11; El avión y señor Kim.
KIM LALISA.
Golpeé impacientemente mi pie contra el piso, mientras intentaba tomar respiraciones profundas en un miserable deseo de calmarme. Debía esperar unos segundos más para que fuese seguro levantarme del asiento.
Tenía que preguntarle a Jungkook por qué estaba aquí.
Cuando vi como la persona frente a mi se levantaba para ir al baño, supe que podía reclamarle al policía entrometido.
Me desabroché el cinturón y me levanté de mi asiento. Ardiendo en furia, corrí las cortinas que dividían mi sección de la suya.
Él estaba leyendo el periódico y se veía muy concentrado. Tenía el cabello un poco despeinado y venía vestido completamente de negro. Apreté los puños acercándome a su asiento; noté otro hombre a su lado, que muy a su pesar tendrá que escuchar mis reclamos hacia Jungkook.
Me incliné un poco para que sólo él me pudiera escuchar. Los dos pasajeros que estaban a cada lado de Jungkook, me miraron confusos. Sentí vergüenza, pero debía hablar con ese hombre. No me echaría las cosas a perder.
—No me digas que también estás aquí para hacer tu trabajo.—Le dije en tono frío.
Jungkook alzó la mirada y de nuevo me dio su típica sonrisa burlona.
La detesto cada vez más.
— En mis tiempos se saludaba, señorita Kim. Además ¿No ve que está incomodando al señor?—Preguntó para después señalar al pobre hombre, que se notaba incómodo.
Suspiré ¿Así que de esta manera serían las cosas? Está bien.
—Señor...—Llamé al hombre, que parecía ya estar en sus cuarenta.—¿Le gustaría ir a mi asiento un rato? Allí hay más revistas, un asiento cómodo, mantas y almohadones para usted.—Intenté convencerlo.
Pero el hombre parecía muy desinteresado. Miré a Jungkook en busca de ayuda, pero él sólo se encogió de hombros. Puse los ojos en blanco.
— También hay comida.—Le aseguré. —Mucha.
Y cuando creí que no iba a aceptar mi propuesta, vi como se desabrochó el cinturón. Sonreí orgullosa de mis tácticas y cuando el hombre se levantó, me senté rápidamente al lado de Jungkook.
— ¿Qué haces aquí?— Pregunté en tono frío mientras me ponía el cinturón e ignoraba su mirada.
— Eso mismo me pregunto yo ¿Qué haces aquí, querida Lalisa?
Llevé una mano a mi cabello y empecé a jugar con mis anillos y pulseras; un hábito que tengo cuando estoy nerviosa o mintiendo.
Tenía claro que me estaba mirando fijamente, a la expectativa de una respuesta. Y eso me ponía aún más nerviosa. Sus ojos eran muy intimidantes.
— Vengo a visitar a Rosé. Ella quiso adelantar su viaje a Tailandia para estudiar, así que quiero asegurarme de que esté bien.—Mentí.
Jungkook alzó una ceja y dejó salir una sonrisa burlona. Le miré confundida.
— No me mientas.— Dijo esta vez serio.
—No te miento.—Mentí. Qué ironía.
—Estás tocando tus accesorios y cabello. Además, evitas mi mirada.
Quise decirle que tocar mis accesorios era un hábito desde que era pequeña. Pero el tema de que su mirada se me hacía intimidante, no lo iba a aceptar.
—Claro que no estoy mintiendo. Creo que se está inventando una gran película en su cabeza, policía. Debería mejor enfocarse en hacer su trabajo y no seguirme a todas partes a mi y a mis hermanas.—Le dije rápidamente.
—Porque hago mi trabajo necesito saber qué tanto ocultan ustedes cuatro. No se sabe nada de Rosé hace mucho y con eso me refiero al dichoso viaje a Tailandia de ella.
Me quedé perpleja sin saber qué responder ¿Cómo le explico? Ya no sé qué mentira inventarme para quitarme de encima a este hombre, que al parecer no se da por vencido.
— Rosé está en Tailandia.—Dije de nuevo.—Y usted, no debería estar aquí.
