Narra April:

Aparecimos al pie de una colina, sobre la cual se erigía una antigua edificación de piedra. La casa se encontraba deteriorada por el paso de los años, alguna que otra ventana estaba rota y las enredaderas crecían por sus grises paredes.

—La mansión de los Riddle —masculló Neville.

—¿Cómo has sabido donde estaba?

—Estuve aquí una vez, solo tuve que hablar con Harry para recordar algunas cosas.

Supe por su semblante que no era un tema del que le gustase hablar, así que decidí dejar de lado mi curiosidad y guardarme las preguntas.

Caminamos en dirección al cementerio y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al completo, el sauce de mis pesadillas se veía desde donde nos encontrábamos. Un ruido, como si alguien hubiera pisado un montón de hojas secas, se escuchó a lo lejos a nuestras espaldas.

—¿Has oído eso? —pregunté girándome nerviosa.

—Sí, ¿tú también? Pensaba que lo había imaginado.

—Creo que no estamos solos.

Neville me dio la mano y nos situamos espalda contra espalda para poder vigilar en todas direcciones. Nos mantuvimos en tensión, con nuestras varitas en alto, dispuestos a lanzar un hechizo si veíamos a alguien acercarse.

Una risa femenina retumbó en el lugar, venía de mi izquierda. Me apresuré a apuntar en aquella dirección y alcé un escudo protector justo a tiempo para impedir que nos golpeara un hechizo.

—Bellatrix... —masculló Neville.

Sentí que se helaba la sangre en mis venas, era mi madre la que nos estaba atacando.

—¡Expulso! —exclamé al ver un mortífago aparecer de entre las tumbas.

El mago esquivó mi hechizo y contraatacó, aquello fue como hacer saltar una chispa, de pronto dos mortífagos más nos atacaban. 

Neville y yo conjurábamos todos los hechizos que sabíamos con gran rapidez, sin embargo, al cabo del rato comenzamos a agotarnos y nuestros reflejos empezaron a fallar. Un hechizo lanzó al joven por los aires, haciéndole caer tras una lápida. Corrí hasta él protegiéndome como pude.

—¿Estás bien? ¿Te has hecho mucho daño? —pregunté con la respiración agitada.

—No te preocupes, estoy bien —contestó incorporándose.

Alcé un segundo la cabeza por encima de las lápidas que nos protegían, los mortífagos se nos acercaban.

—Cambiemos de estrategia, así no aguantaremos mucho más —propuse.

Le expliqué mi plan con rapidez y nos separamos. Comencé a arrastrarme, oculta por las lápidas, hasta una posición lo más alejada posible del lugar donde Neville había caído. Los mortífagos se dirigían hacia donde creían que seguíamos, y me aseguré de esconderme cerca del lugar por el que pasaría uno de ellos.

Escuché unos pasos acercarse y me encogí aún más para quedar oculta, obligándome a mí misma a calmar mi respiración. Cuando el mortífago se encontraba a la altura de la lápida tras la que me escondía, asomé ligeramente mi cabeza y murmuré:

—Desmaius.

Me apresuré a recoger su cuerpo antes de que cayera, para no llamar la atención del resto, que avanzaban con cautela hacia el lugar donde se suponía que seguíamos.

—Incarcerous —susurré, y el mago quedó atado con resistentes cuerdas.

Le quité la varita y eché un vistazo rápido, ya no había ni rastro de otro de los mortífagos. Neville y yo habíamos podido recuperar fuerzas y no nos superaban en número, ahora sería un combate justo.

—¡Expulso! —exclamé apuntando a uno de los dos mortífagos que quedaban.

Éste fue pillado por sorpresa y el hechizo le hizo caer golpeándose contra una dura lápida. Me apresuré a buscar a Bellatrix con la mirada, la bruja se encontraba frente a Neville y ambos se miraban con las varitas en alto.

Rápida como un rayo, Bellatrix lanzó la primera maldición que, por suerte, el joven pudo esquivar. Me apresuré a correr hacia ellos, pero la mortífaga me hizo caer y golpearme contra una lápida.

Solté un pequeño quejido de dolor, pero corrí a ponerme en pie de nuevo y contraatacar. Cuando apenas unos metros me separaban de ambos, Bellatrix desarmó a Neville y pude ver como sus labios se curvaban en una malévola sonrisa, pero no pensaba dejar que se saliera con la suya, no estando yo allí presente.

Corrí y logré interponerme entre ambos. Mi madre me miró con desdén y asco, y yo por mi parte escupí en el suelo a sus pies. Aquello no se lo esperaba, ya que sus ojos se abrieron como platos, en una mueca que combinaba sorpresa y desagrado. Al igual que no vio venir mi escupitajo, no pudo prepararse contra el puñetazo que le pegué. Logré desequilibrarla unos instantes y, entonces, ataqué. 

—Petrificus totallus —Bellatrix no logró protegerse a tiempo y quedó petrificada.

Al igual que habíamos hecho con el resto de mortífagos, la maniatamos y le arrebatamos su varita, los autores no tardarían en llegar en cuanto diéramos un aviso.

—Buen golpe —me felicitó Neville.

—Gracias —respondí con una sonrisa chocando su mano—, somos un buen equipo.

Él me devolvió la sonrisa, solo que con cierta melancolía en su rostro. Nos dirigimos juntos hacia el sauce y, mientras yo desenterraba la caja, Neville dio aviso a los aurores, que no tardaron en aparecer para llevarse a los mortífagos de allí.

No tuve que cavar demasiado para dar con la caja de madera. Cuando la encontré, la apoyé en mi regazo, dudando si debía abrirla o no.

—¿Estás lista para descubrir qué hay dentro? —me preguntó Neville apoyando su mano en mi hombro.

—No lo sé, temo que no haya nada y que todo lo que hemos hecho haya sido en vano.

—¿Prefieres que la abra yo?

Yo asentí, se la pasé y cerré los ojos.

—¿Y bien? —pregunté pasados unos instantes—. ¿Hay algo?

—Abre los ojos.

Hice lo que me decía y frente a mí sostenía el talismán. Tal y como describía en mis pergaminos, era una serpiente plateada, enroscada alrededor de una gema verde que pendía de una fina cadena metálica. Lo sostuve entre mis manos, casi temerosa de que le sucediera algo.

—Lo mejor será que volvamos casa, nos duchemos y, cuando estés más tranquila, intentes recuperar tus poderes —me propuso.

—Sí, será lo mejor —afirmé, y me puse en pie tomando la mano que él me tendía.

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Algunas os preocupasteis el miércoles cuando publiqué, porque dije que no estaba de humor para pregunta. Solo quería deciros que ya estoy mucho mejor, era simplemente mucho estrés por los exámenes mezclado con algunas preocupaciones personales. Os agradezco mucho el interés, sois los lectores más chachi pistachis de todo wattpad :3

Y hoy no hay pregunta porque es tardísimo en España y apenas puedo mantener los ojos abiertos xd