Capítulo 13: Pintada
Narra Neville:
Era domingo por la mañana, April y yo habíamos pasado nuestra segunda noche en las frías mazmorras. Yo había logrado dormir unas horas, pero ella no había pegado ojo ninguna de las dos noches a causa de las ratas.
Un golpe fuerte contra mi puerta me hizo despertarme alarmado, me calmé al recordar que solo era Alecto despertándonos con su habitual encanto. Cuando la puerta se abrió aún era temprano. Carrow me quitó las cadenas con un movimiento de varita, al sentirme libre me froté las muñecas, las tenía adoloridas después de una noche entera encadenado.
Al salir pude ver como la mortífaga sonreía con satisfacción, ver nuestro lamentable aspecto parecía agradarle. Abrió la puerta de April y ella no tardó en salir al pasillo, una vez allí, Carrow nos devolvió nuestras varitas.
Eché un rápido vistazo a la joven. Sus ojos habían perdido su habitual brillo y ahora estaban enmarcados por unas profundas ojeras. Subimos en silencio las escaleras de piedra hasta llegar a un pasillo. April se detuvo al pasar junto a un baño, en el que tras murmurar algo entró.
Me preocupaba lo que este castigo estaba suponiendo para ambos. Los profesores no hacían más que mandar cantidades ingentes de deberes, por lo que ninguno de los dos teníamos tiempo para descansar. Durante la semana, íbamos de clase en clase hasta que llegaba la hora de comer. Entonces, nos encerrábamos toda la tarde en la biblioteca y no salíamos hasta que llegaba la hora del castigo. Los fines de semana la cosa empeoraba, pues apenas dormíamos y pasábamos más tiempo en la biblioteca.
April salió del baño algo más despejada.
—Necesitaba echarme agua en la cara —musitó—, sentía que iba a caerme al suelo de sueño.
Nos volvimos a detener, esta vez en el pasillo que llevaba hasta el Gran Comedor. Tal y como habían prometido, las chicas de Ravenclaw habían hecho una pintada y como habían hechizado la pintura, sería difícil eliminarla. Habían trazado grandes letras formando la frase: El Ejército de Dumbledore ha vuelto.
April esbozó una sonrisa y entró en el Gran Comedor. Yo me detuve al ver que Alecto y Amycus avanzaban por el pasillo, al parecer las chicas habían sido tan discretas que los mortífagos aún no sabían lo sucedido. Me apresuré a entrar tras April para que no me relacionaran con lo sucedido.
ϟ
Narra April:
—No entiendo por qué no pueden poner café en el desayuno —me quejé.
—No creo que todo el mundo fuera moderado —respondió Hannah—, mucha cafeína no es buena.
—Soy mayor de edad, yo decidiré qué es bueno o malo —bufé, pero en seguida me arrepentí del tono en el que lo había dicho—. Lo siento Hannah, es que llevo dos días sin dormir nada.
—No te preocupes —respondió—, lo entiendo.
—¿Tan horrible es? —preguntó Alison.
—El suelo es de piedra, nos encadenan, hay una ventana por la que entra frío y hay ratas.
Bonnie hizo una mueca.
—Menudo asco.
—Ya te digo, me he pasado las dos noches de pie para que no se me subieran las ratas encima, no quería quedarme dormida y que se me acercaran mucho —mascullé.
—Estarás agotada.
Yo asentí y me terminé el zumo de calabaza.
—Os veo luego en la biblioteca, voy a ver si la señora Pomfrey me da algo para este cansancio —dije poniéndome en pie—. Por cierto —añadí en voz baja—, gran trabajo, ya me contaréis luego cómo lo hicisteis.
Mis amigas sonrieron ampliamente y yo me marché.
Caminé hacia la enfermería con pesadez y lentitud, estaba realmente cansada. Cuando por fin llegué, me senté en una camilla mientras la enfermera buscaba una pócima para mí.
—Esto debería valerte —dijo acercándose con un frasquito de cristal en la mano.
Vertió un poco de su contenido en una cuchara y lo tomé. Sabía fatal y sentí nauseas.
—Vuelve mañana si sigues sintiéndote así de cansada, pero hoy ya no puedo darte más de esta poción —me explicó.
—Está bien, gracias —respondí.
Salí de la enfermería sintiéndome algo mejor. Caminé hasta la biblioteca, donde no tardé en encontrar a mis amigas.
—¿Estás mejor? —me preguntó Bonnie.
—Sí, la señora Pomfrey me ha dado una poción.
—Será mejor que nos pongamos a estudiar —dijo Hannah tomando asiento.
—Tienes razón —respondí, y me dirigí a las estanterías en busca de algunos libros.
Regresé minutos después a nuestra mesa, la cálida luz que entraba por la ventana y la tranquilidad del lugar me hicieron sentir mejor.
—Oye, tenéis que contarme cómo os las apañasteis anoche —murmuré sentándome junto a Bonnie.
Hannah dejó a un lado el pergamino en el que escribía.
—No fue tan fácil, tuvimos que escondernos varias veces porque Filch y la señora Norris rondaban por los pasillos. Tardamos casi media hora en llegar, afortunadamente solo nos llevó unos minutos pintar aquellas letras —me explicó en voz baja—. Los Carrow no se han enterado hasta esta mañana.
—He oído que siguen buscando la forma de borrar la pintura —comentó Alison.
Sonreí con satisfacción al escuchar aquello.
—Sois geniales, chicas.
----------
¡¡Preeeeguntaa!!
¿Qué mascota os llevaríais a Hogwarts?
A mí me encantaría tener una lechuza blanca como Hedwig :3
Capítulo dedicado a:
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro