CAPÍTULO 30
BASIL
Desde hace unas tres horas, nos encontramos encerrados en este salón, escuchando lo que Meyer y los demás tienen preparado para la misión que tienen en Hawái. La cual me preocupa; ellos no son culpables de lo que pasó a mi madre, y por ese mismo motivo me da lastima el que se esfuercen por una organización tan inútil y mentirosa como lo es está.
En estos momentos, el cabecilla Areleous, se encuentra terminando de armar los dispositivos que ocupará para hackear la base de datos de los criminales a los cuales atraparan. Meyer termina de hablar mientras que el general da el último sorbo a su café. Este lanza la taza de papel y encesta en el basurero, antes de levantarse y comenzar a las últimas órdenes, y deseándole la mayor de las suertes a los demás. Dando por finalizada la reunión, salgo acompañada con Campbell, mientras que los demás vienen atrás de nosotras.
Nos introducimos en el elevador, Campbell, Areleous, Meyer y yo.
— ¿Preocupada por no volverme a ver? — dice la última— tranquila, que me tendrás por mucho tiempo, así que ni dudes de que regresaré.
— Mala yerba nunca muere, dicen, espera a que sea verdad. — digo antes de llegar al último piso en donde se encuentran las camionetas que nos llevará a la pista de aterrizaje en donde ya se encuentra todo el armamento que ellos llevaran.
La pista está cerca de la central, algo muy diferente a la central griega. Bajamos de las camionetas llegando, llegando al lugar en donde se encuentra la aeronave en la que se irán. Me despido de Campbell, Areleous y de Bernard, mientras que de Meyer solo le brindo un asentimiento, antes de que la compuerta se cierre por completo. El general y yo nos quedamos parados, a dos metros uno del otro, esperando a que el avión despegara; ambos observamos al avión desaparecer del alcance de nuestra vista. Mientras que del otro lado, observamos como otra aeronave está a punto de aterrizar, nos quedamos parados en el mismo lugar, hasta que observamos al este, detenerse por completo. Comenzamos a caminar hacia el lugar en donde ya han aterrizado, esperando a que las personas que vienen en el bajen por completo.
La compuerta se abre dando paso a los que nos ayudaran con la misión que el Monarca nos ha encargado «Alis y Stavros» el segundo baja alegre a saludarnos, mientras la primera no se encuentra contenta con su llegada al lugar.
—Capitana —saluda esté contento antes de acercarse a susurrar— no haga caso a nada de lo que Smith hable o haga, viene molesta por el cambio de horario. — dice entre risas a lo que yo solamente asiento.
El se va al lado de su amigo, mientras la capitana Smith y yo quedamos frente a frente.
—Capitana —saluda con un leve asentimiento.
—Capitana, bienvenida —digo y está entre sonríe.
La incomodidad se hace presente, y por ese motivo me limito a no mencionar palabra alguna, mientras que el general, se encuentra dando órdenes, un mensaje de mi maestro llega a mi móvil.
—General — digo atrayendo su atención.
—Diga...
— Permiso retirarme.
—Denegado —dice con una mirada sería— de aquí iremos a nuevamente a la central a preparar armamentos, y dejar definidos los últimos detalles de la misión, si desea después puede hacer lo que quiera con su tiempo libre. —dice esto haciendo que mi humor empeore, demasiado.
—Como usted ordene General, disculpe —digo mientras hago lo que juré jamás hacer. «No mirarlo a los ojos» después de cargar la cajuela de los dispositivos que trajeron consigo los capitanes, las camionetas se comienzan a mover, hasta llegar nuevamente a la central.
Como un animal enjaulado y atado me siento, estando en el salón de las armas sin poder tomar una, matando a todos los presentes. Las puertas del salón se abren dando la bienvenida a la persona que detesto más o igual que ha el monarca «Vance» que entra sonriente, determinando a todas y cada una de las personas que nos encontramos aquí.
—Bueno, miren a quienes tenemos aquí, a los maravillosos de ESEO...—dice dejando caer su mirada en todos, pero deteniéndose sobre mí— Capitana, un placer volver a ver a semejante belleza aquí con nosotros.
—No es mutuo Mathew. —digo fingiendo una sonrisa, mientras siento la mirada de todos, sobre nosotros.
—¿Mucha confianza con la capitana o es mi imaginación comandante?
—Mucha imaginación es la que usted tiene, capitana. Además como no tener confianza con una de las mejores capitanas de la organización, y claro...la mujer que me robo el corazón desde el primer momento —es que lo mató, la sangre me comienza a hervir, queriendo saltarle encima y ahorcarlo enfrente de todos— ... pero con la cual lastimosamente no pude pasar el resto de mis días.
—¿Cómo que la mujer que te robó el corazón? —pregunta Stavros, mientras yo me siento como un puto tiro al blanco.
—Si, tal y como lo dije, pero qué extraño que no se hayan enterado de nuestro compromiso —de esta no se salva.
—¿Por qué sería extraño? Nadie te conoce y a nadie le importa tu vida, pero bueno... —dice el general encogiéndose de hombros— capitana, la felicito por no cometer el peor error de su vida —dice haciendo que lo mire, observando una sonrisa más falsa que esta vida en su rostro.
—Muchas gracias general, como dicen mejor tarde que nunca —digo riéndome, haciendo que Stavros y Amadeus, lo hagan de igual forma, dañando el ego demasiado grande que tiene el comandante, quien no menciona palabra alguna. Pero que de un momento a otro cambia el gesto de irritación, por una sonrisa tan sínica.
—Buenas noches señores, capitana, solamente venía a desearles suerte en la misión que tienen, pero veo que no les hace falta.
—Gracias por sus deseos —habla Alis.
—Ex-prometida, eh —habla Amadeus, con lo que creo es un claro tono de sarcasmo, antes de reírse.
—Lo pasado pisado amigo —habla Stavros— veamos el lado bueno, lo dejó y se ha quedado con nosotros.
El general le hace mala cara, haciendo que el capitán mejor guarde silencio. El ambiente se ha convertido en un infierno con lo incómodo que está. Terminamos, de arreglar el armamento, dejándolo listo solo para llevarlo al aeronave lo cual haremos mañana en la tarde, dándome tiempo hoy y mañana, para la hipnosis, salgo del lugar, caminando al elevador, el cual me lleva hasta el estacionamiento. Llegando hasta la moto, la cual llevó nuevamente a donde mi maestro.
AMADEUS
Mi jaqueca cada día es peor, pero estos tres últimos días ha empeorado, la central además de ser pequeña tiene a un imbécil de porquería al frente de ella. El único motivo por el cual está en ese puesto es mi rotundo NO al negarme dejar Grecia, para venirme a USA. El cual no es un mal país pero se encuentra más amenazado que la Basil.
Recojo los papeles que se encuentran sobre mi cama, guardándolos en un maletín, el cual tendremos que llevar a la misión en Thousand Islands, New York , entre ellos nuestro certificado de casamiento, y nuestros pasaportes, mientras termino de confirmar la reservación en el hotel de Clayton.
Termino de ordenar el desorden que tenía desde que llegue, dejando todo listo para partir mañana en la noche.
Estoy a punto de irme a acostar, cuando un inútil, toca la puerta, observo detenidamente la puerta, y luego al arma que tengo en la mesa, hago lo mismo por un tiempo, hasta que la voz de la persona que se encuentra tocando, hace que mi semblante se ponga serio «Maldito Stavros» tomó el arma entre mis manos, caminando hacia la puerta, de la cual tiró fuertemente haciendo que esta se golpee con la pared. El capitán sonríe, antes de que yo rápidamente coloque el arma en medio de sus cejas.
—Respeta la hora de dormir, cabrón, tengo una puta jaqueca, y te juro que si no tienes algo bueno por lo cual estés aquí, te volaré la cabeza. —amenazó.
—¡Oh, por favor no me mates! tú tampoco me jodas que no ando de humor —dice este haciéndome a un lado.
—¿Y? Ese no es mi problema.
—Claro que es tu problema...—dice haciendo que una de mis cejas se eleve—...se trata de Prinston y Alis.
—Ya sé de qué vas a hablar y desde ya te digo que no me interesa.
—Espera ¿Cómo que ya sabes? ¿Cómo te enteraste tan rápido?
—Stavros, tu más que nadie sabe que me entero de todo, y pues esto no sería la excepción. —le respondo mientras camino a la mesa en donde dejó el arma, tomando el whisky que me sirvo.
—Bueno entonces, dime qué fue lo que pasó con Williams, y ¿Por qué en un hotel y no en tu casa? —habla haciendo que mi mirada lo intente fulminar, mientras él sonríe de lado— te tengo Clayton.
ARELEOUS
El viento, el cual debería de ser refrescante es demasiado caluroso—para mi gusto—en estos momentos en el hermoso Hawái; el cual se ha convertido en una odisea, y que no coopera con nuestra misión, Meyer tiene raspaduras por todos lados, gracias a la caída que se dio en un peñasco repleto de lodo. Las plantas le hicieron demasiados rasguños en el rostro a Campbell Bernard está a punto de caer en un ataque de delirio, gracias a las plantas alucinógenas del lugar, y yo, yo estoy a punto de terminar el último trago de agua que queda.
—No podemos recibir la noche en este lugar —advierto a mis compañeros.
—Deberíamos regresar —Habla Meyer agitada, mientras sigue revisando uno de los aparatos para rastrear.
— Pienso lo mismo —Habla Bernard.
— ¿Y tu barbie, qué piensas?
—Solamente que no comprendo, el porqué de tanta calma en el lugar —dice antes de levantar la mirada hacia nosotros con un toque de preocupación— corran.
Dice ésta, justo en el momento en que los disparos se hacen presente «nos descubrieron» todos corremos en forma de zigzag, cubriéndonos con los árboles, que después de un breve momento son derivados. Meyer y Campbell encabezan la huida, los cuatro corremos lo más rápido posible hasta llegar al campo en donde se encuentran los demás agentes que han venido. La contienda se hace presente, la sangre se esparce en el suelo, los árboles y las hojas del sitio. Somos pocos los que continuamos defendiendo el lugar, teníamos en claro que esta misión era de vida o muerte, pero esperanzados creíamos que la segunda opción no se hiciera presente.
NOTA
Buenas, buenas...
Paso dejando este capítulo corto, esperando que lo disfruten mucho...
He estado demasiado desaparecida por esta historia, y también por estos rumbos, pero lastimosamente la escuela es primero, así que como siempre los amo con todo mi corazón...S.Belloso
TT: SerieInfinito
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