Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo seis

Llevábamos ya una semana trabajando en la boda y por suerte no me había reunido con Liam en todo este tiempo. Hasta ahora, menos de la mitad de los invitados habían confirmado su asistencia por lo que aún no teníamos un computo aproximado para hacer la lista con el orden de las mesas. 

Por otro lado, contactarme con el hermano de Ellie había sido todo un desafío porque al parecer estaba muy ocupado como para coger el celular. Tampoco contestaba mis correos, así que tendría que planificar mi plan b. 

Todo había estado muy tranquilo, pero por supuesto, llegó el día en que nuevamente tendría un subidón de presión arterial, ya que haríamos la visita al jardín en donde se realizaría la ceremonia. Así que Liam y yo nos volveríamos a ver las caras. 

—Si alguien llama, por favor diles que estaré disponible hasta mañana —le indiqué a Lily.

—¿Regresará muy tarde hoy? —preguntó. 

—Espero que no —murmuré, anhelando terminar rápido con ese trámite. 

Tomé mi cartera y mi anotador inalámbrico, lista para marcharme. La cita era a las cuatro, así que no podía retrasarme. 

Cuando llegué al lugar, Liam me esperaba en el estacionamiento junto a su auto. Ya habíamos hecho la reserva para la boda y ahora debíamos centrarnos en comenzar a distribuir el espacio, por lo que ambos nos encargaríamos de ello. 

Me acerqué hasta él para saludarlo, prefiriendo extender mi mano antes que la mejilla. Se veía guapísimo obviamente, porque él siempre había tenido ese atractivo hipnótico que te hacía voltear a verlo a donde sea que fuera. Su cabello estaba peinado hacia atrás, y algunas mechas rebeldes y onduladas caían sobre su frente. Las gafas oscuras escondían sus ojos color esmeralda y a decir verdad, era mejor no tener que verlo directamente porque eso me acojonaba. 

—Me alegra verte de nuevo —murmuró, sonriendo levemente—. Espero que... podamos aprovechar bien el día...

—Sí, eso espero —asentí, comenzando a avanzar hacia la entrada del lugar. 

El jardín era hermoso, sobre todo por el gran número de flores y vegetación de temporada que se extendía a lo largo de todo el perímetro. Contaba con una laguna, una cafetería y su propio restaurant al interior con el cual contábamos permiso para poder llevar a cabo la cena durante la noche. 

—Tenemos tres puntos en los que podríamos considerar llevar a cabo la ceremonia para que sea al aire libre —comenté, caminando a su lado.

Podía sentir su mirada puesta en mí a pesar de esconder sus ojos bajo las gafas. Era una reacción que ya conocía a la perfección, pero actué como si en realidad no me importara. 

—El primero está en la zona este del jardín —indiqué, apuntando hacia el mapa proyectado en mi anotador digital—. Los otros dos están cerca de los senderos ¿Cuál prefieres visitar primero?

—¿Cuál te gusta más a ti? —preguntó devuelta.

—Bueno, yo optaría por el que está cerca de la laguna. Hay un jardín de rosas en ese lugar, y se vería mucho más bonito y elegante —indiqué. 

—Me gusta también esa opción —asintió de acuerdo.

—Bien... —retomé el andar para tomar el sendero que nos llevaría hasta allí.

Incómodo. Esa era la palabra que definía a la perfección este instante. No solo por el hecho de que estuviésemos los dos a solas otra vez, sino por estar planificando su boda...

—Y... ¿qué ha sido de ti durante todo este tiempo? —rompió el silencio. —¿Cómo está tu familia...?

No tenía intención de hablar sobre mi vida privada con mis clientes, y muuucho menos con él. 

—Me gustaría que nos enfocáramos en esto —levanté las fotografías de referencia para la decoración. 

—Solo intentaba ser amistoso... —se encogió de hombros. 

Sí, sí, qué considerado.

Me giré para rodar los ojos sin que él lo notara. Me exasperaba su presencia, su cara, su voz, literalmente todo. 

—Duncan dijo que... tu hermana había tenido un bebé hasta hace poco. Enhorabuena —agregó. 

¿Acaso le estaba hablando a una pared? 

—Gracias —contesté sin decir nada más. 

Pero él continuó. 

—Me sorprendió saber que estabas emprendiendo como asesora de bodas. Cuando vi el anuncio supe que no había nadie más en quien pudiera confiar para ello como en ti. Siempre has tenido muy buen gusto y cuando algo te apasiona, entregas todo para que sea perfecto. 

Los halagos que mis clientes solían hacerme, siempre me enardecían, subiendo mi autoestima, pero aquellos que provenían de él me hicieron hervir por dentro en menos de un segundo. 

No iba a rebajarme a su nivel. No, no lo haría. 

Aunque ganas no me faltaban para mandarlo al demonio y abandonar todo.

—Además, recordé algunas cosas... —agregó, profundizando el tono de su voz. 

El ritmo de esta conversación unilateral me estaba poniendo de los nervios. 

—¿Algunas cosas? —pregunté, arqueando una de mis cejas. 

—De nosotros —contestó, deteniéndose delante de mí. —. De lo que fuimos y de lo que pudimos llegar a ser si tan solo...

No hubieras huido... —terminé aquella frase en mis pensamientos, generando que un cúmulo de emociones se aglomeraran en mi pecho. 

Tensé mi cuerpo al verlo a la cara y darme cuenta de que estaba a solo centímetros de mí. 

—Escucha, Liam —respiré hondo, conteniendo todo eso que quería liberar—. Lo que pasó entre nosotros es pasado, ya no importa y realmente me gustaría que lo que tengamos los dos en este momento solo se limite a lo profesional. Quiero hacer bien mi trabajo y por ello, tendrás que tratarme como tu asesora. No como tu amiga, ni como tu exnovia. ¿Quedó claro? 

Se quedó en completo silencio, permaneciendo con los labios apretados y su mirada fija en mi rostro. 

—Entiendo —asintió—. Disculpa si te incomodé. 

—Solo centrémonos en esto —dictaminé, pasando por su lado. 

—Espera... —sus dedos rodearon mi brazo al detenerme. 

Mi paciencia estaba en conteo regresivo. 

—¿Qué? —me giré hacia él y aquella fue una terrible idea, puesto que su nariz rozó la mía debido a la mínima distancia que había entre nosotros. 

El pulso se me disparó, siendo traicionada por las sensaciones que surgieron en mi interior. 

—Solo quiero saber algo... Una sola cosa —murmuró por lo bajo. 

Su aliento cálido chocó contra mi rostro. 

—Tú... —susurró, bajando la mirada hacia mis labios—. ¿Ya no sientes absolutamente nada por mí? —preguntó. 

Sí, definitivamente hizo que mi paciencia llegara a cero. 

—¿Quién diablos te crees? —solté incrédula, zafándome de su agarre con brusquedad. 

Comencé a temblar de pura ira. 

—Tú y yo sabemos lo que soy... —dijo, tensando su mandíbula. 

Mi corazón latía desbocado, siendo incluso doloroso tener que volver a sentir esto. 

—¿Y qué sería eso? —alcé una de mis cejas.

Su respuesta me cortó la respiración. 

—El amor de tu vida —contestó con toda confianza, y fue entonces en que perdí completamente el control. 

Mi mano chocó contra su mejilla en una sonora bofetada que le volteó la cara, dejando mis dedos plasmados en él. Incluso a mi me sorprendió lo duro del impacto, pero no me arrepentí en lo absoluto. 

¿Cómo podía ser capaz de sacar a flote ese tipo de declaraciones? Aunque ¿de qué me sorprendía? Liam solo podía amarse a sí mismo, no sentía empatía por los sentimientos de los demás y por supuesto debía actuar como si fuese el centro del mundo. 

—Escúchame bien, porque no volveré a repetirlo, ni tampoco aceptaré que te burles de mí —advertí, apretando mis dientes entre sí—. Yo no volveré a ser tú monigote, así que será mejor que no vuelvas a hacer comentarios como esos nunca más en tu jodida vida. 

—No te preocupes. Ya me quedó bastante claro —contestó con seriedad, sobando su mejilla—. Sigues dolida ¿no es así? 

No podía creerlo...

¿Él en verdad estaba haciéndome esto? 

—Eres un imbécil —negué con la cabeza—. ¿Acaso me contrataste para esto? ¿Para burlarte de mí? 

No quería llorar, no delante de él. Sin embargo, sentí cómo las lágrimas surgían, cristalizando mi mirada. 

Dolía estar siendo humillada de esta forma por la misma persona que alguna vez me hizo tanto daño. 

—Lo hice porque necesitaba saber si... —pareció meditar sus palabras antes de continuar—. Si casarme con Ellie era la decisión correcta. 

—¿A qué te refieres? 

—A que verte otra vez... me hizo cambiar de parecer —respondió, dejándome helada—. Aún hay muchas cosas que no sabes, Lena... —murmuró con dolor en su voz—. Pero si no estuve para ti, no fue porque no quisiera...

—Por favor —reí sarcásticamente, sintiendo el dolor punzante en mi pecho—. No me vengas con eso ahora...

—Sé que no me escucharás, pero... quizás puedas hacerlo si me dejas demostrarte todo lo que siento —aferró sus dedos a su pecho. 

¿Estaba hablando en serio? ¿En verdad creía que me creería ese estúpido cuento? Estaba muy equivocado. 

—No me interesa saber nada más de ti, Liam —contesté—. Y la reunión de hoy se cancela. No volveré a organizar nada de esta boda si Ellie no está presente, porque no dejaré que la dañes igual que a mí. Por una vez en tu puta vida no te comportes como un maldito cobarde. 

Dicho eso, me alejé de él a paso apresurado, saliendo del jardín como si estuviese escapando de un torbellino. Uno devastador que solo quería arrasar con todo su paso y destruirme.

****

¿Odiamos a Liam? Sí.

¿La canción de arriba es una joyita? Definitivamente.  

Gracias por leer 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro