Capitulo 16: La Señora
-Dalias tiene una hija -Mail rompió el silencio.
-Eso parece -Ewan asintió.
-¿Nunca oísteis hablar de ella? -Alexander acaricio la mano de su esposa, que estaba sentada a su lado.
-Debe haber un buen motivo para que no supiéramos de su existencia -Niara se acomodo en la silla, con la mano sobre su panza redondeada.
-Los rumores decían que su esposa era...-El Diablo miro a Angus
-Y son ciertos -Eder hablo y todos le miraron -Por eso me envió a ella, es su hija. El sabía que Sienna me diría donde encontrar a Jannet.
-Entonces ...-Ayla miro se cruzo de brazos -Fue ella quien te dijo que estaba con nosotros.
-¿Estas bien? -El Invencible frunció el ceño, mirando a su mujer.
-Si -pero ella respondió en apenas un susurro, con el ceño fruncido -Me siento, extraña.
-Maldita sea ...-Niaj dio una patada a una silla -¿Por que tardan tanto?
-Tranquilízate hijo -Thalia se acerco y coloco una mano en su hombro.
-¿Como la conociste? -Eara le miro con curiosidad.
-En el bosque, cuando yo regresaba -el suspiro pasando la mano por su cara.
-Hasta cuando emprendes el camino a casa tienes que encontrar una mujer -Ewan sonrió divertido.
-Pareces nervioso -Mail alzo una ceja -¿Es por ella?
-No me dijo que era su padre, ¿por qué? -Niaj se aparto de su tía, volviendo a caminar.
-Vaya, vaya ...-Alexander se cruzo de brazos mirándole divertido -Así que .... estas muy interesado en ella.
-Parece que mas -El Diablo sonrió -¿Te han echado el lazo ?
-¡¿Quien iba a decirlo?! -Mail rio.
-¡¡¿Queréis parar de una vez?!! -y Niaj se paro ante todos mirándoles -La buscan, para matarla o para.... ¡No se para que pero van tras ella!
-Niaj -Niara se levanto de su lugar y se acerco a él -Realmente, es tu mujer.
-Si -el la miro a los ojos -Lo es.
-No pude hacer nada -Sienna cerró los ojos con fuerza -No pude hacer nada por ellas.
-Hija -Dalias dio un paso hacia ella.
-Lo vi, lo vi todo, las avise y ....-su voz se fue debilitando hasta ser solo un susurro -Estuvieron dispuestas a dar su vida, por mi. Como lo hizo madre.
Las lagrimas recorrieron el rostro de Dalias, mientras miraba su espalda.
-Aquí estarás a salvo, este es tu hogar -el limpio las lagrimas -Has vuelto a casa.
-Nadie está a salvo, no aun -camino por el despacho mirando a su alrededor -Pronto llegaran las hermanas, vendrán para luchar. -alzo la mano y acaricio un libro, después se giro hacia su padre y le miro -Ha llegado la hora. Se avecina una guerra y yo necesito un ejército.
-Tu madre me dijo que esto pasaría, que volverías a casa, que nos liberarías de la oscuridad y yo he esperado por mucho tiempo, que llegara este momento -avanzo hasta pararse ante ella, alzo la mano y acaricio su rostro -Lo único que lamento es que tuvieras que perder a seres queridos para regresar. Siempre has tenido un ejército, esta siempre ha sido tu gente, solo te estaban esperando. -y la abrazo.
-Señor -el ama de llaves se paro en la puerta, agachando el rostro -Todo está listo.
-Bien -el se aparto de su hija y la miro a los ojos -Acompáñame.
Caminaron en silencio por el castillo, hasta llegar a una gran puerta de madera, con un símbolo tallado en ella. Dalias empujo la puerta, abriéndola y la habitación se mostro ante ellas, con el gran balcón por el que se filtraba la luz, una gran cama con dosel.
-¿Que haces? -sus pies descalzos se deslizaron sobre la alfombra, acercándose a la cama, sonrió, subiendo a ella.
-Nunca me hubiera imaginado así -Niaj hablo, sin apartar la vista de su pequeño, acurrucado en su pecho. -Esto. Todo lo que me has dado...-el alzo la vista y la miro.
-Lo que nos hemos dado -se inclino sobre el y beso sus labios, miro hacia abajo, a los ojos de su pequeño y sonrió -Sera igual a ti.
