Capítulo 4: Miércoles (1ª parte)
Narra Neville:
Me desperté temprano aquella mañana y, al bajar a la cocina, vi a April de espaldas preparando tortitas. Su pelo castaño y rizado, que normalmente caía sobre su espalda como una cascada, estaba recogido en un gran moño. Me acerqué a ella, la abracé por la cintura y besé su mejilla.
—Buenos días —dijo ella mientras daba la vuelta a una de las tortitas.
—¿Y mi abuela? —pregunté.
—Le he dicho que hoy me ocupaba yo del desayuno, sigue durmiendo.
Aún con los brazos alrededor de su cintura, comencé a besar con suavidad la piel de su cuello.
—Si se me queman las tortitas será tu culpa —me reprendió riendo—, no puedo concentrarme así.
—¿Te ayudo?
—Puedes ir poniendo la mesa mientras yo termino esto.
Hice lo que me pedía y, poco después, fui a la habitación de mi abuela para que viniera a desayunar.
—¿Café? —preguntó la joven al vernos entrar.
—Sí, por favor.
—Yo también quiero —respondí.
—Bueno, ¿qué vais a hacer hoy, pareja? —nos preguntó mientras echaba sirope a sus tortitas.
—Aún no lo hemos pensado —respondió April.
—Saldremos a dar una vuelta, supongo.
—Yo pasaré el día fuera, debo hacer algunos recados —nos informó.
—Está bien, nos vemos en la cena —dije.
Después de desayunar subimos a cambiarnos. Apenas tardé unos minutos en vestirme, así que salí al pasillo a esperar a April. Ella, sorprendentemente, no me hizo esperar mucho, siempre había oído que las mujeres podían tardar horas en arreglarse, en el fondo me alegraba de que April no fuera así.
Como gran fan de la música que ella era, llevaba una camiseta negra de un grupo muggle llamado The Beatles, con unos pantalones vaqueros cortos y una mochila llena de chapas y parches de grupos de música.
—¿Nos vamos?
April iba a contestar, pero fijó su vista en el suelo, con gesto extrañado.
—Es Trevor —dijo agachándose para coger a mi sapo.
—Se ha vuelto a escapar —mascullé mientras ella me lo devolvía.
—Trevor el escapista —dijo riendo.
—En realidad me alegra que sea así —respondí entrando a mi habitación con April siguiéndome de cerca, ella me miró con gesto extrañado—. Imagina que no se hubiera escapado aquel 1 de septiembre hace ya dos años en el tren.
—Pues habríamos tardado unos días más en conocernos, pero gracias Trevor por acelerar las cosas.
(Trevor es el mayor fan de Aville chicas xdddd)
—¿A dónde vamos? —pregunté mientras salíamos de casa.
—¿Me dejas llevarte a un sitio?
—Está bien, pero ¿a dónde?
—Es una sorpresa —contestó con una sonrisa enigmática.
—A una librería, seguro.
—No —respondió frunciendo ligeramente el ceño, pero a juzgar por el rubor en sus mejillas, había acertado de lleno.
Dejé que me guiara por las calles de Londres de la mano, pasamos todo el camino hablando acerca de un libro de herbología que habíamos leído recientemente.
—Ya estamos —dijo deteniéndose—. Y no digas que ya sabías que te traería a una librería —añadió al ver a pequeña sonrisa victoriosa que se había dibujado en mi rostro—, no es como las demás, ya lo verás.
Al abrir la puerta del establecimiento, un intenso olor a libro antiguo nos recibió. No pude evitar inspirar profundamente y cerrar los ojos por unos instantes, amaba aquel aroma. Miraras por donde miraras, no veías otra cosa que no fueran estantes de madera rebosantes de libros y en el centro, atrayendo toda nuestra atención, una gran escalera subía hasta el piso superior. Nunca había estado en una librería tan grande y menos muggle.
Pasamos por lo menos dos horas allí dentro, en las cuales April no soltó mi mano ni un solo instante, me llevaba emocionada de una estantería a otra, señalándome sus libros favoritos y explicándome la trama de todos ellos, los escritores muggles eran realmente creativos.