Jungkook pasó una mano por su cabello, volviendo ese solo gesto muy atractivo ante los ojos de cualquier. Podía ser fácilmente un modelo.
— Me quedaré aquí. Llegaremos a Tailandia juntos y no habrá problema.—Dijo lentamente y al final me dio una sonrisita.
Él sabía que me estaba agotando la paciencia lentamente y eso le divertía. Qué ganas tenía yo de tirarlo por la ventana del avión, si eso fuese posible.
Casi que echando humo por las orejas, desabroche el cinturón con rabia y me levanté del asiento.
—¿Tan pronto te vas?— Pude escuchar su comentario burlesco antes de abrir las cortinas, para ir de nuevo a mi sección.
Cuando llegué a mi asiento, toda esperanza de poder descansar un poco en lo que quedaba del viaje, se fueron al caño.
El hombre que estaba en el asiento junto a Jungkook—y que había aceptado mi trato— estaba completamente dormido.
Tenía una almohadilla alrededor de su cuello y supe que estaba durmiendo de maravilla cuando vi rastros de saliva en las esquinas de su boca. Contuve una mueca de asco y puse mis manos en su hombro, moviendo su cuerpo levemente.
—¿Señor?— Lo llamé. No hubo respuesta alguna. A cambio, se acomodó más en el lugar y abrió la boca.
Arrugué la nariz y quise darle un golpe al piso con mi pie ¿Por qué estas cosas me pasaban a mi? Yo sólo quería hablar un rato con Jungkook y a cambio recibo esto.
No soy tan mala.
—Señor, por favor despierte.— Volví a moverlo, pero el señor parecía en el quinto sueño.
Suspiré y me crucé de brazos, sólo me quedaba una opción. Pero sabía que esto tendría como resultado el rostro burlón de Min Jungkook.
Miré de nuevo al hombre, que al parecer estaba más que cómodo. Cerré los ojos por un instante y guardé las ganas que tenía de gritarle para despertarlo.
Pero el corazón no me dejaba. No era tan insensible. El pobre hombre no tenía por qué pagar los platos rotos de mi indiferencia con Jungkook.
Así que aceptando mi destino y resignada, me dirigí de vuelta al asiento que había junto a Jungkook; sólo tenía un pensamiento en la cabeza, que me volvía loca lentamente.
Sería un viaje muy largo.
KIM NAMJOON.
—Esto es lo que tenemos del caso y lo que Jungkook ha especulado.—Me Dijo Mina.—Según él, es muy probable que hayan arrastrado a su madre hasta la cabaña que quemaron. Tiene razón, habían marcas en el suelo como si hubiesen arrastrado a una persona. Pero el problema es que ya no tenemos a la cabaña como evidencia.—Finalizó haciendo un círculo con marcador, sobre la foto de aquella cabaña.
Teníamos todas las pruebas en un tablero que utilizábamos para nuestros casos. Eran pocas las evidencias, pero debíamos buscar en cada detalle porque podría ser decisivo.
—La verdad yo lo dudo.—Intervino Hoseok.—¿Para qué llevarla a otro lugar y levantar más sospechas? Es muy extraño.—Continuó.
Mina me dio una mirada y yo me encogi de hombros.
—Saldré un rato. Si pasa algo, no duden en llamarme. Este caso se está poniendo muy turbio y tenemos que estar juntos, no importe lo que pase.—Dijo antes de marcharse.
Cuando la puerta se cerró, Mina dejó salir un suspiro frustrado.
—Ha estado así desde esta mañana.—Comenzó. —Todo lo que decimos sobre pistas, él lo contradice. Además, cuando le conté que Jungkook viajaría a Tailandia con Lisa, se puso como loco.
Antes de que pudiera decir algo al respecto, la puerta se abrió de nuevo. Jin— un compañero nuestro— entró con algunos papeles en las manos.
—Namjoon.—Me llamó. —El jefe te necesita.
Frunci el ceño ¿Para qué sería? Él no solía llamarme o preguntarme cosas directamente, usualmente eran recados y máximo llamadas.
—¿Te dijo para qué?—Pregunté mientras me levantaba de mi asiento.