-Hija -Dalias coloco la mano en su hombro. Ella giro el rostro y le miro, volvió a mirar la habitación y entro en ella, caminando despacio. Entonces su vista se clavo en la cama, en aquel vestido blanco que había sobre ella. -Tu madre me conto que todas las hermanas tenéis el vuestro. Lo guarde, todos estos años espere poder entregártelo.
Se acerco a la cama, su mano se alargo y acaricio la suave tela.
-Te dejare para que te des un baño y te cambies -Dalias dudo unos segundos, finalmente dio un paso atrás -Todo esperan en la sala y tu pueblo espera por ti.
Tras bañarse y ponerse el vestido que una vez había usado su madre. Sienna se acerco al balcón y se asomo al exterior, para ver como la aldea al completo estaba reunida ante el castillo, esperándola.
Durante todos estos años, los MacLairs había sellado sus labios, nadie había vuelto a pronunciar su nombre, nadie había mencionado que el Laird tenía una hija. Era un secreto bien guardado, a buen recaudo hasta que llegar el momento de volver a casa y tomar su lugar. Como años antes había sido su madre, para ellos, era su señora, su meiga.
Se giro y camino hacia la puerta, poso ambas manos en ella, cerró los ojos, inspiro con fuerza y las abrió. Inmediatamente el guardia que estaba parado ante ella alzo el rostro y la miro.
Se miraron unos segundos, finalmente el agacho la mirada.
-Me alegro de que regresarais a vuestra casa -se hizo a un lado, para dejarla salir.
-Alegraos cuando la guerra haya llegado a su fin. -salió de la sala y suspiro -Vamos.
Cuando las puertas de la sala se abrieron todos miraron a ellas. Dalias entro, cerrando tras, el. Les miro y suspiro.
-Supongo que tenéis muchas preguntas -miro a cada uno, después fijo la vista en Angust y asintió.
-¿Donde está Sienna? -Niaj frunció el ceño, mirando la puerta.
-Se reunirá con nosotros enseguida -el le miro con curiosidad.
-¿Por qué nunca hablaste de ella? -Niara dio un paso hacia el -Sabes que nosotros nunca te traicionaríamos.
-Eso no está en vuestras manos querida -el negó con la cabeza -Estamos hablando de algo superior a nosotros, capaz de doblegar nuestra voluntad. -se quedo pensativo -Cuando conocí a mi esposa, siempre supe que era diferente. Ella junto a las demás, llegaron a mis tierras, peregrinando, buscando el lugar que sería su casa. Me ofrecí a acompañarlas. A guiarlas hasta Sherwen y cuando llegamos alli, no pude dejarla atrás. Entonces ya sabía quién era y los poderes que tenia y ella sabia cual era su destino, a mi lado. Pero nunca me lo dijo, no hasta que nuestra hija estaba a punto de nacer. -camino por la sala hasta pararse junto a la ventana -Ella sabía que moriría y me dejo muy claro como seria todo. Nuestra pequeña seria poderosa, mucho y debía estar con las hermanas. Nadie debía saber donde estaba. Reunió a todo nuestro clan y les ordeno que nunca jamás, hablaran de nuestra niña, no hasta que ella regresara. Esa misma noche, Sienna llego al mundo y mi Catrina, murió. -se giro y miro a Angust -Un tiempo después, llevamos a mi hija a las hermanas, para que ellas la criaran, para que le enseñaran a controlar....
-¿Llevamos? -Mail frunció el ceño, miro a su padre.
-¿Tu lo sabías? -Niaj miro a su tío con acusación.
-Lo sabíamos -Thalia asintió llamando la atención de todos -Gracias a Catrina, yo conocí a Angust. En su boda, se paro ante nosotros y nos dijo que nos casaríamos -sonrió con cierta tristeza -Se convirtió en una gran amiga.
-Entonces, Sienna ha vuelto a casa -Erara sonrió.
-Ahora es la señora de estas tierras -Helen sonrió.
-Parece que tengo mucho que agradecerle -Jannet miro a su esposo y tomo su mano con fuerza.
-Pero Niaj dijo que la persiguen -Ayla miro a Niaj y de nuevo a Dalias.
-¿Y las otras? -Eder frunció el ceño -Eran muchas. ¿Donde están las demás brujas?
-Muertas -y fue Sienna quien contesto, parada bajo el umbral de la puerta mirándoles -La mayoría están muertas. Un pequeño grupo escondido. -camino hacia ellos y se paro ante Eder -Te dije que nos volveríamos a ver Laird MacPearson. -miro a Jannet -Me alegra que la encontraras.
-Gracias -Eder asintió -Tendrás mi apoyo para esta guerra.
-Lo sé -giro el rostro mirando a todos -Se que tendré el apoyo de todos.
-Sentémonos -Dalias se acerco a ella y señalo la mesa.
En silencio todos tomaron asiento, todos mirándola. Niaj fue a sentarse a su lado y apretó la mandíbula al ver que Mail ya había ocupado ese lugar. Rodeo la mesa y entrecerró los ojos al ver que Ewan había ocupado el otro lugar.
-¿Ocurre algo? -El invencible miraba confundió como su esposa y Sienna se miraban.
-Es como si... -Freya inclino el rostro a un lado, mirándola.
-Como si nos conociéramos -y Sienna termino de hablar por ella -En cierto modo así es. Tu gente y la mía, provienen del mismo lugar. Supongo que tu padre nunca te conto porque realmente os marchasteis y vinisteis a estas tierras.
-Mi madre fue asesinada -Freya contesto con el ceño fruncido -Y no quería seguir luchando, quería protegerme.
-Quería protegerte si y proteger a aquellas Meigas que seguían guiadas por la luz. -sonrió levemente -Mi madre y las hermanas fueron guiadas por tu padre, para venir aquí. Tu madre era una de nosotras y tu lo eres. -todo quedo en silencio -Pero tu padre se negó a permitir que fueras con mi madre, eras su heredera y tenias una obligación con tu pueblo. Nunca has sido guiada en el camino, no te han enseñado guiar tu luz, tu magia. Pero tienes mucho de nosotras. Las dagas, nunca fallas, tu habilidad con los animales, tus lobos. Las pesadillas, que tenias, no lo eran. Eran visiones. -señalo a Aclair -Tuviste una de la noche en que tu gente iba a buscarte.
-Si... vi...-ella la miro sorprendida.
-Eres una meiga Freya, aunque no puedas usar tu luz, tus habilidades están ahí, porque lo llevas en la sangre -la miro unos segundos, volviendo su rostro serio -Estoy segura de que lo sentiste, sentiste el calor, el dolor, la tristeza.
-Era tan extraño -Freya asintió -Tenia tanta tristeza...
-Sentiste sus muertes -Sienna inspiro aire, miro al frente, encontrándose con la vista de Niaj, fija en ella -Durante mucho tiempo he deseado que este momento no llegara, que esta guerra no sucediera. Aunque sabia no había forma de impedirla. El resto de hermanas viene de caminó. Esta batalla debe llevar al fin de las hermanas de la oscuridad, aquellas que entregaron su alma a la magia oscura. Esto os incumbe, porque se apoderaran de todo y todos, vuestros hijos serán sometidos si no acabamos con ellas. Sé que no me conocéis, aunque yo si a vosotros, durante toda mi vida os he visto, he conocido vuestros mejores momentos -miro a Niara -Y también los peores, sintiendo vuestra alegría y también vuestro sufrimiento. -se levanto -Lucharemos juntos en esta guerra y ganaremos, para que la prosperidad y felicidad llegue y nuestros hijos vivan en un mundo lleno de paz. -se giro y camino hacia la puerta, Dalias se dio prisa en seguirla. Todos se levantaron y la siguieron.
-Yo no quiero complicaciones, me buscare una mujer sencillita, que no de problemas -Ewan hablaba imitando a Niaj.
-Te has lucido -Mail le dio una palmada en la espalda a su primo. -La más sencillita.
-Que os den -molesto el camino tras ella corriendo.
-Lo va a pasar mal -Duncan se encogió de hombros.
-Pues yo creo que no -Ayla sonrió -Ella lo sabe.
-Si -Helen asintió -Sienna debe saber que el es su hombre.
Cuando Dalias junto a su hija, salieron ante la multitud, todo quedo en silencio, todos observándola.
-¡Clan MacLairs!¡Aquí ante todos, reconozco a mi hija Sienna MacLairs! -miro a su hija y con lagrimas en los ojos tomo su mano -¡Vuestra futura señora a vuelto a casa! ¡Aquí esta, vuestra Meiga!
Y los gritos y vítores se sucedieron, rebosando la aldea de alegría, celebrando que volvían a estar completos.
Sienna sintió como su otra mano notaba el calor, giro el rostro y vio a Niaj, parado junto a ella, mirando al frente con su mano sujeta a la de ella, fuertemente.
-Mira eso -Angust, parado tras ellos, observaba las manos unidas.
-Catrina -Thalia sonrió negando con la cabeza, miro a su esposo -Ella me dijo que criáramos a Niaj, como a Mail, como si fuera a ser Laird.
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