CAPÍTULO 33
AMADEUS
En media hora debemos partir a la misión y no he observado en ningún momento la presencia de la capitana en la central y esperaría que no llegue tarde.
Estamos reunidos en un salón con Stavros y Smith, quienes se encuentran dando los últimos arreglos a los micro dispositivos que llevaremos. Para mientras, me encargo de revisar nuevamente la información para no dejar cabos sueltos, termino con eso, y voy a revisar la bandeja, encontrándome con el último archivo que se me mando el día del juicio, no sé, pero siento la necesidad de saber todo lo que tenga relación con ella, hasta cierto punto pareciera que estoy obsesionado, pero realmente necesito entender su forma de actuar, y si la conozco a ella, significa que el objetivo de desmantelar a su Mafia será más pronto de lo que esperamos. Además, la reacción del Monarca al momento enque al juez se le dio por mencionar a un supuesto "hermano" de La Basil, el cualpara toda la organización es un completo misterio, me ha dejado con ganas de seguiratando cabos, porque de ser cierto, esto puede llegar a ser una completa masacre, y nosotros no estaríamos preparados para soportar lo que se avecinaría.
Revisó documentos relacionados con la investigación que se hizo hace 10 años en relación con el asesinato de la madre, el cual, se dice fue ejecutado con sus propias manos, o eso es lo que dejan claro los documentos, siendo este el motivo principal del comienzo de la criminal que ahora —aún encerrada— es temida por muchos.
Detallo cada parte que está redactada, y cada vez que la leo me quedan más dudas, al no encontrar sentido alguno a lo que está redactado en el documento, y aun así hago el vago intento leer entre líneas y haciéndose completamente imposible, voy a la última página del documento en donde busco quien redactó el informe, encontrándome con el nombre y la firma del Monarca en él.
Me doy por vencido y dejó de leer cuando me doy cuenta que es una causa perdida siendo este el discurso que siempre ha dado a la prensa con respecto a La Basil «es una criminal de gran magnitud a la cual no le tembló la mano para matar a su propia madre, con tal de salir librada de todo lo que ella había ocasionado» las dudas empiezan a surgir sobre temas que se deberían tocar más a profundidad, como por ejemplo el ¿por qué del apoyo de todo el consejo a mi padre? ¿En qué momento se convirtieron en sus seguidores, si antes lo odiaban? o ¿por qué la decisión de otórgale en sus manos el poder de decidir sobre las vidas de los criminales y el mundo? No comprendo que tuvo que hacer para conseguireste puesto, que le ha todo lo que tiene, y que lo ha convertido en la personamás importante, demasiadas cosas que tendré que resolver en un futuro y por locual estoy luchando para llegar lo más rápido posible.
Termino de leer esta información y decido pedir —como orden— que se abra una investigación más a profundidad de La Basil, —esto claro, sin pedir permiso al Monarca— para encontrar todas las personas que tengan algún vínculo sanguíneo con ella. Tengo dudas sobre todo lo que pasa, tanto en esta organización como en la mafia Armstrong Markov.
Salgo del salón acompañado de mis compañeros, con nuestro equipaje listo y esperando que la capitana ya se encuentre en la pista, porque de no ser así, no la esperaremos y se le levantara una sanción, por incumplimiento de sus deberes.
Las puertas del elevador se abren mientras nosotros presionamos el botón del último piso en donde se encuentra el estacionamiento, al llegar las puertas se abren y nosotros salimos dirigiéndonos al lugar en donde se encuentran las camionetas que nos llevarán a la pista, cuando estamos a punto de llegar a estas puedo visualizar a la capitana retenida por el coronel Vance, mientras ella mantiene un semblante de desesperación, esperando a que este termine de hablar.
Su mirada cae sobre mí, pero la desvía cuando ambas chocan, dejo mi equipaje en la camioneta antes de colocarme los lentes oscuros caminando a la posición de la capitana y el inútil. Ella me ve llegar.
—Capitana, imagino que su equipaje esta acá con usted, ¿estoy en lo correcto o me equivoco? — pregunto ignorando la presencia de la rata de alcantarilla.
—Si, general es correcto. —responde ella, antes de cerrar la puerta de la camioneta, caminando hacía el baúl de dónde saca su maleta.
—Qué falta de respeto Clayton ¿Acaso no te educaron tus padres? claro, se me olvidaba, a ti te crio la servidumbre. —dice este sintiéndose una gran mierda creyendo que su palabra tiene peso sobre mi vida.
—Claro, y a ti las cucarachas —le respondo con simpleza posando nuevamente mi vista en el cuerpo de la capitana— ¿Lista? —pregunto y esta asiente— entonces ¿Qué hace ahí parada todavía? Muévase. —digo volviendo a ignorar a la cara de culo.
—Pido disculpas, no volverá a pasar General —responde antes de agarrar su maleta, dirigiéndose a la camioneta sin despedirse del coronel de alcantarilla.
Camino detrás de ella, cuando llegamos a la camioneta uno de los agentes toma su maleta para introducirla atrás mientras nosotros nos introducimos en tal. Luego de unos minutos salimos de los edificios de la central, manejando hasta llegar a la pista en donde nos esperan listos los agentes de nuestros equipos ya seleccionados, que nos sirven para esta misión. Todos subimos a la aeronave llegando a nuestro primer destino «New York» en donde aterrizamos en una pista clandestina en la cual tomamos caminos separados, quedándose solamente Smith y Stavros en la aeronave que partirá desde ese lugar hasta la isla, mientras que Ava y yo vamos en camino al aeropuerto en un todoterreno negro en la cual solo vamos los dos.
Agradezco que el camino sea corto y el que ella se concentre en organizar algunas cosas para aprovechar el tiempo, me indica que ella también lo agradece.
Al llegar al aeropuerto nos reciben las maletas mientras se llevan el automóvil como la cosa más rara, principalmente para mí, ambos nos tomamos las manos en el momento en que hacemos el checking mostrando los documentos falsos.
—Señor y señora Davies, es un placer que vuelen con nosotros.
—Muchas gracias —responde la capitana que aún está sujeta de mi mano.
Ambos caminamos hacia la sala de espera VIP en donde ambos guardamos silencio, al encontrarnos solos. Reviso mi móvil, leyendo el mensaje del imbécil de Stavros.
«¿ya se besaron? o ¿todavía no?» al cual respondo con «no seas tan idiota por una vez en tu vida» a lo que él me respondió «cualquier cosa que pase en el camino me lo cuentas» y yo finalice «eres un sínico y un»
La mirada de Margaret de Davies se encuentra perdida en no sé qué, pero regresa a este mundo cuando llegan a avisarnos que el vuelo está a punto de despegar. Ambos caminamos hasta la entrada de tal mientras nos guían hasta nuestros asientos, después de unos minutos nos llevan champagne, la cual nosotros aceptamos, ya que estamos celebrando "nuestro matrimonio" y como los trabajadores no saben que es una farsa se lo toman muy enserio, demasiado.
—Esperamos que su vuelo sea de mucho placer señor y señora Davies —dice la azafata haciendo que la Ava se ahogue con la bebida, causando gracia al saber el porqué de su incomodidad.
—Muchas gracias —respondo tranquilamente aún con la sonrisa de lado sobre mi rostro mientras observo el perfil de Ava del cual se puede distinguir el color carmesí en sus mejillas, que la hacen ver más...
De un momento a otro ella se pone de pie.
—¿A dónde vas? —pregunto con el semblante serio haciendo que ella se detenga por un momento, y que al otro me voltee a ver.
—Al baño antes de que el avión despegue.
Dice antes de alejarse del asiento, hasta llegar al baño. Después de unos minutos ella regresa, para colocarse el cinturón.
Al momento de despegar no se siente mucho la turbulencia, pasamos una hora y 15 minutos en silencio hasta llegar a la pista que se encuentra cerca de una base militar, a 37 minutos de nuestro último destino.
Al bajar del avión somos los últimos, las personas del lugar en donde nos quedaremos llegan a auxiliarnos con las maletas de mano. Ayudó a Ava a bajar los escalones y sin soltarla nos subimos a la Ban en donde se encuentra todo nuestro equipaje. Nos tardamos 39 minutos en llegar al hotel en el que nos quedaremos en Clayton, en el 1000 islands harbor en donde nos reciben con de la mejor manera,
—Bienvenidos, señor y señora Davies, de parte del hotel les brindamos nuestros mejores deseos, y agradecimientos por tomar nuestro servicio como destino de tan hermoso momento. —nos reciben, mientras Ava y yo le brindamos sonrisas, más falsas que el casamiento entre ambos— miren esa hermosa pareja, ¿podemos tomar una foto? para el recuerdo.
Ambos nos volteamos a ver y asentimos, el señor se dirige hacia nosotros para acercarnos más.
—Sonrían —nos indica y lo hacemos, toma la foto antes de soltar un chillido de emoción— mírense, ustedes dos hacen la perfección, solo mírense, cien por ciento el uno para el otro —dice acercándose para que observemos la foto en la cual ambos parecemos ¿Felices? Sí claro, tal palabra hace que mi estómago se revuelva de lo que aún no se si es de una forma buena o mala, pero que sí es algo nuevo para mí.
BASIL
El ambiente es pesado, pero lo es aún más en el momento en que nos dejan solos en la habitación, lo que siento en estos momentos aún no lo puedo controlar -esto es muy reciente- y por el tiempo en que no he tenido que lidiar con estas malditas emociones que ahora me están pagando factura. A cada nada mis mejillas se ponen rojas como si fuera una adolescente que apenas está iniciando a experimentar con su cuerpo y sus emociones.
Ambas miradas se conectan, él está a punto de hablar, pero lo interrumpo.
—Iré a darme una ducha —informo, dirigiéndome a la ducha.
—¿Invitación o...? —dice esto con ese tono coqueto que usó aquella vez, haciendo que mis emociones se vuelvan locas.
—Puro protocolo, General —respondo, tragándome grueso las emociones que se están haciendo cada vez más presentes, mientras el se queda serio afuera del cuarto de baño.
Pongo el seguro en la puerta para luego dejar que las piernas sean derribadas haciendo que mi cuerpo se desplome por completo en el suelo del baño, dejando salir un suspiro tiró hacia atrás la cabeza que se detiene en la puerta antes de dejar que las lágrimas rueden por mi rostro y que mi respiración se acelere y que una sonrisa de lo que aun no entiendo se dibuje sobre mi rostro.
Mi cuerpo de la nada se convierte en un manojo de nervios, sonrisas y llantos, sentimientos los cuales no puedo controlar. Como puedo me pongo de pie para deshacerme de la vestimenta que tengo puesta, enciendo la ducha unos momentos antes, para que esta se caliente.
Tomo una ducha larga, esperando hasta que la mayor parte de mis músculos hayan dejado de estar tensos, salgo de la tina tomando la toalla y secando cada parte de mi cuerpo para ganar tiempo la maleta está afuera «maldición». Escucho como el sonido de la puerta al cerrarse, y dejando salir un largo suspiro «gracias» salgo del baño, hasta llegar al lugar en donde dejaron las maletas, elijo mi vestimenta para volver a entrar en el baño, el cual nuevamente cierro con seguro, me giro para quedar enfrente del espejo y en el reflejo de este puedo ver la silueta del general el cual se encuentra semidesnudo, haciendo que de mi salga un grito, y en el intento por girar, gracias a lo liso del agua que se encuentra regada en el piso, hace que quedemos igual que la última vez.
