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Capítulo 4

Cartas a Saori

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4

El reencuentro

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Boston, Estados Unidos

el día del evento de caridad

Freyr llegó primero a la concurrida explanada del City Hall, donde sus ojos divisaron un especie de alfombra roja por donde desfilaban rostros que no le eran familiares quienes se detenían un momento a posar para los fotógrafos que lanzaban cientos de disparos en ráfaga sin parar. El joven los observó intimidado puesto que no se esperaba semejante recibimiento siendo una desagradable sorpresa.

No hubo manera de coordinar con Saori el llegar ambos al mismo tiempo ya que desconocía a qué hora aterrizaba su avión y que tanto tiempo le tomaría el traslado desde el hotel reservado para ambos y demás por lo que, a fin de no perder tiempo, le dejo avisado en la recepción que él se adelantaría.

Supuso que debido a la premura, Saori pasó por alto los datos de su llegada. No obstante, carecía de tenía importancia pues la vería esa noche de un momento a otro.

—Será mejor que espere aquí —el lujoso taxi que lo llevó hasta la sede se retiró enseguida mientras otros vehículos se detenían a su lado aguardando a que Saori descendiera de alguno, cosa que sucedió unos momentos después.

Los ojos de ambos se encontraron apenas la joven salió del vehículo dedicándole una sonrisa afectuosa. Freyr se aproximó a ella saludándola con efusividad mientras la joven le lanzaba una mirada risueña.

—Me alegra tanto que estés aquí —le dijo la chica sonriente.

—Igual, me da mucho gusto verte. ¿Cómo haremos para cruzar frente a los fotógrafos? —inquirió preocupado.

—Ya lo tenía contemplado, pedí que nos dejaran entrar por otra de las tantas puertas del complejo por donde ingresarán aquellos que no quieran ser fotografiados. Vamos.

Lo tomó del brazo mientras ambos seguían a uno de los miembros del staff que esperaban a la señorita Kido, quien los condujo por un calle aledaña por donde iba otros asistentes muy bien vestidos. Freyr caminaba al lado de su anfitriona observándola de tanto en tanto, vestía un lindo y largo abrigo blanco y elegante, llevaba zapatos abiertos altos en color plata y un bolso de mano pequeño. Su cabello lo adorno un accesorio discreto y delicado y en sus lóbulos colgaban unos pendientes muy lindos.

—Luce hermosa... —pensó Freyr un tanto apenado analizando si sería prudente hacer el comentario no pudiendo evitar soltarlo con su mejor sonrisa— Te ves muy bien esta noche.

—Oh, muchas gracias —Saori sonrió satisfecha pues era la reacción que esperaba provocar en su invitado.

Ella también le dedicó una mirada soñadora pues, como ocurriera la vez anterior, Freyr lucía muy bien en su traje oscuro de tres piezas, camisa oscura y corbata clara además, que parecía usar una loción varonil y sofisticada lo que a ella le agradó mucho.

—Por aqui, por favor —indicó el staff.

Ingresaron al interior del City Hall observando todo el lujo y modernidad a su alrededor pues se trataba de un edificio construido en los años 60s en cuyo último piso se hallaban dos grandes salones de eventos. La pareja fue conducida a través de un ascensor que no les permitió apreciar el resto del interior pues descendieron en el piso indicado teniendo la puerta de ingreso a la sala justo frente a ellos.

Freyr analizó todo a su alrededor encontrando interesante la actividad de dicha organización que se dedicaba a otorgar premios en dinero para diferentes causas científicas enfocadas a la física, medicina, química y demás. Apenas Saori confirmó su nombre en la lista de asistentes así como el de su invitado, se les condujo a su mesa.

—Me alegra mucho que hayamos podido coordinar este reencuentro a pesar de la premura —dijo ella sonriente—, lamento si alguna información se me escapó o algo en la organización, hice todo demasiado rápido.

—No tienes que disculparte —Freyr noto que ella estaba por quitarse el abrigo ofreciéndose a asistir a la joven mientras otro miembro del staff recibía la pieza de ropa.

Saori llevaba debajo un vestido azul oscuro, largo por debajo de las rodillas, de tirantes y corte lápiz ligeramente entallado que marcaba su silueta estupendamente. Su atuendo estaba decorado con patrones discretos en color plata y eso, sumado al resto de sus accesorios, la hacían ver bella y elegante.

—No había escuchado de las actividades de esta fundación —dijo de Freyr de pronto tratando de ocultar algo de su nerviosismo.

—Se dedican principalmente a dar premios a iniciativas y proyectos innovadores en materia de ciencias, nosotros apoyamos varias de sus causas hace algunos años.

—¿Así que apoyan causas?

Freyr pensó que algo así necesitaba para su cometido en Asgard, una organización que pudiera brindar ayuda sería un gran paso para el beneficio de la ciudad. La idea de un proyecto más ambicioso se gestaba en su cabeza deseando tener una pluma y papel para anotar algo antes de olvidarlo. Se quedo pensativo por un momento sintiéndose muy motivado a trabajar esa idea apenas le fuera posible.

—¿Todo bien? —pregunto Saori mirándolo por unos momentos.

—Si, solo analizaba una pequeña idea que se me pasó por la mente.

Varios minutos más tarde, cuando ya todos los asistentes se encontraban sentados, es que la ceremonia dio inicio siendo el Presidente de la Organización quien tomara la palabra por unos momentos. Su discurso abrió la ceremonia de entrega de premios mientras los ciento cincuenta invitados ovacionaban a los ganadores.

El joven asgardiano tomo notas mentales de todo lo que presenció esa noche, de verdad que en el tiempo que llevaba participando en conferencias magistrales, y otro tipo de seminarios, no había considerado la posibilidad de la ayuda de una fundación como esa que los había invitado.

Antes de pasar a las premiaciones, se les ofreció un cocktail de bienvenida y aperitivos que se iban sirviendo de tanto en tanto tiempo.

—Gracias por escribirme —dijo Freyr al oído de su acompañante quien dio un agradable respingo—, fue muy interesante saber, no solo de tu vida como empresaria, sino de todas las cosas que has hecho por tus caballeros y las guerras santas libradas en el pasado.

—No tienes que agradecerme, debo ser yo quien lo haga. Te sacrificaste por mí y no pude darte las gracias en su momento. Me sentí mal al respecto.

—Qué te parece si brindamos por ambas cosas: por tu valentía y fortaleza y mi sacrificio.

—Me parece muy bien.

Chocaron ligeramente sus copas con vino espumoso sin dejar de observarse tiernamente. Saori sentía que podría sumirse en esos ojos verdes que la invitaban a no quitarle la mirada de encima, mientras Freyr se sentía atraído por una fuerza magnética que le impulsó a tomar la mano de la joven y dejar un beso.

—Por cierto... —comenzó a decir ella— Hubo una línea en tu carta que me dejo pensando un poco...

—¿Una línea que te dejó pensando?

—Si, una que insinuaba la falta de apoyo de tu hermana, leí que ella no estaba de acuerdo con lo que haces, pero quizás me equivoque y quería preguntarte directamente.

—No te equivocas... —Freyr lanzó un breve suspiro antes de continuar— Es algo difícil de explicar, mejor hablemos de eso mañana o después, prometo que te lo contaré todo, solo que esta noche es para divertirnos. ¿Te parece bien?

Sonrió profundamente acariciando la mano de la joven a su lado, al mismo tiempo, que ella lo miraba risueña colocandola sobre el brazo de su acompañante.

—Está bien. Reservé una residencia para que estemos más cómodos esos tres días aunque está a las afueras de la ciudad. Espero no te moleste.

—En absoluto, aunque...

Freyr estaba sonrojado ya que el tema de esa propiedad privada, mencionada en un telegrama que recibió, no lo había querido analizar a detalle. La tendría para él solo, era cierto, y eso le llenaba de nerviosismo puesto que sentía que aún no se conocían lo suficiente como para estar bajo el mismo techo.

—Creo que no es apropiado —le dijo con suavidad tomando su mano—, pasare las noches en otro sitio, será lo más adecuado.

—Eso lo puedo entender, solo espero que nos veamos todos esos días —Saori ya se había anticipado a algo así y, siendo honestos, le gustaba que él se mostrara respetuoso y observador de esas formalidades. Cualquier otro trataría de sacar provecho.

—Cuenta con ello —afirmó convencido—, te dedicaré todos esos días. Investigue un poco y esa ciudad tiene cosas interesantes que ver.

—Podríamos pasear o quedarnos en casa charlando, no tengo problemas.

Freyr no pudo evitar ruborizarse de nuevo sin dejar de observarla sonriente deseando que las horas transcurrieran lentas a su lado. Deseaba gozar de su compañía esos días sin prisas ni interrupciones.

La primera sesión de entrega de premios transcurrió como estaba programada mientras los asistentes ovacionaban a los ganadores. Las personas que acompañaban a Saori y Freyr en la misma mesa, hicieron diversas observaciones acerca de los proyectos científicos presentados, mientras el asgardiano escuchaba atento absorbiendo todos los detalles que considerara relevantes.

Saori se levantó por un momento dirigiéndose al tocador que estaba cruzando el salón sorteando a los meseros que iban de un sitio a otro cuando, de la nada, una mano se posó en su hombro haciéndole dar un respingo, la joven se giro rápidamente topándose con los ojos de Julian Solo.

—Vaya, vaya. Miren lo que trajo el viento —comentó el joven bromista sonriéndole.

—Julian, es una sorpresa verte por aquí —dijo Saori no muy complacida por haberlo encontrado de la nada en esa ciudad tan lejana—, no imagine que también eras parte de la lista de invitados.

—Por supuesto, me invitan todos los años y jamás me pierdo este tipo de eventos. Estoy sorprendido de verte aquí, jamás aceptas estas invitaciones si mal no recuerdo.

—Bien pues decidí aceptar este año. Darme una vuelta por estas galas me viene bien a veces —respondió la joven lo más normal que pudo.

—¿De verdad? —Julián dibujó una sonrisa honesta y traviesa acercándose un poco más— Quisiera preguntarte quién es tu acompañante esta noche —susurró—. No parece ninguno de los invitados frecuentes a estas fiestas.

—Es porque no lo es y no es asunto tuyo —respondió algo molesta por esa intromisión aunque el empresario fuera algo así como un allegado.

—No luce nada mal... —Julian le lanzó una larga mirada a Freyr quien charlaba con otras personas de la mesa ignorando al empresario— Espera un poco... ¿ese chico no es asgardiano?

Saori se ruborizo molesta sin responder a la pregunta.

—Lo he visto en diferentes ponencias en otros países, es un representante de Asgard. ¿Te das cuenta de que no podrás tenerlo debido a las leyes de su país? —comentó sin miramientos.

—¡¿Qué dices?, eres un impertinente. Mejor me voy de aquí! —la chica visiblemente turbada se alejó de Julian con pasos rápidos mientras él iba tras ella.

—Escucha, no quise insultarte, pero como tu amigo sugeriría que lo tengas en mente. Si pretendes ligarte a ese hombre, lo tienes muy difícil.

—Él y yo somos amigos, ¿satisfecho?

—Por favor Saori, ya somos adultos. No pude evitar mirar de reojo como le lanzabas ojitos de cordero al muchacho de Asgard.

Julian no parecía decirle todo esto con malicia o con otras intenciones puesto que él también iba acompañado esa noche. Saori se dio cuenta de que, en verdad, la conocía mejor de lo que parecía o ella era pésima para disimular.

—¿Se me notaba demasiado? —dijo al fin bajando la voz y la guardia.

—Tranquila, no se lo diré a nadie —susurró el joven del cabello azul—. No tiene nada de malo, solo creo que debes tener en mente las leyes asgardianas. Te harán más fácil esta aventura.

—La verdad es que ni siquiera he querido pensar en eso. Me conformo con que seamos amigos por ahora y así evitar esa clase de problemas, ¿no crees?

Julian la observó fijamente sin creer ni una sola palabra.

—Como digas.

—Debo darme prisa, deberías hacer lo mismo ya que no quiero que tu acompañante me lance miradas asesinas si me ve charlando contigo.

—Eso sería muy divertido, ¿sabes? Te veré más tarde —Julian le lanzó un guiño antes de retirarse a su mesa dejando a Saori pensativa.

La joven entro en el cuarto de baño recargándose un momento en el lavamanos analizando esa charla.

—Las leyes de Asgard... No estamos haciendo nada malo, solo somos amigos ¿cierto? —se miró en el espejo por un momento convencida de sus palabras— Solo somos amigos y adultos. Amigos unidos por ciertos lazos del destino. No reservé esa casa para tratar de ligarlo ni nada por el estilo.

Volvió a su mesa un momento después encontrando a Freyr de pie buscándola.

—Siento haber tardado.

—No hay problema, ¿quieres bailar?

—¡Claro!

El intermedio fue una banda en vivo quienes amenizaron el evento haciendo que los asistentes se aproximaran a la pista de baile, cosa que Saori y Freyr aprovecharon bailando durante todo el intermedio hasta que la ceremonia se reanudó; los organizadores continuaron con la última entrega de premios culminando con el cierre del evento por esa noche.

Saori y Freyr se despidieron de los demás asistentes con quienes ocuparon la mesa esperando a que los demás invitados dejaran el salón ya que los fotógrafos, por lo que había comentado un miembro del staff, aún estaban afuera a la caza de alguna jugosa imagen que imprimir en la siguiente sección de sociales.

—Esperemos a que salgan las grandes personalidades y en seguida partiremos —dijo Freyr ayudando a Saori a colocarse el abrigo.

—De acuerdo, no quisiera salir de aquí con todas esas personas alrededor.

Ambos se quedaron charlando un momento más hasta que fue seguro salir del edificio notando que su transporte los esperaba desde hacia rato. El vehículo los llevo al hotel que Saori había reservado para ambos y que estaba ubicado a pocos metros de la costa.

—¿Dejaste a Tatsumi en el hotel? —preguntó Freyr sonriente apenas si reparando en la ausencia del grandote pelón.

—Si, no iba a traerlo conmigo a esta noche tan especial. Gracias por acompañarme Freyr, me agrado mucho compartir el evento contigo —Saori lo miró sonriente por un momento mientras Freyr le devolvía la sonrisa.

—Al contrario, gracias por todo. ¿Te veré mañana para compartir el desayuno?

—No tienes que preguntarlo.

La dejo a la puerta de su habitación despidiéndose efusivamente compartiendo un abrazo estrecho. Fue así que él percibió el delicado aroma de su fragancia y de su piel, de igual forma, Saori aspiro la loción varonil y el aroma del cabello de su acompañante. Ambos se deleitaron con el aroma del otro por unos momentos antes de separarse.

—Te veré mañana —Freyr se retiró a su habitación sintiéndose muy bien y, casi, en las nubes a causa de un sencillo abrazo compartido.

Al entrar en la pieza ubicada varios pasos en sentido opuesto, tomó asiento sonriendo ampliamente apenas se sacó la chaqueta. La fragancia de su bella anfitriona aún estaba en su nariz así como la suavidad de su piel y de su cabello. Un simple abrazo no planeado le permitió cerrar la noche magníficamente yendo a la bañera a relajarse un poco más.

Más tarde, Freyr dedicó un tiempo a trabajar en la idea para un futuro proyecto que esperaba le ayudará en sus actividades en beneficio de Asgard. La imagen de Saori le tenía de muy buen humor costandole bastante concentrarse.

—Podría pensar en ella toda la noche, pero debo avanzar en esto.

Saori, por su parte, salió de la bañera sintiéndose excelente. Encendió un momento el televisor mientras se secaba el cabello, no prestaba atención a la transmisión puesto que su mente estaba aún en ese abrazo compartido con Freyr. Amó el aroma de su fragancia varonil no pudiendo evitar rememorarlo en esos momentos, todo en él cumplía con sus expectativas sintiéndose un tanto mal al respecto.

