Capitulo 7: La visión
Su cabeza se movió bruscamente, moviendo su pelo. Gimió, grito, sus uñas se clavaron en la piel de él. Necesitaba agarrarse a algo desesperadamente. El fuego la consumía, su cuerpo se movía con vida propia, sentada sobre él, sintiendo sus dedos clavarse en su cintura, sus labios acariciando sus pechos.
Jadeo incorporándose en la cama bruscamente.
-Eh -Niaj se incorporo rápidamente de la improvisada cama en el suelo y se acerco a ella, se sentó en el borde de la de ella, demasiado cerca. Alzo la mano y le aparto el pelo de la cara -Todo está bien. Estoy aquí. Estas conmigo.
Ese precisamente era el problema.
Con la respiración acelerada ella le miro, miro su rostro y después sus ojos bajaron poro su cuerpo, por su torso desnudo. Ansiaba tocarlo, tener sus manos en su cuerpo, sus labios...
-Estoy bien -aparto su cara de la mano de él, miro a su alrededor -¿Que hora es?
-Temprano aun -El se incorporo, apartándose de la cama, la observo unos segundos -Iré a ayudar a mi tío, hay mucha leña que coger y cortar y de camino veremos si vemos algo en el bosque.
-No están cerca -ella desvió la vista. Pero no por mucho tiempo, volvió mirarle cuando el se ponía la camisa y salía de la puerta.
Permaneció todo el tiempo que pudo en la habitación, hasta que no pudo más.
Cuando llego a la cocina, Miyed estaba alli, se giro y la miro.
-¿Quieres desayunar? -aparto la mirada, volviendo a sus tareas.
-No, gracias -Sienna camino hacia la puerta.
-No lo sabe.- se paro en la puerta al escucharla. Se giro para mirarla -No lo sabe. Tienes que decírselo. Tienes que decirle a Niaj lo que eres. -y volvió a sus tareas.
Cerrando los ojos unos instantes, Sienna inspiro aire y salió de la casa. Atravesó la parte trasera de la casa y se sumergió en el lado lateral del bosque, en busca de paz.
Se paro alli, mirando a las montañas y cerró los ojos. Las sintió. Y respiro aliviada consciente de que su orden no había sido un error y no las había mandado a la muerte.
Se adentro unos pasos más en el bosque y se paro ante la pequeña cascada. Dejo caer su vestido. Y se sumergió rápidamente en el agua. Estuvo nadando un buen rato, hasta que finalmente salió del agua. Se paro mirando la cascada, el agua pura, con el vestido en el suelo ante ella.
Se vio a sí misma. Su espalda desnuda, su pelo pegado a su piel. Fue consciente de cada gota resbalando por su piel. Sintió la boca seca, el corazón acelerarse, contener la respiración, el calor apoderarse de ella. Sintió el poderoso deseo que le consumió.
Giro el rostro rápidamente, hacia él.
-¡La otra vez pensé que tenias bastante castigo con la astilla, pero esta vez creo que mi daga te ensañara a respetar la intimidad de una dama! -grito mirando hacia el tronco tras el que estaba. Rodo los ojos -¡Niaj! ¡Se que estas ahí!
-¡Estaba buscando leña! -el grito, asomando la cabeza.
-¡Ya me has mirado bastante el culo! ¡Ahora lárgate antes de que tengas que pasar unos minutos avergonzado como detrás de aquel arbusto cuando pasaron los jinetes! -con su pie, alzo el vestido y lo deslizo por su cuerpo.
-¡¡¿Como coño lo sabes todo?!! -Niaj salió de detrás del árbol -Eres peor que Niara.
-¿Y la leña? -alzo una ceja, sonriendo.
-¿Que leña? -el frunció el ceño -Ah, si la... leña.-ella rio mirándole y el la miro fijamente, sonriendo -Me encanta.
-¿Mirar cómo me baño? -se cruzo de brazos.
-También -y el alzo ambas cejas -Pero me refiero a tu risa, me encanta.
Se quedaron mirándose en silencio. Hasta que ella desvió la vista.
-Vienen a verte -y se alejo caminando de regreso a la casa.
-¿Que? ¿Quien? -el miro a todos lados y entonces la loba apareció, caminando despacio -Eh, hola Naya. -se agacho, quedando de rodillas -Ven aquí, déjame ver esa pata -cuando ella se acerco tomo su pata y la observo, la lavo con un poco de agua del lago -A las chicas no hay quien os entienda -suspiro, acariciando la cabeza de la loba -¿Crees que le gusto? -la loba le miro durante unos segundos y se acerco a chuparle la cara.
Sienna camino hacia la casa, pero no entro. Se quedo apoyada en uno de los arboles mirándola. Era un hogar normal, una familia normal. Una vida normal. Algo que ella nunca pudo tener.
-¿Se lo has dicho? -Miyed se paro junto a ella, mirándola.
-Aun no -respondió sin mirarla, bajo la vista al suelo.
-Pues hazlo -contesto bruscamente -A mi sobrino le gustas.
-A Niaj Bukchaman le gustan todas -sonrió haciendo una mueca
-Pero no todas saben lo que ocurrirá -Miyed -Tu sabes cual será su futuro. Sabes cada paso que dará. Tiene derecho a saber que no escogerá, porque tu le marcas el camino.
-¿Crees que es fácil? ¿Crees que para nosotras es fácil? -se giro hacia ella y la miro, con la tristeza reflejada en su rostro -Mi madre murió al darme a luz, sabía que moriría al tenerme, sabía que me dejaría sola. Me entregaron a las hermanas para que me criaran, para que me enseñaran el camino de la luz, una vez, una única vez al año veo a mi padre. No se como es mi hogar, ni mi gente, no si no es en mis sueños. -las lagrimas se agolparon en sus ojos -He visto la sangre antes de ser derramada, la muerte antes de proclamarse. Y he intentado cambiar las cosas pero no he podido. -miro al cielo -¿Crees que es fácil saber lo que te depara el destino? Saber cada paso que darás o que los demás darán hacia ti. -se acerco a ella -Para ella no fue fácil, tu se lo preguntaste. ¿Crees que no le dolía saberlo? ¿crees que no le dolió decirte que no podrías tener hijos? -inspiro aire profundamente -Puedes odiar lo que somos, nuestra magia, porque la arrebato de tu lado. Pero lo cierto es que nadie más que nosotras sufre por lo que somos. Nos apartamos de todo, de las personas que queremos, de la vida que podríamos llevar. Sufrimos viendo lo que no queremos ver, sabiendo lo que no queremos saber. Sentimos el miedo de otros, su alegría, su tristeza, su dolor. Nunca hay un momento de paz, ni siquiera cuando logras ser dueña de tu magia. -se giro, dándole la espalda -He intentado alejarme de él, lo juro. Pero cada vez esta más cerca y....
-Y no puedes apartarte -Miyed asintió -Eso no es magia, eso es amor.
-No quiero lastimarle Miyed, no quiero lastimar a nadie más -apoyo la mano en el tronco de un árbol.
-Díselo -Ella suspiro -No se ira de tu lado. Supongo que ya lo sabes.
-Pero quiero que lo haga -hablo en voz baja, consciente de que ella se había marchado hacia la casa -No quiero que nuestro destino este unido por una profecía. No quiero magia. Quiero.... -cerro los ojos, apoyando la cara en el tronco.
El aire rozo su rostro, mientras miraba el horizonte.
La aldea refulgía, bajo la luz del sol al atardecer. Los guerreros cabalgaban hasta adentrarse en el patio del castillo. Las mujeres caminaban de regreso, con cestas de ropa llena, recién recogida.
Apoyo la mano en la muralla del balcón y bajo la vista, observando su anillo.
El llanto de un bebe llego hasta ella, se giro y observo el interior de la habitación.
Se adentro en ella, despacio, sus pies se hundieron en la suave alfombra, a medida que cruzaba la estancia.
La cuna de madera, se encontraba al otro lado de la cama, con un dosel blanco, cubriéndola. Se paro junto a ella, aparto el fino dosel y le vio.
Vio sus ojos mirándola.
Su preciosa carita, sus manitas.
Abrió los ojos y se aparto del árbol. Llevo la mano a su pecho, sintiendo su corazón acelerado. Y la imagen de aquellos ojos, apareció en su cabeza.
Tras cenar, mientras Gudman y Niaj hablaban y Miyed y Sienna evitaban mirarse, se retiraron a las habitaciones.
-Bueno, me he portado bien -Niaj la miro divertido -¿Hay un hueco para mí en la cama?
-¿Por que? -ella señalo la manta en el suelo -Tienes una cama muy cómoda ahí.
-Dime una cosa -el se acomodo en el suelo -¿Eres tan dura con todos los hombres? ¿O yo soy especial?
-Soy dura con todos, en general -ella hablo, tumbada en la cama -Pero tú tienes la habilidad de sacar lo peor de mi.
-Te llevarías bien con mis chicas -el suspiro.
-¿Tus chicas? -Sienna cerró los ojos, sonriendo -¿Cuantas hay?
-Me refiero a las guerreras -el se giro de lado, moviendo la cabeza para intentar verla. Se incorporo suspirando.
-¿Que te pasa? -ella hablo sin abrir los ojos.
-Estoy incomodo, no suelo dormir con ropa -El giro el rostro hacia la cama
-Si te quitas el pantalón, duermes en el pajar -se giro, dándole la espalda.
El bufo molesto y volvió a acostarse.
-¿Sabes que un montón de chicas darían lo que fuera por estar en una cama conmigo y sin mis pantalones de por medio? -hablo sonriendo divertido
-¿Sabes que estoy tentada de coger mi daga y hacer que no vuelvas a estar tan orgulloso de dormir sin pantalones? -pero ella contenía la risa al hablar.
-El mundo se perdería mi descendencia, mujer -Niaj coloco las manos tras la cabeza.
-Seria una gran pérdida -Ella lo dijo con ironía, pero el rostro de aquel bebe, apareció en su mente.
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