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Pisoteando el Amor

Llegué al palacio luego de lo que había pasado en el río, me bañé y me puse una túnica rosa. Comí y me senté a leer algunos libros del reino. Necesito que alguien me cuente la historia de Yoongi. ¿Por qué tiene un guía espiritual? ¿Quiénes son sus padres y por qué razón no tiene a nadie? Aunque no puedo ignorar que lo que Jungkook hizo hoy fue con toda la intención, aunque lo niegue.

—¿Qué haces, Jimin? Te noto muy pensativo.

Me asusté al ver a Jungkook, pero respondí calmado: —Estoy leyendo un poco de la historia del reino oscuro.

—¿Planeas hacer un golpe de estado?

—No, ¿cómo puedes siquiera mencionar algo como eso?

—Yo no sé, tal vez planeas cómo destruir la oscuridad, como ahora dejas un camino de luz a donde quiera que vas.

Jungkook, ¿por qué Yoongi dirige una provincia?

—¿Cuál es tu interés en eso? No me está gustando esa cercanía de ustedes, Jimin.

No es cercanía, es curiosidad. No cualquiera puede tener un guía espiritual de mis hermanos. Yo soy el único que tuvo uno. ¿Dónde está el guía espiritual de tu madre?

—¡Cállate! Tienes prohibido hablar de esa mujer, todos lo tienen.

¿Por qué odias a tu madre? Ella era un ser de luz, imposible que fuese mala. Mientras más Jungkook habla, más curiosidad siento.

Te dije que no la menciones. ¿Qué parte no entiendes? Levanté mi mano para golpear a Jimin.

Miré fijamente los ojos de Jungkook y me planté firme, dispuesto a recibir un golpe de su parte.

Bajé la mano y apreté, haciendo un puño. —No sabes cuánto anhelo que te marches. Ojalá ese nazca pronto y cuidado con que se parezca a Yoongi, porque te juro que acabo con el imperio de la luz.

Siempre pensando mal de mí, yo jamás haría algo indecente. Tú eres mi esposo.

—Te odio, Jimin. Odio absolutamente todo de ti.

Mientras tú me odias, yo te amo y hagas lo que hagas, seguiré fiel a tu lado.

—Deja de hablar sandeces, que harás que vomite, y apresúrate, tenemos una reunión con los consejeros a la cual debemos asistir.

Acompañé a Jungkook a un salón donde había una mesa redonda de piedra lisa. Allí estaban los consejeros del reino, algunos representantes de la provincia y el emperador. Detrás de Jungkook, todos, a excepción de Yoongi, me miraron mal. ¿Tal vez no debía estar yo aquí?

"Jimin, siéntate a mi lado", dije, tomándolo por la cintura para que todos vieran que él es mío.

Asentí y me senté al lado de Jungkook, escuchando al emperador hablar.

"La razón por la cual nos reunimos es porque el reino no tiene este año la cantidad de alimentos suficiente para sostener a la población, por eso se deben matar a los habitantes mayores de 55 años".

"¡NO! ¿Cómo podemos pensar en hacer algo así?", exclamé.

Me reí por la reacción de Jimin. La razón por la que él estaba aquí es porque yo lo había pedido. —Pero si eso es lo que propuso tu esposo hace 4 años".

"Jung... Jungkook", dije sintiendo tristeza. ¿Qué persona podría hacer algo así?

¿Entonces haremos lo que ha dicho Jungkook o no? pregunté expectante de la actitud que tomaría Jimin con Jungkook.

—Sí, maten a todos esos ancianos buenos para nada. —Dije sin dar importancia.

—No, me niego, me rehúso a ser parte de algo como esto. Son padres, madres, hermanos; ustedes, miembros del consejo. Me paré mirándolos a todos. Ustedes tienen más de 55 años. ¿Les gustaría estar en la lista? Los ancianos traen sabiduría y siguen siendo útiles. Trabajemos la tierra y hagamos siembras que tengan crecimiento en poco tiempo.

Golpeé la mesa molesto. — ¡Jimin, siéntate! Esa ha sido mi decisión y es lo que se hará. El pueblo sabe que esto se hace cada año. Lloran los primeros días, luego se les pasa.

Pero hijo, me sorprende lo descarado que es tu consorte. ¿No es él quien ha pedido un templo "para purificarse"?

—Jungkook, lo he pedido desconociendo esto, pero te juro que puedo ayudar con la siembra y, de no ser así, los jóvenes podemos aguantar más el hambre y pedir semillas.

Me levanté enojado y tomé a Jimin del brazo, sacándolo de la reunión. —¿Qué crees que haces? Me avergüenzas, me estás dejando como un estúpido delante de los miembros del reino. Si ya he dicho lo que se hará, tú debes obedecer y callar. Este no es tu reino y yo no soy tú.

—Intentaré, intentaré ayudar a los habitantes. No puedo ser parte de un delito en masa, no puedo ser cómplice de esto.

—Si pasas por encima de mi autoridad, será el hijo que llevas en el vientre quien pagará las consecuencias, ¿entiendes?

—Jungkook, no es solo mi hijo, es nuestro.

—No me importa, si esa es la única forma de disciplinarte, lo haré. Ahora vete a los aposentos.

Me fui sintiendo una opresión en mi pecho.

Regresé a la sala y todos me observaban.

¿Entonces, qué haremos?

—El consorte cree que su plan puede favorecer al reino, así que estaré a cargo del plan y si no funciona, entonces haremos lo que hemos hecho los años anteriores.

Parece que el consorte tiene influencia en el reino, ¿no crees que sus lágrimas han ablandado tu corazón?

—Para nada, sé que "con lágrimas no se levanta un imperio", pero también sé que cuando mueras, seré yo quien herede el trono. Quiero ser alabado, que me tengan como su dios y qué mejor que darles una mejor vida.

Entonces propongo que Yoongi trabaje con Jimin como su mano derecha.

—No, ya dije que lo haré yo.

¿Qué pasa? ¿No te sientes seguro de tu consorte?

Apreté mi puño con ganas de olvidar que el hombre que es emperador es mi padre. —Confío plenamente en el consorte, jamás me cambiaría por nadie, ni por viejos decrépitos, ni por hombres con gatos grandes.

Curioso que menciones a un gato, porque es bien sabido que los gatos se comen a los pájaros.

Tal vez en su caso fue así, emperador, pero en el mío es diferente. Yo a mi pájaro lo tengo lejos del alcance de cualquier bestia que se le quiera acercar, incluso de aquellos con corona.

—Príncipe, todos tenemos dudas si el consorte es fértil, porque aún no dan la noticia de que haya un heredero —habló uno de los miembros del consejo.

Mi consorte está en cinta, pero hemos querido mantener todo en secreto, más porque extrañamente recibió un atentado. Pero nada que no resolviera, aunque busco aún al autor intelectual y cuando lo consiga, con mi espada cortaré su garganta.

Bueno, creo que es mejor discutir otros temas del reino —dijo el emperador.

Luego de discutir todos los temas, me fui hasta los aposentos y Jimin no estaba. ¡Maldito ser de luz! Si te atreviste a desafiarme, no existirá ser que te libre del castigo.

Iba a entrar a los aposentos cuando choqué directamente con el fuerte pecho de Jungkook —Perdón.

—¿Dónde estabas? Te dije que te quedaras aquí.

Sí, lo sé, pero mira, recordé que traje semillas desde mi reino. Yo creo que son suficientes para empezar. Por favor, permíteme ayudar.

—Te dejaré ayudar, pero estaré contigo en esto porque sin mí sé que dañarás todo.

Gracias, Jungkook. —Lo abracé emocionado.

Ya está bien, aléjate. Odio las muestras de afecto. —Él levantó su rostro y sus ojos azules me miraban fijamente, como queriendo algo más.

—Gracias, Jungkook. De verdad, muchas gracias. Me fui a separar, pero él me tomó firmemente por la cadera y pegó sus labios a los míos.

Saboreé intensamente la boca de Jimin y me separé de él por falta de aire. Esta noche cenarás conmigo, hay algo que quiero anunciarte.

—Sí, Jungkook, estaré a la hora de la cena en el comedor. Gracias por invitarme, no podía creer que era nuestra primera cena juntos. Estoy conquistando su corazón.

Sí, por ahora me debo ir. Nos veremos después.

Dormí un poco y me preparé para cenar con Jungkook. Me puse un vestido rojo con detalles plateados y ahora que mi cabello había crecido, lo tejí. No cabía la emoción en mi pecho y empecé a bajar las escaleras hasta llegar al comedor. Jungkook estaba allí sentado como siempre, con esa mirada seria. No pareció sorprendido cuando me vio. Creí que al verme tan arreglada diría algo, pero no ocurrió nada.

—Buenas noches, esposo.

—Siéntate y deja de decirme esposo, dime príncipe o Jungkook.

—Está bien, perdón.

Pronto nos traerán la comida. Sé que te encanta hablar, pero quiero que comas en silencio, ¿entendido?

Sí, dije y vi a las cocineras traer comida. Mientras a Jungkook le daban porciones enormes, a mí solo unos cuantos vegetales, pan y un poco de cerdo. No dije nada y esperé a que él diera el primer bocado, como es costumbre, y empecé a comer. Luego sirvieron vino, todo estuvo delicioso, aunque yo me había quedado con hambre. No dije nada. Cuando retiraron los platos, Jungkook se limpió con la servilleta y, mirándome seriamente, dijo: "Ahora es momento de hablar".

—Jimin, ahora tendrás un heredero y tu cuerpo empezará a cambiar, lo cual me genera asco. Aún no se ve tu vientre abultado y no me provocas en lo más mínimo. Menos lo harás cuando vea tu piel estirada. Es por esa razón que he decidido tomar una concubina.

Sentí que mi corazón era pisoteado por Jungkook, pero él era mi esposo y tenía todo el derecho de tener las concubinas que quisiera. —Entiendo, príncipe.

—Como ya conozco a Victoria y claramente ella no sirve como consorte, pero sí como concubina, la tomaré a ella.

—Está bien, príncipe. Agradezco de corazón que me anticipara su decisión. Ahora, si me permite, ¿puedo retirarme?

—Sí, puedes hacerlo, pero te informo que a partir de hoy la cama estará vacía, estaré con la concubina.

¿Puede Jungkook ser más cruel conmigo? —Entiendo, príncipe —dije, regalando la sonrisa más dolorosa de mi vida—. ¡Feliz noche!

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