—Es como Julian dijo, él está sujeto a las reglas de Asgard y, tan solo su hermana jamás lo aprobaría, no puedo imaginar lo que un pueblo entero diría si se enteraran. Además, Freyr es demasiado correcto, observa las reglas firmemente...

Era la primera vez que Saori pensaba en eso con detenimiento: no solo las reglas de Asgard sino en cuan apegado era Freyr a ellas. Alguien que velaba por el bienestar de su nación debía observar las leyes al pie de la letra.

—Solo somos amigos... —se repetía la joven sin querer ahondar más en ese tema.

Saori sabía que abriría una caja de Pandora si se atrevían a cruzar la línea. Ella gustaba de su compañía, era cierto. Se sentía muy bien y feliz a su lado, también era cierto. Pero Julian tenía razón maldiciendo el haberlo encontrado en el evento. Maldiciendo que la hubiera bajado tan abruptamente de las nubes.

—Todo se resuelve si mantenemos la amistad. No hay razones para alterar eso —la diosa agitó la cabeza violentamente sacando de sus pensamientos el aroma de la fragancia, la sonrisa, los ojos verdes y el tacto de su piel la cual sintió por unos breves instantes.

Pero no pudo lograrlo completamente. Esos recuerdos la hacían arder en deseo.

Se recargó en la cama cerrando los ojos no pudiendo evitar repasar todo en su cabeza una y otra vez. Elevó el volumen del televisor un poco estirando el brazo izquierdo buscando el apagador de las luces de la habitación sintiéndose protegida solo con la luz azul de la pantalla.

Las orillas de su delicada bata cayeron a su costado izquierdo y derecho dejando al descubierto su torneado cuerpo el cual acarició lentamente una y otra vez teniendo a su atractivo invitado asgardiano en mente; en su fantasía no existían las reglas, él la tocaba y besaba repetidas veces en la suave punta de sus pechos y por en medio de sus piernas llevándola al éxtasis.

Saori hizo un esfuerzo para no gemir su nombre ya que eso podría hacer que el mayordomo dormido despertara, esa sola imagen la avergonzaba mucho.

—Freyr sería el primero... —pensó inconscientemente apenas terminó— Ya basta y vete a la cama cuanto antes o llegarás tarde al desayuno —se dijo molesta y turbada encendiendo las luces.

Tatsumi dormía profundamente en la habitación de al lado sin enterarse nada.

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Saori y Freyr se reunieron en el restaurante del Hotel a la hora convenida solicitando una mesa en la terraza, la que tenía la mejor vista al mar, la mañana estaba soleada y sin nubes. Ese día dejarían Boston pues los esperaban en otro destino ubicado a varios kilómetros de ahí. El tren hacia allá salía a eso del mediodía y debían darse prisa.

—¿Dormiste bien? —preguntó Freyr ayudando a servir el desayuno para ambos.

—Si... —Saori no pudo mirarlo pues estaba demasiado sonrojada ya que había dormido estupendamente pensando en él— ¿estas listo para partir?

—Por supuesto, esperaba con ansias estos tres días.

Desayunaron charlando alegremente sin pensar en cosas preocupantes, tan solo en las actividades que harían juntos como "buenos amigos" como visitar la ciudad, almorzar y cenar en algún bonito restaurante, pasear por las costas y demás. Saori lo observó detenidamente: Freyr vestía ropa más casual sin verse desarreglado en absoluto.

Se sentía demasiado distraída al estar a su lado.

—Somos amigos y somos adultos —se repetía mientras Tatsumi y ella empacaban todo para hacer el registro de salida del hotel y encaminarse a la estación del tren.

Serian un total de cuarenta minutos en tren desde la estación del Sur hasta Providence. Tatsumi les reservo asientos contiguos mientras que el prefirió un puesto alejado de los dos.

Emprendieron el viaje tratando de no pensar en lo que podria suceder estando solos en una residencia alejada de la ciudad. Freyr trataba de concentrar su mente en sus ponencias mientras que Saori intentaba priorizar la lista de actividades divertidas. Ambos sabían lo que podría suceder si se dejaban llevar aunque no quisieran externarlo abiertamente.

Lo mejor era no pensar en eso, al menos no por ahora.

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Continuará...

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