Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

El sueño de todos, o al menos de la mayoría, es casarse con la persona con la que se supone van a compartir toda su vida. Desde pequeños, entre juegos, suelen imaginar cómo será el gran y dichoso día; ese fue  por ejemplo, el caso de un grupo de niños que, bajo el cuidado de sus padres, disfrutaban del sol radiante en un parque para infantes de la manada allá por el año dos mil nueve.

—¡Chicos, chicos, a que no saben algo!—de repente un niño bastante alto, pero menor que el resto, se levantó del suelo.

—¿Que pasa ahora?—ella siempre estaba de malhumor, era parte de su personalidad. Pero al ser tan bonita y la única niña, continuaba siendo parte del grupo de amigos.

—¡Cuando seamos grandes nos podemos casar!—comentó entuciasmado, captando ahora con sus palabras la atención de otros dos niños que jugaban con cartas—, yo quiero casarme en la isla Jeju como mis mamis.

—¿Casarnos?—frunció el ceño, bajando las cartas un momento—, ¿y para qué querrías casarte, Nam? Es ridículo.

—Pienso igual que YoonGi oppa, casarse es inútil—la niña lo apoyó—. Y el amor es feo.

—Pero-pero...—el pequeño Namjoon de diez años, no supo que otro argumento dar para defender su pensamiento. Y la vergüenza que le provocaba llorar lo obligó a correr a los brazos de su madre omega, varios metros alejada del grupo.

Los niños siguieron cada uno sumergidos en sus actividades; que Namjoon llorara era algo de todos los días, quizá por ser el menor o el mas incomprendido.

—Yo si quiero casarme, tiene que ser en invierno y voy a vestir de blanco porque es mi color favorito, y ese día tiene que nevar si o sí—confesó en voz alta luego de un rato uno de los niños que se había mantenido todo el rato en silencio—. A mi... me gustaría tener una familia algún día.

—¡El amor es tan lindo!—suspiró entonces, levantando a su muñeca de trapo favorita. Contradiciendo sus palabras anteriores.

La niña se levantó de su lugar, dejando  a sus muñecas de trapo y autos de madera en el suelo, y caminó  hasta donde aquél chico peli-negro jugaba con unos palitos. Moviendo su cabello ondulado y poniendo las manos en su vestido para inclinarse hacia adelante, coqueta, sonrió.

—¿Te casarías conmigo, oppa?

—¿Qué?—no se esperaba esa pregunta—. Oh, n-no.

—¿Y eso porqué? ¡Dijiste que querías casarte, oppa!

—Tu no... no lo sé. Aun soy pequeño.

—¿Y qué tiene?—insistió, porque solo le estaba dando excusas baratas.

—Es que no me gustas.

—Pero yo les gusto a todos—se regodeó, mirando como el resto asentía a sus palabras. A pesar de tener solo once años y no saber sobre bastantes cosas, para ser coqueta tenía un don—, y tú me gustas a mi. ¡No hay mucho para pensar! Puedes ser mi novio, nos casamos, ¡y tenemos cachorros!

—No me gustas—repitió.

—¡Pero oppa!

—Deja de llamarme oppa. ¡Eres tam insoportable!—los niños que jugaban a las cartas, quienes eran mayores del grupo, no pudieron evitar reírse—. Lo siento mucho, pero yo no pienso casarme con alguien que se burla de sus "amigos" cuando ellos no la ven—acusó—. Y a mi me gusta una persona mucho más bonita que tú.

El niño se puso de pie para marcharse con Namjoon, su hermano, y su madre. No tenía más nada para decirle a ella.

Mientras que los chicos que quedaban murmuraban cosas y se reían por lo bajo. ¡Nadie se imaginaba que la podían rechazar! ¡Ni siquiera ella lo asimilaba aún, su papá le había enseñado que todos debían estar a sus pies!

—¡Lo odio!—berrincheó, pateando lo que encontraba en el camino de regreso a donde se encontraban sus muñecas—, ¡lo odio, lo odio! Y a esa idiota que le gusta, ¡la detesto aun más! Te voy a hacer la vida imposible, idiota ¡poeque nadie me puede rechazar a mi!

Bueno... esas solo son cosas de niños.

Volviendo al presente, un omega sin marca perteneciente a la manada de un pueblo de Daegú se casaba en una iglesia con una alfa que había sido muchos años su pareja. No faltaba ni una sola persona del pueblo, el niño torpe apodado Vante ¡estaba a punto de contraer matrimonio! Nadie se lo perdería.

Las damas de honor eran cuatro y los caballeros, seis; todos vestían elegantes trajes y vestidos de color negro y blancos. En cuanto a la gente... ¡la iglesia estaba llena! Las mojas cantaban y el padre estaba ansioso por que apareciera el omega. Incluso podía decirse, que cualquiera estaba mas emocionado que la novia que esperaba con su vestido corto de color celeste y se abanicava con desinterés.

—¿Dónde se metió? Tenía que estar aquí, ¡y hasta hace media hora estaba aquí!

—¡Por dios, ese chico tonto!

Youngmi alcanzó a oír los murmullos de los caballeros de honor, y no iba a prestarles atención hasta que escuchó aquél nombre que le hizo apretar los puños de la rabia.

—Jungkook es quien debiera entregar los anillos, ¡¿cómo lo perdieron de vista?!

—Oye tú, ven—la alfa llamó a uno de los muchachos, que inmediatamente se acercó a la mujer—, ¿dónde diablos está Jeon?

El muchacho tembló ante la mirada oscura de la unica mujer que se atrevía a faltarle el respeto a dios en su propia casa.

—Señorita Lee, yo...

—¡Respóndeme! Tú bien sabes donde se metió, y a mí me lo vas a decir ahora.

—Bu-bueno, Jungkook fu-fue...

Pero la melodía nupcial comenzó a sonar en el piano, dando aviso a que el novio ya había llegado. Min volvió a su lugar y la novia se volteó a ver a su futuro esposo. No pudo evitar sonreír al verle, tan emocionado y vestido completamente de un color verde muy suave que le quedaba precioso; después de todo ella lo quería de verdad. Cuando Kim estuvo tan cerca como para tomarle de la mano y se situaron observando al padre, ella vio a Jeon entre los muchachos y se mordió la lengua para no gruñirle.

Cuando le tocó dar el "si, acepto" al omega y el rostro de ese alfa se tornó en tristeza bañada de falsa alegría, cuando fue momento de entregar los anillos y sus orbes negros miraron con súplicas silenciosas a los ojos marrones del otro, que sin comprender nada simplemente le regaló una sonrisa inocente; en ese momento exacto Youngmi sintió unas inmensas ganas de huir de la iglesia.

Quiso salir corriendo y llorar de la impotencia. Pero ahora... ahora Taehyung era suyo.

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro