1. Evento escolar
La balada de los dragones
1
El evento escolar
.
Universidad Galard
Kanon iba por los amplios pasillos del campus con bastante prisa ya que su última clase antes de la hora del almuerzo había comenzado y no deseaba llegar tarde otra vez. Mientras iba con prisas por uno de los pasillos, leía los últimos mensajes enviados por su hermano quien le recriminaba siempre llegar tarde a clases o a los exámenes y jamás prestar atención a sus notas.
—¡Demonios Saga, deja de mensajearme! —escribió rápidamente molesto por su propia impuntualidad.
Apenas cruzó la puerta del aula, tomó asiento en la primera silla que encontró sin hacer ruido ya que el catedrático hablaba con elocuencia impartiendo la lección del día. Kanon terminó de enviar un último mensaje ofensivo a su hermano antes de cerrar esa conversación y tomar un poco de aire ya que había corrido como loco desde los patios traseros del campus hasta esa aula.
Su retraso fue debido a que estaba coqueteando un poco con uno de los compañeros quien le llamaba la atención y a quien estaba comenzando a cortejar por esos días sin lograr muchos avances. Sus escasos progresos amorosos sumados a que tenía que forzarse a prestar atención en las clases, lo volvían todo un poco más complicado. El chico a quien pretendía le distraía demasiado considerando dejar ese asunto por la paz y meterse en sus propios problemas.
—Detesto perder mi tiempo aqui —pensaba enfadado tomando notas de la lección en una libreta—, preferiría estar en las calles buscando algo útil que hacer.
Apenas terminó la clase que duró casi tres horas, Kanon salio nuevamente al pasillo buscando la escalera más cercana ya que deseaba retomar su "charla" con aquel joven que le interesaba tanto; no obstante, el estudiante en cuestión ya se había marchado según le dijeron sus amigos cercanos, sus clases habían terminado por ese día haciendo que el joven de cabello cobalto se decepcionara enormemente. "Maldición", se dijo saliendo del campus con pasos rápidos buscando donde almorzar antes de sus clases de la tarde.
En uno de los muros de avisos colocado justo al lado de la puerta principal del edificio donde se encontraba, se veían varios anuncios sobre un evento escolar que el Bachillerato del campus Galard llevaría a cabo dentro de una o dos semanas estando todos los miembros de la comunidad académica cordialmente invitados.
—Genial —se dijo ligeramente enfadado—, nada como un evento lleno de niños pubertos y molestos. Podrían organizar eventos en conjunto con otras prestigiosas universidades del país, pero no, en vez de eso, se traen a mocosos que nada aportarán.
Si el evento fuese en coordinación con otras universidades, mínimo podría ver si entre los participantes había rostros frescos para conocer y acercarse en plan de diversión sin embargo, al ser puros niños menores de dieciocho no habría nada divertido.
Se aproximó con paso lento leyendo la información a detalle a la espera de que la puerta se despejara ya que varios compañeros decidieron salir al almuerzo a la misma hora; dicho evento era algo deportivo y cultural organizado entre el Bachillerato Galard y un colegio llamado Academia Elysium el cual Kanon no conocía, ni tenía idea de que dicha escuela existiera.
—Se escucha como un colegio elitista lleno de niños ricachones. Oh vaya... —el que la crema y nata de la pretensión académica se reuniera en la cercanía le causaba ganas de vomitar.
Sin prestar más atención al cartel, salió de las instalaciones en búsqueda de un restaurante económico que ofreciera una comida completa y sustanciosa a bajo costo. Sin duda, su ultimo año en la universidad se estaba tornando demasiado pesado hasta el momento estando deseoso por que el semestre terminara para poder gozar del verano que estaba a la vuelta de la esquina.
Ya pensaría en su tesis y demás trámites más adelante.
Los días transcurrieron lentos para Kanon quien intentaba concentrarse en sus actividades, pero al no conseguir lograr avances con ese interés romántico suyo, le interesaba más bien poco asistir a clases incluso. Sabía que estaba mal que su motivación estuviera en un interés romántico o en tener a alguien a quien tratar de conquistar sin embargo, asi eran las cosas en ese punto de su vida.
El día terminó sin novedades pues Saga, su gemelo, pasaba su tiempo al lado de su colega Aioros trabajando en su tesis, o al menos eso decía su hermano mayor llegando tarde al dormitorio casi todos los días. Sin ánimos de pasarlo a solas todo el resto del día, Kanon encaminó sus pasos a la estación del autobús para dirigirse a la ciudad ya que el campus estaba ubicado muy retirado de esta debido a su extensión de terreno.
Mientras bostezaba con la boca bien abierta es que noto que sobre la amplia avenida, la que llevaba justo a la zona del Bachillerato, se veía un autobus muy largo y amplio en color negro brillante.
Al principio Kanon pensó que se trataba de los autobuses de una funeraria sin embargo, al mirarlo de cerca, y leer lo que decía, noto que eran autobuses escolares. En uno de los costados estaba pintado con letras grandes "Academia Elysium" así como el escudo y emblema del colegio en cuestión. Nuevamente paso por su cabeza que debía pertenecer a algun colegio de élite repleto de chiquillos ricachones.
—Son los mocosos que vienen al evento deportivo, el que está anunciado por los pasillos del campus como si nos interesaran esa clase de cosas —se dijo fastidiado andando por en frente de las instalaciones que eran el bachillerato.
El "Colegio Galard" era el complejo académico inaugurado por la Fundación que llevaba el mismo nombre así como el Campus Universitario. Ofrecía todos los niveles académicos desde el preescolar hasta instalaciones de investigación para posgrado. Kanon se detuvo frente a la gran puerta principal desde donde se veían los edificios académicos y administrativos así como la alta estatua de la diosa Atena que se alzaba por en medio del complejo estudiantil.
Los estudiantes iban por los caminos empedrados en medio de los edificios luciendo sus uniformes en tonos claros yendo a diferentes sitios cuando Kanon diviso tres figuras altas que desentonaban con el entorno. Eran tres estudiantes que llevaban uniformes color negro: un joven rubio muy alto y delgado, uno de cabellos grises casi de la misma altura y un joven de cabellos negros y alborotados quienes analizaban todo a su alrededor.
El joven universitario de cabellos cobalto se quedo un momento más observando con detalle a esos tres estudiantes evidentemente extranjeros siendo el rubio alto quien llamo más su atención. El chico estaba de espaldas y parecía gesticular con las manos mientras su colega de cabellos grises le daba un par de palmadas en la espalda. Asi los tres caminaron a los jardines fuera del camino mientras el rubio giraba la cabeza hacia su lado izquierdo, como observando que había más allá.
Fue entonces que Kanon apreció sus rasgos afilados, sus ojos claros y mirada perforante haciendo que algo dentro de él diera un respingo. Era apuesto a pesar de ser un adolescente de, tal vez, dieciséis o diecisiete años a lo mucho, no establecieron contacto visual ya que el chico volvió la mirada al frente tan solo un segundo después. El trío se alejó aún más dentro de los jardines del complejo dejando a Kanon agradablemente sorprendido por tan interesante "visión".
—Ese chico luce muy bien... —pensó con culpa alejándose con pasos rápidos de ahí— Dioses es un mocoso ricachón. ¿Qué demonios estoy pensando?
Marchó con prisas a su dormitorio dispuesto a llamar por teléfono a su supuesto "interés" para sacar de su cabeza el rostro de rasgos afilados y cabellos rubios alborotados. Esperaba que ese "interés" tuviera tiempo para pasarse por su habitación un par de horas al menos.
Sin embargo eso no le hizo sacarse al chico rubio de la cabeza.
.
Kanon paso muy temprano frente a la amplia y dorada puerta enrejada del Colegio Galard esperando volver a ver al apuesto chico rubio de negro esa mañana antes de iniciar sus actividades. Intentaba mostrarse lo más casual posible comprando un café por el camino y fingiendo beber tranquilamente sentado en una de las bancas de madera ubicada en el parque justo frente a la escuela. No quería verse demasiado obvio pese a que los estudiantes ni siquiera reparaban en él. Revisó el reloj en su teléfono móvil confirmando que aún iba con tiempo de sobra a sus clases sin apartar la mirada del camino.
Fue así que los vio pasar delante de él: los tres estudiantes que vestian uniformes de chaqueta y pantalon negros notando que sus chalequillos eran color rojo y los tres llevaban corbata a juego. No solo eran tres ya que detrás de ellos iban otros dos. Fue entonces en que Kanon comenzó a preguntarse qué clase de evento académico sería el que organizaba el Colegio.
Kanon fue muy rápido al sacar su teléfono móvil haciendo una foto velozmente al chico rubio que tanto había llamado su atención sacando un par de fotos en completa discreción para su deleite personal.
Apenas el joven rubio cruzo la puerta, Kanon se puso de pie aproximándose a los muros de la escuela no encontrando ninguna información al respecto o cartel siquiera. Tras finalizar su café, se puso en marcha hacia el campus universitario con el cartel en la mente, sabía donde estaba colocado deseando que aún siguiera en el mismo sitio.
El evento en cuestión no se trataba solo de una serie de pruebas deportivas o culturales si no que se haría toda una convivencia con el colegio invitado ese año, la Academia Elysium, los cuales eran huéspedes de gala así como la competencia directa en todas las actividades programadas durante esos días. El acontecimiento como tal duraría una semana completa cerrando el día viernes por la tarde. El universitario de cabello cobalto leyó toda la información en el cartel letra por letra notando que tenía una semana exactamente para conocer al jovencito que llamaba su atención.
—Ya sé que podría ser menor de edad —se dijo con culpa—, pero no haré nada malo. Solo quiero conocerlo y charlar con él. Y entablar amistad por ahora... —se dijo sin más.
Si mal no recordaba, los chicos del bachillerato no podían salir de las instalaciones del campus hasta concluir sus actividades del día asi que, por mucho que Kanon se pasara por el frente de la puerta del Colegio, no lo vería hasta terminar el día.
Comenzando a trazar un plan, Kanon se ocupó de sus clases por el resto de ese día prestando mucha atención al reloj. Debía salir a tiempo para alcanzar al chico apenas diera la hora indicada no sin dejar de mirar la foto hecha de forma secreta cada tantas veces durante aquella jornada.
.
Colegio Galard
Los estudiantes que vestían en color negro se llamaban Radamanthys, el rubio y alto. Minos, el de cabellos grises y Aiacos, el del cabello negro y alborotado, acompañados por otros compañeros procedentes del mismo campus. Los tres estaban en el gimnasio sentados en las tribunas observando a su futura competencia en las pruebas que se venían: se trataba de tres estudiantes de segundo año de bachillerato, así como ellos, del colegio Galard: Deathmask, Shura y Afrodita quienes les dedicaban miradas desafiantes.
—Esos tres petulantes no nos ganaran —decía Deathmask adoptando una actitud amenazante sin quitar la mirada de Radamanthys quien le devolvía los mismos ojos.
—El año pasado le ganamos a la Academia Valhalla —comento Afrodita—, con estos no debe ser tan complicado.
—Y aunque lo fueran —añadió Shura—, no perderemos. No se ven muy avispados para lo que se avecina.
Los tres alumnos de negro estaban muy confiados en que no perderían contra semejantes oponentes esas competencias. El equipo que ganara competiría el siguiente año contra el Instituto Atlantis asi que debían asegurarse su lugar derrotando a los niños bonitos de esa escuela.
—¿Quién crees que sea el más débil de los tres? —preguntó Minos en voz baja a sus dos compañeros.
—Apuesto a que es el del cabello azul, el que tiene rostro de rufián —dijo Radamanthys.
—El del cabello claro se ve muy enclenque —comentó Aiacos cubriendo levemente su boca con la mano derecha.
—Esto lo tenemos facil —Radamanthys sonrió confiado en que ganarían, por lo menos, todas las pruebas donde ese trio fuera su competencia—. Nos iremos de aquí con el trofeo este año y el que sigue haremos pedazos a los Atlantis.
Los tres rieron confiados mientras Radamanthys comía algo que obtuvo en una de las tantas máquinas de golosinas, lo mismo Minos y Aiacos quienes estaban sentados a su lado a la espera de que uno de los organizadores del evento anual se apareciera por ahí para darles la bienvenida oficial así como la información parroquial necesaria.
El Colegio Galard se trataba de un gran complejo estudiantil que era tan grande como una ciudad pequeña ubicado varios kilómetros al norte del poblado más próximo, en una zona prácticamente construida para brindar servicios a la comunidad académica ya que en las cercanías había tiendas diversas, lugares para comer y cafeterías, así como todos los dormitorios para los alumnos de secundaria y bachillerato además de todas las instalaciones destinadas al Campus Universitario. En resumen, todo el complejo era como una ciudad pequeña.
Los estudiantes invitados de la Academia Elysium salieron un momento de las instalaciones yendo a los jardines que rodeaban todo el complejo para tomar el almuerzo del día y distraerse de todo lo que se venía. Los tres tomaron asiento bajo un árbol observando como todos los demás chicos estaban sentados por allá o jugando en las canchas deportivas y algunos más iban por los pasillos cubiertos llevando libros y demás; chicos y chicas los observaban con curiosidad ya que eran los únicos que vestían de negro bajo el ardiente sol sobre sus cabezas.
—El clima aqui es muy bueno —comentó Minos mientras los otros dos se sacaban la chaqueta—, comparado con el lugar de donde venimos esta muy soleado y es fantástico ver el cielo azul todos los días. Me pregunto si habrá rostros interesantes que conocer.
—Estamos rodeados por mucha gente, Minos —comentó Aiacos riendo un poco— ¿o no Radamanthys?
—Ja, la verdad eso no me interesa —comentó el rubio haciendo un gesto de desdén y fastidio—. No vine hasta aqui para conocer a nadie. Solo quiero ganarle a toda la competencia.
—Si, lo sabemos, pero si corres con suerte de que alguien se te acerque, deberías aprovechar la oportunidad. Aquí hay muchos estudiantes y donde nosotros estudiamos todo es muy aburrido.
—¿Qué dijiste Minos? —Radamanthys le lanzo una mirada fulminante mientras terminaba su sandwich— No me interesa conocer gente, no soy como tu.
—Oh si fueras como yo, tendrías a un ejército de chicos comiendo de la palma de tu mano.
—Si, lo que digas...
La tarde cayó aquella tarde que marcaba el fin de las clases y actividades por ese día. Radamanthys salio primero que sus compañeros ya que estaba deseoso por realizar una actividad que no era apropiada a sus dieciséis años: quería fumar un poco. A veces lo hacia a escondidas para entretenerse un rato y porque le agradaba la sensación así que apenas cruzo la puerta del edificio de aulas: se sacó la chaqueta y el chaleco para no dar ni una sola pista de que era estudiante.
Era uno de esos momentos en que agradecía ser tan alto y casi pasar por adulto.
.
Kanon salio del campus universitario a toda prisa deseando encontrarse con aquel estudiante joven, rubio y apuesto lleno de deseos por saciar su curiosidad. De forma muy discreta se lo paso mirando su fotografía durante las clases y en la biblioteca evitando que su hermano lo viera, el chiquillo le parecía sumamente atractivo a pesar de su juventud y aspecto adolescente, el universitario de cabellos cobaltos estaba deseoso por conocerle, por lo menos, de forma superficial por ahora.
La alarma de su móvil comenzó a sonar logrando que el dispositivo vibrara escandalosamente haciéndolo dar un respingo. Era hora del momento tan deseado sintiendo como el corazón le estallaría en pedazos levantandose de un salto de su silla y emprendiendo la carrera hasta el colegio.
—Espero que no se haya marchado aún —decía jadeando e intentando hacer todo lo posible por parecer normal tras detenerse a pocos pasos de la entrada jalando aire con aprehensión—. Podría hacer esto mañana, pero es mejor ahora.
Se recargó un momento para tranquilizarse y para que su corazón volviera a su sitio mirando cada minuto la gran puerta del colegio que aún estaba cerrada, corroboró la hora confirmando que faltaban como cinco minutos para la salida de los estudiantes según lograba hacer memoria ya que él también pasó por ese mismo campus en sus años de adolescencia.
—Deberá salir por esa puerta en cualquier momento —se decía observando todo cual cazador al acecho de su presa sin quitar los ojos de encima pensando y pensando cómo abordarlo— Necesito un tema de conversación y una excusa para acercarme a él, debo verme casual —se decía un poco desesperado.
La puerta se abrió un instante después, ambas hojas se deslizaron en sentidos opuestos dejando salir a los estudiantes haciendo que Kanon prestara especial atención en buscar a la persona que le interesaba. Le transitaron por enfrente varios jóvenes usando uniforme claro a la espera de los estudiantes del uniforme negro y apariencia de niños ricos. Fue entonces que lo vio pasar delante de sus ojos.
El chico rubio salía del campus llevando la chaqueta y el chaleco en las manos mientras que sujetaba su mochila con la otra andando con actitud despreocupada en dirección a donde Kanon se encontraba. El muchacho pasó delante de sus narices haciendo que el estudiante universitario lo observara con lujo de detalle: su impresionante altura, su cabello rubio y alborotado, sus ojos dorados y mirada seria además de sus rasgos afilados y lozanos.
Kanon estaba embelesado, pero antes de que pudiera decir nada, el rubio se adelantó mirando a ambos lados como si buscara algo o alguien. El joven de cabello cobalto fue detrás de él instintivamente cuidando que el jovencito no lo viera, estaba curioso por saber a dónde se dirigía; sobre todo, estaba deseoso por saber si había alguien "más", de esa forma el chico lo guió hasta un local que vendía snacks y bebidas siendo esa la excusa perfecta para detenerse a su lado fingiendo que compraba una bebida o cualquier tontería que vendieran.
El jovencito hizo una señal al vendedor de que quería un cigarrillo y este, al no identificarlo como menor de edad en apariencia, se lo vendió sin más dejando a Kanon sorprendido mientras que él se pedía un agua o una soda sin azúcar notando como el adolescente se alejaba unos pasos buscando algo en su chaqueta que claramente no encontraba.
—Es mi oportunidad —pensó Kanon tras pagar por su agua— ¿necesitas encendedor? —pregunto amable mientras el chico lo observaba brevemente.
—Si, por favor —respondió seco recibiendo el pequeño encendedor azul ofrecido por Kanon—. Gracias —tras devolverlo buscó donde sentarse por un momento.
—Hace un clima estupendo, ¿no crees?
Radamanthys alzó la mirada observando un poco extrañado el que ese recién llegado, que parecía ser un estudiante, le hablara sin más.
—Si, eso parece —volvió a responder seco.
—No te había visto por el campus, ¿en que facultad estudias? —aquella fue la pregunta más tonta que pudo salir de sus labios, pero ya estaba hecho.
Así daba a entender que lo tomaba por un colega aunque, claramente, sabía que era varios años más joven.
—No, soy de bachillerato —indicó el rubio con calma esbozando una leve sonrisa.
—¿De verdad? Disculpa mi imprudencia. Como eres muy alto, creí que eras un compañero de la universidad —añadió tomando asiento cerca de él.
—Está bien.
Se quedaron un momento en silencio mientras Kanon hacía lo posible por no mirarlo de frente. El tono de su voz le agradaba así como la forma que tenía de sujetar el cigarrillo.
—¿Entonces estudias en el bachillerato Galard?
—No. Estoy aqui por ahora en un evento —no dijo más mirando al vacío por un momento— Imagino que eres estudiante de la universidad que está más adelante.
—Asi es... Por cierto, me presento me llamo Kanon, un gusto conocerte por accidente.
—Claro... escucha, te agradezco por prestarme tu encendedor. Debo irme o llegaré tarde a cenar. Hasta luego, Kanon —el rubio se puso de pie de un salto alejándose cuanto antes de ahí.
—Pero...
Kanon lo vio marcharse con pasos rápidos algo decepcionado porque no le dijera su nombre, pero al menos había conseguido charlar con él por un momento dibujando una amplia sonrisa en sus labios. Mañana podría pasarse por el colegio Galard so pretexto de asistir a clases, lo cual no era enteramente falso, pero sus clases comenzaban un par de horas más tarde que las del colegio decidido a saber el nombre del atractivo chico rubio.
Ahora que lo pensaba, esa evasiva le resultó atractiva invitando a querer conocerlo un poco más, aún sonriente se puso de pie dirigiéndose al dormitorio rememorando cada instante de esa interesante tarde.
.
Continuará...
*Notas: Se viene turbiedad en este nuevo relato dedicado a uno de mis ships favoritos: Rada x Kanon solo que esta vez todo se desarrolla en un AU académico que ya he ido presentando en otras historias. Entre Kanon y Rada solo hay 5 años de diferencia y ya estaba ansiosa por mostrar a un Rada adolescente y este universo académico que poco a poco he ido trabajando en diferentes historias es una buena oportunidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro