Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🎬 7 📸

Buenos Aires, Argentina

Cuando los dos salieron con la carpeta de los papeles firmados de las autorizaciones para trabajar en otro país, se metieron dentro del coche y Demetrio condujo hacia uno de los centros comerciales que conoció en los días anteriores.

—Mi casa queda para el otro lado —unió las cejas estando confundida.

—Lo sé, pero vamos al centro comercial.

—¿A qué? —Lo miró extrañada.

—A ver El Peón I. Necesitas ver algo de lo que hice para que no te sientas tan descolocada.

—Sí, tiene razón —asintió con la cabeza también.

—¿Cómo va el perfil? Mi representante me dijo que te está siguiendo.

—No vi nada todavía desde anoche.

—Cada cierta hora, revisa el perfil, ya no tienes que preocuparte por seguir un orden, esto será más liviano, más divertido y lo disfrutarás.

—Intentaré disfrutarlo y divertirme también, sin descuidar el trabajo.

—No lo harás, no te preocupes.

Mientras él conducía, ella entró al perfil para ver las nuevas notificaciones. Se sorprendió de ver muchas, la gran mayoría eran seguidores nuevos, entre ellos el representante que incluso le envió un mensaje privado, dándole la bienvenida al equipo. Ella se lo respondió con amabilidad en italiano.

—¿Tienes un vestido de gala?

Su pregunta la tomó por sorpresa y se quedó mirando la pantalla de su celular al tiempo que pensaba.

—El de cuando me gradué de relacionista pública, pero es corto.

—No te servirá.

Demetrio activó las manos libres para hablar por teléfono con su representante y avisarle que el jueves cuando llegaran quería que acompañara a la chica a comprarse un vestido. Amarilis abrió más los ojos y lo miró.

—No hace falta, lo compraré acá, puedo fijarme en alguna tienda del centro comercial.

—De acuerdo, gracias, Gennaro.

—Puedo comprarme el vestido en el shopping.

—Por eso no hay problema, el jueves o el viernes te acompañará la esposa de mi representante.

—No quiero causar molestias y menos apenas llego al país.

—A su esposa no le molestará, le gusta ayudar a las personas si puede.

La joven solo asintió con la cabeza mas no dijo nada.

El actor ubicó el auto en un sector libre del estacionamiento del centro comercial y se puso una gorra con visera y la capucha de su campera.

—Para camuflarme —le respondió y le sonrió sin mostrarle los dientes.

Ambos se bajaron del auto y caminaron hacia la entrada. Subieron al tercer piso donde se encontraba el patio de comidas junto con el sector del cine.

—Para aligerar todo un poco y sin hacer fila, es mejor que vayamos a los paneles de auto compra de entradas, va a ser lo mejor.

—Está bien.

Cuando la chica pagó las entradas y lo que iban a consumir, dieron un recorrido por el mismo piso ya que en menos de media hora tenían que hacer la cola para entrar a la sala del cine.

—Y cuénteme, ¿cómo es con sus fans? ¿Suele dejarle comentarios o likes? ¿Tiene páginas de apoyo?

—No tengo muchas páginas de fans, pero las pocas que tengo, me siguen desde hace dos años y yo las sigo también. A veces les dejo comentarios.

—Eso es bueno, por lo menos no lo ven tan lejano.

—No me considero un hombre lejano, si me considerara así, yo no estaría aquí contigo en un centro comercial a punto de ver una película. Le hubiera pedido a alguien más que buscara una asistente y quizás cuando estuvieras en Italia te conociera o quizás no.

—Mmm buen punto. ¿Y a las fans les responde los comentarios que le dejan o le da likes a los mismos?

—No, a lo sumo me limito a dar likes, no quiero que se malinterpreten las cosas si llego a responder algún comentario.

—Creo entender su postura, tiene miedo de que inventen cosas.

—Exacto, tengo una exposición atroz y no me gustaría que se me vincule con alguien que jamás conocí. Por un tema de respeto también hacia la fan, no está bueno que le lleguen comentarios o mensajes de odio.

—No, viéndolo de ese modo, no está nada bueno que pase eso... Aunque me dijo Bruno que es usted un mujeriego —respondió metiendo la cuchara hasta el fondo.

Demetrio estalló de la risa y la miró con atención a la cara.

—Algo de eso hay, pero es un tema mío y privado.

—¿La lista es larga? —cuestionó bien curiosa.

—Extensa, ¿y la tuya?

—Unos cinco —quedó confundida cuando se lo dijo de repente porque ni un posible novio tuvo en su adolescencia y mucho menos en sus veintitantos.

—Le habrás roto sus corazones.

—No, ellos a mí.

—Seguro que se lo perdieron.

Amarilis solo levantó los hombros en señal de no saberlo, pero lo que sí estaba bien claro era que le había mentido.

—Cambiando de tema, ¿cómo son las premieres?

—Glamorosas.

A Amarilis se le dispararon los nervios de nuevo cuando pensó en lo que podría llegar a ser una alfombra roja. Veía estas cuando había premios internacionales, pero no sabía si así eran las premieres también.

—¿Las premieres son como una gala de premios?

—No tan así, solo están los actores y quienes trabajaron detrás de cámaras, luego están los paparazzis, la prensa y los fans. Luego de la llegada y las fotos, pasaremos a la sala de cine para ver la película. Estarás bien, te será sorprendente y abrumador al principio y en los siguientes lugares donde tendrás que presentarte conmigo, pero a medida que pase el tiempo te será llevadero —confesó con tranquilidad.

—Eso espero —tragó saliva con dificultad.

—Gennaro nos acompañará también junto con su esposa y mi familia. No suelen acompañarme, pero cuando tienen la posibilidad lo hacen, así que no estarás tan sola.

—De acuerdo.

—Ya casi es la hora —respondió Demetrio.

Los dos dieron la vuelta y se dirigieron al sector del cine, fue la chica quien le presentó las entradas al personal del cine y él caminó detrás de ella casi con la cabeza gacha. Apenas entraron, se ubicaron donde habían elegido las butacas.

A medida que la película avanzaba, Amarilis iba quedando más fascinada que antes, las tomas de las cámaras en su rostro, las escenas de torso desnudo cuando salía de ducharse, o se lo veía solo con el bóxer y de espaldas a la cámara hacían sonrojar a veces a la chica hasta que vio el trasero desnudo en una de las escenas y Amarilis se tapó los ojos con las manos emitiendo casi un gritito.

Demetrio la miró y por poco estalló de la risa.

—A partir de aquí ya no tengo más el culo al aire —acotó el actor.

La argentina se carcajeó y los demás le chistaron. Se miraron y se rieron sin emitir sonido. Cuando la película terminó, aplaudieron y silbaron, y las luces comenzaron a encenderse.

—Esperemos a que todos salgan —dijo él.

—Bueno.

El hombre la observó revisar el celular y sin que se diera cuenta le tomó una foto para subirla a sus historias: Alguien está compenetrada en su trabajo.

—¿Qué te parece si nos sacamos una foto?

—¿Le parece? —formuló un poco cortada.

—No estaría mal.

—De acuerdo entonces.

Se acercaron un poco más y Demetrio tomó la foto.

Aquella foto la subió a sus historias también y agregó unas palabras: Últimos días de descanso en Buenos Aires. Pronto conocerán en persona a la señorita que tengo a mi lado, mi asistente personal.

Esa vez no la etiquetó, guardó su móvil y se levantaron de las butacas cuando vieron que la sala había quedado vacía. Caminaron hacia el lado contrario y salieron por una de las puertas laterales bajando hacia el estacionamiento donde dejaron el auto.

—¿Qué te pareció la película?

—Me gustó mucho de verdad, no soy muy fanática de las películas de acción, pero me gustó. Es un buen actor, señor Cabassi, se mete muy bien en el papel. Lo felicito.

—Gracias, Amarilis. ¿Has empacado ya?

—Sí, ¿a qué hora es el vuelo?

—Bastante temprano, viajaremos por la madrugada en un avión privado.

Los ojos de la chica se abrieron mucho más.

—¿Avión privado? —recalcó su respuesta.

—Desde hace dos años que puedo permitirme ciertas cosas de lujo, como, por ejemplo; tener a disposición cuando quiero un avión privado.

—Vaya, qué top —rio, pero sin burlarse de él—. En ese caso, me dará la dirección después para poder ir.

—Por supuesto —la miró un instante y luego volvió a mirar hacia el frente.

Demetrio dejó en la puerta de su casa a Amarilis y se despidieron para verse en la madrugada del viaje.

Durante la noche y dentro de la cama, la chica decidió buscar por internet el nombre del actor para saber más cosas de él y al dar con una película, decidió verla. No sin antes postear una nueva foto en su nuevo perfil.

gio.9 ¡Qué ojos tienes! Me gustan más las películas que los libros

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro