Capítulo 6: Cerraduras
Narra April:
Era jueves y las chicas y yo nos encontrábamos en la biblioteca terminando los deberes para el día siguiente. Dejé a un lado mi pluma y guardé el pergamino en el que había estado escribiendo, acababa de terminar una redacción acerca de la amortentia. Cerré los dos libros que había estado usando para buscar información, y me puse en pie para devolverlos a su sitio.
—Ya que estás de pie —comenzó diciendo Hannah—, ¿puedes llevarte este libro también?
—¿Y este? —preguntó Bonnie.
—¿Y estos dos?
Yo solté un largo suspiro.
—¿Qué? ¿Habéis estado esperando hasta que me he levantado para darme todos los libros? —pregunté cogiendo los ejemplares que me tendían.
—Un poco —respondió Ali esbozando una pequeña sonrisa.
—Siempre hacéis lo mismo —bufé alejándome en dirección a las estanterías.
Mis brazos temblaban por el peso de los libros y cuando traté de soltar uno de ellos en su sitio, éste se me escurrió.
—Cuidado, Williams —dijo un chico atrapando el libro justo a tiempo.
El joven alzó la vista y una media sonrisa curvó sus labios, era Dave.
—Gracias, Dave —musité, su repentina llegada me había sorprendido.
—Deja que te ayude —añadió tomando los tres primeros libros.
—¿Buscas a Hannah? —pregunté poco después, mientras ambos devolvíamos los ejemplares a las estanterías.
—Sí, te vi junto a estos estantes y pensé que ella no debía estar lejos.
—Estamos en aquella mesa sentadas —le indiqué.
Él asintió y me siguió de regreso junto a las demás chicas.
—Dave —dijo Hannah al verle llegar.
—Hola Hannah.
Ambos permanecieron unos instantes mirándose a los ojos.
—Bueno, nosotras ya nos íbamos, hemos terminado por hoy —dije recogiendo mis cosas.
—¿Os vais? —preguntó Hannah algo nerviosa.
Nosotras asentimos.
—¿No querías buscar un libro de pociones? Podría ayudarte Dave —propuso Bonnie.
—Sí, además yo tengo entrenamiento —añadió Alison.
Sin darle tiempo a que protestara más, nos encaminamos hacia la salida.
—Pensaba que los jueves no entrenabas —le dije a Ali cuando ya no podían oírnos.
—Y es que no entreno, pero así los dejamos solos —respondió con una sonrisa triunfal.
—Te ha quedado muy convincente, me lo había creído —admitió Bonnie.
Una chica vestida con el uniforme de Hufflepuff pasó junto a nosotras a toda prisa.
—¡Catherine! —la llamó su hermana.
—No os había visto, tengo prisa, llego tarde al entrenamiento de quidditch —respondió deteniendo un instante su carrera.
—Espera, te acompaño. Hace mucho que no te veo entrenar.
Alison se despidió de nosotras y ambas hermanas se marcharon hacia la salida del castillo.
—¿Cómo pueden ser tan parecidas? —Bonnie sonreía mientras las veía alejarse.
—No lo sé, pero me alegra que estén tan unidas.
—¿Qué vas a hacer en lo que queda de tarde? —preguntó poco después.
—Neville y yo hemos quedado. Voy a ayudarle con un hechizo —respondí—, pero puedes venirte si quieres.
—No te preocupes, me quedaré en la sala común, me apetece leer un rato.
Fuimos juntas hasta la torre de Ravenclaw, yo subí a nuestra habitación a soltar la mochila y, tras despedirme de Bonnie, me marché a buscar a Neville. Habíamos quedado cerca de la Sala de los Menesteres para poder practicar.
Mientras avanzaba por uno de los pasillos, lo vi a lo lejos caminando. Eché a correr y al llegar hasta donde estaba, me subí a caballito abrazándome a él.
—¡April! —exclamó sorprendido.
—Hola Nev —le saludé con una gran sonrisa.
—Me has asustado —añadió riendo—, ha sido como si un koala me atacara por la espalda.
Yo eché a reír con fuerza.
—¿Me has llamado koala?
—Bueno... En cierto modo sí, pero los koalas son adorables —se apresuró a aclarar.
—Ya que estamos, podrías llevarme a caballito lo que nos queda de camino —le pedí haciendo un puchero.
—Está bien, por lo menos no pesas mucho.
Yo sonreí y él echó a andar.
—Estoy tan cansada —dije soltando un bostezo—. A última hora he tenido Historia de la Magia, y ya sabes lo aburridas que son las clases.
—Una vez llegué a quedarme dormido —admitió.
—Neville, te he visto quedarte dormido más de una vez —reí.
—Las otras veces solo descansaba la vista —se defendió, aunque le escuché reír ligeramente.
—Seguro...
—¿Prefieres ir andando, Williams? —preguntó. Me hizo gracia la seriedad que trató de aparentar llamándome por mi apellido.
—Para nada, así voy muy bien —respondí rápidamente.
No tardamos mucho más en llegar a la Sala de los Menesteres, nos concentramos en lo que necesitábamos y una puerta se abrió para nosotros.
La sala era bastante similar a la que habíamos usado el año anterior para nuestras reuniones del E.D, la única diferencia eran las puertas que habían aparecido en la pared del fondo.
—Te recuerdo que este hechizo no abre cerraduras, si no que las destruye, originará una pequeña explosión cuando lo lances —le expliqué.
—Por si una estridente alarma sonando no fuera suficiente aviso para los Carrow —masculló.
Yo asentí mientras me acercaba a una de las puertas.
—Debes pronunciar Aberto y mover así la varita —proseguí mostrándole cómo debía hacerlo.
—¿Así?
—No, no tan bruscamente —le indiqué.
Él repitió el movimiento unas veces más hasta que lo hizo perfecto.
—Bien, inténtalo si quieres.
Neville asintió y se aproximó a la primera puerta.
—¡Aberto! —exclamó, la cerradura se resquebrajó un poco, pero no se destruyó.
—Trata de decirlo con más claridad —le aconsejé.
Neville volvió a intentarlo, esta vez la cerradura voló en pedazos. Él esbozó una gran sonrisa y yo lo miré con orgullo.
—Voy a probar yo también —dije aproximándome a otra puerta—. ¡Aberto!
Tras una pequeña explosión, aquella cerradura también se destruyó.
—Genial —me felicitó acercándose a mí.
—Sé que soy genial.
Neville puso los ojos en blanco, pero la sonrisa no se borró de su rostro. Sus brazos me rodearon por la cintura y me estrecharon contra él. Cerré los ojos un momento e inspiré su suave aroma. Cuando aflojó su abrazo, me puse de puntillas para besar brevemente sus labios. Él, sin embargo, no pareció tener suficiente y volvió a besarme, esta vez de forma menos delicada. Notaba que Neville necesitaba algo más y si eso era así, no iba a negarme, pero aquel no era el momento.
—Estoy cansada —mascullé separándome.
—Mañana nos espera una noche difícil.
—Sí, creo que voy a volver a la sala común.
—Te acompaño entonces.
Esbocé una pequeña sonrisa y salimos de allí de la mano.
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¡¡Preguntaaaa!! xd
¿Cuál es vuestro libro preferido de la saga? ¿Y el que menos os gustó?
Yo siento un gran cariño por el tercero. Y como el comienzo del segundo no me gustó demasiado, ese sería de todos el que menos me entretuvo.
Capítulo dedicado a AlbiSkett :)
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