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Capitulo 26: Magia y sangre


-Niaj -Duncan se paro tras él, observándole.


Suspiro sin obtener respuesta. Llevabas horas ahí sentado, en la tierra, mirando las ruinas. Las mismas horas que las hermanas de la Luz se habían llevado a Sienna a esas misma ruinas.


-Niaj -Fue Eder quien se paro ante él y se agacho, para mirarle a los ojos -Tu primo te necesita, quiere hablar contigo.


Niaj lo miro, con los ojos rojos, con los restos de las lagrimas en sus ojos y el miedo y el dolor aun latiendo en ellos. Se levanto y se giro caminando hacia la tienda en la que Mail se encontraba, todos le observaron en silencio.


-¿Crees que...? -Ewan miro hacia las ruinas.


-Si las brujas se la han llevado es por algo -Aclair respondió, serio.


Niaj se inclino accediendo a la tienda, apenas iluminada. Vio a su primo, tumbado con las vendas ensangrentadas cubriendo su herida. Una de las hermanas estaba arrodillada a su lado, colocando un paño de agua en su frente.


Ella le miro y se aparto, para dejarle el lugar.


El se acerco y se arrodillo a su lado, observo su rostro cubierto por el sudor, con apenas color.


-Está viva - Mail habló con los ojos cerrados, giro el rostro hacia su primo y abrió los ojos para mirarlo -Ella nunca permitiría que vuestro hijo muriera, está viva. Volverá a tu lado.

Niaj lo miró, con las lagrimas brotando en sus ojos, se agacho y colocando la cabeza sobre el pecho de su primo, lloró. Mail alzó la mano y la coloco en su cabeza, cerró los ojos con fuerza y una lagrima resbaló por su mejilla.


-Cuida de ellos por mi -hablo en apenas un susurro.



Todo estaba oscuro, silencioso, pero aun así, no había frío, no había soledad.

Caminaba sobre el agua, sentía como se movía en sus pies, pero no podía verla.

¿Esto era la oscuridad?

No, había luz, había luz al final.

Y estaba....

El.

Estaba de perfil, apoyado en una carreta, mirando al frente. El pelo caía sobre su cara, ocultando su rostro. Pero no necesitaba verlo.

Veía la espada. A pesar de que tenia los brazos cruzados y la sujetaba en la mano contraria, ocultando el mango con su propio cuerpo, podía ver la hoja de acero. Y sabía que era la espada de su protector. La espada de Niaj.

Él giro el rostro, hacia ella y la miro.

Sonrió, con ternura, con un inmenso amor.


-Padre os está esperando -hablo en apenas un susurro pero ella le oyó y entonces el murmullo del canto inundo el lugar. Su imagen desapareció y la oscuridad comenzó a fundirse.



El circulo de piedras estaba dispuesto, las brujas situadas a su alrededor con las manos alzadas y girando, cantando. El cuerpo de Sienna permanecía en el centro.

Los cantos se sucedieron una y otra vez. El viento soplo suavemente, como llevando sus voces y cuando acabaron, un murmullo volvió a oírse y volvieron a iniciar el canto, pero esta vez mas voces se unieron a ellas, traídas por el viento.


https://youtu.be/rIw2YQPLGsE


Tierras MacLairs.


-Ya deberíamos saber noticias de ellos -Helen suspiro, mirando hacia la ventana preocupada.


-Estarán bien -Niara hablo, tratando de mostrar seguridad.


-Tengo una mala sensación -Ayla estrecho sus manos nerviosa -Necesito ver a mi marido.


-La batalla ya debe haber ocurrido -Jannet caminó por la sala nerviosa.


-Es probable que estén cansados -Dalias hablo mirando de reojo a Alastair.


-Es cierto, necesitaran descansar un día o dos para ponerse en marcha -el asintió, desviando la vista.


-No sabéis mentir Laird Fergusson -Eara lo miro fijamente.


El leve soplo de viento entro por la ventana y el susurro recorrió el lugar.


-¿Habéis oído eso? -Thalia frunció el ceño.


Las puertas del castillo se abrieron bruscamente y un fuerte viento entro, haciendo que las corintias se removieran, las flores volaran.


-¡¿Que demonios?! -Angust Bukchaman que estaba junto a la puerta de la sala, se giro y se quedo ahí parado.


Freya se encontraba en el centro de la entrada, el viento soplaba, rodeándola y ella miraba al frente, susurrando aquellas extrañas palabras, un canto.


-¡¿Freya?! -Niara dio un paso adelante, pero Dalias la agarro del brazo.


-No -El la miraba fijamente -Las está ayudando, por algún motivo la necesitan.


Todos la observaban, con la inseguridad en su rostro, sin perder ni un detalle de su rostro, de sus labios pronunciando aquel cantico.


Pero nadie en el castillo, escucho las otras palabras, el otro cantico susurrado en la planta superior del castillo.


Aidan MacCarty permanecía parado ante su ventana, abierta de par en par, con el viento entrando por ella, mientras el susurraba el cantico.


Solo Kristal MacClain, que se encontraba en el pasillo, le escucho y llamada por la curiosidad abrió la puerta y le vio.



Sherwen


El viento recorrió el campamento, llevando el cantico hasta ellos.


-¿Que diablos? -Duncan sintió un escalofrío.


-Esto me da miedo, en serio -Ewan estiro la mano y se agarro al primer brazo que encontró, cuando miro a quien pertenecía vio el rostro impasible de Aclair mirándole -Eh... yo -y lo soltó rápidamente.


-Parece como si la estuvieran llamando -Eder avanzo por el campamento hasta pararse a unos metros de la ruinas, observando.


-Es...-Alexander observo a las brujas, vestidas de blanco, dando vueltas, con las manos alzadas. -Mágico.


Niaj salió de la tienda, alertado por ese sonido y corrió hacia donde los demás estaban parados.


Las hermanas dejaron de cantar, se inclinaron en la tierra y con las manos alzadas al cielo inclinaron su rostro hacia su madre.


Las nubes blancas que cubrían el sol se apartaron y la claridad se hizo más fuerte, obligando a los guerreros a entrecerrar los ojos.


Y Sienna MacLairs se abrió los ojos y se incorporo, levantándose. ante la asombrada mirada de los Lairds y de todos los guerreros de clanes, Ducado y Condado. Que desde ese día, contarían la leyenda de La Bruja, la cual era capaz de vencer a la muerte con su blanca luz.


Niaj permaneció de pie, mirandola, mientras sus piernas temblaban.


Las hermanas tomaron un puñado de tierra y se incorporaron, rodeando a Sienna, caminaron hacía el interior de las ruinas del templo.


Pararon en el centro del templo y alzaron las manos, dejando que la tierra resbalara poco a poco, hasta el suelo.


-Que la luz os guie y la oscuridad se aparte de vuestro camino hermanas -todas pronunciaron esas palabras, dirigidas al alma de aquellas que había muerto -Hasta que volvamos a vernos.


Y Sherwen dejara de existir y se convertirá en ruinas.

El fuego extinguirá la vida, dejando un halo de muerte.

Las almas desamparadas alli dormirán, sin nada que las espante.

La ceniza formara parte de la tierra y todo lo que una vez existió, será solo un mito.


Y la profecía resonó en el lugar, llegando a todas y cada una de ellas.

Todo quedó en silencio.


-¿Tenemos que marcharnos? -Una de las hermanas habló dando un paso adelante, hacia ella.


-Es vuestro camino -Sienna las miro, una a una -Debéis regresar a nuestras raíces, a nuestra tierra. La Oscuridad ha desaparecido, pero allí quedaran herederas y algunas aun no nacidas, que necesitaran vuestra enseñanza. Mi lugar esta aquí.


-Iniciáis una nueva era -ella miro a Sienna, con admiración -Que la luz os proteja madre.


Y todas se inclinaron y salieron de las ruinas, conscientes de Niaj MacClain estaba alli, en la entrada, mirándolas.


El dio varios pasos adentro, sin decir nada, mirandola. Sienna se giro y le miro, extendió la mano hacia él y sonrió al ver que no la tomaba. Aun estaba herido, con su torso al descubierto y las heridas sin curar, sucio de la batalla.


Se paro ante ella, mirandola a los ojos.


-Nunca...-hablo en un susurro -Vuelvas a dejarme.


-Siempre estaré a tu lado -Sienna le respondió y el se inclino sobre ella, escondiendo el rostro en su hombro y llorando sobre él. Mientras ella le abrazaba, cerrando los ojos.


Aparto el rostro y la miro, acerco su boca a la de ella y la beso, con delicadeza, con una ternura infinita. Después miro hacia abajo y coloco la mano en su vientre.


-Está bien -Sienna sonrió -Nuestro hijo está perfectamente. -lo miro a los ojos -El me ha traído de vuelta.


Y Niaj se dejo caer al suelo, de rodillas, para colocar el rostro contra su vientre y abrazarlo. Ella paso la mano por su pelo.



Alzo la mano, llevo la daga a ella y la hundió en su palma, logrando que el hilo de sangre brotara de ella, apretó el puño.

El liquido rojo goteo, sobre la herida.

-Mi sangre te entrego, la luz te doy, te devuelvo tu vida porque tú has luchado hoy por la mía. -miro a los ojos de él. Bajo la mano y la coloco en su herida.


-Mail -Sienna dejo de tocar el pelo de Niaj y el alzo la vista asustado -Llévame con él.


Y su protector obedeció, se levanto rápidamente y la tomo de la mano. Caminaron hacia la colina, donde los guerreros la observaban asombrados.


-Las brujas se han ido -Duncan habló y frunció el ceño al ver que ella seguía caminando, dejándolo atrás.


Sienna entro a la tienda y Niaj tras ella, quedándose a un lado.


-¿Estas viva bruja? -Mail la miro, débil, pero con una sonrisa.


-Mas que tu por lo que parece -Ella le sonrió y se arrodillo a su lado -Tienes que regresar a casa y estar junto a tu mujer cuando nazca tu hija.


-¿Que..? -Mail la miro con los ojos llenos de lagrima.


Sienna aparto las vendas y observo la herida, por la que aun no dejaba de sangrar.


-Dejaras de sangrar y la herida cicatrizara mas rápido -lo miro y alzo un dedo -Lo que no significa que te puedas poner a entrenar y pelear con la espada como si nada.


Alzo la mano, llevo la daga a ella y la hundió en su palma, logrando que el hilo de sangre brotara de ella, apretó el puño.


El liquido rojo goteo, sobre la herida.


-Mi sangre te entrego, la luz te doy, te devuelvo tu vida porque tú has luchado hoy por la mía. -miro a los ojos de él. Bajo la mano y la coloco en su herida.




Todos estaban parados alrededor de la tienda, observándola, cuando Niaj salió de ella, seguido por Sienna.


-Deberíamos pasar la noche aquí y descansar -ella paso la mano por su rostro apartando el sudor. Miro Duncan, Alexander, Ewan, Eder y El Invencible -Gracias, gracias por luchar a nuestro lado.


-¿Mail esta...? -Duncan pregunto, con miedo.


-Tranquilo, no le diré a tu mujer que casi me matan porque no supiste cubrirme las espaladas -Mail hablo, saliendo con cierto esfuerzo de la tienda.


-¡No fue mi culpa! -El Diablo grito y entonces lo miró, consciente de que estaba bien y sonrió. -Hierba mala nunca muere.


-Jodida mierda -Ewan suspiro sonriendo -Eres duro Bukchaman.


-Gracias -Niaj hablo al oído a su mujer, pasando el brazo por su cintura -Te quiero Sienna.


Ella giro el rostro y le miró, entonces se besaron.


-¡Eh! -Ewan hizo una mueca -¡Que yo no tengo a la mía! ¡Así que aire!


-Siempre tienes que molestar -Alexander coloco la mano en el hombro de Ewan sonriendo.


-Niaj no se lo merece -Eder alzo ambas cejas -¿Verdad?



Y esa noche, el campamento quedó en calma, iluminado por las hogueras mientras los guerreros se calentaban a su alrededor.


Duncan, Ewan, Alexander, Eder, Aclair, Mail y Niaj, permanecían en silencio, observando el fuego.


Hasta que en el mismo instante, todos alzaron el rostro y se miraron.


Conscientes de que estaban felices de que todos y cada uno de ellos estuviera sano y salvo.


Aunque eso fuera algo que nunca admitirían ante sus mujeres.


Después de todo ....


Eran salvajes. 

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