Capítulo 11
–Son las 3 de la mañana, y yo debería estar durmiendo. Esto es culpa de Kai– el vampiro sonríe con los ojos cerrados desde su posición sentada en el sillón.
Estamos en mi habitación viendo una película. Shane y yo sentados en la cama, mientras él mira ensimismado la primera parte de Thor. La verdad es que yo también estoy deleitándome con las vistas, porque ese rubio que hace de Dios nórdico es muy sexy.
–Ya es hora de dormir machos pechos peludo y lampiño– digo señalando a Shane y Kai, respectivamente.
Me voy al baño a hacer mis necesidades y cepillarme los dientes. Escucho a esos dos hablar de algo en voz baja, tramando algo, pero no quiero saberlo.
Vuelvo al cuarto y me acuesto en la cama con intenciones de dormir.
Una cálida mano que se escurre debajo de las sabanas y me masajea las caderas, destruyendo completamente cualquier posibilidad de descansar. Intento ignorar el cosquilleo de excitación que despiertan sus caricias, pero es imposible.
Shane me pone boca arriba, comenzando a besarme la cara y el cuello y tomando dirección sur. Le dejo besarme y tocarme todo lo que quiera mientras masajeo sus hombros y acaricio su cabello.
Cuando llega a mi coño pone en evidencia lo mucho que ha aprendido estas dos últimas semanas, su lengua se mueve sobre el pequeño nudo de nervios donde se concentra la mayoría del placer mientras juega con los dedos y dientes.
Pero hay algo que me molesta. Siento que falta algo. Llevo dos semanas sintiendo cuatro manos sobre mi cuerpo, y ahora, solo hay dos.
Kai sigue sentado en el sillón, con una erección cubierta por el pijama, y nos está mirando. Me mira a los ojos y me da un guiño que hace que mi corazón se altere. Shane ha decidido hacer un Home Run. Yupiiiiii.
Después de correrme en su boca y dedos, reparte besos hacia más abajo, en el interior de los muslos y las corvas. De repente me pone boca abajo y sus manos van directamente a amasar mis nalgas, las aprieta con fuerza e incluso las muerde. Su boca me besa la espalda hasta llegar a la nuca. Me da una mordida un poco fuerte causándome un poco de dolor, pero no lo suficiente como para romper la piel.
–Eres preciosa. La primera vez que te vi pensé en tomarte de esta forma– me dice al oído mientras masajea su polla entre mis nalgas.
–¿Estás seguro que quieres hacer esto?– la voz me sale entrecortada, pero no puedo evitar preguntarle.
–Segurísimo–
–Está bien. Hazme lo que quieras– mis palabras parecen desatar algo en él porque me pone sobre mi espalda nuevamente y me besa con fuerza los labios. Hay tanta pasión en ese beso que parece querer comerme.
Tomo su miembro y pongo la punta del grueso eje en la entrada de mi vagina. Empuja hasta meter el glande y luego entra del todo con una larga estocada. Me estira al máximo, me siento completamente llena.
Se comienza a mover mientras me mira a los ojos y veo una emoción ligeramente conocida, pero no quiero afrontar lo que es. Lo beso y lo rodeo con las piernas, haciendo que llegue más profundo. Gimo sin vergüenza y lo empujo para ponerlo boca arriba y cabalgarlo.
Me mira risueño y me agarra las caderas mientras me muevo sobre él hasta que siento el calor de su semen dentro de mí, y me corro yo también con un corto grito.
El gatito que acabo de montar está ronroneando, en serio. Noto la poderosa vibración bajo las manos apoyadas en su pecho y con una sonrisa le doy un beso en los labios.
–¿Ya terminaste, amigo?– Kai habla explotando mi burbuja postcoital.
Shane porta una sonrisa relajada, probablemente yo tengo una igual.
–Sí, amigo. Gracias por contenerte–
–No hay problema, también es muy interesante mirar. Aunque prefiero participar– Kai se desnuda y se arrodilla a mis espaldas, comenzando a besarme el cuello.
–¿Hablaron de esto?– estoy curiosa y quizás un poco enfadada. Era a mí a quien tenían que dirigirse, porque es a mí a la que están follando.
–Es que…– Shane parece haber notado mi cambio de humor. Coño, todavía tengo su miembro semierecto dentro de mí. –No pretendíamos molestarte, pero tú pareces cómoda con los dos y yo quería… estar la primera vez solo contigo ¿No te gustó?– dice con cara de cachorrito triste y la pequeña sensación que tenía en el pecho se esfuma.
No puedo enfadarme con él.
–Me encantó estar contigo, pero no negaré que después de estas últimas semanas compartiendo mi cuerpo con los dos, sentí que me faltaba algo– mientras hablo acaricio la cabeza de Kai, que está sobre mi hombro.
–Me alegro que me extrañaras–
Unos minutos de caricias son suficientes para excitarme de nuevo.
–La primera vez que pensé en ustedes sexualmente me imaginé esta escena– digo mientras me muevo sobre Shane.
–¿En serio?– habla Kai, porque Shane está demasiado ocupado devorando mis senos.
–Sip. Y hace dos noche tuve un sueño parecido–
–Y, ¿qué hacíamos en ese sueño?–
–Estábamos los tres así juntos y… los tenia a ambos en mi interior… al mismo tiempo– Shane se detiene y me mira sorprendido.
–Hablas de…–
–En el coño–
–Vale–
–Hice una pequeña investigación y no necesitamos nada, solo mucha excitación, lubricante y calma–
–Hacer el amor contigo es lo opuesto a la calma–
Mierda, ¿Shane acaba de decir: hacer el amor? Definitivamente, estos dos van a matarme.
–El lubricante está en el cajón de la mesita de noche– eso es lo último que digo, porque Shane se mueve y yo hago lo mismo.
Kai se levanta de la cama y poco después vuelve con el lubricante en mano. Toca y besa toda la piel visible, aumentando mi excitación, provocando que dos minutos después me corra de nuevo.
–¿Estás lista?– pregunta Kai cerca de mi oreja.
–Sí–
Apoyo el cuerpo sobre Shane para facilitar la penetración. El cambiaformas me besa y me distrae mientras el vampiro presiona un poco. Cuando entra un poco siento que me voy a romper en cualquier momento y lo digo.
Kai se detiene y me besa el cuello y la espalda, Shane también me distrae con besos y caricias hasta que me relajo.
Poco a poco Kai me penetra hasta estar casi todo adentro y cuando eso ocurre los tres gemimos al unísono. Yo me siento genial teniéndolos a los dos en mi interior y ellos también disfrutan del momento.
–Joder que apretada estás–
–El Paraíso–
No sé cuál de los dos dijo que cosa, solo sé, que estoy de acuerdo.
Durante los siguientes 20 minutos experimentamos con la posición y el ritmo de las penetraciones hasta que los tres estamos satisfechos con los resultados.
Yo, con las manos apoyada en el pecho de Shane, medio incorporada, y ellos dos penetrándome al mismo ritmo. Es magnífico, pero todavía hay algo que quiero.
–Muérdeme– le digo a Kai cuando siento el tercer orgasmo formándose en mi bajo vientre. Va a ser gigante.
–¿Estás segura?– su voz es ronca y excitada.
–Segurísima– digo lo mismo que Shane.
Yo también me muevo para sacar partido de la penetración y me bajo un poco para besar el pecho y los pezones planos de Shane, haciéndolo soltar un gemido mezclado con un ronroneo.
Al reincorporarme Kai me sujeta del pelo para acomodar mi cabeza como quiera. Sus colmillos atraviesan la piel del cuello y la punzada de dolor seguida por una ola de placer desencadenan mi orgasmo.
–Me corro– la voz casi no me sale cuando exploto.
La mordida amplifica el placer y mi cuerpo se convulsiona como loco mientras los dos penes enterrados en lo profundo de mi cuerpo palpitan y se liberan.
Caigo como un trapo sobre el pecho de Shane y Kai saca su pene, finalmente flácido, de mi vagina, y se echa a un lado.
–Alucinante– Kai.
–Colosal– Yo.
–Apoteósico– Shane.
Nos reímos los tres mientras me dejo caer en la cama entre ambos y rendirme al sueño.
***
Shane
L
a noche anterior
Kai está sentado en la biblioteca de Shea leyendo sobre algo de los vampiros, pero yo necesito hablar con él. Tengo algo dando vueltas en mi cabeza desde hace unos días
–Tengo una pregunta– me hace un gesto con la mano para que hable, sin levantar la vista del libro. No me molesta, siempre ha sido así –Esta noche quiero… llegar hasta el final– eso lo hace reaccionar.
Levanta la cabeza y me mira parpadeando un par de veces, como si no supiera quien soy.
–No entendí, ¿me lo repites?– ahora está jodiendo. Siento que mis mejillas se sonrojan, porque voy a tener que poner todos mis pensamientos en palabras.
–Quiero… meter mi polla en la vagina de Shea–
–No tenías que ser tan explícito–
–Claro que sí, o me harías repetirlo hasta que tu lado sádico estuviese satisfecho– curva un poco los labios en una sonrisa maliciosa. –Que nos conocemos–
–¿Qué tienes en mente?–
–Pues…–
***
Ufff, que calor hace aquí 🥵. Aquí el capítulo correspondiente al sábado. Siento mucho la tardanza, los estudios me tienen estresada.
Pregunten algo que les de curiosidad de los personajes y lo responderé.
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