—No me enojaría si esto se vuelve costumbre entre nosotros ¿y a ti? —dice este entre sonrisas, mientras que mis nervios se ponen a flor de piel cuando sus ojos se posan sobre mis labios y luego directos a los míos.
¿Así que esto tendría que haber sentido aquella vez? ¿Y ahora como me controlo? Nuestras respiraciones agitadas, nuestros rostros a centímetros y nuestros labios a milímetros de desatar...
Los toques a la puerta hacen que mi mente y cinco sentidos reacción haciendo que me ponga en pie, con dificultad, mientras se queda tirado en el piso «¿pero que me pasa?». Cuando él se de pie, como si no hubiera sido suficiente quedamos cara a cara, ambos nos intentamos descifrar las emociones, pero nuevamente los toques a la puerta me salvan nuevamente, esta quita el seguro de la puerta de la ducha, antes de abrirla y salir a zancadas de lugar para ir a ver quién toca.
—Buenas tardes, señor Davies disculpe la molestia. —dice alguien en la puerta, haciendo que gane tiempo necesario para echarme agua en la cara y empezar a cambiarme. —Esta noche se hará una fiesta en el hotel para todos los huéspedes, y sería un honor contar con su presencia y la de su esposa en tal.
—Si desea preguntémosle a ella que le parece así le damos una respuesta — dice este estúpido haciendo que detenga la acción de ponerme el short— Querida ¿puedes venir un momento? —dice este, me pongo de pie dejando el short a un lado, encontrando la camisa del general.
—Me esperan un minuto y salgo —digo poniendo la camisa de este encima, saliendo del baño solamente con una tanga, el sostén y la camisa. — ¿Qué necesitas de mí? —digo sonriente antes de voltear a ver al umbral de la puerta en donde se encuentra el señor que nos recibió. — ¡oh! hola —digo en forma de sorpresa, saludándolo, antes de llegar al lado de Amadeus el cual me agarra de la cintura acercándome a su torso desnudo «Imbécil»
—Mi amor, el señor nos ha venido a invitar a una fiesta que habrá en el hotel en la noche, y quería consultar contigo si vamos o no. —me habla esté demasiado cerca de mi rostro haciendo que se me erice la piel.
—Será al aire libre y habrá un buen ambiente —dice este muy alegre observándonos de pies a cabeza.
—Me atrapo, no soy capaz de negarme a una fiesta y mucho menos si es al aire libre, así que cuente con nuestras presencias ahí, claro si a ti te parece.
—Para mí está bien lo que tu digas — dice mientras me mira directamente a mis ojos, haciendo que mis labios se separen un poco, pero hago que mis músculos reaccionen para girar nuevamente en la dirección de la persona.
—Bueno entonces con mucho gusto tenga por seguro nuestra presencia en esa fiesta.
—Bueno, entonces los esperamos, disfruten de su habitación. —dice esto lo más normal posible pero mis pensamientos lo toman de otra forma.
—Muchas gracias —digo antes de que Amadeus cierre la puerta.
Ejerciendo presión en mi cintura haciendo que mi cuerpo quede más cercano al de él. Frente a frente es como nos encontramos.
—Nos quedamos en algo ¿Verdad? —dice este antes con ese tono seductor en el sonido de su voz— te sienta bien mi camisa, aunque no dudo que te verías mejor sin ella. —dice antes de juntar sus labios con los míos en un beso cargado de deseo, del que no me creo capaz de detener, y mi cuerpo tampoco, sus movimientos y los míos se complementan, pero son interrumpidos por el sonido de la puerta.
Nuestros labios se separan dejándome respirar de una manera acelerada. Me acerco a revisar de quien se trata, observando por el hueco a Stavros y Alis. «Carajo» observó a Amadeus quien me mira de pies a cabeza. Respiro profundo y aún más profundo antes de deshacerme de la camisa de Amadeus, tirándola a su rostro.
—Atrevida —dice en forma de burla.
—Abre la puerta, son Alis y Stavros.
—¿Y tú a dónde vas?
—A vestirme —respondo mientras él rueda los ojos, no sé si estoy alegre porque hayan interrumpido o enojada, pero lo hicieron.
Entró rápidamente al baño cerrando la puerta poniendo el seguro, comienzo a cambiarme, colocando un short de tela con un estampado floral y una camisa de tirantes blanca, me hecho agua en el rostro para bajar la temperatura de mi cuerpo, seco mi rostro antes de arreglar mi cabello y tomar aire.
Quito el seguro saliendo del baño y caminando con dirección a donde están Stavros, la capitana y Amadeus, al llegar me encuentro con la mirada -que ella dice que es intimidante- de Alis, quién me repara de arriba a abajo detallando mi aspecto.
—Y ¿Cómo van con los preparativos? —pregunto en el momento en que llegó a sus posiciones, ignorando por completo el rostro del general.
—¿Te diste un baño? —pregunta Alis sin dejar de observarme.
—Emmm si, ¿algún problema? — pregunto un poco harta de sus celos sin razón.
—No, solamente que se me hace demasiado extraño. —dice este regresando su mirada al computador que tiene enfrente.
—Claro como no se me había olvidado, esta acción es la que menos hacen los humanos, bañarse es totalmente un pecado ¿Verdad? —le digo y está voltea los ojos.
Observó el perímetro del lugar, encontrándome con la única silla vacía en la mesa, en donde quedo enfrente de la capitana y en medio de Stavros y Amadeus, el cual me observa detalladamente.
—Nos honraría la capitana si se sentara a trabajar — dice Stavros haciendo que le regale una mirada de muy pocos amigos.
Camino hacía el lugar que el destino ha decidido para mí, levantando con cuidado la pantalla del dispositivo que será el necesario para visualizar cada uno de los aspectos del lugar y también cómo se maneja el movimiento en la fiesta.
Prefiero no apartar mi mirada del dispositivo, porque sé que me encontraría con el rostro de la persona que en estos momentos está alborotando por completo mis hormonas, y que no colabora.
A cada nada su rodilla toca la mía, haciendo que se me erice la piel y que trague grueso, muevo un poco la silla, con la excusa de ver algo en el dispositivo de Stavros.
—Entonces en este lugar también debería haber una de sonido panorámico, ya que de seguro ahí se acercarán a tomar el alcohol —le digo a Stavros mientras él asiente.
—Amadeus, ven y dame tu opinión —no sé qué carajos anda pensando Stavros, pero por su estúpida boca Amadeus acerca su silla demasiado a mi posición.
—Deberíamos poner una aquí también —habla demasiado cerca de mi rostro, haciendo que me quede congelada, ante la acción que hace por debajo de la mesa. Su mano subiendo la poca tela del short, deteniéndose demasiado cerca de la zona v, haciendo que trague grueso mientras él aprieta mi muslo. —usted qué piensa Ava
—Yo —digo con un jadeo que hace imposible hablar segura en el momento en que respondo, tragando demasiado grueso, y con los putos nervios que no puedo controlar— creo que es un buen lugar para poner eso, pues la posición en la que lo pondríamos es muy seguro que, uno, nadie se percate y dos, por la misma razón sería es más seguro que hablarían ahí. —digo mientras el general conecta su mirada con la mía.
Desvió la mirada al sentir la presión que carcome mi sensatez.
Al levantar la vista, observó como la capitana, que se encuentra enfrente de mí, analizar muy detenidamente el ambiente del lugar mientras me come con su mirada.
—Amadeus —lo llama Stavros obteniendo la atención de éste— vamos a poner cámaras desde esta habitación.
—Está bien —dice el general antes de ponerse de pie, pasando al lado de Stavros haciendo que este también se ponga de pie— desde el balcón de la recamara se puede ver el puerto y desde aquí...
Escucho lo último antes de que se pierdan por la habitación, quedándome sentada con Alis en un silencio absoluto. Fijo mi mirada en el dispositivo, observando muy detalladamente las imágenes que se muestran en la pantalla de las cámaras que están en su respectivo lugar. Antes de seguir trabajando, sacó una USB que contiene un código, el cual nos dio Meyer, y que nos ayudará a entrar en el sistema sin ser detectados.
La misión es simple, o eso parece, todo dependía de si recibimos la invitación de la fiesta o no, si lo segundo pasaba tendríamos que quedarnos más tiempo para conseguir lo que necesita la organización para atrapar a un criminal de alto calibre, del cual ya se están hartando los de la OISC. En el informe que me mandaron leí todos los cargos de esta persona, la cual no me parece la gran onda, pero bueno.
Se supone que el hotel en el que ahora nos encontramos es un mediador del tráfico de mujeres y el lavado de dinero, por la información que llegó a la central, estos días los socios y el criminal principal se encontrarán en este lugar, para cerrar un trato o eso decía el informe que nos dieron.
Al investigar por mi propia cuenta, encontré muchas más cosas de las cuales los agentes y no tengo tan seguro si la OISC, son ignorantes. Ya que se supone este hombre se ha aliado con otros criminales para crear una rebelión en contra del gobierno estadounidense, usando armas de alto calibre y una en específico a la que se le debe temer; después de la muerte de mi maestro investigue un poco de lo sucedido, encontrando que el mismo hijo de puta que mandó a matar a mi maestro se encontraría en este lugar, del cual no saldrá vivo, Mark Jones está muerto.
—Bueno, entonces Smith y yo estaremos vigilando el perímetro desde la embarcación —habla Stavros, captando la atención de la capitana haciendo que esta se levante de inmediato, tomando sus cosas, para luego poder salir de la habitación. —Ustedes dos prepárense para la fiesta, Williams en la recamara hay un vestido y al lado se encuentran los dispositivos que se pondrán para tener control sobre ustedes y que no corran riesgos, así que te dejo encargada de eso. —dice señalándonos— General, hay un dispositivo el cual dará la señal para dar por finalizada la misión, tienen 4 horas para estar listos, ni un minuto más ni uno menos.
—Estén atentos a los dispositivos, si necesitamos algo nosotros les diremos, cualquier movimiento en falso puede costarnos la vida, así que absoluta seriedad. —habla el general.
AMADEUS
Smith y Stavros salen de la habitación y lo agradezco demasiado, deseo retomar el momento con Ava.
No sé a qué se debe esta ansiedad de estar con ella, y sé que debo controlar lo que está pasando, pero ¿Cómo hacerlo si no se ni que carajos está pasando entre nosotros y mucho menos en mi mente? tengo muchas cosas que comprender y esto solo suma más estrés a mi cabeza y las revistas en donde aseguran que estoy comprometido con alguien, están más perdidos que el imbécil de Vance con sus aires de grandeza. Y con relación a él no me sorprendería si en algún momento vengan a dar la noticia de su muerte, porque es demasiado ingenuo al creer en otras personas y al creerse la gran mierda cuando no es nada, y no hablo del estatus social y mucho menos económico, hablo de la inteligencia y el valor que personas mil veces mejores que él tienen de sobra, mientras que a él le faltan, pero que son un rango más bajo.
Escucho como la puerta del baño se cierra, sacándome de mis pensamientos. Camino hacia el cuarto de baño, y al momento de girar el pomo me doy cuenta de que está con llave. «contrólate, Amadeus» dejo de un lado cualquier pensamiento, continuando mi camino hacia la recamara, en la cama se puede apreciar los trajes que llevaremos a la fiesta.
Tomo mi móvil para ocuparme de otros asuntos mientras espero que la capitana salga de la ducha, me escabullo en la página de la OISC observando las fotos que nos tomaron en el juicio fallido de la Basil. Hay una nota que hace que detenga mi búsqueda ¡Qué imbéciles son los periodistas! me adentro un poco más en esa nota, encontrándome con todo lo relacionado de ese día, leyendo lo que ponen después de cada imagen, pero llamando mi atención no entiendo como estas personas se crean tantas historias en su cabeza.
Observo la imagen en la que aparecemos el monarca y su esposa, Ava y yo, entrando la corona de fuego el nombre que le dan es lo más estúpido que he escuchado "Tragedia para la OISC, pero alegría para la familia Clayton que cada vez se hace más grande" rio para mis adentros, pero continúo leyendo...
«La familia Clayton está formando nuevos lazos y haciendo más grande y fuerte a su clan, ¿será que veremos un nuevo heredero Clayton más pronto de lo que esperamos? ¿Al fin tendremos la boda del primogénito del Monarca? ...Estamos presenciando el tiempo de los Clayton, y lo están demostrando de la mejor manera, y el que hayan capturado a una de las más ruines criminales lo confirma. La capitana que ahora ha robado el corazón del General opacando el nombre de la exnovia, la capitana Smith, ¿será que la capitana Ava Williams es digna de llevar el peso del apellido Clayton? Este será un renacer para la dinastía de la familia con más poder en el mundo, aquellos que dicen que no son justos están demasiado equivocados. Uno de nuestros paparazis preguntó al Monarca, respecto a lo que se rumorea entre el general y la capitana, a lo que él nos respondió muy alegremente: "No estoy al tanto de lo que esté pasando entre mi hijo del cual me siento demasiado orgulloso y la capitana Williams". Al preguntar qué le parecería una relación entre estos dos y las probabilidades de un compromiso entre estos, él respondió: "pues no negaré que me encantaría la idea de que estos fuera posible, tanto el general como la capitana tienen un futuro muy prometedor ya sea juntos o por separado, y si me preguntan, si ellos tendrían mi aprobación, claro que la tendrían, sería uno de los momentos más felices de mi vida" nos sentimos alegres ante los deseos de nuestro querido monarca hacía su hijo y la capitana, esperemos y Zeus nos haga el sueño realidad. ¡LARGA VIDA AL MONARCA Y SU FAMILIA!»
Término más confundido de lo que entre, pero borro mis pensamientos al escuchar la puerta del baño abrirse. Me pongo de pie, encontrándome con la capitana que se dirige hacia la salida.
—¿A dónde vas? —preguntó mientras ella toma una cartera y su móvil antes de pasar por mi lado.
—Para dar una vuelta, necesito despegar un poco mi cabeza.
Está bien, pero no te olvides de venir rápido. —le digo antes de voltearme, para caminar al cuarto de baño.
⇺☬⇻
Han pasado tres horas y media, desde que la capitana se fue de la habitación y aún no regresa, acomodo los dispositivos necesarios dentro de la camisa blanca y sobre el chaleco antibalas, me abrocho los botones mientras escondo el arma, escucho como la puerta se abre y la cierran de un golpe, tomó el saco gris llevándolo hasta llegar a la sala. En donde me encuentro con la capitana, la cual me repara de pies a cabeza, mientras yo mantengo mi semblante serio.
—¿Ya vio que hora son? —pregunto a la capitana la cual no me baja la mirada.
—Surgió un inconveniente en el camino —dice pasando a mi lado dejándome ahí parado.
—Estamos en una misión, le recuerdo por si se la ha olvidado.
—Yo lo tengo presente, la que lo dudo es su ex prometida, así que si desea castigar a alguien le digo que no va a ser a mí.
—Necesito que se aliste lo más rápido posible y llegue a la fiesta, yo me iré en estos momentos para ver que todo esté controlado, y espero que esta vez sí llegue a tiempo — digo saliendo de la habitación.
Cierro la puerta, y comienzo a caminar hacía el elevador que abre ambas puertas dando paso a entrar en él y presionar el botón del último piso, en donde se puede apreciar el movimiento de las personas invitadas a la fiesta.
Camino hasta llegar al lugar en donde se encuentra todo preparado para la celebración, los meseros de aquí para allá con las charolas con champagne y Whisky, para los invitados.
Observó detalladamente el perímetro en el cual me encuentro; el ambiente está calmado o al menos eso es por ahora, caminó lentamente mientras reparo a las personas que se encuentran ya en el lugar llegando hasta la barra, en donde pido un whisky doble, el único trago que tomare durante la velada.
La capitana será la encargada de escuchar las indicaciones por parte de Stavros, mientras que ellos nos podrán escuchar a nosotros mediante el micrófono que traigo bajo la ropa. Tomo haciendo en uno de los bancos, y mientras espero el trago, giro en el asiento quedando con la vista completa del panorama que tengo enfrente, de un momento a otro el salón guarda silencio, y puedo apreciar bajar de las gradas a un hombre acompañado de siete mujeres, cada una demasiado diferente a otra. Este saluda, mientras observa lo que está pasando en su fiesta.
Otro grupo de mujeres llega a su posición acompañado del que supongo es el que hace el papel de administrador de este hotel. Saludando con un beso sobre su anillo. Las personas están en sus asuntos y todos ignoran lo que está pasando en el sitio, solo se encargan de disfrutar o eso es lo que parece. Una cuarta parte de los invitados en este lugar forman parte de nuestro equipo, mientras que la otra es de huéspedes reales del hotel, y las otras dos partes son socios y el verdadero jefe de todo lo que sucede en este lugar.
Me sirven el trago y esta quema mi garganta mientras aún me encuentro sentado en la barra esperando a que mi esposa llegue a la fiesta, no comprendo en que se tarda tanto, pero lo hace. Escucho como el asiento de al lado suena haciendo que mi vista se mueva a él lugar encontrándome con un hombre que eleva su bebida a modo de saludo hacía mí.
—¿Desea que alguien le haga compañía mi señor? —pregunta una de las mujeres que saludaron a aquel hombre, mientras me observa de arriba a abajo. — le puedo ofrecer a muy buenos prospectos, la mejor calidad que usted y cualquiera que se encuentre aquí podría imaginar —dice apuntando con su rostro el sitio en donde se encuentran varias mujeres con vestidos cortos que apenas y les tapan algo, observó el rostro de la mujer que tengo enfrente para luego negar y bajar la cabeza mientras sonrío para hacer desaparecer la tentación de mi mente.
—¿Lo está atendiendo bien mi hermana, caballero? —preguntan a mi espalda, haciendo que la mujer que tenía enfrente eleve la mirada y le sonría a la persona que se encuentra atrás de mí.
—Por supuesto hermano—dice la mujer, mientras me pongo de pie, para luego voltear, quedando frente a frente con el hombre.
—Un placer Mark Jones —me saluda ofreciéndome su mano, la cual tomó «bingo».
—Oliver Davies —habló aceptando el saludo de manos, antes de que la hermana respondiera.
—Imagino que le ofreciste lo mejor ¿cierto? —le pregunta a la hermana.
—Obviamente, pero, él las rechazó.
—¿Es cierto lo que dice mi hermana? ¿Debería sentirme ofendido? —pregunta este payaso.
—No, claro que no, solamente que no me apetece en estos momentos —respondo con tranquilidad.
— Acepte y verá que no se arrepentirá — habla la hermana.
—No enserio, pero muchas gracias.
—Ya verá que haré que cambie de opinión —asegura el hombre antes de elevar su mano haciendo un gesto al grupo de mujeres.
Entre ellas se levanta una morena, de un buen cuerpo que se acerca rápido al lugar en donde nos encontramos.
—Ella es Salome, nuestro mejor prospecto, y le aseguro que es demasiado eficiente. — habla mientras la sostienen de la cintura.
—Un gusto señor —saluda está inclinándose, dejando la vía libre para ver sus pechos mientras besa mi mano— estoy a sus servicios.
—Complace al señor...—dice, pero lo interrumpo.
—Como le dije antes no deseo la compañía de ninguna, ya que estoy en la espera de alguien muy importante. —digo haciendo que este día.
—Pero creo que hay tiempo suficiente para que usted se pueda complacer.
—Lo dudo —digo antes de que los murmullos de las personas se hagan presentes haciendo que fije mi mirada en una dirección, observando el delirio de curvas de la capitana, la cual baja las escaleras de una manera extraordinariamente provocadora para mí.
—¿Por qué lo duda? —pregunta haciendo que mis ojos dejen de ver a la alucinación en carne viva que cualquiera desearía.
—Porque la persona a la que espero acaba de llegar, además de ser lo más importante para mí, no hay nadie, sin ofender, que se le compare. —digo con una sonrisa tan estúpida en mi rostro.
—Los sentimientos ciegan a las personas. —responde la hermana.
—Pues juzguen por ustedes mismos —respondo mientras que con mi rostro apuntó hacía la dirección de la capitana.
La cual no camina, ella modela hacía nuestra dirección; está en la búsqueda de algo y terminan deteniendo su mirada sobre mi dirección sonriendo, haciendo que mi cuerpo se estremezca, siendo la responsable de la sonrisa de imbécil que se ha dibujado en mi rostro.
—Ahora entiendo todo, y espero y me disculpe por la ofensa —no entiendo lo que dice, pero lo ignoro al seguir observando cómo se acerca la capitana, y dejando el vaso de la bebida sobre la barra, para comenzar a caminar hacía su encuentro.
—Si me disculpan, iré con mi esposa. —Les informo antes de caminar rápidamente a ella alejándome de la barra.
Quien entrecierra los ojos, para analizar mis gestos e intentar adivinar lo que voy a hacer, ella cree que es la única que tiene secretos, pero no sabe que gracias a ella se ha formado el más grande en mi vida.
Llegó a su lado tomándola de la cintura acercándola a mi cuerpo mientras me acerco a su oído.
—Te ves extraordinariamente divina, y te juro que si estuviéramos solos ese vestido aprendería a volar —le digo, haciendo que se remueva, quedando frente a mí. Su cara se encuentra roja y eso me eleva el ego, el saber que ella se pone así por cosas tan simples, pero sea una puta reina en otras cosas, es una victoria, mi victoria. Inconscientemente sonríe y joder es un delirio, ella se percata de este gesto e intenta ocultarlo, pero tomo su mentón haciendo que me mire a los ojos. — Tú sonrisa es el detonador de la mía así que no la intentes ocultar —abro la boca con palabras que jamás pensé decir, y mucho menos a una persona que apenas acabo de conocer, pero la que desde el primer momento me hizo interesarme.
Sentimientos retenidos, aquellos que nunca había podido sacar a la luz y que ahora se me hacen tan fácil demostrar a ella. Nuestras respiraciones se conectan al igual que su tormenta gris y mi mar azul, si fuera un pronóstico del tiempo juraría que hasta rayos estarían saliendo de todo nuestro cuerpo.
Acercó su rostro al mío uniéndonos en un beso, que desearía fuera eterno, pero el carraspeo de alguien hace que nos detengamos y que ella baje la cabeza y se separe un poco de mí.
—Buenas noches, espero no haber interrumpido nada importante.
—No se preocupe —responde Ava, con la respiración agitada.
Ignoraría a cualquiera para seguir observando el perfil de Ava, pero tengo claro que no estamos de vacaciones ni de paseo, estamos en una misión y tenemos que ser cuidadosos con cada una de las cosas que hacemos.
—Así que ella es la persona a la que usted estaba esperando —habla mientras repara a la capitana de pies a cabeza haciendo que tensara la mandíbula— déjeme decirle señora que su esposo la quiere y respeta, que es lo más importante.
—Entonces qué bueno que hice una buena elección —habla esta antes de verme de reojo.
— Entonces brindemos por eso, tomé — dice el tal Mark ofreciéndole a Ava una copa de champagne.
—¡Oh! muchas gracias, pero no puedo. —responde ella, mientras yo sigo bebiendo mi whisky.
—¿Algún motivo en especial? —pregunta en el momento que llega la hermana.
—Sí, mi médico prohibió cualquier bebida alcohólica, al menos durante el embarazo — dice está haciendo que Mark y la hermana abran los ojos a modo de sorpresa, mientras que yo sonrío solo de imaginar las probabilidades.
—¿Enserio? no me lo puedo creer, muchas felicidades, espero y toda la dicha sea para ustedes y la nueva persona que está por llegar a este mundo. —dice este sonriente, antes de darnos un abrazo a ambos— y díganme han pensado en algún nombre?
—Aunque sea un poco temprano, tenemos algunas opciones.
—¿De verdad? a ver díganme ¿si es niño? — pregunta emocionada.
—A mí me encantaría Timothee —dice Ava.
—¿Y si es niña? —pregunta la hermana de éste, y raramente es una pregunta que tiene una respuesta concreta.
—Clarie —hablo seguro y Ava solo me detalla asintiendo.
—Se nota que ustedes están más que preparados, les quiero pedir un favor ¿Puedo? — pregunta haciendo que Ava y yo nos veamos, para luego asentir— Desearía que me concediera el poder ser el que le de su primer regalo.
—Sería un honor —responde Ava.
—Bueno entonces permítanme un momento y hago una llamada —dice antes de alejarse junto con su hermana.
Miro de reojo a Ava, quien está concentrada escuchando algo que dicen mediante el dispositivo.
BASIL
—no cuenten dinero enfrente de los pobres —chilla Stavros mediante el auricular que tengo puesto. —Y dile a Amadeus que se contenga un poco y que no haga gran espectáculo, y que él no debe ser siempre el centro de atención, además de eso felicita al futuro padre.
Termina de decir, haciendo que sonría como estúpida, recordando lo que una vez me dijo Marcus y que ahora está siendo mi realidad y el responsable que ahora ya no sepa cómo controlar ninguna parte de mis sentimientos. "No te contengas, disfruta mientras aún puedas después te estarás quejando y te digo yo no te voy a aguantar» también recuerdo el mensaje que me llegó al móvil de parte de Alis para vernos, un encuentro que no fue para nada deseado, pero sí necesario.
—¿Qué tanto dice? —pregunta Amadeus mirándome con un semblante serio.
—Que no contemos dinero enfrente de los pobres, que te contengas y no hagas un espectáculo, que no siempre debes ser el centro de atención y te manda a felicitar por las buenas nuevas.
—¿Qué? —dice con el ceño fruncido.
—Lo que dije, querido —le digo haciendo que este sonría gesto que contrae mi tórax.
Me siento como si el tiempo se hubiera regresado aquel día, con las emociones a flor de piel y el corazón queriendo ir a mil kilómetros por hora, esto, de lo que no estoy muy segura en cierto punto se acabara, como lo hace todo, y sí, me siento y parezco una adolescente y creo que es algo por lo que tuve que haber pasado, pero que me negué gracias a la exigencias de la organización y las de mi...del líder de tal, mi vida siendo entregada completamente a esa organización la cual ha sido mi verdadero verdugo, y de la cual no he recibir algo bueno, solamente la muerte de personas a las que quiero. No los odio, pero si me duele, o eso es lo que siento en estos momentos, en los que aún tengo presente lo que ha sucedido en todos estos últimos años y con lo que apenas estoy empezando a lidiar, juro por Marcus que no olvidaré el plan, pero quiero que al menos valga un momento, aunque sea tan corto, valga la pena realmente.
¿Lo dañare en el camino? probablemente sí, ¿Será intencional el lastimarlo? claro que no. ¿Quisiera contener esto que está creciendo en mi cabeza y que pronto llegará a mi corazón? lo haría si pudiera, pero no puedo ¿o no quiero?
Los murmullos de las personas hacen que regrese a la realidad que algún día desee y que, por cosas de la vida, ahora estoy viviendo. Llevo mi vista al lugar en donde todos tienen la de ellos, encontrándome con el hombre que estuvo hace unos momentos acompañándonos y que ahora viene caminando a nuestra dirección con algo entre las manos, mientras un reflector lo alumbra.
Alguien al cual no le veo el rostro le entrega un micrófono mientras todos los presentes guardan silencio.
—Buenas noches a todos...—saluda este— espero y se la están pasando de lo mejor, pueden pedir y comer todo lo que deseen, ya que todo va por parte del hotel...
—¿Cómo dijo que se llamaba? —le susurro a Amadeus mientras él me voltea a ver y cuanto está a punto de decirme la vida hace que el mismo lo diga.
—Por si no me conocen, soy el dueño de este lugar, me presento soy Mark Jones, a sus órdenes —dice este haciendo que me tense y la rabia me intente consumir, pero raramente el que Amadeus me tome de la cintura me contiene— este ya es un día muy especial para mí, pero dos personas lo han convertido en un más especial con la noticia y la oportunidad que me han dado. —habla volteando a ver a ambos antes de ser alumbrados por un reflector. — les pido de favor que vengan a mí.
Nos dice, mientras un hombre de traje nos llega a llevar al lugar de ese maldito hijo de puta. Llegamos a su lado, y él nos brinda una sonrisa.
—Ellos dos me dieron la noticia que están esperando un bebe, que les aseguro será increíblemente hermoso, pero ese no es el punto, ellos me otorgaron el poder dar el primer regalo a ese niño o niña, y pues que mejor regalo que algo único como ha sido esta situación. —dice este sonriendo— en uno de mis viajes una mujer me dijo que muy pronto una pareja me daría una noticia importante para ellos, y la cual sería el fin de cualquier sufrimiento en mi vida, y les digo a ambos su noticia a sido la responsable de que yo vuelva a sonreír, y por ese mismo motivo yo les deseo regalar algo muy valioso.
Termina de decir, antes de devolver el micrófono y abrir la caja, la cual contiene un amuleto el cual creería que es de oro y tiene diamantes alrededor de uno grande de color amarillo el cual este agarrado a este amuleto con ganchos de oro, y alrededor de este tiene una escritura.
—Este amuleto fue hecho a mano, cada detalle de este es valioso, en él se puede leer el sol que renace, una oración que llegó de la nada a mí, y que ahora creo que es el indicado para dar la bienvenida a el hijo de ellos dos, la familia es lo más importante no lo olviden, ahora declaró este bebe es un tesoro para la organización —dice antes de entregarnos el amuleto.
—Muchas gracias, enserio no hay forma de agradecer —le digo.
—Sean felices y que su familia prospere.
—¡Que viva la Familia! — dice un hombre que se dirige a nuestra dirección demasiado ebrio.
—Lucca, lárgate y no jodas —dice la rubia que supongo es familia o algo del maldito de Mark, antes de tomarlo del brazo y que éste sacara su arma. — guarda eso cabrón.
—A ver, te pago lo que quieras por ella y su hijo —le ofrece a Amadeus mientras lo apunta con el arma.
—Lucca, basta estás muy ebrio —habla Mark, cuando ve que este se acerca a mi posición, Amadeus me toma y me pone detrás de él.
— A las malas bueno — dice este antes de encogerse de hombros, y cuando está a punto de disparar, uno de los que suponen es agente encubierto le dispara derribándolo.
Las alarmas de todos los invitados se encienden, mientras Amadeus y yo solo nos observamos, derriban al que disparó siendo este el detonador de los disparos por todo el salón. Una barrera de guardaespaldas nos rodea, impidiéndonos hacer cualquier movimiento.
—No hagan nada que los ponga en peligro —habla Alis mediante el auricular.
Nos sacan del lugar al igual que Mark y su hermana, corremos mientras pensamos en qué hacer. Nos llevan al muelle en donde observamos una avioneta, Amadeus y yo nos volteamos a ver, y cuando llegamos al lugar nos detenemos.
—Suban, hay que proteger al bebe —nos dice Mark. Amadeus y yo nos volteamos a ver y asentimos sin saber que pasara.
Al momento de subir derriban a los guardaespaldas, intentando impedir que la avioneta se eleve, pero lo hace.
—¿A dónde vamos? —pregunta Amadeus.
—Por su seguridad y principalmente la de nosotros no lo podemos decir.
Nuestras miradas se conectan, pero esta vez como un aviso de peligro, y lo único que podemos hacer aquí en este momento es jugársela por todo. Observó a los pilotos, uno de ellos lleva un arma, y pues rápidamente la tomo, pero la maldita rubia se percata del movimiento, tomándome del cuello, haciendo que tire el arma, Amadeus apunta a la de rubia, a quien no le tiembla la mano, Mark queda detrás de ambas.
—Suéltala o te mato —amenaza Amadeus, haciendo que esta se ría.
—no eres el primero que lo pide, y mucho menos el último. —dice ella, y cuando está a punto de disparar el arma, siento el impacto de una bala, la cual es la responsable de que ella me suelte, y al voltearme observó como ella tiene un hueco en medio de su cien.
—Ahora sí, es hora librarme del sufrimiento —dice poniéndose de espaldas antes de disparar a los pilotos— el sol renacerá muy pronto, que lastima no poder tener más tiempo para verlo —dice este y de reojo veo como Amadeus eleva el arma antes de disparar sin que ninguna parte de su cuerpo tiemble.
Inconscientemente camino hacia donde se encuentra el mando de la avioneta, tomando el control de tal, dejando que Amadeus, tire los cuerpos de los demás al mar, dejando solamente en la parte trasera el de la rubia y de Mark.
Retiro el auricular, mientras que el general da órdenes desde su dispositivo. Aterrizamos la avioneta lejos del lugar en medio del agua, esperando a que lleguen por nosotros. Observó como Amadeus se deshace del micrófono que tenía.
—¿Ahora podemos aclarar qué es lo que en verdad está pasando entre nosotros? — habla con el semblante serio.
—¿Cómo quieres que responda a eso?
—Carajo, podemos destruir cualquier maldita cosa sin pensarlo, y no podemos decir algo tan simple — dice enojado, acción que me causa gracia— ¿de qué te ríes?
—¿Cómo quieres que sea fácil, si sabemos que ni tú, ni yo lo somos? —las siguientes palabras se quedan al aire, cuando el sonido de un megáfono y la luz de una linterna nos interrumpe.
—¿Están bien? — reconozco la voz de Alis y el ver el rostro de Stavros me lo confirma.
NOTA.
Buenasss, espero y hayan tenido unas felices fiestas, comenzamos este 2023 con un capítulo de La Basil. Tenía tiempo de no actualizar pero acá estoy de regreso. Espero y hayan disfrutado de este capítulo y si es así no olviden de votar y comentar lo que más les pareció. Gracias por las 2K lecturas.
Con mucho cariño...S.Belloso
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