—No me lo puedo creer —exclamó mirando la parte superior de un estante.
—¿Qué pasa? —pregunté acercándome. Estábamos en la planta superior, donde no había nadie más.
—Es "Guerra y Paz"
—¿Qué tiene de especial?
—Pues... No sé, llevo queriendo leérmelo mucho tiempo, me encapriché hace unos años —contestó poniéndose de puntillas para llegar a cogerlo.
—Déjame a mí, enanita.
—Ni siquiera tú llegas —dijo riendo con fuerza.
—Súbete a mis hombros —añadí pasados unos instantes.
—¿Qué?
—Lo que oyes, date prisa, antes de que suba alguien.
Entre quejas y dudas por parte de April, conseguí que se subiera sobre mis hombros, llegando a coger el pesado ejemplar; sin embargo, oímos unos pasos en las escaleras que hicieron que la joven se pusiera nerviosa, tratado de bajarse por su cuenta y, antes de poder darme cuenta, estábamos los dos en el suelo.
April cayó sobre mí, así que no se hizo daño, además, sujetaba en sus manos su querido libro, por lo que su sonrisa no podía ser más grande.
—¿Te has hecho daño? —preguntó preocupada.
—No, tranquila, estoy bien —contesté. April estaba tumbada bocabajo sobre mí, quedando su rostro muy cerca del mío—. Me he hecho algo de daño en la cabeza, pero no es nada.
Ella me apartó con delicadeza el pelo de la cara antes de besar con suavidad mis labios.
—¿Mejor? —preguntó separándose de mí poco después.
—Mucho mejor —respondí.
—Somos un poco tontos, ¿sabes?
—¿Y eso?
—Podríamos haber usado magia, un simple hechizo nos habría ahorrado todo esto —contestó riendo con suavidad.
—Aún no me acostumbro a ser mayor de edad... —dije poniéndome en pie.
Bajamos las escaleras de madera hasta la planta baja para comprar el libro.
—Deja, ya lo pago yo —dije mientras ella rebuscaba en su mochila.
—No hace falta, Nev, de verdad.
—Déjame hacerte un regalo —le pedí.
Ella no insistió más y yo me acerqué al mostrador. Instantes después, salíamos de la tienda, April con su libro nuevo en la mochila y abrazada a mí, sin dejar de agradecerme el regalo. Caminamos unos minutos por las tranquilas calles y, poco después, nos detuvimos junto a una boca de metro.
—¿Vamos a ir en metro? —pregunté a la vez nervioso y emocionado, mientras bajábamos las escaleras.
—Claro, ¿nunca has ido en metro antes?
Yo negué con la cabeza.
April se acercó a uno de los mapas y, tras unos instantes contemplándolo en silencio, nos volvimos a poner en marcha. Volvimos a bajar otras escaleras y nos detuvimos junto a las vías a esperar.
—No estarás nervioso, ¿no? —preguntó enarcando una ceja al ver mi inquietud.
—No... ¿Yo, nervioso? Yo nunca me pongo nervioso...
April rió con fuerza ante mi respuesta.
—Claro que no Nev, cariño, perdóname —dijo, y tras esto besó mi mejilla—. Vamos, este es el nuestro.
El vagón estaba abarrotado de gente así que tuvimos que ir de pie. Yo me sujetaba a una de las barras con tanta fuerza que mis nudillos estaban blancos.
—Solo quedan dos paradas más —me tranquilizó.
—Con lo fácil que habría sido desaparecernos...
—Pero te habrías perdido esta experiencia muggle —contestó con una sonrisa.
Fue un verdadero alivio salir de aquel vagón. Subimos las escaleras hasta la calle y comenzamos a buscar un sitio donde comer.
----------
¡Pregunta, mis queridos y pequeños lectores!
¿Con qué personaje de la saga te identificas más? Yo creo que en cierto sentido me parezco mucho a Neville, soy bastante tímida aunque aquí no lo parezca xd y muy insegura de mí misma. Eso sí, mi pelo es tan desastroso como el de Hermione y me gusta la comida tanto como a Ron.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro