Abrió la puerta y observo la habitación, entró, fijando la vista en él, sentado a la mesa, concentrado, metido en sus pensamientos. Recordándole tanto a ella.

-¿Has vuelto a ver algo? -Se paro tras su hijo, viendo las letras que escribía.

-Si -Lachlan respondió aun concentrado en su libro.

-¿Es tan importante como para no bajar a jugar? - Sienna junto las manos, mirando a su hijo -Keith te esta aspeando abajo.

-Todo lo que se ve es importante madre -el dejo de escribir y miro a su madre -Tu me lo has enseñado.

-Baja a disfrutar -Sienna se acerco y acaricio la mejilla de su hijo -Eres un niño, ya habrá tiempo para esto.

-Vale -el bajo de su silla y camino hacia la puerta.

Sienna frunció el ceño, viendo el dibujo que había sobre el escritorio, lo tomo y se giro.

-Lachlan -al oírla, el se paro junto a la puerta -Es muy hermosa. ¿Quien es?

-Es Catroina -el respondió mirando a su madre.

-¿Y quien es Catroina? -ella miro el dibujo, frunciendo el ceño.

-Mi hermanita -y el se giro y salió de la habitación.

Sienna contuvo el aliento, sin apartar la mirada del rostro de su hija. De su futura hija.

Llevo la mano a su vientre. No estaba embarazada, lo sabía. Pero también sabía que si su hijo lo había visto, pronto lo estaría.

Dejo el dibujo en su lugar y sonriendo, salió de la habitación dirigiéndose a la suya. Abrió la puerta y observo la cama, se descalzo y camino por la estancia.

-¿Que haces? -Sus pies descalzos se deslizaron sobre la alfombra, acercándose a la cama, sonrió, subiendo a ella.

-Nunca me hubiera imaginado así - Niaj habló, sin apartar la vista de su pequeño, acurrucado en su pecho -Esto, todo lo que me has dado...-el alzó la vista y la miró.

-Lo que nos hemos dado -Se inclino sobre él y beso sus labios, miró hacia abajo, a los ojos de su pequeño y sonrió -Sera igual a ti.

Y lo sería, Dougal MacLairs, seria la viva imagen de su padre.

El seria un autentico guerrero, a sus ocho meses, podía verlo en su pétrea mirada. Sabía que no había rastro de magia en su segundo hijo, pero aun así, el destino le deparaba mucho.

-¿Y Lachlan? -Niaj hablo mirandola.

-Keith vino a buscarlo -ella miro a su marido -Bajo a jugar con él.

El extendió el brazo, en una invitación a compartir su pecho con su pequeño. Se acomodo contra su brazo, apoyando la cabeza en su hombro. Miro al frente y cerró los ojos.

Y las palabras del futuro resonaron en su mente.

Y ellos han nacido, con legitimo derecho sobre esta tierra.

Y en ella quedaran sus huellas, marcadas en la tierra, sus palabras susurradas en el viento, sus hazañas convertidas en leyendas.

La perpetuidad de su sangre les hace guerreros, dueños, señores, herederos. Llevaran con honor los apellidos de sus antepasados y cumplirán con su destino.

Son una nueva dinastía.

Son los Hijos de Las Highlands.

Era la profecía de La Bruja.