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CAPITULO 8


Entonces, que debo hacer ahora. Realmente estaba con un pie fuera de esa ciudad, con una brisa que me colmaba cada uno de mis pensamientos. Inclusive había olvidado a esa chica rubia, que debía estar en algún lugar del disperso bosque al que estaba a nada de adentrarme. 

Solo yo y mi diario sin un camino fijo en mente. Solo recordando mi primer día en ese lugar entendí hacia donde tenia que ir. Por algún motivo había llegado a esa ciudad y vivido esos acontecimientos por lo bajo mencionar fueron raros. Pero definitivamente mi estadía allí había terminado y solo queda seguir buscando.

Así me fui perdiendo poco a poco entre los matorrales, dejando la luz de la ciudad cada vez mas atrás y olvidada. No fue dificil tomar esa decisión de irme de allí, de todas maneras sigo perdido o estoy escapando de casa. Mis recuerdos siguen siendo esquivos desde antes de despertar en esa playa solitaria. Solo me queda seguir caminando sin rumbo.

Llevando varias horas de caminata, he descubierto distintos ruidos en este lugar, el viento de los arboles resoplando y mis pisadas sobre las hojas secas parecen llevarse el protagonismo de la noche. Pero otro sonido me altera, uno que no había escuchado antes. Se siente como si alguien te respirase en la nuca, puedes sentir su olor y sus ojos posándose sobre mi. Definitivamente hay algo siguiéndome.

Tomo la iniciativa de subirme a la copa de un árbol, buscando en ese lugar en donde pudiese estar a salvo. Pero sigo igual de preocupado, pero al menos logro avivar un par de recuerdos. A lo lejos veo una montaña, pude reconocerla de inmediato como aquella a la que desperté junto a una fogata y un hombre misterioso. Casi no la reconozco, pues está demasiado lejos. Definitivamente mi caminata ha sido muy larga desde entonces.

Talvez fue por el miedo a lo que me siga o a la tranquilidad que me transmitía esa montaña, pero necesitaba ir hacia allí. Por algún motivo había intentado caminar en sentido contrario del que llege a esa ciudad, pero ahora me di cuenta que siempre debi volver por donde llegué.

Entonces me dispuse a bajar de la copa del árbol, sin perder de vista el camino que debía seguir hacia mi destino. Claramente había cambiado de dirección, pero el motivo era ajeno a mi. Si no hubiera escuchado esos ruidos talvez me habría adentrado en otro terreno, y quien sabe que sorpresas podría haberme encontrado allí.

Me detuve enseguida como si se me hubiera ocurrido una gran idea, pero en verdad solo era una suposición. Quizás en mi libreta que volvió a mi poder contenga secretos del camino a seguir.

Se que no he escrito nada respecto a eso, pero no sería la primera vez que me suceda. Los recuerdos difusos en mi mente pueden inclusive ser una representación de que mis recuerdos actuales también son errados.

Pero si algo hay escrito en ese diario debe ser cierto. Lo que encuentro me lleva una gran sorpresa. Hay esbozado una especie de mapa, en el que pude reconocer inmediatamente el dibujo de una montaña similar a la que me dirijo. Además hay un dibujo de una ciudad a uno de los costados del mapa, de el distingo un retrato de una puerta que me recuerda mucho a la de la entrada de la ciudad recién visitada, no podría olvidarla tan fácilmente.

Fue de esas coincidencias que pude reconocer rápidamente, llamaban a mi la atención dos espacios en blanco en el mapa que me hicieron pensar por algún motivo que fueron borradas y allí antes había algo. Creo que comienzo a entender, yo siempre fui de este lugar y por ello dibuje ese mapa. De seguro esa chica rubia borro esos lugares pues no quiere que me dirija hacia esos lugares.

Teniendo a mis espaldas a la única ciudad que conocía y de frente a la gran montaña, me quedaban dos opciones si quería llegar a aquellos lugares incognitos del mapa. El lado de la derecha estaba muy cercano desde donde provenía de mi ultima incursión, en donde escuche ruidos monstruosos y me sentía totalmente observado.  

La decisión estaba tomada, iba a dirigirme hacia el camino de la izquierda sin dudarlo. El bosque lentamente iba haciéndose menos espeso a medida que iba surcando el camino trazado imaginariamente, como si supiera hacia donde ir. De pronto, pensé estar alucinando cuando los caminos imaginarios en mi mente comenzaron a hacerse realidad. Frente a mi se abrían senderos que a lo lejos apenas eran distinguibles por lo que parecían estar inmersos junto a los pastizales altos. La casi ausencia de arboles en ese punto me permitía ver distancias más amplias a las acostumbradas, incluso a lo lejos comencé a darme cuenta de lo que parecían ser seres humanos.

Creo que olvide a momentos todo el tiempo transcurrido hasta llegar a ese punto, quizas fueron dias caminando pero ya no me importaba. Éramos yo y mi diario para enfrentarme a la búsqueda de respuestas en un nuevo lugar. Me seguía resonando porque aquel lugar no yacía en el mapa de mi diario. 

Abrazado a lo que era el ultimo árbol del camino, vi lo que parecía ser ropa de un color muy llamativo casi radiante. Entonces voltee a mis prendas y había olvidado por completo que traía puesto aquellas prendas de un color distinto. A lo lejos seguía analizando a esas personas que conversaban y que gozaban de la misma prenda que estaban en el suelo. Un recuerdo se había desbloqueado, la conversación con un señor dentro de una cueva que me daba mi ropa actual y una advertencia a que no deben verme con prendas distintas.

No se muy bien porque lo hice, pero me cambie de ropa. Desconozco cual fue el motivo del porque confié en aquel recuerdo cuando últimamente mi propia mente no deja de jugarme en contra. Estaba decidido y asi actué, me dirigí a aquellas personas que no duraron en golpearme bruscamente, pero parecían sorprendidos al ver que no me defendía. Se mofaron de mi mientras me arrastraban a un campo para dejarme allí. Cuando apenas logro ponerme de pie, veo de frente a mi a un pequeño niño que mide al menos la mitad de mi. Pero me saca de mis pensamientos el sonido de un señor, que hace al unísono reaccionar al niño frente a mi que se dirige a mi con claras intenciones hostiles mientras nos rodean una gran masa de personas que están totalmente extasiadas, era como si estuvieran esperando que me enfrentara a ese pequeño.






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