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Capítulo 18

Especial de los padres de JungKook, Seok Jin, JiMin y HoSeok. Lemon yuri y yaoi. Si no te interesa, esperar al proximo capitulo XD
Pequeño dato: las alfas (las mujeres) tienen un clitoris especial que se asemeja a un pene. En mi mundo este clítoris de las alfas no supera los 10 centimetros.

Años atrás, en un pasado lejano...

-¡Vamos, Sunie! Ya no puedo más...-dijo una alfa cansada de correr, acomodando sus lentes y la camisa del colegio que llevaba puesta.

SunHee se giró con una sonrisa divertida, era una omega muy enérgica a sus quince años.

-¡Jennie, necesitas hacer más ejercicio!-rio ella acercándose a su amiga-¿Cuánto tiempo te doy para recuperarte?-Jennie alzó un dedo delante de ella-¿Un minuto?

-Un mes...-SunHee rodó los ojos.

-Exagerada, dale, antes de que la profesora note que nos escapamos-acomodó su falda y el bolso que colgaba a un costado-Jennie, nos descubrirán y llamarán a nuestro padres.

-Los llamarán de todas formas cuando noten que no estamos-dijo la alfa volviendo a levantarse.

-La vida es un riesgo, carnal-la omega le guiñó un ojo y le acomodó el cabello-Listo, tan bonita como siempre.

-Vaya, una omega y una alfa escapando juntas-dijo una voz grave y femenina haciéndolas sobresaltar-¿Adónde van?

-A Notei-contestó dulcemente SunHee, la otra alfa la miró desconcertada.

-¿Notei?

-Sí, No te importa-tomando la mano de Jennie decidió seguir con su escape.

-Pero preciosa, huir de clases con una alfa no está bien visto-SunHee se giró frunciendo el ceño.

-Y huir para fumar tampoco...diu, hueles a cigarro, es asqueroso-frunció la nariz con asco, mirándola casi como si fuera desagradable a la vista-que seas popular no te hace inmune a los castigos, Hee Sook.

-Soy tu mayor, ten más respeto, preciosa.-Hee Sook era una alfa dos años mayor que ellas, popular y rompecorazones.

No le agradaba su forma de ser. No le importaba lastimar a omegas, betas o gamas por diversión. La gente así no era buena.

-Eso me lo paso ya sabes dónde-respondió mordaz sintiendo a Jennie apretar su mano.

-Oh, preciosa, por ahí me gustaría pasarte otra cosa-obscenamente sacó su lengua para hacer más explícitas sus palabras.

Antes de irse, SunHee le dejó la mano marcada en la cara.

***

Jennie suspiró cuando vio entrar enfurruñada a SunHee al salón. Ella, por lo general, entraba con una sonrisa y casi con unicornios siguiéndola por detrás. Pero desde que HeeSook puso sus ojos en ella (hace tres meses), su dulzura y buen humor en las mañana cambiaron drásticamente.

Se sentó dejando el bolso casi con odio a un costado y miró por la ventana.

-¿HeeSook otra vez?-ella asintió-¿Qué hizo esta vez?

-Me acorraló contra la pared y se me puso cerca, muuuuy cerca-Jennie se hizo hacia atrás cuando la omega se acercó a ella-y me dijo: "Oh, preciosa, ¿Cuándo me darás una oportunidad?". Ya me tiene harta.-dijo con fuerza volviendo a su lugar y brindándole su espacio personal de nuevo a Jennie.

-Bueno, tal vez debas dársela. No en serio, sino sabiendo que jugará contigo y así te dejará en paz-SunHee la miró como si le hubieran salido dos cabezas más-¿Dije una estupidez?

-Sí, una muy grande-suspiró y estaba por agregar algo cuando vio a su dolor de cabeza entrar al salón.

No le hubiera tomado importancia...de no ser porque fue directamente a ella. Ay ¿Por qué no caía un meteorito en la cabeza de HeeSook? ¿Por qué?

-¿Cómo estás, preciosa?-preguntó sentada en una silla frente a ella.

-Sentada-respondió molesta, la alfa rio.

-Ya veo, así que ¿hoy no me darás mi oportunidad?

-Lo que te daré será un boleto de avión para que te vayas a la mierda-HeeSook alzó las manos en señal de paz.

-Ya, preciosa, no pensé que fueras así. Tienes fama de ser dulce y tierna.-la sonrisa divertida de la alfa no se borraba y eso le crispaba aún más los nervios.

-Lo soy con la gente que me agrada.

-Ah, justo en mi corazón-dramatizó tocándose el pecho, SunHee rodó los ojos-entonces ¿mañana?

-¿Mañana qué?

-Vuelvo a intentar-HeeSook se levantó del asiento al ver que el profesor llegaba-Nos vemos en el recreo, preciosa-y tras guiñarle un ojo, se fue de ahí.

-Tendrías que dejar de negarte, es tu pareja destinada y lo sabes-susurró Jennie cerca de ella.

-Sí, pero no la quiero como mi pareja destinada. Además te prometí a ti que nos casaríamos al finalizar el colegio-SunHee hizo un puchero y se cruzó de brazos.

-Ya, pequeña...no importa-Jennie le revolvió un poco el cabello antes de girar para evitar un regaño del profesor.

***

SunHee se miró al espejo frunciendo el ceño. Su madre le había dicho que dejara de hacerlo o se le marcarían las arrugas y no quedaría bien para su cita. Ella no quería ir a esa cita con HeeSook pero era la única forma en que ella pudiera dejarla en paz. Luego de ocho meses de pura insistencia, SunHee aceptó por cansancio salir a una sola cita con ella. El trato fue justo, si a la omega no le agradaba la cita, la alfa dejaría de insistir para que salieran. Jennie le dijo que era un muy buen trato y que debía aprovecharlo...aunque no quisiera.

Lo bueno era que después de ese día Hee Sook no volvería a molestarla.

-¡Cariño, HeeSook ya está aquí!-gritó su madre y ella suspiró sonoramente.

Salió de su habitación quejándose mentalmente de usar esa falda, pero su madre le dijo que se veía hermosa con ella. No era porque le quedara mal o no, sino porque no quería salir con una falda o vestido con una alfa que podría meterle mano como quisiera.

Al bajar se encontró con la alfa vestida con un jean negro, una camisa blanca y una corbata negra. No se veía mal, pero para la omega ella siempre se vería mal porque le caía mal. HeeSook le sonrió acomodando un mechón de cabello oscuro que escapaba de su coleta descuidada.

-Vamos-suspiró sonoramente, sintiéndose ya cansada de tener que salir con la alfa.

Su molestia no le hizo ver que la alfa temblaba de nervios por primera vez frente a una omega.

Se alejaron unos metros de su casa y ahí se detuvo para mirarla.

-¿Dónde?-preguntó cruzada de brazos y agradeciendo que el suéter que llevaba fuera lo suficientemente largo como para cubrir casi toda su falda.

-¿Dónde quieres ir tú?

-Cualquier lado, solo quiero terminar con este día-HeeSook sonrió divertida, pero SunHee notó que no había diversión en su sonrisa.

-Bien, vamos al acuario.

No se negó, simplemente la siguió hasta el acuario en silencio. No sabía de qué podrían hablar ellas precisamente, cuyas charlas se basaban en insistencias e insultos. Esto sería difícil.

Durante el recorrido en el acuario no hablaron de mucho, aunque la alfa la miró demasiado. ¿Acaso tenía un moco en la cara o qué que la miraba tanto? ¿Tal vez su suéter no estaba bien lavado? ¿Su cabello era un desastre? ¿Olía mal? ¿Qué? ¡¿QUÉ?!

-¡Ya deja de mirarme o te pico los ojos!-amenazó sonrojada al darse cuenta de que llamó la atención de muchas personas.

HeeSook la tomó de los hombros y la llevó a otro lugar más apartado y con menos personas.

-¿Acaso no puedo mirar a mi cita?-preguntó mirando distraídamente algunos peces.

-No-dijo infantilmente SunHee haciendo lo mismo que ella.

-Qué mal, me pierdo de mucho. Eres realmente hermosa-comentó sin mirarla, SunHee se giró a ver otros peces molesta...y roja-No estoy bromeando, hablo en serio, eres una omega hermosa. Te ves realmente tierna así vestida y soy débil ante lo tierno.-SunHee siguió sin decir nada, HeeSook suspiró-Sí, no tengo buena fama y lo sé, yo misma me lo busqué. Pero eso no quiere decir que no tenga corazón y que no me gustes de verdad. Eres la primera omega por la que insistiría tanto, jamás hice algo igual. Si a la semana no querían nada conmigo simplemente no me molestaba en insistir porque no me importaban. Pero tú eres distinta, hubiera seguido molestándote incluso aunque hubiera empezado la universidad.

-Sí, claro. ¿Ese es tu método de conquista?-dijo escéptica intentando alejarse, pero la alfa la tomó de la cintura.

-Hay muchas personas en el colegio que me conocen, que me aman y me odian. Pregúntale a cualquiera y ellas te dirán que yo jamás insistí tanto por alguien como fue contigo.-murmuró cerca de su oído, ella se obligó a que no le importara, a que su cuerpo no reaccionara-SunHee...me gustas, me gustas mucho y de verdad...espero impresionarte hoy. No me gustaría que esto quede en algo de un solo día.

La omega no respondió, pero un calorcito agradable se instaló en su pecho ante esas dulces y sinceras palabras.

***

Durante la cita HeeSook no se comportó mal con ella. Fue amable y atenta, incluso no se atrevió a robarle un beso ni nada parecido. Fue respetuosa en todo momento. SunHee valoraba eso. Aunque al principio pensaba que sería la peor salida que podría tener, cambió de parecer cuando comenzó a relajarse y disfrutar. HeeSook era divertida, rieron y hablaron de muchas cosas. No tenían muchos gustos en común, pero las diferencias resultaron ser completamente interesantes.

-Gracias por traerme-el sol comenzaba a ocultarse y HeeSook le había prometido a su madre que la regresaría antes de que anocheciera-Ten cuidado al volver.

-Descuida, lo tendré-la alfa sonrió y se inclinó levemente para darle un beso en la mejilla pero se detuvo-Que tengas una linda noche.

SunHee se despidió tímidamente en un susurro antes de verla irse caminando tranquilamente. Dejándola ahí hasta que en un pequeño ataque de valentía corrió hacia la alfa llamándola a gritos. Ella se giró desconcertada.

-¿Pasa algo?

-Yo... ¿podemos...salir de nuevo...el fin de semana que viene?-preguntó bajando la mirada y sintiendo un calor fuerte en sus mejillas.

-Yo...por supuesto, me encantaría-al alzar la mirada vio la sonrisa deslumbrante de la alfa.

SunHee también sonrió y se preguntó hasta dónde llegarían sus citas.

***

-Ahh Sookie-gimió SunHee arqueándose al sentir dos dedos dentro de su húmeda cavidad moviéndose con fuerza mientras la boca de su esposa jugaba con uno de sus pezones.

Su pequeña y delicada mano viajó hacia el clítoris hinchado y largo de la alfa, una característica típica de las alfas. Lo tomó y acarició suavemente escuchándola gruñir contra su pecho. Era tan sensible en esa zona.

-Gatita...no hagas que me ponga salvaje-gruñó contra su cuello, dando una leve mordida en la zona de la marca.

-Mmm...pero Sookie...quiero sentirte dentro-murmuró agudamente acariciando el cabello largo y oscuro de HeeSook.

La alfa chupó su tersa piel metiendo los dedos con más fuerza en su interior, su otra mano descendió a su clítoris y comenzó a acariciarlo con fuerza. Su pequeña espalda se arqueó hacia su esposa, sosteniéndose de su espalda y arañando la piel. Siempre sabía cómo tocarla para hacerla llegar al más cálido y extraordinario placer.

-Rodillas al pecho, gatita-murmuró con voz ronca HeeSook, SunHee obedeció con sus delgadas piernas temblando por el placer.

Los dedos dejaron de estar en su zona íntima, un suspiro de insatisfacción salió involuntariamente de ella. Pero pronto comenzó a gemir cuando el hinchado clítoris de su esposa estuvo dentro de ella moviéndose con furia. SunHee gemía gustosa haciendo su cabeza hacia atrás, sus uñas se clavaron en la piel de HeeSook haciendo líneas rojizas que luego arderían, pero que en ese momento la alfa disfrutaba.

-Más...más Sookie-pidió enredando sus piernas en la cadera de su esposa.

HeeSook la alzó de la cintura para dejarla sobre ella, haciendo que flexionara las piernas para saltar en busca de su placer. La boca de la alfa rápidamente buscó sus pechos para besarlos y chupar los pezones. Ella no podía dejar de gemir, intentando mantener un ritmo constante en los saltos mientras su esposa besaba lo que alcanzaba de su cuerpo, sosteniéndola de la cintura para ayudarla. Sus fuertes brazos eran reconfortantes y cálidos, amaba que la envolviera con ellos.

-Gatita...como me encantas-murmuró contra su cuello volviendo a cambiar de posiciones para embestir con fuerza dentro de ella.

SunHee se sostuvo gimiendo cerca de su oído. No tardó demasiado en llegar a su orgasmo, haciendo que su húmeda cavidad se mojara más. HeeSook gruñó, mordiendo la zona de la marca para llegar a su propio orgasmo.

La omega la abrazó hasta que el clímax de ambas terminara. Acarició la sudada espalda de la alfa y besó su hombro con una pequeña sonrisa.

-Hacía tanto que no hacíamos el amor-dijo SunHee con un suspiro.

HeeSook se separó saliendo de su interior. Su clítoris volviendo a su tamaño cuando se acostó a su lado.

-Fueron semanas de mucho trabajo-dijo acomodando su cabello para que no se pegara a su espalda.

-Tres semanas duras-suspiró la omega acostándose sobre el pecho de su esposa-Me alegra que Jin sea la pareja de Kookie.

-A mí también-la mano de la alfa acarició el cabello castaño de SunHee-lo saca de casa para que podamos follar a gusto.

-¡HeeSook!-exclamó dándole un manotazo en el vientre, ella rio-no es gracioso.

-Lo es-aseguró con una sonrisa-ahora ¿vamos al baño? Nos viene bien una ducha y una segunda ronda bajo el agua.

SunHee rio divertida negando con la cabeza y levantándose de la cama para correr juguetonamente al baño que tenían en su habitación. Su esposa no tardó en seguirla.

...¡El Grupo de los Raros!...

Cuando empezó su trabajo en esa reconocida empresa, Jennie perdió contacto con SunHee. Demasiado tiempo invertido como manager. Lo último que llegó a saber era que era feliz con su esposa (no la tomó por sorpresa que terminaran juntas, ella siempre se lo decía). Ahora solo quedaba hacer lo mejor para conseguir su propia empresa. Bien, tenía que conseguir el dinero suficiente pero sabía que lo conseguiría.

La entrevista de esa pequeña banda había ido bien, para su fortuna, necesitaba una buena reputación. Acomodó sus gafas (nunca pudo acostumbrarse a los lentes de contacto como muchos de sus compañeros) y retiró un mechón de cabello rebelde que caía sobre su frente. Tras felicitar a la banda y pedirle que la esperaran, fue a arreglar unas últimas cosas que le tardaron cuarenta minutos más. Bien, si no estallaba estaba próxima a hacerlo.

Su carpeta llena de papeles cayó al momento de doblar mal un pasillo y chocar con la pared. Tenía que mirar mejor por donde iba.

-¿Te ayudo?-preguntó alguien a su espalda.

No hubiera girado ni le hubiera prestado atención de no ser por el fuerte olor dulzón que percibió. Único, incomparable y atractivo. El aroma típico de la pareja destinada.

La omega que se acuclilló frente a ella era preciosa y no tardó en reconocerla: Kim JiSoo, una modelo adolescente que no superaba los dieciocho años y que ya había ganado una fama considerable por su belleza. Desde los doce que modelaba para importantes marcas de ropa luego de ser reclutada por una empresa que quedó impactada por sus facciones perfectas. Todos se quedaban como idiotas al verla y Jennie no era la excepción.

-¿Estás bien?-la voz melodiosa la trajo de nuevo a la realidad.

