"El éxito es la capacidad de seguir adelante, de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo"

-Winston Churchill
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Caminé por el concurrido pasillo mirando el horario que había recibido por correo hace dos semanas atrás. Estaba tratando de encontrar mi salón, pero me resultaba difícil por la cantidad de estudiantes que me rodeaban. Tampoco ayudó que mi enfoque no estuviera completamente en mi tarea. Mi mente seguía divagando hacía otra cosa, más específicamente Deep Voice.

Todavía estaba un poco cabreada de que hubiera sido tan grosero conmigo; y por un poco cabreada, quise decir totalmente cabreada.

Como si fuera culpa mía, él fue quien me golpeó. De hecho, tuvo el descaro de actuar como si yo fuera completamente la culpable cuando no lo era. Fue más una culpa parcial, que paso a compartir; y no me dejes ni siquiera involucrarme en actuar de forma tan poco caballerosa.

Deep Voice ni siquiera se ofreció a ayudarme a levantarme, o ver si estaba bien. Podría haberme roto los brazos, la pierna o cualquier otra cosa; y luego el quería mirarme de arriba a abajo sin ni siquiera tener la decencia de ser discreto al respecto.

Quiero decir, fue completamente halagador, pero ese no es el punto.

Después de unos minutos de búsqueda y silenciosamente refunfuñando finalmente encontré mi aula. Entré por la puerta, y antes de que pudiera sentarme en mi respectivo asiento, fui atacada

— ¡Uff! — gemí cuando cuatro pares de brazos casi me aprietan hasta la muerte.

— ¡Dios mío, Emi!

— ¡Te extrañamos tanto!

— ¿¡Cómo has estado!?

— ¿Cómo fue tu verano?

— ¿Nos extrañaste?

Logré pronunciar tres palabras entrecortadas. — N-No. No puedo. Respirar.

— ¡Ohh! lo siento! — un par de brazos se retiró de inmediato mientras que el otro se quedó exactamente dónde estaba.

— Mac, aléjate de ella.

— No — dijo con firmeza una de mis mejores amigas, apretando su agarre.

Dejé escapar una risita entrecortada y me retorcí en el agarre de hierro de Mackenzie. Para alguien tan pequeña, era bastante fuerte. —Kenzie, me estas matando.

— Al menos morirás en mis brazos — dijo Kenzie seriamente.

— Mac, si no la sueltas — la hermosa chica de piel marrón chocolate hizo palanca. La morena al fin fue despegada de mí.

Respiré hondo y sonreí apreciativamente. — Gracias Majesty.

Kenzie cruzó los brazos sobre su pecho. — ¿Es una pena que extrañara a mi mejor amiga? — . demandó, mirándome.

Tal vez, solo tal vez, me tomaría la mirada de muerte un poco más en serio si no hubiera estado gritando cuánto me extrañaba hace diez segundos.

— No, pero es un crimen apretarme hasta la muerte — me froté la caja torácica, aunque en realidad no me dolía tanto.

— Estas bien, ¿No?

Puse los ojos en blanco, y luego contemplé a mis dos mejores amigas desde los siete años: Majesty Dillon y Mackenzie Winchester.

Salí antes de jalarlas de nuevo a un abrazo grupal. —¡Uf, las extrañe un montón chicas!

— Nosotras también te extrañamos Emi — dijo Majesty apretándome un poco antes de dejar caer sus brazos. Me sonrió, mostrándome sus dientes blancos como las perlas y sus ojos castaños almendrados brillando. — ¿Cómo has estado nena?

— He estado bien — asentí logrando alejarme de Kenzie y su agarre de hierro. — Aburrida este verano sin ustedes, pero de alguna manera sobreviví — suspiré.

— Oh, no seas demasiado dramática — Kenzie agitó una mano, caminando hacia un par de escritorios en la parte trasera del aula. En la esquina izquierda donde estaban las maletas de ella y Majesty.

— No estoy siendo exagerada — la seguí con Majesty detrás de mí. — Ustedes me dejaron sola durante todo el verano. ¡Fuiste a Grecia! — apuntando a Mackenzie — Y tú te fuiste a Paris! — volteándome a Majesty — ese es un equivalente al abandono.

— Mess excuses Demi mais il était inévitable — dijo Majesty suavemente.

— ¿Qué? — fruncí las cejas.

— Dije, mis disculpas Demi, pero era inevitable — se hundió en el escritorio frente a Kenzie, quién le lanzo una mirado con ojos marrones entrecerrados.

— Majesty, sabes que no hablamos ni entendemos francés.

— Cursaste tres años francés, sin contar el pre-curso que tomaste en octavo grado — señalo Majesty.

Kenzie frunció el ceño. Sus delgados labios rosados volvieron a repetir — Majesty sabes que no hablamos ni entendemos el francés.

Rodó los ojos y yo me reí, tomando asiento en el escritorio junto a Kenzie. — Entonces, ¿encontraron alguna aventura divertida a bordo?

Kenzie resopló. — Ojalá, mis abuelos apenas me dejaron salir se casa. Tenían miedo de que me secuestraran porque no puedo hablar el idioma.

— Bueno eso podría ser un pequeño problema — sostuvo Majesty. Se apoyó en el banco de Kenzie y apoyó la barbilla en su mano.

— Supongo, pero de alguna manera arruinó la diversión de mis vacaciones — nos dio una mirada aguda. — déjame decirte, que no es divertido quedarte encerrado en una casa pequeña con cincuenta parientes diferentes que solo puedes entender.

Niego con la cabeza. — no suena así.

— Bueno encontré muchas aventuras en la belle ville de l'amour.

— Si no hablas en español no vamos a hablar contigo — espetó Kenzie.

— Vous êtes une chienne — respondió Majesty con una sonrisa de suficiencia en su cara.

— Se lo que significa Majesty!

Majesty se río y hecho su largo cabello sobre su hombro. — conocí a un chico.

Jadeé. — ¿Lo hiciste?

— ¿Lo hiciste? — Kenzie se inclinó hacia adelante. — ¡Como no me dijiste eso!

— Estaba esperando a que Demi llegara.

— Bueno, ya estoy aquí — hice un ademán con las manos. — ¡Habla!

— No fue la gran cosa — se encogió de hombros. — Quiero decir no fue la película de "Lizzie McQuire" no hicimos nada de esa mierda.

— ¿No fue esa filmación en Roma? — pregunté, confundida.

Ella puso los ojos en blanco. — Cállate, Demi.

— Entonces, ¿qué hiciste? — Kenzie preguntó, ansiosa por conocer los detalles.

— Solo pasamos el rato, ¿sabes? Me llevó a hacer turismo, nos besamos un par de veces — Majesty sonrío y se encogió de hombros de nuevo. — Fue divertido y él era hermoso — agrego en agradecimiento.

— ¿Te besaste con él un par de veces? — levanté las cejas.

— Nos besamos mucho — me corrigió — pero eso no es el punto.

— ¿Están juntos ahora? — Kenzie preguntó.

Majesty arrugó su pequeña nariz. — Uhm, no, Fue sólo una aventura. No me va todo eso de las relaciones a distancia, nunca funcionan.

— ¿Tuvieron sexo? — susurré conspirando.

Kenzie se inclinó aún más, indicando que ella y el ambiente que la rodeaba sentían curiosidad.

— Por supuesto que no lo hicimos — dijo sonando un poco ofendida. — Apenas lo conozco. ¿Qué tipo de pregunta es esa?

Me encogí de hombros. — Eres un comodín Majesty. Nunca se sabe que vas a hacer.

— Estoy eligiendo tomar eso como un cumplido — cruzó sus largas piernas debajo de ella y se reclinó sobre la mesa de su escritorio. — Entonces. ¿Qué hiciste Emi? Oh, espera — levantó una mano. — Déjame adivinar, ¿Quizás.... bailaste veinticuatro siete?

— No — sonreí, rondando los ojos.

— Tus piernas dicen todo lo contrario — . dijo Kenzie abiertamente comenzando a mirar mis tonificadas y bronceadas piernas. — Mejoraron en nuestra ausencia — miro a Majesty. — ¿No mejoraron en nuestra ausencia?

Majesty la miró y asintió con la cabeza en confirmación. — Mejoraron en nuestra ausencia.

Sonreí con orgullo y flexioné mi pierna derecha. — Está bien, tal vez bailé mucho, pero eso no es lo que hice.

— Supongo que dormiste y comiste también — dijo Majesty.

— Graciosa — me pasé la mano por el pelo.

— Está bien señoras dejen de pelear — dijo Kenzie dramáticamente. — Tengo algunas noticias importantes.

— ¿Se trata de que te pongas al día con Riverdale? Porque a pesar de que Jughead no murió y fue todo una trampa...

Kenzie jadeó ruidosamente. — ¡Majesty no! ¡Aún no he terminado el final de la temporada!

— Ohhh... oops — Majesty rió tiernamente.

Kenzie se tapó la cara con el brazo y gimió. — Mi vida está arruinada. Gracias. Muchísimas Gracias, Maj.

— No seas tan melodramática — agitó una mano.

— ¿La noticia? — le pregunté.

— Oh, claro — Kenzie se sentó de nuevo y nos miró seriamente olvidando su angustia temporal. — Mis fuentes han confirmado que Aidan Benson ha regresado.

Mis cejas se fruncieron en confusión mientras los ojos de Majesty se abrieron un poco.

— ¿Es en serio?

— Mhmm — asintió. — Es verdad, verdaderamente verdadero.

— Oh guau — las cejas oscuras de Majesty se arrugaron. — Estaba segura de que se había ido para siempre.

— Lo mismo digo — asintió Kenzie. — Sabes que fue a la cárcel.

— Oh, no no lo hizo — Majesty habló al instante.

— ¡Si lo hizo! Se peleó con un chico de otra escuela y terminó en un hospital. Y luego lo enviaron a la cárcel.

— ¿Y de dónde escuchaste eso? — pregunto Majesty.

— Conozco a mucha gente — dijo Kenzie con confianza, levantando la barbilla.

— Escuchando a las chicas de segundo año chismosear mierda en el baño no es conocer gente — Majesty resopló, poniendo las dos últimas palabras entre comillas en el aire.

— Pausa y rebobina — levanté las manos antes de que Mackenzie pudiera explicar. ¿Quién es Aidan Benson?

Majesty y Kenzie se volvieron para mirarme con incredulidad.

— ¿No sabes quién es Aidan Benson? — Kenzie preguntó con incredulidad.

— ¿Te preguntaría si supiera? — espeté.

— Oh Dios, Emi a veces estas tan metida en tus propios pensamientos que ni siquiera sabes lo que pasa en tu alrededor — Kenzie puso los ojos en blanco. — ¿Quién no sabe quién es Aidan Benson?

— ¿Quién no sabe hablar un idioma después de estudiarlo durante cuatro años? — contraataque.

Me hizo un gesto grosero con la mano y me reí.

— Ya sabes quién es Emi — dijo Majesty, llevándome de nuevo al tema en cuestión. — Aidan estuvo aquí durante el primer año y la mitad del segundo año antes de irse. Era, como, el chico malo cliché que toda adolescente alborotada se enamoraría. Siempre peleando con estudiantes y profesores, apenas se presenta a las clases, una especie muy caliente de ser humano, cabe recalcar.

— Y cuando dice caliente, se refiere a jodídamente caliente — interrumpió Kenzie con entusiasmo. — En serio, es hermoso. Vi una foto reciente de él en Instagram y... — suspiró poniéndose una mano en su corazón. — Es como si hubiera sido creado por las manos del mismísimo Dios. Creo que estoy enamorada.

— Tú estás enamorada de cualquier chico que sea un poco guapo — se burló Majesty. — Tienes un problema con los chicos.

Kenzie la ignoró por completo. — No sé qué es lo que más me gusta de él. Su cabello negro perfectamente peinado, sus hermosos ojos verdes. lo músculo que es o lo alto que es también.

Fruncí un poco el ceño. Su descripción de él lo hizo son terriblemente familiar.

Espera, ¿Era Deep Voice?

— O tal vez su delineada mandíbula — continuó efusivamente. — En serio, podría cortar mi corazón a la mitad con esa cosa — dejo escapar un suspiro. — Es una pena que sea criminal.

— No sabes si es criminal Mac — Majesty irrumpió en sus fantasías verbales.

— ¡Fue a la cárcel, eso es un hecho!

— No, no lo es. El hecho es que dejó esta escuela a mediados de segundo año, no sabemos qué fue lo que exactamente paso — la corrigió Majesty. — El rumor es que fue a la cárcel. Nadie sabe realmente lo que pasó antes o después. Solo estás siendo una asumidora, y a nadie le cae bien una asumidora.

— Creo que lo conocí esta mañana — corté con su pelea estúpida.

Kenzie se dio la vuelta para mirarme. — ¿Lo hiciste? ¿En serio? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Es tan sexy como creo que es?

— Bájale un poco — pasé mis dedos por las puntas de mi cabello. — Se topó conmigo esta mañana. Chocamos y me caí de culo.

Mi irritación de antes volvió a aparecer.

— Entonces tuvo el descaro de ponerse furioso. Él estaba actuando como si fuera completamente mi culpa, cuando definitivamente la culpa fue él. Claramente, no estaba mirando hacia donde iba porque si lo hubiera hecho, se habría apartado de mí, corrido de lugar o algo así — me liberé y crucé los brazos sobre mi pecho.

— Uh huh — asintió Kenzie. — Entonces, ¿es tan caliente como creo que es?

— Vous êtes ennuyeux — Majesty murmuró claramente no en voz baja.

Kenzie pateó su escritorio haciendo que las cosas se sacudieran.

— ¡Ay! — Majesty la miró a lo que Kenzie respondió con una dulce sonrisa.

— Upss — se volvió hacia mí. — Entonces, ¿es sexy?

Fruncí los labios.

— Si —. admití a regañadientes. — Lo es. Es realmente sexy, pero tiene un problema de actitud que es una completa mierda.

— Nada te apaga cuando estás tan caliente — no estuvo de acuerdo.

Puse los ojos en blanco. — Tienes un problema.

— No. No lo tengo. Es perfectamente normal que una adolescente hormonal babee sobre el espécimen masculino, Particularmente la parte más fina — movió la pierna con ansiedad. — ¿Crees que tendremos clases con él?

— ¿Crees que se presentará a alguna clase? — Majesty preguntó.

— Buen punto.

Desdoblé mi horario y lo extendí sobre mi escritorio. — hablando de clases, ¿cómo son sus horarios?

La conversación rápidamente tomó otro giro mientras discutíamos queclases teníamos. Ni una sola vez se desvió hacia el regreso de Aidan Benson.

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