demás notaran porque ella había convivido con Dev más tiempo que cualquiera de las personas de su familia y sabía cómo era en realidad.

Después de aquella discusión decidió evitar hablar con su padre o hermano y el día de su partida solo dejó un mensaje en la mesa de noche de su padre despidiéndose.

Aquel momento pasaba por su mente una y otra vez haciendo que se hiciera miles de preguntas de las que obviamente no obtendría respuesta alguna hasta el día del viaje a Jaipur, que por suerte o no para él, solo le quedaban horas para resolver las interrogantes de su pasado.

El esperado día había llegado y Manmohan se encontraba listo para irse de viaje con los demás a la Ciudad Rosa. El tren partía a las 8:00 am por lo que decidió llegar con un tiempo razonable de antelación al lugar de encuentro. Tomó asiento en uno de los bancos de espera y comenzó a observar su alrededor.

Tantas personas transitando el mismo lugar y a la vez tan sumergidas en el mundos diferentes, con prisa por llegar cada uno a un lugar distinto. Las personas se ignoraban entre ellas y solo mantenían la vista en sus relojes o maletas y él buscaba entre la multitud a los que serían sus compañeros de viaje por algunos días o quizás semanas.

Escaneaba el lugar con precisión y trataba de identificar al menos a uno de los extranjeros que le habían citado allí hasta que por una de las puertas apareció Ximena. Tomando su maleta se dirigió a ella y mientras caminaba hasta la mesa de atención en la que se encontraba pudo distinguir que todos habían llegado. Después de saludar abordaron el tren que apenas hacía unos segundos se había posicionado en la zona de abordaje y tomaron asiento en uno de los primeros vagones.

Llevaban un tiempo transitando las vías y el paisaje pasaba incesantemente por las algo empañadas ventanas del tren por el rocío de la mañana. Un tranquilo lago con algunas aves en el él se hizo presente en su campo de visión y justo encima iba un globo aerostático que daba un toque único al lugar. Ximena sin separar la vista del paisaje intervino con una sonrisa de boca cerrada en el silencio que reinaba en la cabina desde unos minutos: 

- Hermoso ¿no Peter? Aunque creo que los globos no son tus mejores recuerdos.

- Pues en eso si tienes algo de razón pero aunque quisiese borrarlo ese día estará siempre en mi mente, créeme.

- ¿Qué día?, claro si se puede preguntar- añadió Francesca un tanto confundida.

- Les contaremos lo que ocurrió- agregó Ximena y Peter llevó su mano a la cara y mientras negaba con la cabeza ligeramente.

-¿Qué más da? Cuéntales- dijo con un leve tono de derrota. 

Junio de 1908:

En una tarde de primavera cuando el viento golpeaba con fuerza puertas y ventanas de la ciudad, Ximena miraba a través de un empañado cristal por la llovizna mientras oía su canción favorita en el gramógrafo que le había obsequiado su madre. Se encontraba tan absuelta en sus pensamientos que ni siquiera notó que una gran sombra cubrió el jardín de la nada.

Parecía que su mirada distraída se perdía en el horizonte recordando todos los momentos que había vivido con su hermana ya que ese día exacto hacía un año que no sabían nada de ella ni de su paradero pero volvió a la realidad  al escuchar un  gran estruendo en la parte trasera de su casa. No podía distinguir que había sucedido desde las ventanas de la sala de estar porque la lluvia había aumentado un poco y las gotas corrían libremente por el cristal.

Sin pensarlo dos veces fue al lugar desde donde provino el sonido para encontrarse con algo de lo más inesperado.  Nada más abrir la puerta vio que un enorme mar de hule multicolor cubría todo el lugar.  Se le hizo raro que hubiese llegado por los vientos hasta su jardín ya que para nada eran tan fuertes así que decidió acercarse a lo que parecía un globo aerostático.

Casi de inmediato logró distinguir a dos personas que trataban de salir de entre todo aquel desastre. Ximena fue a ayudarles y logró ver que se trataba  de un joven de aproximadamente su edad  y a un señor un tanto mayor. Les invitó a entrar a esperar a pasara la tormenta aunque con cierto recelo porque para ella eran totalmente desconocidos.

Podía sentir como su mojado cabello se pegaba a los lados de su cara y de su vestido corrían pequeñas gotas de lluvia. Les ofreció un té a los recién llegados y rompió el silencio con una pregunta simple:

-¿Que le sucedió a su globo?

-Tuvimos una falla cuando estábamos casi a punto de aterrizar que nos llevó a desviarnos de nuestra ruta original, lamento haber arruinado su jardín- habló el joven un poco apenado.

-No te preocupes ya necesitaba un cambio y me acaban de dar la excusa perfecta- añadió la inquilina con una cálida sonrisa.

- Se me olvidaba presentarme, soy Peter Adams y él es mi padre Tom. Nos mudamos hace poco al vecindario.

-Por fin conozco a los nuevos de los alrededores. Por cierto soy…

-Ximena Johansson, no tengo tan mala memoria como para olvidarme de la mejor graduada del año cuando apenas ha pasado una semana de la ceremonia.

-¿También estudias Economía en Oxford?

-Pues sí, me mude de París hace unos meses así que entre a mitad de año- volteó su vista a la ventana  y pudo ver como la tormenta paraba- el clima está mejorando, debemos irnos.

-Disculpe nuevamente las molestias señorita- habló por primera vez el padre de su recién conocido nuevo vecino.

-Espero verlos pronto por el vecindario.

-Pues la verdad los globos aerostáticos no son lo tuyo- agregó Manmohan dejando escapar una leve sonrisa.

Después de que la historia terminara continuaron hablando de temas sin mucha importancia durante el largo viaje hasta llegar a la estación de trenes de Jaipur ya casi oscureciendo. Buscaron un lugar donde hospedarse y encontraron uno cerca de donde se suponía vivía Kamala. Fueron caminando hasta el hotel ya que no se encontraba lejos y así tenían la oportunidad de ver la ciudad en el esplendor de la noche.

Estaban sorprendidos de la belleza de la urbe, sus edificios color rosa  parecían sacados de algún tipo de historia fantástica, los lugareños eran muy amables con todos y las vistas eran simplemente estupendas a la luz de los faroles y la Luna. Desde el hotel donde se hospedaron se observaba a lo lejos la majestuosidad del Palacio del Agua y del lago Man Sagar lo cual hacía que el panorama fuese único.

Mientras los demás se instalaban Manmohan fue en busca de más información sobre la dirección que les había dado la recepcionista de “Silk House” y en cuanto la obtuvo aviso a los demás:

-Entonces ¿donde está la casa donde actualmente reside Kamala?-preguntó Ximena muy emocionada por lo cerca que estaban de la siguiente nota o al menos eso creía.

-Según las indicaciones que me brindaron las personas del hotel está más cerca de lo creímos, solo a unas cuadras de distancia.

-Entonces iremos mañana en la mañana si les parece bien, claro- añadió la inglesa y todos asintieron.

Ximena se encontraba feliz de estar tan cerca de poder tener la ubicación de su hermana pero se negaba a creer que todo iba a ser tan fácil como hasta ahora