〘YoungJae's heart〙

Había llegado a la casa de Sunwoo cuando el reloj marcó las 15 con 45 minutos.
Y, luego de entrar sin siquiera haber llamado a la puerta -dado que le había avisado a Hyung que estaba llegando-, dejé un par de bolsas sobre la mesada de la cocina.
Solía comprarle cosas para comer o beber algunas veces en las que vendría a visitarlo.
Porque una parte de mí adoraba ser atento con él incluso aunque solo recibiera un gracias que podría sonar como si solo fuera educado conmigo.

Podía sentir la mirada de mi mayor seguir cada movimiento que hiciera mientras ordenaba los productos en las repisas correspondientes.
Sin embargo, lo ignoré, porque, si bien me ponía nervioso, estaba acostumbrado.

Así mismo, íbamos a la sala y me tumbaba en el sofá.
A menos que estuviera realmente cansado.
En esas ocasiones me acomodaba en la cama de Sun y lo jalaba a mi lado.
Porque él era calentito y sus latidos me resultaban tranquilizantes.

Más allá de eso, no actuaba como si fuera el dueño del lugar.
Porque no iba a abusar de las libertades que Sunwoo me otorgaba.
Solo entraba usando la llave que Chan me había dado, guardaba las cosas si es que hubiera traído algo y me sentaba en la sala o en su habitación.

No iba a negar que, cuando me perdía en mis pensamientos, solía deberse a alguna situación en donde imaginaba a Sun Hyung viviendo en la misma casa que yo.
Compartiendo cama, desayunando juntos y estando abrazados hasta quedarnos dormidos.
Era una ilusión tonta, tal vez, pero me gustaba.

Cuando fuimos los dos a su sala, lo abracé.
Quería creer que él estaba familiarizado con mis repentinas cercanías y que no pensaba en alejarme.
Éramos casi de la misma altura, él siendo un poco más alto que yo.
Y, aprovechando aquello, ocultaba mi rostro en el hueco entre su hombro y su cuello.

Su aroma era embriagador.
Era una extraña mezcla entre el café que tomaba en las mañanas y el olor a lavanda del suavizante que usaba.
Sunwoo no usaba perfume, creo que se debía a que no le gustaban.
Era, sin dudas, una combinación peculiarmente exquisita que me gustaba tanto.

—Entonces yo le dije que era imposible que alguien fuera así toda la vida y que— nos habíamos sentado en el sofá, uno al lado del otro, y Hyung me había cortado en medio de mis reproches.

—¿Quieres que yo haga 'eso' para que ganes una apuesta?

—¡No es una apuesta! Solo quiero restregarle en la cara lo equivocado que está— recordar la discusión que había tenido con uno de mis compañeros de clases me había puesto colérico.
Sobre todo porque no me gustaba cuando las personas trataban a Sunwoo como lo habían hecho sus ex-novias.

—¿No quieres comer algo?

—Sí hay algo que quiero comer, pero es tema a parte— me crucé de brazos y miré hacia otro lado.
Era obvio que él quería cambiar de tema, solía hacerlo sin darse cuenta y yo aún no encontraba la razón de eso.

Además, no me sentiría seguro al verlo con todas las imágenes que cruzaban por mi cabeza.
Imaginar los labios de Sunwoo contra los míos, me hacían ir a mil por hora.
Como si la adrenalina se apodara de mi cuerpo y me hiciera temblar de emoción.
No era sano para mí ni para mi corazón.

—Hyung— hablé nuevamente luego de negar con la cabeza para alejar aquellas ideas y volví a verlo. —, no será tan malo. Estoy seguro de que tiene una sonrisa preciosa.

—Sinceramente no tengo ni idea de qué estás diciendo.

—Solo debes hacer lo que yo te diga y todo estará bien.

—La última vez que dijiste eso, ChanHee terminó cayéndose de un árbol, YoungJae.

Sunwoo tenía un buen punto, dado que mis planes no solían terminar bien.
No obstante, ahora no había nada de malo en buscar que él sonriera.
Sabía que ChanHee había intentado ayudarlo una vez, pero que jamás consiguió que Sunnie le prestara atención.
Entonces, si lograba convencerlo de que me imitara, sería avanzar bastante en un tablero de "Serpientes y escaleras".

Llevé mis dedos a la comisura de sus labios y les di un suave empujón hacia arriba, abultando sus mejillas en el proceso.
La mueca que salió como resultado era una extraña mezcla entre una sonrisa y el típico gesto de 'formar una línea con los labios' que me hizo soltar una pequeña risa.
Estando con aquella expresión se veía gracioso, sin embargo, podía admitir que, al mismo tiempo, era algo adorable.

—Vamos, aporta un poco— supliqué luego de alejar mis manos de su rostro.

Señalé mis labios y elevé las comisuras, indicándole a Sunwoo que me imitara y que cerrara sus ojos luego de que moviera sus belfos.
No era -aún- una sonrisa perfecta, debido a que él parecía un poco tenso.
No obstante, verlo de aquella forma delante de mí me hacía sentir tan vulnerable.

Los labios de Hyung, al sonreír, se abultaban y lucían un poco más carnosos de lo que ya eran.
Sus mejillas no eran muy  rechonchas, pero, ahora, chocaban contra las leves bolsas debajo de sus ojos.
A pesar de verse incómodo, podía apreciar los pequeños detalles que lo hacían hermoso.
Y, entonces, pensé en que si lo ayudaba solo un poco más, podría conseguir que él sonriera con más libertad.

Primero debía enseñarle a identificar las emociones, por lo que debía averiguar si había alguna forma de que él las aprendiera desde cero.
¿Debía enseñarle como si fuera un niño del kínder?
El segundo paso sería ayudarle a expresar las emociones, tal como ahora.
Y, finalmente, dejar que él logré identificar los momentos en los que debía sonreír o llorar, por ejemplo.

—YoungJae, ¿Cuánto tiempo debo seguir así?— la voz de Sunnie me sacó de mi ensoñación, recordándome que él aún seguía con sus ojos cerrados y esa extraña mueca.

—Solo un poco más— susurré, sabiendo que me oiría de todas formas.

Me acomodé mejor en el sofá, apoyando mi brazo en el respaldo y pasándolo detrás del mayor para estar más cerca de él.
Mi mano se acercó a su mejilla y mi pulgar acarició su piel, sintiendo la delicadeza que esta poseía.
Acerqué mi rostro al suyo hasta poder sentir nuestras respiraciones mezclarse.

Quería besarlo.
Saborear por primera vez el gusto de sus labios y descubrir si eran tan suaves como creía.
Pero no sabía si era lo correcto, porque sería sin su autorización y, probablemente, él no estaría siendo consciente de lo que yo planeaba hacer.

Debería estar enseñándole diversas expresiones, sin embargo, mi mente se nublaba.
Mi cuerpo reaccionaba a ese estimulo que me gritaba que no estaría mal.
Que, tal vez, no tendría otra oportunidad para estar así de cerca de él.

Mis labios se unieron a los suyos luego de pensarlo durante unos largos segundos.
Al comienzo fue un simple roce, como si ambos -o quizás solo era yo- tuviéramos miedo de asustar al contrario.
Sentí sus manos alrededor de mi cintura y como él movía lentamente sus belfos sobre los míos.
No necesité cuestionar nada, porque mi razonamiento suponía que, después de haber tenido parejas, él habría aprendido a cumplir con sus necesidades básicas.

Sus labios eran suaves, similares a un esponjoso malvavisco.
Y cálidos, con un leve dulzor, como un café moca.
Así como su aroma, este beso me embriagaba y me gustaba tanto que a penas pude ser consciente de lo que se avecinaba.
Ahora solo deseaba poder besarlo sin la necesidad de tomar aire.
Luego pensaría en qué le diría; una excusa piadosa no vendría mal.

°

°

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B l u e D i a m o n d.

Anniong~

Bueno... no sé qué pasó, no tenía planeado que esto terminara así. Digamos que, a veces, ellos hacen lo que quieren. Bue.

De hecho, el primer beso no iba a ser hasta el capítulo 23 y este es el 09. Muchos caps. de diferencia, pero no me quejo.

Anyway, una vez más, espero que les esté gustando.
Voten y comenten, es un espacio libre y yo se los agradecería mucho. Además de que me deja saber si vale la pena continuarlo, so, eso.

Thanks and see you soon.