Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 15

La balada de Saori y Freyr

.

15

El castigo de Freyr

.

Días después

Flare se encontraba en uno de los tantos salones del palacio Valhalla de pie frente a la ventana observando a la nada. El tema con Freyr había escalado a niveles muy complicados ya que jamás se imaginó que este tenía un idilio con una mujer extranjera. Bien podría molestarse ya que muy falsamente la reprendió por lo de sus cartas, pero, por otro lado, el ex consejero no podía decir nada ya que se habría delatado.

Sin embargo, el que fuera castigado por el consejo debido a la cantidad de puntos mencionados por Hilda, la dejaron pensando y reflexionando respecto a que tanto de lo ocurrido con él estuvo bien o mal: Freyr interesado por aquella joven extranjera, protegiendo férreamente su identidad y ¿que tipo de relación tenía con ella arriesgándose a romper la ley como lo hizo?; o bien, solo fue un descuido, algo que se salió de lo planeado y terminó siendo pillado por el soldado enviado por el consejo para buscar a Torben.

—Lo que sea... ese castigo es demasiado —pensó la joven lanzando un suspiro.

Hilda entró en ese momento acercándose a su hermana. Flare la observó percibiendo el evidente cansancio, la joven sacerdotisa había pasado los pasados días revisando junto con el consejo el caso de Freyr tratando de que su castigo fuera justo y no exagerado como quería aplicar el consejo, en especial Frode y Ødger.

—Te ves agotada, hermana —comentó Flare mirándola con preocupación.

—El lidiar con los consejeros puede ser demasiado cansado, pero, espero reconsideren la sentencia de Freyr.

—¿Qué sentencia le darán?

—El consejo quiere dar cinco años en Kelby —respondió la sacerdotisa con honestidad—, creo que es demasiado tiempo.

—¡Es una medida injusta, Hilda!

Hilda la observó sorprendida pues, meses atrás se quejaba de cómo este la había reprendido y, cuánto detestaba la idea de matrimoniarse con él, abogando ahora por su causa.

—Debe ser penalizado de alguna forma, Flare.

—¡El consejo está llevando su castigo demasiado lejos! —decía la joven rubia molesta— Freyr no traicionó a Asgard, solo tiene un interés romántico por fuera de la ciudad y recibe cartas. Es todo.

—Flare...

—¡Si él quisiera traicionar a Asgard, ya lo hubiera hecho! —añadió— Si él hubiera pensado tal cosa, no habría vuelto a casa desde hace tiempo. Solo hizo su trabajo y, si bien me molestó cómo se dirigió a mí ese día, creo que deberían tomarse en cuenta las cosas positivas que ha hecho por nosotros. ¡Se le está tratando como si hubiese cometido alta traición!

—No es así Flare. La alta traición se paga con la muerte.

Hilda guardó silencio por un momento observando como su hermana molesta iba de un lado al otro de la habitación.

—Si yo fuera consejera, haría algo con esa ley sobre el contacto con extranjeros. Solo son cartas Hilda, nadie cometio un acto imperdonable. ¡Cinco años en una cárcel horrible lejos de todo y todos es demasiado!

—Como dices, Freyr no ha traicionado a Asgard y ha hecho cosas positivas por nuestro país, pero nos estamos apegando a la ley vigente y esta dicta que debe ser encerrado en Kelby.

—¿Y no hay modo de que se le reduzca la sentencia?

—Creo que es posible, pero aún así deberá pasar algún tiempo encerrado...

La joven se sobó la sien por un momento antes de continuar discutiendo con Flare ya que tenía un ligero dolor de cabeza.

—Perdoname, Hilda. No debí levantar la voz.

—Me iré a la cama temprano, mañana se le notificará su traslado a prisión. Creo que esta es la primera vez, en varios años, que alguien será enviado a Kelby.

—De acuerdo.

Hilda no dijo más saliendo del salón, estaba realmente cansada de discutir con todos, incluyendo a Flare, y lo único que deseaba era irse a la cama por un rato ahora que su hijo dormía la siesta.

Flare se quedo de pie frente a la ventana bastante molesta por las decisiones del consejo no importando que fuera la ley. Unas simples cartas o una reunión con alguien no deberían ser motivo de encierro. Freyr era afortunado por haber tenido el privilegio de poder salir y encontrarse con la persona amada al menos una temporada, ella habría deseado por lo menos poder ver a Hyoga otra vez.

—Está mal que tengamos que haber recurrido a mentiras para poder enviar y recibir correspondencia, no debería ser así.

La joven tomo asiento por un rato ya que quería continuar con otro de sus tantos bordados sin terminar analizando lo charlado con Hilda. No supo exactamente cuanto tiempo habia pasado pues, de la nada, la puerta se abrio siendo Birger quien entrara en esos momentos muy alegre.

—Salgamos a cabalgar un rato, tía Flare.

—¿A cabalgar? —repitio la joven pensativa.

—Si, vamos solo un ratito, tía.

Flare penso que sería una buena idea por varias razones, incluyendo el tiempo que le daría a Hilda para descansar, además ella deseaba ver algo más allá de los bosques de Vanaheim.

—Esta bien, iremos en un momento.

Los dos se prepararon para salir mandando a ensillar el caballo de Flare pues Birger aun no tenia permitido cabalgar solo, así acompañados por una de las niñeras, se pusieron en marcha hacía los bosques al norte de Alfheim. El destino elegido por Flare era el lago de Niflungar, al oeste del reino.

La joven llevó el caballo a buena velocidad mientras su sobrino hablaba alegremente del bonito día, de que su madre había prometido ir a cabalgar pero se sentía demasiado mal para salir y otras cosas a las que Flare no siempre prestaba atención. Se adentraron en los espesos y tranquilos bosques siguiendo el único sendero visible por varios minutos hasta que llegaron a las orillas del amplio lago frente a ellos.

—Ya llegamos, anda vayamos a recorrer un poco.

Flare y su sobrino se adentraron un poco más yendo a pie hasta más allá donde encontraron un sitio donde estar por un largo rato mientras Birger forzaba a su niñera a jugar con él. La joven rubia se acercó a la orilla del lago tratando de ver que había más allá, a las faldas de las montañas de Helheim.

La cárcel de Kelby se encontraba a las orillas de un pequeño poblado del mismo nombre, el cual estaba habitado mayormente por los guardias que custodiaban la enorme edificación. Según recordaba, el guerrero Volker, padre de Mime, vivio en ese lugar con su hijo hasta que perdió la vida trágicamente.

La cárcel se encontraba a varias horas a caballo desde el punto donde Flare estaba de pie, se trataba de una enorme edificación fortificada construida hacía varios siglos para castigar traidores al reino. Era conocida por lo implacables y crueles que eran los guardias que la custodiaban quienes sometian a los presos a trabajos forzados y torturas.

—No alcanzo a ver la fortaleza desde aqui —por más que enfoco la mirada, no se veía más que el lago hasta donde la vista daba y las altas montañas más allá rodeando el lugar.

Hacia el otro lado, rumbo al suroeste, el lago llegaba hasta los mercados de Muspelheim y el puente Bifrost donde el lago desembocaba en una peligrosa cascada hacía el vacío que separaba Asgard de la montaña.

—Siento pena por Freyr... por muy desagradable que me resulte, no se merece esto.

.

Los siguientes siete días transcurrieron rápidos para Freyr quien dedicó todo ese tiempo a ordenar los papeles de su escritorio, a medio reparar los muebles que destruyó, también dedicó algún tiempo a ejercitarse y revisar que pendientes había en casa. La realidad es que no deseaba tener momento alguno para pensar en lo que le esperaba después de esos siete días, pero, lo más importante, no quería deprimirse pensando en Saori.

Aún no se había hecho a la idea de que no volvería a verla y tampoco hubo oportunidad de despedirse siquiera. Había pensado en buscar el modo de hacerle llegar un mensaje final o algo que no la dejara con la incertidumbre, pero los sirvientes de su casa no habían ido por esos días, sus caballos fueron llevados a la casa de Odr temporalmente y quien le llevaba algo de comer a diario era Freya quien le entregaba los alimentos retirándose en seguida por instrucciones de los guardias que custodiaban la puerta de su hogar, no había tiempo de intercambiar más que un par de palabras y con él y eso era todo.

Freyr garabateó algunos borradores de despedida sin poder concretar ninguno sintiéndose presa de una gran frustración ya que no deseaba escribir semejante texto. Una despedida a Saori no le había pasado por la cabeza hasta ahora, no pensó que lo haría tan pronto y menos después de su última reunión donde habían acordado mantenerse juntos lo más que se pudiera.

Cada vez que tomaba la pluma y el tintero para continuar con la esquela, terminaba dejándolo llenándose de tristeza. No quería hacerlo, no deseaba despedirse, aún no, no obstante no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Había roto una ley, era cierto, pero jamás faltó a las causas de su país; Saori ocupaba un sitio privilegiado en su corazón, sin embargo ella aplaudía su trabajo y lo apoyaba en sus causas motivándolo a trazar los primeros esbozos de otros proyectos más grandes para la nación.

Un retraso, una falta al itinerario, se lo había arrebatado todo y perdonarse por semejante error le era imposible por ahora.

Releer sus cartas le hacia sonreír al mismo tiempo que le hacían sentir mal. La hermosa letra de la joven amada, las frases tan significativas que poblaban esas esquelas representaban mucho para él en varios sentidos. Agrupo todas esas cartas dentro de un contenedor metálico rectangular y pequeño que colocó en su caja fuerte, de igual forma busco el recorte del diario donde estaba la fotografía de la joven empresaria la cual colocó dentro de la misma caja.

No estaba seguro de cuál sería su destino de ahí en adelante, pero estaba decidido a proteger la identidad de Saori.

Al mismo tiempo, separó sus papeles de trabajo de sus proyectos personales, los cuales también colocó dentro de su caja fuerte. Al finalizar estas tareas, lanzó los papeles de trabajo al fuego de la chimenea encendida dejando el escritorio limpio. Todo su hogar quedó en orden a mediados del sexto dia mientras esperaba a que llegaran por él y su sentencia fuera dictada.

Alguien llamó a la puerta a primera hora de la mañana del séptimo día, Freyr ya estaba preparado para dicha visita atendiendo puntualmente siendo una sorpresa ver a dos de los cuatro consejeros frente a su casa. El secretario Jakob y Torben.

—El consejo ha determinado que tu sentencia, Freyr, será pasar de tres a cuatro años en la cárcel de Kelby —indicó Torben con calma luego de pasar las formalidades y presentaciones correspondientes pasando al primer salón de la casa—. Revisamos tu caso durante estos siete días y consideramos que cinco años de encierro es una medida exagerada.

—¿Hay posibilidades de salir antes de esos tres años? —preguntó el joven a sabiendas que quizás no las había.

—A mediados del segundo año se hará una revisión nuevamente del caso.

—De acuerdo.

Freyr escuchó en silencio el resto del documento que Torben leía con calma perdiendo la atención casi al final, observando como Jakob tomaba nota sin olvidar ni un solo detalle, tal y como ocurrió durante su juicio.

—Busca tus efectos personales, Freyr —dijo Torben de pronto mientras el joven lo miraba extrañado—. Se te permitirá llevar ciertos objetos contigo que hagan tu estancia menos difícil ya que serás el único preso en la cárcel.

—¿Que, pero por qué?

—Ve por tus cosas y date prisa. Nosotros nos retiramos.

Los dos consejeros salieron de la casa dejando a los guardias de la cárcel esperando por Freyr quien no preguntó más armando un maletín de viaje con los efectos personales que pudiera necesitar. Unos momentos más tarde fue conducido a Kelby sin permitirle despedirse de Freya personalmente, la pudo ver en la lejanía mientras ella iba a caballo a pocos metros del transporte de los guardias.

La joven había llegado algo tarde a la cita creyendo que tomaría lugar por la tarde o al anochecer.

—¡Freyr... FREYR! —gritaba la rubia desde su caballo mientras su hermano se despedía tristemente de ella.

Freya no logro darle alcance deteniendo el caballo antes de salir de los bosques cercanos mirando bañada en lágrimas como el transporte se llevaba a Freyr lejos de ella por una larga temporada.

.

Semanas después

Odr y Freya habian llevado intranquilos los pasados días, la joven rubia estuvo muy sumida en la tristeza tratando de hacer lo posible para mantenerse con la mente ocupada. Su prometido se daba cuenta de esto, pero, al mismo tiempo la animaba a sacar de su pecho lo que le atormentaba.

—Ojala hubiera algo que pudiera hacer para ayudarlo —se decía pensativa aquella mañana mientras ambos tomaban el desayuno—, me rehuso a aceptar que mi hermano estará en Kelby por cinco largo años.

—Hablemos con el consejo —dijo el seriamente—, como dices, debe haber algun modo de de poder reducir esa condena o algo asi

Freya observó a Odr conmovida, él habia sido un gran apoyo para ella pues, no solo se mantuvo a su lado todo el este tiempo, sino que en un momento dado, defendió el honor de la joven contra los padres del este. La familia de Odr no estaba muy contenta de que su hijo se casara con la hermana del consejero caído en desgracia.

—¿Crees que podamos lograr algo con los señores del consejo? —pregunto ella temerosa.

—Vamos a hacer lo posible para que nos escuchen.

La joven sonrió profundamente, pero antes de añadir nada mas, un empleado de la casa entró en la zona del comedor anunciando que Hogni Alberich lo esperaba para hablar.

—Dame un momento —dijo a Freya poniéndose de pie para atender a su futuro cuñado en uno de los salones de la casa.

Hogni Alberich era uno de los hermanos mayores de la familia, de estatura media, cabellos rojos alborotados y unos penetrantes ojos verdes. Iba muy bien vestido con ropas para salir de cacería y su caballo lo esperaba afuera.

—Buen dia, Odr —se saludaron cortésmente—, mande traer la mercancía que solicitaste para tu hogar —afuera de la casa había una carreta que llevaba unas piezas metálicas para la cocina y para las puertas.

—Creí que enviarías a tus mensajeros para entregarme el pedido —respondió Odr ligeramente sorprendido.

—Lo habría hecho, pero, debido a lo que sucedió con el hermano de tu prometida, es que quise venir para ofrecerte mi simpatía.

Odr lo miro extrañado a través de sus grandes ojos claros esperando el comentario sarcástico de Hogni quien lanzaría algun dardo venenoso con sus palabras como siempre hacía; en realidad, todos los Alberich que conocía, eran exactamente iguales a Hogni: prepotentes y bocones.

—¿Simpatía?

—Si, Freyr nunca ha sido de mi agrado y, más aún después de que su tío rechazara a mi hermana Lounn como prometida. Pero, el que haya sido enviado a la cárcel por lo de la mujer de Midgard, es demasiado...

—Hogni, me sorprenden tus palabras —eso confirmaba que todas las familias nobles ya lo sabían.

—Aunque me duela reconocerlo, lo que sea que haga cuando sale de Asgard ha beneficiado el comercio como no tienes idea. Nuestros mercaderes siempre informan que los midgardianos que llegan hasta Muspelheim vienen atraídos por el asgardiano que los invita.

—¿De verdad?

—Si. Lo que sea de cada quien, nos ha beneficiado mucho y el que este encerrado tendrá repercusiones en la entrada de capital, no ahora, pero si en un futuro cercano.

Freya escuchaba desde otra habitación también sorprendida por los comentarios del joven Alberich, de todas las personas de Asgard de las que podría esperar comentarios de simpatía, el que sea un Alberich el primero de ellos le dejaba un agradable sabor de boca. Ya que bien sabia que entre las familias prominentes de la ciudad, casi todos ahora hablaban muy mal tanto de ella como de Freyr.

—A nosotros no nos importa con quien se meta Freyr. Si te soy honesto Odr, mientras Folkvangr no afecte nuestros negocios, que haga lo que quiera cada que sale del reino.

—El consejo no piensa igual tristemente.

—Son un montón de viejos decrépitos, mi tío Ødger está de acuerdo en que sea encerrado, pero el resto de la familia pensamos diferente. Como sea, me alegra hacer negocios contigo Odr, que tengas buen dia.

—Igualmente, Hogni.

—En cuanto tu hermana y yo formalicemos el matrimonio, nos veremos con más frecuencia.

Odr no dijo nada mas ya que el tener a Hogni como familiar no le entusiasmaba en absoluto a pesar de su inesperada visita y palabras esa tranquila mañana. El miembro de la casa Alberich se retiro de ahí mientras Odr se quedaba en el mismo sitio pensativo.

—Se que escuchas, querida —dijo en tono divertido un momento después.

—Lo siento, Odr. Me sorprendió ver a Hogni el dia de hoy y tampoco esperaba las cosas que acaba de decir.

—Tiene un punto, es probable que el comercio se vea afectado ya que Freyr invitaba a los midgardianos a venir hasta aca. Se que odias que salga del reino, pero su trabajo nos beneficiaba de algún modo.

—Lo sé, querido, pero luego de lo que ocurrió con él, no puedo pensar en esos beneficios que todos mencionan.

—Lo siento, no quise molestarte.

—Mejor preparémonos para ir al Valhalla, quiero ver a cualquiera de los consejeros.

Freya estaba decidida a hablar con la gente del consejo cuanto antes y Odr estaba contagiado por esa actitud decidida. Los dos se trasladaron en sus caballos hasta el Valhalla preguntando por el salón del consejo. Odr sabia, gracias a Hogni, que dias trabajaban y ese era uno de esos días.

El consejo se reunio para documentar los detalles finales del castigo de Freyr no deseando tocar ese tema en los siguientes meses. Hilda leyó los documentos dejando su firma en estos antes de cerrar la sesión.

Afuera de la sala estaba Flare quien miro sorprendida a Freya y Odr llegar al salon.

—Buenas tardes, señorita Flare —ambos la saludaron amablemente—, hemos venido a hablar con el consejo sobre el asunto con mi hermano.

—Imagino que si, mi hermana esta dentro revisando ese tema junto con el consejo.

—¿De verdad?

La puerta se abrio mientras los consejeros observaban extrañados a los recien llegados, Frode, Torben, Ødger y Jakob se quedaron un momento mirando a la hermana de Freyr, no era la primera que acudía hasta el Valhalla a pedir por un familiar, pero si primera que se le veía tan decidida acompañada por su prometido.

—Buenas tardes, consejeros —Odr se adelanto a tomar la palabra mirando a los cuatro hombres delante de él—, queremos que nos permitan un momento de su tiempo para escuchar lo que tenemos que decir.

—Hemos venido a buscar el modo de ayudar a mi hermano.

Hilda se acercó a Flare sin dejar de observar a Freya y Odr ya que se les oía muy decididos a pedir por el destino de Freyr mientras el consejo les dedicaban unos minutos nada más.

—Señorita Freya, hija de Njord —intervino Frode—, entendemos que esté aquí pidiendo la revisión del caso de su hermano, pero creemos que la medida dada es justa. Se le pudieron haber dado más años en prisión.

—Creo que debe haber algo mas que se pueda hacer por él —dijo Freya—, mi hermano habra cometido el error de enamorarse de alguien por fuera de Asgard, pero no ha cometido ninguna traición. ¡Debe haber algo más que se pueda hacer que no sea la prisión!

—Escuche, Freya —Torben les dio la indicación a los demas consejeros de que él manejaría la situación asi que Frode y el secretario Jakob se retiraron de ahí. Ødger se quedo para escuchar lo que tuvieran que decir—. El castigo es proporcional a la ofensa, no fue solo el que Freyr tuviera un idilio sino que abusó del privilegio del que gozaba al tener permiso para salir del reino.

Freya se quedo en silencio por un momento buscando en su cabeza que mas objetar.

—No es que Freyr no conociera las leyes, él sabía con antelación en lo que se metía al hacer lo que hizo —Ødger Alberich se adelantó a los demás mirando al grupo severamente—. Si habláramos de cualquier otra persona que no conociera las leyes, la medida sería distinta, pero Freyr era consciente de todo esto.

—Consejeros —Odr tomó la palabra—, podemos reunir testimonios que demuestren que las actividades de Freyr son beneficiosas para el reino. Si, quebranto una ley al tener algo con una persona de Midgard, pero, independiente de eso, rubros como el comercio se han visto beneficiados de sus salidas del reino.

—Entendemos eso, Odr, hijo de Orvar de la casa Skogkatt —respondió Torben aceptando que ese argumento era muy bueno, pero la ley es ley.

—Le pedimos considerar los efectos negativos que tendrá sobre Asgard el que Freyr este encerrado, nadie más realiza esas actividades.

Freya se quedo callada dejando que Odr continuara, no estaba de acuerdo con todo el asunto de Midgard, pero si eso ayudaba a su hermano, dejaria que Odr los tratara de convencer. Flare e Hilda miraban sorprendidas al prometido de Freya.

—Odr, los argumentos que has puesto sobre la mesa son dignos de ser tomados en cuenta —Ødger ya había escuchado eso mismo en casa varias veces.

Más que otra cosa, el tema del comercio le preocupaba a su familia, pero el pasar por encima de la ley era otro asunto.

—¿Que opina de todo esto consejero Ødger? —pregunto Torben con calma.

—Odr tiene un punto aqui, nosotros lo llevamos a discusión de forma muy superficial, pero podríamos discutirlo en la siguiente sesión.

—Escuchen Odr y Freya —dijo Torben calmadamente—, podemos revisar esto y determinar algo mas justo para Freyr tomando en consideración lo que se ha dicho aqui, pero, él debe ser sancionado de alguna forma y permanecerá encerrado un tiempo.

—Por favor, consejero, no deje a mi hermano tanto tiempo en prisión —Freya estaba a punto de ponerse de rodillas sintiendo como Odr la sujetaba de los hombros.

El joven no iba a permitir que ella se arrodillara delante de esos hombres ni delante de nadie.

—¿Es posible que se pueda revisar su caso antes de seis meses?

Odr se sintió como si estuviera negociando con Hogni mientras las tres mujeres a su lado lo miraban con los ojos muy abiertos. Hilda estaba sin habla escuchando como Odr tomaba la palabra intentando convencer a Torben para que el caso de Freyr fuera revisado antes del tiempo mínimo de un año.

—Se puede revisar una nueva sentencia para Freyr, pero debemos discutirlo todos los miembros del consejo juntos —indico Torben—, le daremos una respuesta en diez dias más.

—Gracias, señor Torben.

Apenas Torben y Ødger se retiraron, Freya se soltó a llorar aferrándose a Odr fuertemente.

—Haremos lo posible porque la estancia de Freyr en prisión sea lo más breve —Hilda fue honesta al decir eso comprometiéndose a revisar el caso en los siguientes días a fin de lograr algo mejor para el preso.

La pareja lo agradeció enormemente retirándose de ahí también un momento después sintiéndose más tranquilos luego de esa inesperada reunión.

.

Flare estaba en el salón pensando en que se había hecho un pequeño progreso contra la injusticia hecha a la familia de Freya. Hilda entró también al salón llevando un carrito con un juego de té para beber un poco antes de irse a la cama.

—Fue impresionante como Freya y Odr abogaron por Freyr, más como él expuso los problemas que podría acarrear el que Freyr no salga del reino y continúe encerrado.

—Si —Flare esbozo una sonrisa culpable tomando asiento al lado de su hermana.

—¿Qué sucede, Flare?

—Me preguntaba si Odr tendrá algún pariente disponible, como quisiera que alguien abogara por mi como hizo él. Freya es muy afortunada.

—Me temo que tendrás que esperar tu turno —respondió Hilda sumándose al momento y esbozando una leve sonrisa—, llegue primero a esa fila.

Las dos rieron y charlaron amenamente intercambiando impresiones respecto a lo ocurrido esa tarde llegando a la conclusión de que el consejo reconsiderara esa sentencia, esperaban que fuera asi.

.

Díez días más tarde

Freya y Odr recibieron la resolución del consejo respecto a Freyr. La joven hermana de este se encontraba muy nerviosa asi que Odr lo leyo en voz alta:

"Su sentencia se revisará nuevamente en seis meses más, si en ese tiempo este demuestra haber olvidado aquel idilio y se compromete una estancia de cuatro años más dentro del reino sin salir, se le quitaría la sentencia.

Un lapso de cuatro años no tendrá repercusiones en las actividades comerciales del reino de acuerdo a nuestros cálculos.

Caso contrario, permanecerá encerrado los cinco años previamente establecidos o se considerará el destierro como medida final".

—¿Qué opinas de esto? —dijo Freya tras escuchar la nota.

—Creo que es mucho mejor que lo dictado al inicio —respondió Odr—, lo único que debe hacer es comprometerse con Asgard y dejar el otro asunto de lado.

Al final, al consejo no le importaba la entrada de capital, pensó Odr con ironía, pero lograron reducir la sentencia de Freyr que era el objetivo principal.

—Espero que logre dejar ese tema por fuera y pueda reestablecer su vida.

—Ten fe, querida.

—No te he agradecido lo suficiente por lo que dijiste aquel día delante del consejo —ella lo abrazó y besó efusivamente.

—Solo tomé todo lo que dijo Hogni y le añadí un poco más. Si eso ayuda a tu hermano, entonces esperemos esos seis meses.

Freya le llevaba comida cada tantos días hasta Kelby, dejándola con los guardias, ya que estaba prohibido que Freyr reciba visitas esperando que este pudiera salir de ese encierro en el plazo estipulado.

Más aún, rogaba porque este dejara ese romance definitivamente.

.

Apenas Freyr llego a la prisión se percató de que no había otros presos ahi, solo estaba él en todo el complejo. El interior de la cárcel de Kelby estaba lleno de salones para tortura, celdas espaciosas pero frias, un patio muy amplio que daba hacia las faldas de la montaña y los espesos bosques. Además de eso tenía unos baños también amplios y con una iluminacion decente.

—Pensé que este sitio seria mucho peor, pero todo aqui se ve limpio y en orden. No entiendo.

Se le permitió vestir las ropas que quisiera ya que debería dedicar sus dias a los trabajos forzados.

—Escucha —indicó el capitán de la guardia, un soldado muy alto que llevaba una ballesta colgada en la espalda—, tu trabajo a partir de hoy es cortar madera.

—¿Madera?

—Asi es. Si quieres agua caliente para el baño, cortarás madera. Si no quieres morir de frío en invierno, asegúrate de que haya suficiente madera para tener buen clima en todo el edificio. Hay varias bodegas vacias, queremos que las llenes todas hasta el techo.

—Entiendo.

—Y no solo eso —añadió el guardia—, si quieres comer tendrás que buscar la comida. Afuera hay ciervos y otros animales, también podrás pescar. Si no consigues comida, te morirás de hambre y nadie aqui te auxiliara.

De igual forma, indico el guardia, cualquier herida que Freyr se hiciera no seria atendida, nadie lo salvaría si lo llegaba a lastimar algún animal salvaje o si tenia un accidente de trabajo en alguna de sus jornadas y se le dejaria enteramente a su suerte.

—Observa que los guardias que custodian los muros están armados, si intentas escapar te dispararan con las ballestas sin miramientos, ¿te quedo claro?

—Si.

—Una cosa importante es que en este edificio tenemos mucha agua, la cárcel esta conectada a los manantiales de las montañas de Helheim gracias a varios acueductos. No morirás de sed, tenemos más agua que todo Asgard, pero está más fría que un maldito glacial así que estas advertido.

Para Freyr esa fue una buena noticia ya que el tener que beber seria bueno aunque no siempre tuviera que comer. A partir de ese día estaría a cargo de su propia supervivencia hasta donde la vida se lo permitiera, tendría suficiente terapia ocupacional que no le permitirán deprimirse, además se había llevado consigo pluma, tinta y papel por si tenía tiempo para vaciar sus pensamientos.

Solo le pedia a Odin valor y fuerza para mantenerse vivo y cuerdo.

.

Continuará...

.

*Notas: Capítulo de control y punto de partida en caso de cambios. Perdon por publicar esto tan rapido, pero debe quedar completo el relato y publicado para antes del 1 de noviembre. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro