FRANCESCO

El sonido de las piedras que estoy lanzando a la pared hacen eco en todo el lugar, los golpes que dan los demás prisioneros a los barrotes, me aturden a cada nada. El juego ha comenzado y estoy ansioso por mover una de mis piezas al salir de este lugar, no sé porque mis hombres se han tardado tanto en sacarme de este lugar.

No he observado ni una gota de luz, desde que mi amada me envió a este lugar, he escuchado como pasos se acercan al lugar en el que me tienen encerrado, haciéndome dar la vuelta para ver de quién se trata ya que no siento el olor de mi reina, por ningún lado.

Al voltearme me encuentro con la nueva mascota de mi amada, y a ella a su lado. Causando intriga del que no sienta su olor, la observo detalladamente antes de que pueda hablar, y no hay duda es ella pero...

—¿Te han tratado bien? o ¿Tienes alguna queja? —pregunta con esa voz tan única y sensual que recuerdo.

—Mejor que en mi casa, mia regina —digo mientras me pongo de pie sonriente caminando a su dirección— pero mi estadía aquí sería más placentera si me acompañaras por las noches.

Le sugiero.

—Quisieras Demetriu hijo de puta —dice con ese humor tan singular de ella.— Marcus, vamos a visitar a alguien más importante, y no perdamos el tiempo con este imbécil. Que disfrutes tu estadía aquí, que será muy larga cariño.

Se va así como si nada, desapareciendo del pasillo, en donde aun la puedo ver caminar mientras contornea sus bellísimas caderas. Una sonrisa se forma al recordar todo lo que vivimos y lo que nos falta por experimentar.

Los días en este lugar no se sienten, perdiendo el sentido del tiempo, cualquiera se volvería loco en estas cuatro paredes que me están aturdiendo. Cuatro días han pasado desde la última vez que mi amada vino a verme. En otras circunstancias ella vendría corriendo buscando de mi compañía mientras que yo la esperaría con los brazos abiertos lista para recibirla. ¡Oh! que dichosos fueron mis ojos al contemplar por muchas noches aquellos rasgos que ahora esconde, y que malditamente estúpida es mi mente al no recordar.

MARCUS

Subo las escaleras rápidamente, hasta llegar a la habitación de Clar. Información importante nos ha llegado desde la puta organización de Clayton, el plan de la Basil, está saliendo tal y como lo hemos planeado, pronto veremos caer a esos malditos, que tanto daño nos han hecho. Solo el recordar esos ojos tristes, me contrae el tórax, solo el recordar cuánto sufrió, me devuelve cada una de las razones por las cuales estoy aquí, y me da las fuerzas para no salir, y tirar todo a la basura, por ella y por nadie más. En ella encontré lo que un día pensé nunca haber tenido, fue el cuchillo que cortó la cuerda que me había mantenido atado. Le debo mucho, ha sufrido los golpes que yo tendría que haber recibido, y si eso no es razón suficiente, no se que pueda ser.

La CK, no sabe lo que se ha planeado, los únicos sabedores de todo esto son Cedric y yo, la falsa Basil, se encuentra en mi habitación, menos soñolienta ante el cansancio del trabajo que hace Clar día con día, para está organización. He estado viajando con ella todos estos días, de sede en sede, queriendo afianzar los lazos con las demás casas de la organización, ya que Clar me dejó a cargo de eso. Los del consejo, se alegraron al vernos llegar, después de la misión que no pudieron completar ellos, en París. Asegurando que sabían que nosotros lo podríamos hacer, y verdaderamente Clar es la mejor en esto, si no fuera por ella está organización hace tiempo hubiera caído en picada. El que no estuvo muy contento con nuestro regreso fue Mackenzie, que nos aturdió con las preguntas.

No se como Clar no le ha pegado un balazo, ya que merecido lo tiene. La presencia de Francesco Demetriu —el ex enamorado de Clar, aunque yo diría obsesionado— se ha vuelto tan agotadora, me aseguro que todo vaya al pie de la letra, la falsa Basil, solo se encarga de dar órdenes y hablar, de lo demás me tengo que encargar yo, no es mucha la diferencia que con la real, pero al menos Clar tiene cerebro, mientras que la Σκύλα de cuarta, no tiene absolutamente nada. Solo es el cuerpo y nada más, y no puedo negar que la simetría de su rostro es muy parecida —más no idéntica— a la de Clar.

Preparo la maleta de Clarie, para el viaje que estamos apunto de hacer.

AMADEUS

Estoy con Berlusconi preparando el armamento que llevaremos a Rusia. Subimos las armas y los equipos necesarios al avión en el cual nos iremos a Moscú, son 3 horas en avión sin ninguna clase de escala, el armamento se irá en un avión directamente a una de las centrales de allá en unos minutos, lo llevaran Campbell y Kobayashi hasta Rusia. Mientras que los demás tomaremos vuelos comerciales para no llamar la atención. Smith y Areleous, irán como una pareja de recién casados. Meyer hará de la secretaría de Bernard y Williams de su esposa. Berlusconi, Ivanov, Stavros y yo iremos, como un grupo de inversionistas.

Meyer, Williams y Bernard aún les queda una hora en el aire para llegar al destino de Rusia, Smith y Areleous su vuelo despegara en aproximadamente diez minutos.

Veo como Campbell y Kobayashi, elevan la aeronave. Y en unos cuantos minutos desaparece de mi vista, tenemos terreno libre en el aire.

Empaco todos los papeles que son importantes en una maleta de mano. Escucho el sonido de unos toques en la puerta de mi oficina. Dando la orden para que pase, veo como mi secretaria entra a mi oficina con mi maleta. Dejándola en la entrada se retira.

Berlusconi, Ivanov, Stavros y yo, acabamos de llegar al aeropuerto, había una fila larga para el cheking que bueno que nosotros tenemos el VIP con la aerolínea.

Los tres estamos en la sala VIP esperando a que llamen a los pasajeros de nuestro vuelo.

Después de esperar una hora y media sentados, mientras recibimos información de los que ya están en Rusia. Una azafata rubia llega a nuestra posición indicándonos que la sigamos al pasillo. Al llegar al avión nos ubican en la primera clase, en donde al sentarnos, nos ofrecen champagne fría. Los demás piden, mientras que yo solamente deseo un agua mineral Voss.

Que me la traen, mientras doy un leve ojeada a lo que Williams me ha mandado al correo de la Organización.

Es una foto que Meyer le tomó a ella y a Bernard abrazados besándose.... poniendo como mensaje después de la foto "zoom en medio de los dos" que es lo que hago, y veo al blanco que venimos a buscar acompañado de cinco guardaespaldas y dos mujeres, una en cada lado.

Respondo el mensaje, antes de que pidan que los apaguemos. Al apagarlo, escuchó un fuerte suspiro de parte de Stavros a mi lado.

—¿Qué te ocurre? —le pregunto un poco fastidiado.

—Areleous, me mandó un correo en donde aparece una foto de el con Alis, en donde aparecían besándose, y él me está contando el contexto de la foto, y solo pienso en cómo han llegado a donde están ahora y no pueden disimular el fastidio que les da besarse el uno al otro.

—Simple, a Alis al principio le gustaba Areleous y él la rechazó, entonces ahora quiere vengarse.

—Espera...¿Qué dices qué dijiste? no te lo puedo creer, pero... ¿tú nunca te pusiste celoso?

—¿Cómo por qué lo haría? Nunca me gustó tanto como para hacerle una escena de celos, además de que no soy celoso, o al menos no lo ha sido nunca.

—Eso sí no te lo creo. —habla mientras se empina la copa de champagne, pienso que va a dejar de hablar, cuando se voltea y me mira de reojo— no has vuelto a saber nada sobre aquella chica.

—¿Qué chica? —pregunto confundido.

—La que conociste cuando teníamos 19 años, en... ¿Cómo se llamaba el lugar? No me acuerdo, pero en la cafetería que estaba al lado de la carretera, la castaña de mirada provocadora... —habla y yo sólo niego.

—Ya me acuerdo, no es necesario que des una descripción gráfica de ella —respondo haciendo una pausa— realmente, desde esa última vez y la interrupción de Alis, es ese preciso momento, no he vuelto a saber nada de ella. —digo mientras me encojo de hombros.

Y le doy gracias a Zeus, el que mi amigo no la vuelva a mencionar. Me concentro en la vista que me da la venta del paisaje en el cual no forma parte ninguna de mis preocupaciones, que tengo sobre mi. <<Clarie>> aún recuerdo su nombre, y recuerdo el momento en el que se fue. Aquella mirada que me observaba desde una mesa, el verla acabar su bebida a toda prisa por el simple hecho que nuestras miradas se habían conectado. Y si bien algo es cierto, es la única persona que verdaderamente en el primer momento movió algo dentro de mi interior —y lo más probable es que también dentro de mi pantalón— no se como pero pasa, el sentimiento que tanto me cuesta reprimir, se plasma en mi rostro, elevando un poco la comisura de mi boca y me doy cuenta de tal, al ver a Stavros con su cara de culo, enfrente de mi.

—Y lo volvimos a perder —habla dejando salir un suspiro— Ber, Ivan pasen la botella de tequila compadres, que acabamos de perder a un camarada.

—¿Ah?

—Como lo escucharon, tenemos a un traumado del amor en el vuelo.

Lo que dice, solo me hace gracia, apartando la mirada nuevamente hacía la ventana. Los ojos de Stavros se abren como platos al ver ese gestó, seguidamente.

—¿Y ahora qué? ¿Armando me dará toda su herencia? —Habla y todos nos quedamos confusos.

—¿Quién carajos es Armando? —pregunta Ivanov.

—El pendejo de Clay, Amad...Armando, duh!...—termina de decir antes de empinarse la bebida, como si lo que hubiese dicho fuera tan lógico.

Después de escuchar sus tonterías por un buen rato, llega el momento en el que se calla, dándome tranquilidad, revisó el mapa, media hora para aterrizar, y desprenderme de este imbécil de mi compañero.

Las azafatas piden que nos coloquemos los cinturones para el aterrizaje. Unos minutos después salimos del aeropuerto, en donde una van negra nos esperaba. Al abrir las puertas, nos encontramos a un Bernard y una Williams peleando.

—¿Qué les pasa? —pregunto un poco irritado. A lo que Williams ignora mi pregunta, y deja que Bernard haga frente, sin ganas.

—Está enojada —dice finalmente

—¿Y eso por qué? —pregunta Ivanov.

—No es algo que les importe a ninguno de ustedes, esto es entre nosotros dos.

—Entonces, no estés jodiendo, y empieza a manejar.

Rueda los ojos, y dirige la vista al frente, empezando a manejar, a la casa en donde estaremos operando.

Después de una hora y media, llegamos a una residencial, en donde hay demasiados famosos, multimillonarios, y personas importantes en la sociedad, al entrar piden la documentación para dejarnos entrar.

Llegamos a la mansión, que han adecuado. Al entrar observo como Campbell y Alis, están analizando sus debidos planos, y observó como Meyer y Areleous, están en los dispositivos, escuchó movimiento arriba.

—Kobayashi, está con una parte de las tropas ahí, las demás están, situadas cerca de los respectivos restaurantes de cada uno de las cabezas de tropa —habla por fin Williams.

—Perfecto. —respondo tranquilamente.

Antes de irme a cambiar el atuendo, y ponerme el uniforme, ordenó a todos para que se reúnan en un mismo sitio, y así pasamos más de doce horas, puliendo los detalles de nuestras misiones. La noche llega a Rusia, y todos los capitanes y los cabecillas se preparan para dar comienzo a la misión. Alexey tiene una hora preferida para visitar estos restaurantes con sus mujerzuelas.

Estoy frente al espejo arreglando mi esmoquin, arreglo mi corbata roja y también un poco de mi cabellera. Termino de preparar las armas que llevaré encubierto. Y bajó las escaleras hasta llegar al centro de la investigación. Escucho risas venir de las escaleras, y al voltearme encuentro a Stavros, Ivanov, Areleous, Bernard y Berlusconi, aparecen, con sus trajes perfectamente arreglados. Ahora solo falta esperar a las mujeres.

Esperamos diez minutos, mientras organizamos las últimas cosas. Cuando escuchamos las risitas de Alis y Meyer bajar de las escaleras, todos los que estamos reunidos en la mesa volvemos a ver a las mujeres que bajan sonrientemente las escaleras, al verlas todos se ponen de pie, llegando a ellas para halagarlas, mientras que Stavros y yo aun estamos en la mesa revisando unas cosas. Escuchamos otros pasos, y a la vez silbidos de parte de los chicos cuando ven bajar a una Campbell, que aunque no es un placer el ver su silueta, no desagrada, al igual que Alis y Meyer, aunque son más rostro que curvas. Alis se defiende.

Stavros y yo nos ponemos de pie, al llegar al lugar en donde están todos reunidos, Alis me mira cuando llego a donde están todos. Un grupo de agentes llegan también a nuestra posición mientras esperamos a Williams.

—¿Cómo me veo? —pregunta Alis, mientras yo solo me encojo de hombros restándole importancia.

Todos los presentes escuchamos los tacones que vienen bajando las escaleras.

Soy el último en voltear, después de ver que todos concentraron su mirada en el mismo lugar, para ver a quién baja con el vestido gris oscuro, escotado y con corte en la pierna, bajando con una elegancia y cuerpo envidiable, acompañado con un semblante completamente seductor. Captando la atención de todos, y por supuesto la mía que no pasa por desapercibida <<Ava>> quien ha convertido el lugar en su propio escenario...

Nadie dice palabra alguna, y aun no entiendo porque nadie se mueve, pero mi cerebro, controla cada uno de mis músculos y huesos, haciéndome caminar hacía su dirección, esperándola en la penúltima grada, brindándole mi mano para bajar, la cual toma y hace que en mi cuerpo se sienta la fricción. Nuestras miradas se conectan y simple y sencillamente observó una minúscula sonrisa —nunca antes vista— en su rostro —tengo que salir de aquí. 

Nota.

Hola, espero que se encuentren muy bien, al igual que espero que les haya gustado el Capítulo, al igual que las narraciones...

Conocimos la perspectiva de Marcus. La de Fran y Amadeus mi hombre verdad.

Si les gusto el cap, no se olviden de dejar su voto y comentar. Al igual que si no tienen la historia aún en su biblioteca, la agregen para que no se pierdan de ninguna de las actualizaciones.

Con mucho cariño...S.Belloso

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