-Sí, solo...tengo cosas que hacer-dijo torpemente intentando tomar sus papeles sin tocar sus manos.

-Oh, ya veo-su risa era igual de hermosa que la que vio en televisión ¿acaso era posible que fuera un ángel?-¿Quieres que te acompañe?

-¿Eh? P-pero ¿no tienes cosas que hacer?-preguntó buscando una vía de escape.

El olor de JiSoo y su belleza la volvían más torpe de lo que usualmente era.

-Mi entrevista ya terminó y...

-¡Señorita JiSoo!-gritó una chica, una beta por lo que pudo oler.

La omega bufó molesta y giró a verla, la beta pareció sorprenderse un poco por ese trato.

-¿Qué quieres?

-Tenemos que irnos, nos están...-Jennie no se quedó a escuchar toda la conversación y simplemente se fue corriendo hacia donde la banda la esperaba.

***

JiSoo vio a la alfa marcharse casi como si hubiera visto un fantasma. Su humor de carita feliz pasó a carita enojada.

-¿Por qué me buscaste?-preguntó molesta a su manager, ella la miró sin comprender.

-Tenemos que irnos a una sesión de fotos-le recordó-pero usted se fue sin decir una palabra y sabe que no podemos llegar tarde.

-No me importa, encontré a mi pareja destinada y por tu culpa escapó. Seguro por tu cara fea-dijo infantilmente JiSoo cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

- ¿Tu pareja destinada?-preguntó la beta viendo el camino por el cual la alfa se fue-¿Kim Jennie, la manager de BTC?

-¿Jennie?-miró hacia atrás, así que ese era el nombre de su pareja destinada.

-Sí, es joven pero maneja bien un trabajo tan pesado como lo es el nuestro-comentó la beta-Ahora ¿podemos ir a...?

-¿Sabes sus horarios?-preguntó de repente callándola.

-No, no es como si me interesara.

-¿Puedes averiguarlos?

-Señorita JiSoo...eso no sonó bien.

-No me importa, quiero saber sus horarios-dijo la omega haciendo un puchero más pronunciado.

La beta suspiró.

-Bien, haré lo posible.

***

Era la quinta vez en el mes que Jennie se encontraba con Kim JiSoo. La omega solía hallarla de casualidad en los pasillos cuando ella tenía asuntos que arreglar de la banda e intentaba hablarle, pero como buena alfa salía corriendo para evitarla. Su presencia la ponía nerviosa. Aunque en dos ocasiones no tuvo más opción y terminaron intercambiando palabras.

Los siete integrantes de BTC se habían dado cuenta de eso pero a pesar de preguntarle ella jamás respondía. Qué vergüenza sería tener que explicarles que estaba escapando de una omega. ¡Una omega! ¡Una alfa como ella! Bien, era mejor guardar silencio y fingir demencia.

-¡Jennie unnie!-exclamó JiSoo al verla en uno de los pasillos.

Jennie se preguntó por qué no podía ser como Antman.

-Hey...hola-saludó con una nerviosa sonrisa y recordando el mapa mental de esa empresa para recordar algún escape posible.

-Me alegra poder encontrarla, la he extrañado mucho estos días-dijo dulcemente ella, acomodando su cabello detrás de su oreja y mirándola tímidamente.

-Ah...-sí, Jennie nunca sabía qué decir exactamente en momentos así.

-Y ¿qué dice si vamos a tomar algo? Para ponernos al día.-ofreció la omega, tomando los puños de su suéter largo para tener un aire más inocente y tierno.

-Y-yo...lo siento, pero t-tengo t-trabajo que hacer-¿por qué no podía decir algo sin tartamudear? ¿Por qué Dios?

-Oh ¿después del trabajo?-Jennie no llegó a responder cuando JiSoo se adelantó-¡Genial! ¡Nos vemos a las cinco a la salida! ¡Adiós, Jennie unnie!-y sin darle tiempo a hablar, ella se fue corriendo.

Jennie pensó en una forma de no salir con ella sin hacerla sentir mal por rechazarla.

***

Jennie no encontró una excusa para esa salida ni tampoco para las otras que se dieron después. JiSoo usaba siempre el mismo método y ella siempre se quedaba sin excusas para rechazarla.

Así pasaron meses de salidas (meses en las que escapaba para evitar esa situación) pero en esos cinco meses tuvieron unas seis salidas donde Jennie se sintió a gusto. JiSoo no era la niña mimada y superficial que la mayoría creía que era. Era una chica dulce, adorable, divertida y sencilla. No esperaba que prefiriera una simple cafetería antes que una de esas modernas donde iban las niñas ricas. O que con una simple hamburguesa como cena se conformara. ¡Era más! No creía que le gustara la comida con exceso de calorías. Pero al fin de cuentas JiSoo era una caja de sorpresas muy agradable con la cual pasaba pequeños momentos de descanso que tenía.

-Jennie unnie-ya no la sorprendía que ella siempre la encontrara, parecía tener un rastreador-me alegra verla.

-Hola-le sonrió amablemente intentando concentrarse en su trabajo, aún tenía cosas que hacer.

-¿Tienes tiempo después del trabajo? Me gustaría...

-¡Señorita JiSoo!-la beta manager de la omega apareció-¡Tiene una entrevista en una hora, hay que irnos!

-Pero...-la beta la tomó de la muñeca y comenzó a jalarla-¡Espera!

-Hay que irnos, no podemos perder tiempo-dijo la beta tecleando algo en su celular.

JiSoo se giró a verla, luego de la beta y de nuevo a Jennie. Sus ojitos se cristalizaron y su labio comenzó a temblar en tristeza. La alfa no tuvo corazón para verla así.

-A las ocho en el restaurante de la esquina-dijo la alfa llamando la atención de ambas mujeres.

JiSoo sonrió radiantemente y aceptó irse por cuenta propia con la beta. Jennie se preguntó cuánto más avanzaría su relación.

***

-Debiste dejar que Jin se llevara a Kim y Lee con él-dijo Jennie cruzada de brazos preocupada.

JiSoo sonrió acercándose a ella y abrazándola por detrás.

-Estarán bien.

-No sé qué tanto, la última vez que dijiste eso Jin llegó a casa con la marca hecha-se quejó sin borrar su ceño fruncido.

La omega se separó para pararse frente a ella y poner su índice en ese ceño para alisarlo.

-Te vas a arrugar antes-bromeó sonriendo, Jennie siguió mirándola molesta.

-No me importa, no si así protejo la inocencia de mi bebé-JiSoo rodó los ojos.

-Tu hijo perdió su inocencia hace tiempo.

-¡No! No digas eso-pidió la alfa.

JiSoo rodó los ojos, Jennie jamás iba a aceptar que su pequeño ya no era tan pequeño. Para ella Seok Jin siempre sería el pequeño bebé de dos kilos ochocientos gramos que vio nacer un cuatro de diciembre. Era lo malo de los alfas, siempre tan protectores con sus retoños. Bueno...la mayoría al menos.

-Jennie...tienes que dejar de ver a Jin como un bebé, él ya no es pequeño. Es un omega inteligente que sabe lo que quiere. No hay nada que temer. Además JungKook es un alfa amable, jamás le haría algo que Jin no quiera.-Jennie hizo unas muecas más antes de suspirar resignada.

-Bien...pero si Jin llega a venir embarazado antes de los veintiuno golpeo a JungKook-JiSoo sonrió.

-Está bien, acepto eso-se acercó a su esposa y le dio un beso en los labios-ahora vamos a ver una película en el cuarto.

-¿Y veremos películas o solo es una excusa?-la omega sonrió traviesamente.

-Ya sabes la respuesta, mommy.

...¡El Grupo de los Raros!...

Lisa se metió al salón corriendo con su pantalón en lugar de la falda reglamentaria (regla que cambiaría años después para las alfas en el colegio). Chung Hee, su mejor amigo, agitó su mano para que lo encontrara.

-¿Escapando de la directora otra vez?-preguntó divertido ofreciéndole el asiento contra la pared así la directora no vería el pantalón.

-Es una idiota, no me gusta usar falda, es horrible-se quejó haciendo una mueca-Por cierto ¿tu acosador sigue al acecho?

-¿Dong Yul? Uff es insoportable. Pensé que desde que empezó la universidad me iba a dejar en paz, es decir, ya tiene diecinueve años y yo soy un mocoso de catorce. Pero al parecer a él le van los ilegales.-el omega suspiró sonoramente dando la cabeza contra el pupitre-¿Y tú? ¿Te sigue gustando la gama del otro salón o ya te gusta alguien más?

-No, no me gusta nadie ya. Todas son iguales, al parecer que sea masculina les molesta.-Lisa se acomodó en su silla-¿Necesitas que hoy de nuevo te acompañe a casa?

-Sí, por favor, ya no soporto al pedófilo de Jung.

Las clases no tardaron en comenzar. Lisa y Chung Hee pasaron la mitad de la clase lanzándose papeles con mensajes donde hablaban con respecto a un suceso que le había pasado al omega. Todo iba tranquilo, en realidad el resto de las clases fueron iguales, salvo a la salida.

Como se había previsto, Dong Yul estaba a la salida esperando a Chung Hee. El omega lo miró enojado antes de tomar la mano de Lisa para irse. Pero en cuanto el alfa los vio se acercó a ellos casi amenazante, tomando su otra mano para jalarlo con él.

-O me sueltas o te quedas sin mano-dijo el omega gruñendo molesto.

Lisa gruñó también tomando la mano de Dong Yul para que lo soltara. El alfa mostró los dientes, sus ojos destellando furia. Furia que mutó a dolor cuando Chung Hee le dio un golpe en la entrepierna.

-¡Ahora!-exclamó comenzando a correr con Lisa hacia su casa.

Luego de largas cuadras corriendo se detuvieron para recuperar aire y seguir tranquilamente su camino entre risas por el escape casi perfecto.

Chung Hee se despidió unas dos cuadras antes y Lisa siguió sola su camino hacia su casa. Pero una cuadra antes de llegar a su casa un grito la asustó.

-¡Cuidado!

Entre el dolor de la caída y el fuerte olor de la omega, Lisa quedó algo perdida, sentada en el suelo y tomándose la cabeza. Gruñó al darse cuenta de que se había raspado las palmas.

-Mierda-murmuró viendo la herida sucia de sus manos.

-Lo siento, no era mi intención. Es que perdí el control de la bicicleta por esquivar un gato y... ¿estás bien?-alzó la mirada hacia la joven omega que la miraba preocupada.

Tenía unas adorables mejillas, unos ojos tiernos y una piel suave que sintió cuando tomó sus manos para verlas. Era demasiado bonita.

-Algo-respondió un poco aturdida intentando recuperarse del ataque físico y el mental por darse cuenta de que estaba frente a su pareja destinada.

-Lo siento, soy un poco torpe. Vivo cerca, si quieres puedo llevarte a casa y curar tus heridas ¿vives lejos?-la alfa negó con la cabeza-Genial. Ven, vamos-la ayudó a levantarse y volvió a tomar su bicicleta para comenzar a guiarla-Mamá está en casa ahora, es algo protectora, así que como eres alfa se pondrá peor. Dile que eres un amigo del colegio.

-Claro.

-Por cierto, mi nombre es ChaeYoung. ¿El tuyo?

-Lalisa-respondió, la omega giró a verla algo sorprendida-Soy una alfa.

-Oh, lo siento, no quise tratarte como chico.

-Hey, tranquila, no me molesta, me gusta-sonrió sincera restándole importancia-tengo catorce ¿tú?

-Trece-respondió con una pequeña sonrisa-por cierto, si mamá pregunta, nos caímos juntos de la bicicleta.

-Hecho.

***

-¿Hoy tienes otra cita con la omega de la bicicleta?-preguntó Chung Hee cuando Lisa fue a visitarlo esa tarde.

-Sí, necesito que me cubras con mamá.-el omega la miró desconcertado-Ella dice que Chae está jugando conmigo.

-¿Sigue con la idea de que está experimentando cosas nuevas?-Lisa asintió-ya pasaron dos años, debería darse cuenta de que no es así. Si quisiera experimentar cosas nuevas saldría con otro alfa, no contigo. Hay cosas mejores en la vida-siempre tan buen amigo.

-Ya, lo que sea, ¿me vas a cubrir o no? Le dije a mamá que vendría a dormir a tu casa.

-Sí, te cubro. Si llama le digo que estás durmiendo y le muestro una de las fotos que ya tenemos preparadas-dijo cansado el omega, esa rutina la tenían desde hace meses.

-Gracias, Chungie, eres el mejor.

-Claro, yo siempre estoy para ti pero cuando te pedí que me esperaras a la salida y así evitar al mastodonte de Dong Yul te fuiste con tu amante. Cuando recibas el divorcio no preguntes por qué.

-Es que Chae me da lo que tú no-respondió arreglándose frente al espejo, Chung Hee puso su mejor cara de indignado-Además no sé por qué te quejas tanto, sé bien que te gusta la atención de ese mastodonte.

-¡Traición!-exclamó el omega lanzándole una almohada-¡Ese mastodonte es horrible! ¡No me gusta! ¡Además es un viejo!

-Tiene veintiún años.

-¡Y yo dieciséis! ¡Lo único que quiere es meter su ferrocarril en mi pequeña cueva!-exclamó dramáticamente.

-Y seguro tú no lo quieres-ironizó la alfa esquivando otra almohada-tendrías que dejar de jugar con él y decirle que quieres una cita con él.

-No, nunca, me dolería el orgullo.

-Más te dolerá cuando Dong Yul se canse y se vaya tras otro omega más bonito.

-¡Hey! ¡Yo soy bonito!-Lisa lo miró de arriba abajo.

-Hay más bonitos.

Con éxito esquivó otra almohada voladora.

***

-Lo siento por llegar tarde-dijo ChaeYoung agitada acomodando su boina blanca-es que mamá no creía del todo que fuera a casa de una amiga.

-Está bien, tampoco esperé mucho-dijo Lisa sonriéndole y ofreciéndole su mano-Ven, el guardia se acaba de ir.

La guio por el edificio con un juego de llaves que había sacado del bolsillo de su chaqueta. Su tía vivía ahí y ella le había dado las llaves y los horarios del guardia. En ese edificio no les gustaba que adolescentes usaran el lugar para diversión de ellos, pero mientras no las encontraran todo estaría bien.

Una mesa con un mantel, dos sillas blancas y una bonita cena (todo cortesía de su tía) las esperaba bajo la luz que había llevado Lisa o todo estaría oscuro en el techo del edificio.

-Espero que te guste-dijo la alfa sonriendo.

-Me encanta-dijo la omega sonriendo en grande y acomodándose en una de las sillas.

Cenaron entre risas y charlas triviales, jugando a darse de comer como si estuvieran en París y a fingir que estaban en un edificio de lujo como si Lisa fuera una reconocida magnate enamorada de una princesa. Sí, juntas la imaginación siempre abundaba con ellas.

-Me gusta la vista de la ciudad...aunque no sea un edificio muy alto-comentó ChaeYoung cuando decidieron caminar un rato-Siempre pensé...en que si algún día me casaba, sería en un lugar alto con una espléndida vista.

-¿Cuánto deberé ahorrar para eso?-preguntó Lisa viendo la ciudad.

-Demasiado-bromeo la omega abrazándola por la espalda-no me importa dónde nos casemos, siempre y cuando tú seas mi esposo.

-Si voy a casarme contigo será en una boda digna de ti-Lisa se dio la vuelta-Una princesa no merece cualquier cosa.

-Una princesa merece un buen caballero que la mantenga a salvo...y yo ya lo tengo-ChaeYoung sonrió acercándose a la alfa para darle un pequeño beso en los labios-No necesito una gran boda.

-Quizás tú creas que no, pero te la daré igual-sentenció Lisa.

***

ChaeYoung dejó la foto de su boda de nuevo en el mueble para seguir limpiando. Sonrió ante el recuerdo de esa boda maravillosa que celebraron en uno de los más altos edificios de Corea. Aunque se negó, Lisa insistió en realizarlo en ese lugar sabiendo que lo amaría.

Siguió sacándole el polvo a los muebles de madera antes de tener que ir a su cuarto. Lisa se había encargado de limpiar la cocina y el baño y ella se había olvidado de terminar con la sala. Al ver todo limpio subió al cuarto donde Lalisa la esperaba con su pijama puesto y buscando algo en la televisión. Sus ojos mostraban clara molestia. Seguía enojada por dejar salir a su bebé JiMin con el vándalo de Min.

-¿Puedes dejar de estar así? JiMin estará bien, YoonGi la cuidará-dijo suspirando y quitándose la blusa y el pantalón.

En ropa interior fue por su pijama, ya se había dado un baño antes de sacarle el polvo a los muebles. Lo único que quedaba era colocarse el pijama y listo. Lo buscó entre sus prendas, escuchando los murmullos de la alfa.

-Min es un idiota-ChaeYoung suspiró.

-Todos te parecerán idiotas si simplemente están con JiMin-la omega sabía que para su esposa nadie sería digno de su dulce bolita de algodón.

-Es que él es un vándalo, seguro juega con mi bebé.

-Tu bebé puede cuidarse por su cuenta, deja de dramatizar-rodó los ojos encontrando su vestido negro para colocárselo.

-Pero él es un alfa.

-Y JiMin una omega fuerte. Además sigue sin ser marcada, no tienes de qué preocuparte, YoonGi no le hará nada que ella no quiera.

-Nunca se puede confiar en un alfa-ChaeYoung la miró con una ceja arqueada-Yo soy la excepción.

-Claro, tú-rio divertida acostándose a su lado-¿Tener sexo te quitará lo molesto?

-No, tener sexo no...pero hacer el amor sí-Lisa se colocó sobre ella, comenzando a besarle el cuello.

ChaeYoung sonrió divertida dejando que su pareja besara la marca y acariciara la piel de sus muslos. Lisa siempre sería así de protectora con JiMin aunque él ya no viviera con ambas. Desde que nació siempre fue así, sobreprotegiéndolo demasiado y pensando que su bebé no tenía pensamientos impuros. Vamos, era su mami, ella sabía que si YoonGi lo marcaba era por la insistencia de su hijo. El alfa cumpliría con la amenaza, JiMin...no.

Los dedos de su pareja acariciaron superficialmente su vagina, en especial su clítoris, haciéndola suspirar y apretar la tela de la camisa del pijama de la alfa.

-Hoy no pienso ser bueno, bebé...hoy me desquitaré contigo.

ChaeYoung sonrió. No le molestaba eso en absoluto.

...¡El Grupo de los Raros!...

Luego de decirle a la madre de Lisa que su bebé dormía en su habitación, Chung Hee se quedó acostado mirando el techo a oscuras mientras sus madres dormían. Tal vez Lisa tenía razón (la tenía en realidad) y le debía dar una oportunidad a Dong Yul. A pesar de ser un animal idiota, era un alfa respetuoso. En ese tiempo nunca se propasó con él, nunca intentó nada con dobles intenciones ni le insinuó nada. Solamente pedía acompañarlo a casa y tener una cita con él.

El problema era que su orgullo no se lo permitía. No después de...lo que pasó hace años con Dong Yul.

Él tenía unos once años cuando lo conoció y supo que era su pareja destinada. Muy pequeño y con la ilusión de vivir su historia de amor. El problema fue que...Dong Yul a pesar de todo no demostró interés en él, sino que lo ignoró por meses, casi un año y medio. Él comprendía que la diferencia de edad sería un problema, por eso simplemente se acercaba a él cuando estaba solo y para entablar una amistad, no había pedido más. Pero Dong Yul...él lo había tratado como un niño de cinco, burlándose de que alguien de once años quisiera a alguien de dieciséis. Y fue tras eso, luego de un año y unos meses, que Chung Hee llegó a su límite y decidió ignorarlo. Luego de unos cuantos meses Dong Yul comenzó a acercarse a él, pero no señores, el orgullo de Shin Chung Hee había sido herido y unas palabritas y sonrisas no cambiarían eso. Fue así como el idiota mastodonte de Jung comenzó a acosarlo, a insistir en estar a su lado, y él huía en compañía de Lisa para estar lejos de él.

Aceptar una cita con él, después de unos cuatro años de rechazarlo por su orgullo herido, sería su perdición. Sin embargo, él quería darle una oportunidad, algo dentro de él le decía que el alfa realmente quería intentarlo sinceramente. Pero otra vocecita, la de su orgullo, le decía que no, que debía dejarlo así, por idiota. Ah, Chung Hee estallaría...o gritaría por la piedra que chocó contra su ventana.

Casi cayó de la cama por el susto, pero no, no cayó. Se levantó y fue a ver quién carajos era el causante de...oh, el mastodonte. Ese maldito alfa alto y atractivo. Uff lo odiaba.

-¿Qué haces aquí?-preguntó abriendo la ventana e intentando no gritar mucho para no despertar a sus madres.

-Lisa dijo que querías verme.-Lisa hija de...-Dijo que querías que hablemos.

-Te mintió-ya después haría que su amiga se las viera con él...oh, matarla sería poco.

-A mí se me hace que el que miente es otro-Dong Yul hijo de...-Ya, Chungie ¿podemos hablar?

-Háblale a esta-dijo apuntando a su entrepierna, el alfa sonrió.

-Créeme que a esa le hago algo más que hablarle-Chung Hee como delicado omega le mostró el dedo del medio-Chung Hee, tenemos algo de lo cual hablar, sobre el pasado.

-No hay nada de qué hablar, lo dejaste en claro yo era un niño tonto enamorado de un adolescente aún más tonto-rodó los ojos mirándose las uñas, apoyándose contra el umbral.

-Tenía miedo de no poder controlarme-sus uñas dejaron de ser importantes en ese momento-me gustabas también, me gustas, pero la diferencia de años era muy notoria y temía hacerte algo que lamentaría después.

-¿Por eso me trataste tan mal?-preguntó frunciendo el ceño.

-Solo quería mantenerte alejado, no planeaba pasarme. No me pude controlar.-Chung Hee desvió la mirada-Chungie, por favor, solo te pido una oportunidad. Solo una. Déjame ser el alfa que no pude antes por mi estupidez.

El omega apretó los puños en un debate importante y difícil. Era rencoroso, horriblemente rencoroso, pero su omega parecía no querer serlo con el alfa. Era una batalla interna horrible por la que estaba pasando. Maldita Lisa traicionera y él que tanto la ayudaba.

Suspirando, al fin tomó una decisión.

-Solo una cita y si me defraudas, mastodonte, te buscas a otro.

A pesar de que fue una amenaza, Dong Yul sonrió.

-¿Paso por ti mañana a las cuatro?-Chung Hee asintió-Bien, nos vemos Chungie...gracias.

El omega cerró la ventana y volvió a su cama molesto, terriblemente molesto, por haber aceptado salir con él. Pero estaba más molesto todavía porque se sentía feliz de haber aceptado.

***

Bueno, Chung Hee tenía que reconocer (jamás lo haría) que salir con Dong Yul no era tan malo. En realidad no lo era. El animal que era su pareja destinada resultaba sacarle más de una sonrisa y solamente robarle besos luego de la sexta cita. Odiaba tener que reconocer que era mejor de lo que se había esperado y que disfrutaba demasiado sus salidas. Su orgullo le dolía cada día más... ¡Maldito animal idiota que era tan perfecto!

-Chungie-Dong Yul pasó por él a la escuela en su nueva motocicleta-¿quieres ir por un helado antes?

-¿Quieres engordarme para navidad?-el alfa sonrió.

-No precisamente para navidad. Te he observado cuando aumentas de peso...tus nalgas se ven hermosas rellenas-comentó ganándose un manotazo del omega-¿Qué?

-Pervertido-dijo subiéndose a la motocicleta.

-Claro y tú eres una blanca palomita-Chung Hee sonrió.

-Lo soy.

-Claro, claro.

Luego de un delicioso helado (dos en el caso de Chung Hee) fueron a la casa del menor. El matrimonio Shin ya estaba dentro, esperando a su hijo. El omega se bajó de la motocicleta, bajando la mirada y mostrándose tímido.

-¿Pasa algo?

-Es que...hace seis meses que estamos saliendo y...mami ya quiere conocerte-dijo Chung Hee sonrojándose.

-Me parece genial-comentó el alfa.

-¿En serio?

-Sí, voy en serio contigo, no veo por qué tiene que ser malo conocer a mis futuras suegras.-el omega sonrió sonrojado y mirando aún el suelo.

Dong Yul no pudo resistirse a robarle un beso.

***

Chung Hee se sostuvo de los hombros de Dong Yul, arañándolos y forzando sus piernas a seguir saltando sobre el miembro de su esposo. Las manos del alfa tomaban su cadera y lo ayudaban en la tarea, haciendo que llegara profundo en su interior y le sacara unos cuantos gemidos.

Habían aprovechado que al fin de cuentas HoSeok escapó para hacer el amor a gusto. Hacía tiempo no cabalgaba a su pareja y gemía sin tener que contenerse. Necesitaban que su hijo se independizara de una vez.

-Vamos, gatito, salta-gruñó el alfa alzando su cadera y provocando que el miembro fuera más profundo en su interior, sacándole casi un grito.

Dong Yul no llevaba su apodo de animal por nada. En verdad era un animal en la cama y su miembro una bestia enorme que le pertenecía.

-Cariño...más-pidió haciendo su cabeza hacia atrás y aferrándose a la espalda del alfa.

Dong Yul gruñó antes de dejarlo de nuevo debajo de él para arremeter con fuerza en su interior. Chung Hee se aferró a él, gimiendo su nombre y mirando el rostro de su alfa quien apretaba la mandíbula y sus pupilas se dilataban por el placer. Demasiado bueno, demasiado intenso.

Apretó su interior cuando llegó a su orgasmo, mordiendo suavemente el hombro de Dong Yul sabiendo que eso lo excitaba. El alfa arremetió unas dos veces más en su interior antes de morder de nuevo en la zona de la marca suavemente y correrse tras el nudo.

El gran cuerpo de su esposo se quedó sobre el suyo recuperando el aliento. A Chung Hee no le molestaba, le gustaba sentirlo sobre él (aún dentro) mientras lo acariciaba. Dong Yul no tardaba mucho en levantarse y acostarse de nuevo a su lado. Con los años las cosas habían cambiado, ya no era un joven que necesitaba sí o sí mimos o charlas tras el sexo. Ya no era necesario.

-¿Quieres un sándwich?-preguntó el omega.

El alfa sonrió sentándose en la cama y yendo por las batas.

-¿No quieres mimos?-preguntó divertido lanzándole su bata.

-No, tengo hambre. Puedes mimarme después de comer un sándwich-dijo colocándose la bata y levantándose de la cama-Ahora ¿vamos, animal?

-Vamos, Chungie.

Se me hizo muy largo pero era para hablar sobre los padres de estas cuatro parejas XD el proximo ya sería un capitulo normal XD espero que este les haya gustado! Besos :D

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