—No. El señor Kim sólo dijo que sería algo importante.
Le di una última mirada a Mina—que se veía un poco preocupada —, antes de salir.
Ir a la oficina del jefe nunca dejaría de ser aterrador a pesar de que llevo aquí más de dos años. Siempre podría salir con la noticia de que me despedirían o algo peor. El nerviosismo que siento ahora mismo, le gana a todo lo que puedo llegar a sentir cuando estoy en medio de alguna misión o caso importante.
Toqué dos veces la puerta y de inmediato, pude escuchar la respuesta para poder pasar.
Cerré detrás de mi cuando estuve adentro. El señor Kim me miraba fijamente y supe que sería algo malo.
—Puedes sentarte, Namjoon.—Me señaló la silla frente a él. Con un poco de desconfianza lo hice.—Tengo que hablarte de algo muy importante.
Oh, mierda.
—Claro. Dígame, señor.—Aclaré mi garganta después de decir aquello y esperé lo peor.
—Necesito que saque a Min Jungkook del caso.
Abrí los ojos de par en par al escuchar sus palabras. Me senté mejor en la silla porque su petición me había tomado por sorpresa. No entendía a qué venía todo esto ¿Por qué querría él sacar al mejor policía de Seúl, de un caso tan importante como este?
—Min Jungkook es un excelente policía.—Me dijo, casi como si hubiera leído mi mente.—Pero este es un caso diferente. Su madre fue asesinada, es obvio que está mezclando los sentimientos y el trabajo. Eso es algo que aquí no se permite, Namjoon. Tú lo sabes.
—Pero, señor...—Dije inaudible. —Él ha estado investigando bastante el caso, no sé por qué dice eso. Jungkook es muy profesional.
—Lo está investigando tan bien que fue al lugar del crimen sin avisar, Namjoon.—Me respondió en tono frío. Frunci el ceño ¿Por qué actuaba de esa manera?—No quiero que Min Jungkook esté en este caso. No lo pienso repetir.
Este hombre me estaba sacando de mis casillas ¿Por qué se empesinaba en decir eso? Era un caso importante y Jungkook era el mejor de la ciudad, necesitábamos de su inteligencia y capacidad para resolverlo.
Él más que nadie sabe que es de mucha ayuda.
—¿Es eso o en realidad quiere ocultar algo?
Y me maldije cuando esas palabras salieron de mi boca. Pero supongo que fue más grande mi curiosidad por la actitud que de repente había adoptado el señor Kim.
Me levanté de mi asiento cuando vi que él estaba haciendo lo mismo. No quería verme pequeño y vulnerable ante su figura. Todo lo contrario, debía demostrarle que podía ser igual de intimidante y fuerte que él.
No voy a permitir que saque a Jungkook del caso.
—¿Qué insinúas, Namjoon?— Cuestionó.
—Tal vez usted no quiere que Jungkook se de cuenta de algo.—Dije más seguro de lo que me sentía.—Tal vez usted está ocultando algo.
—¡¿Pero quién te crees que eres?!—Exclamó con rabia.— ¡Claro que no oculto nada!
—¡¿Entonces por qué no deja que Jungkook se quede?! Oh, ya sé. Es porque sabe que él se enteraría en un segundo de sus intenciones con este caso.
—¿De qué intenciones me hablas?
Sonreí irónico. No puedo creer que se atreva a negarlo.
—¿Le parece poco limitar el acceso a las pruebas? ¿Tengo que recordarle su reacción cuando se enteró de que Jungkook había ido al lugar del crimen sin avisarle? Es más que obvio, señor Kim.
El hombre gruñó y se acercó a mi. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento putrefacto; ahogué una arcada.
—Cuidado te quemas con fuego, Kim Namjoon.—Susurró cerca y entre dientes.
—No me importaría con tal de encontrar la verdad.—Respondí y pasé por su lado. Toqué el pomo de la puerta y antes de salir, tenía que dejarle algo muy claro.—Y no pienso sacar a Jungkook del caso.— Finalicé.
Y nunca en mi vida había salido de aquella oficina con una sonrisa en el rostro, como ahora mismo.
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