9: El tonto capitán
La clase de deportes no era la favorita de Beomgyu, pero tampoco la odiaba.
Le gustaba correr, pero no cuando lo obligaban a jugar partidos de volleyball como el día de hoy. No le iba bien con los deportes competitivos o en equipo, y sospechaba por la cara que había puesto Yeonjun cuando el entrenador lo eligió como capitán de uno de los equipos que a él tampoco.
Si bien el alfa parecía estar en forma (o eso podía ver en los pantalones cortos de deporte y la camiseta sin mangas) parecía totalmente desinteresado en poner esfuerzo en esta clase.
El entrenador entonces había escogido a Mingi como el otro capitán, y la expresión de Yeonjun había pasado de desinteresada a irritada.
Los idiotas de la clase lucían enfadados de que Yeonjun había elegido a algunos de ellos en su equipo, mientras que Beomgyu había sido el primer elegido de Mingi.
Secretamente el omega hubiese deseado que Yeonjun lo escogiera antes. No era nada personal pero había empezado a sentir... cierto rechazo hacia Mingi.
No le gustaba la forma en la que le hablaba como si el fuera un tonto, o la forma en la posaba su brazo alrededor de su cintura como si Beomgyu le perteneciera. Pero tampoco quería ser el que dijera algo para pararlo, técnicamente el alfa aún no se había "sobrepasado", la mayoría diría que solo estaba intentando cortejarlo.
—Puedes quedarte detrás mío, precioso, no dejaré que la pelota te alcance.—Le dijo Mingi antes de guiñarle un ojo y volver a ver al otro lado de la cancha.
No pudo evitar hacer una mueca.
¿Para eso lo había escogido en su equipo?
El partido comenzó, y fiel a su palabra el alfa no había dejado que ninguna pelota alcanzara a Beomgyu. No le gustaba el volleyball, pero estaba empezando a aburrirse.
Mientras del lado del equipo de Yeonjun, el parecía ser el único esforzándose. Podía ver cómo estaba claramente frustrado de que sus compañeros no estuvieran moviéndose, pero no decía nada.
Cómo estaba ocupado intentando recibir todas la pelotas, Yeonjun no había tenido tiempo de prepararse para el asalto de Mingi.
Una pelota que el imbecil con todo propósito había golpeado con todas sus fuerzas directo a su cara.
El impacto fue tal que Yeonjun cayó al piso de espaldas.
—¡Yeonjun!—Gritó Beomgyu desde el otro lado de la red e intentó correr hasta él, pero el capitán de su equipo lo tomó del brazo.
—Estará bien, es normal que pase en el juego.—Le dijo Mingi con el ceño fruncido, a lo que Beomgyu de verdad se molestó. Soltó su brazo del agarre del alfa y le dijo:—Lo hiciste a propósito.
—¿Y? Se lo merece.
Beomgyu negó con la cabeza y fue por dejado de la red hasta el otro lado de la cancha, donde ninguno de los idiotas en el otro equipo habían auxiliado al alfa que se estaba levantando del piso.
—¿Estás bien?—Beomgyu lo ayudó a levantarse, pero Yeonjun tenía una mano protegiendo su nariz.
—Solo me golpeó algo fuerte, estoy bien.
Una gota de sangre se hizo visible y Beomgyu se asustó.
—Oh Dios, creo que te rompió la nariz, h-hay que llevarte a la enfermería, Dios, ¡entrenador, lo llevaré a la enfermería!—Dijo el omega arrastrando al alfa fuera de la cancha.
—Espera, estoy bien, es solo...—Beomgyu volteó a verlo con dagas en los ojos.
—Iremos a la enfermería.—Yeonjun jamás lo había visto así.
—Está bien.
Los demás presentes, incluido Mingi, estaban muy confundidos de que lo que habían presenciado.
*****
La mujer beta que trabajaba como enfermera de la escuela era realmente dulce. Había atendido a Yeonjun rápidamente, también hacía descartado que fuera una rotura, pero le había vendado a nariz y le había recetado unos analgésicos para el dolor, todo bajo la atenta mirada del omega sentado en el consultorio.
Lo cierto es que Beomgyu se sentía algo culpable.
De cierta forma, el había provocado algo de ese desdén que tenía Mingi hacia Yeonjun, todo por una estúpida apuesta que ni siquiera había sido idea suya.
—Tendrás que dormir algo sentado y con cuidado de no golpear tu nariz, el dolor será molesto por unos días. Nada de volleyball para ti por unos días.—Yeonjun asintió a las indicaciones de la enfermera.—Iré por un par de vendas extra para que te las lleves a casa.—Dijo la mujer, dejándolos solos.
Beomgyu suspiró y se hundió más en el pequeño sofá en el que se encontraba.
—¿Por qué parece que tú estás a punto de llorar? No eres a quien casi le arrancan la nariz con un balón.—Quiso bromear el alfa para aligerar el ambiente.
Pero el omega no se lo tomó en broma.
—Lo siento.—dijo en su lugar.—Creo que es mi culpa que Mingi se las traiga contigo.
Yeonjun bufo.
—Como si me importara el cara de sapo.
—Hablo en serio, tal vez no debí... sentarme contigo en el almuerzo y esas cosas.
Yeonjun se sorprendió.
¿Beomgyu de verdad pensaba que había hecho algo malo?
—¿Te arrepientes de sentarte conmigo? ¿te avergüenza o...?
—¡No!—Aclaro el omega.—Es solo que Mingi.. se supone que a su rara manera me está cortejando.
—¿Te estás dejando cortejar por ese alfa de quinta?
Beomgyu tomó su pelo entre sus manos. Sabía que sonaría tonto para Yeonjun el decirle que no podía decirle que no a Mingi sin que lo vieran mal todos los demás, incluso sus padres.
—Es complicado.
El alfa en ese momento sintió un mal sabor de boca peor al que le habían dejado los analgésicos.
¿Por qué Beomgyu se conformaba con tan poca cosa?
¿Y por qué diablos a él le importaba de todas formas?
—No es asunto mío de todas formas, no es como si fuéramos amigos.—Se levantó de la camilla y buscó su mochila.
El omega lo miró confundido.
¿A qué se debía esa respuesta tan grosera?
—Supongo que no.
—Pues no.
—Pero pensé...
Yeonjun lo miró.
—¿Qué?
—Que tal vez yo te había empezado a caerte bien.—El alfa se congeló.—Tienes razón, es una idea tonta, nos vemos en química.
Beomgyu se levantó y llevó salió de la habitación.
****
¿Caerle bien?
¿Qué tontería había sido esa?
¿Se supone que eso debería hacerlo sentir mal?
¿Por qué estaba funcionando?
Yeonjun cerró con fuerza su casillero pensando en era un idiota por sentirse mal. Pero no podía evitarlo.
Bien, tal vez había sido un poco grosero.
Se disculparía por eso cuando viera a Beomgyu y problema solucionado.
Pero, ¿y si Beomgyu no quería oír sus disculpas?
Esa posibilidad... lo hacía sentir mal. Cómo si tuviera algo atorado en el garganta.
Negó con la cabeza. No era algo tan importante.
Siguió caminando con destino a su siguiente clase, cuando al pasar por el jardín detrás de la cafetería pudo divisar al omega que estaba ocupando sus pensamientos.
Era Beomgyu.
Estaba tipeando algo muy concentrado en su computadora portátil, tenía puestos unos auriculares grandes negros y su cabello se encontraba algo despeinado, como si hubiese estado acostado en el piso.
Se encontraba algo lejos como para haberlo visto tan rápido.
Yeonjun no querría admitirlo, pero el olor vainilla del omega era cada vez más reconocible para él. Si Beomgyu estuviera en un rango cercano a él, al contrario de como era antes, solo un aroma más entre miles de ellos, ahora podía distinguirlo como una aguja en un pajar.
Esta reacción lo hacía refunfuñar.
Yeonjun siempre había pensado que era mejor que cualquier alfa descerebrado que solo se dejaba llevar por el instinto. Su madre lo había criado mejor que eso.
Claro, desde un punto de vista objetivo podía ver el atractivo de un omega como Beomgyu.
Beomgyu era... precioso, por supuesto.
Tenía un rostro muy bonito a la vista, su olor era atractivo, y tenía un cuerpo... que era mejor no pasar mucho tiempo mirando.
Sabía que había alfas que andarían tras el cual perritos falderos, pero él no era uno de ellos.
Así que no se detuvo, solo siguió caminando, a pesar de que había querido hacerlo.
Más tarde ese mismo día, su mejor amiga lo había regañado por el tremendo golpe en su nariz, como si el hubiese podido hacer algo para detenerlo. Mas Soyeon notaba la mirada perdida en el rostro de su amigo, así que había preguntado:—¿Qué mosca te picó?
Yeonjun la miró.
—¿Qué?
—Desde que llegué estás como ido, ¿se puede saber que te pasa?
El alfa abrió ligeramente la boca, pero no dejó salir ninguna oración.
—Definitivamente te pasa algo.
—Solo es... una tontería. ¿Recuerdas a ese omega molesto que conociste en el taller?
—¿El lindo castaño con pinta de niño mimado? Si.
—Si, ese, bueno... digamos que hice algo para molestarlo, creo, dije algo que estúpido que tal vez no debería haber dicho.
—Ajá, fuiste un alfa tonto. ¿Y luego?
—Él.. no me gritó ni nada, solo se veía algo decepcionante, ¡lo cual es una locura! no somos amigos ni nada, es solo que estamos haciendo un trabajo juntos, pero la mayoría del tiempo no podemos estar en el mismo lugar sin discutir y no se... porque el se había empecinado en pasar tiempo conmigo, sus amigos son unos idiotas y uno de ellos incluso me amenazo, pero ese no es el punto y...
—¿Te gusta?
—¡¿Qué?! Claro que no, solo no me gusta que me hagan sentir culpable.—Se cruzó de brazos.—Además el fue quien se acercó.
—¿No dijiste que esa escuela es como el infierno y que todos son unos tontos insufribles?
—Si.
—Pues tal vez él se siente de esa forma también, ¿lo has pensando?
—Pero tiene muchos amigos.
—¿Pero son amigos de verdad?
Yeonjun lo pensó.
Pensó en todas las cosas que Beomgyu le había dicho hasta el momento.
—Tal vez él en el fondo, ese omega también se siente solo y atrapado.
Y tal vez ahora se sentía un idiota por no verlo.
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