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Capitulo 2: Esa mujer

Llevaba medio día caminando y al fin llego al final del bosque.


Podía ver sus límites, los últimos arboles, la ultima protección de su mundo. Y tras él una pradera desierta y su hogar, o por lo menos el que debía serlo.



Dio un paso adelante y el apareció de la nada.

-Pero ¿que tenemos aquí? -sonrió, mirándola divertido -Una bruja fuera de su aquelarre.

-¡Matadla! ¡Daos prisa! ¡Debemos cazar a las demás! -y la voz de el hombre que estaba subido al caballo, atravesó su alma. Lo miró, un solo segundo y lo reconoció. Iban a su hogar, las buscaban a ellas.



Jadeo con fuerza apoyándose en el árbol.


-Pero ¿que tenemos aquí? -y ahí estaba


Pero ella no espero, tomo su daga y salto sobre él, cortando su cuello, después echo a correr.


-¡¡Cogedla!! -El grito recorrió cada rincón del bosque -¡Matadla!


Debería haber corrido hacia el final del bosque, salid de alli, como se le había ordenado. Pero no podía, ahora sabia que estaban alli, que todo se cumpliría y tenía que llegar a sus hermanas, avisarlas.


-¡¡Ven aquí bruja!! -un hombre se lanzo sobre ella, haciéndoles rodar por la tierra. Le clavo la daga en un costado y le empujo apartándose. Se incorporo y se puso en posición y saco su otra daga.


Dos avanzaron hacia ella, con su espada en alto, esquivo sus ataques, girando sobre sí misma, golpeo a uno en el estomago y salto sobres él, lanzando su daga al otro, se giro y clavo la daga en la espalda de aquel que estaba arrodillado por el dolor en el estomago. Se acerco a tomar la daga del otro cuerpo y volvió a correr.


Entonces la rodearon.


Cinco hombres.


Empezó a luchar, adelantándose a los movimientos de ellos, sabiendo sus puntos débiles. Esquivo la espada de uno y se vio empujada por otro, rodando por el suelo, cayendo entre los árboles.





¡Cogedla!¡Matadla!


Había oído aquel grito y todo en él se puso en guardia. La primera mujer que paso por su mente fue la que había visto en el bosque y la ansiedad por encontrarla, por protegerla, nació en el. Corrió por el bosque tan rápido como pudo, intentando seguir las voces.


La vio, luchando contra hombres. Estaba en el centro de ellos, su vestido blanco volaba con cada movimiento, su pelo se movía alrededor de su rostro. Era ágil, se adelantaba a cada movimiento de aquellos hombres.


Y de repente la vio caer y desapareció de su vista.


Se lanzo hacia ellos, con su espada en alto, y lucho contra los dos que quedaban. Los derroto y se apresuro a ir en busca del tercero, que la había seguido. Estaba corriendo hacia ella, cuando la vio clavar la daga en el vientre del hombre y apartarlo a un lado.


Se apoyo en un roca, para apartar la daga insertada en el cuerpo y entonces alzo el rostro, como si fuera consciente de su presencia.


-¡¿Estas bien?! -se lanzo por la tierra hacia abajo y todo se volvió negro.



Un zumbido resonó en sus oídos y la punzada atravesó su cabeza.


-Augh -se removió, sintiendo las hojas secas bajo el -¿Que..? -llevo la mano a su cabeza, tocando su propia sangre. Entonces se incorporo ¿Donde estaba? ¿Se la habían llevado? Su mirada se centro en la piedra que había en el suelo, con sangre, su sangre. Y el recuerdo de el llegando a su lado y la mano de ella estrellando la piedra en su cabeza, llego a él. -¿Me ha golpeado con una puñetera piedra? -se incorporo y se balanceo sintiendo el mareo, llevo la mano a su cabeza -Mierda, tomo su espada que estaba en el suelo. -se quedo mirando a su alrededor -Bien, si así agradece la ayuda -se giro y se dispuso a seguir su camino. Tras dar tres pasos dejo de caminar -Oh mierda -miro al animal y trago saliva -¿Hay lobos en este maldito bosque?


Entonces el lobo se sentó y se quedo mirándolo.


-¿Naya? -frunció el ceño -No, ¿no, no? -se agacho, estirando la mano -¿Naya?-y la loba se acerco y restregó la cabeza contra su mano -¿Que haces aquí? -y como si fuera a responderle, se acerco al hombre muerto, olisqueo, tomo un trozo de tela blanca y regreso hasta el -Esto es de ella -tomo la tela -¡Eh! ¡Espera! -y siguió a la loba, que corría por el bosque.







Se agacho, escondida tras los troncos caídos en el suelo. Miro los caballos, necesitaba uno, solo así tendría una oportunidad. Fijo la vista en uno negro, se concentro en sus ojos, en su mirada.


-¡Eh! ¡¿A dónde vas estúpido animal?! -el hombre grito al ver al caballo alejarse


-Buen chico -y ella salió de su escondite y se subió con rapidez.


-¡¡Ahí esta!! -el hombre corrió tras ella. -¡A los caballos!


-Vamos bonito -se inclino hacia delante haciéndole correr.



El sonido de los cascos de caballos inundaba el bosque.


Niaj apareció en mitad del camino y la vio, subida al caballo, su rostro lleno de fiereza, con decisión. Huyendo, huyendo de los hombres que la perseguían.

-¡Eh! -y se lanzo al otro lado al ver que ella estaba dispuesta a pasar por encima de él.




Por algún extraño motivo, Sienna giro el rostro, mirando atrás, mirándolo a él. Volvió a mirar al frente. Sintió como la flecha se acercaba, se inclino a un lado, esquivándola, entrecerró los ojos y obligo al caballo a girar a la derecha, de forma que la otra flecha se clavo en el árbol. Salió a mitad del claro y apresuro el paso del animal.


¡Para! ¡Para!

Vete Sienna.

Cumple con tu designio.



Sintió la presión en el pecho y jadeo. Y entonces una flecha la alcanzo y se derrumbo del caballo.



-¡¡Noo!! -Niaj estaba lo bastante cerca para ver como caía del animal. Había arrebatado el caballo a uno de los soldados que se paro para atacarle y mientras la perseguía, había ido desasiéndose de cada uno, hasta que solo quedaron dos. Y uno de ellos la había alcanzado con una flecha. Salto del caballo, abalanzándose sobre el otro. Rodaron por el suelo, le golpeo con el puño y se incorporo, corrió hacia el que se acercaba a ella y alzo su espada.


Las espadas chocaron, el sonido del metal resonó en el aire. Se aparto caminando en torno a él.


-Te has equivocado al ponerte en nuestra contra -el soldado se abalanzo sobre ella.


-¡Vosotros os habéis equivocado al atacar a esa mujer! -y se aparto con decisión le golpeo en el estomago y clavo su espada en su costado. Sin mirarlo, corrió hacia ella y se arrodillo a su lado -No, no -Toco la herida en su hombro -Vamos mírame -Y ella abrió los ojos, le miro y volvió a cerrarlos.



Y esa sola mirada, basto, para Niaj quedara atado a su destino. 



Y AHORA...¿QUE HARA NIAJ? 

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