15: ¿Fresa o vainilla?
El sábado por la mañana, Beomgyu se despertó de nuevo por el dolor del celo, pero notó algo extraño. Tenía un paño húmedo en la frente bloqueándole la visión.
Se sacó este y ver a su madre entrando a su habitación lo asustó.
—¿Mamá?
—Oh, despertaste, iba a cambiarte el trapo.—Dijo la mujer acercándose a él.—Tenías un poco de fiebre, ¿te sientes mejor?
Beomgyu negó con la cabeza.
—Me duele...
—Ya te debe haber pasado el efecto de los supresores—Ella buscó en la mesita de Beomgyu y encontró el paquete.—Ten.
El omega mastico la pastilla, un poco feliz de que su madre estuviera allí. El olor de ella siempre lograba calmarlo.
Suspiró y volvió a recostarse.
—Beomgyu, ¿de quién es la chaqueta con la que te quedaste dormido?
El omega sintió su boca secarse.
—¿Uh?—Se hizo el desentendido.
—Te quedas dormido abrazándola.
—No me había dado cuenta.
La mujer se cruzó de brazos.
—No le mientas a tú madre, mocoso. Algo detonó tu celo, revise tu calendario, no estás ni cerca de fecha de siempre.
Beomgyu tragó con fuerza.
—Mamá...
—Es Soobin, ¿verdad?
La sorpresa en el rostro de Beomgyu fue confundida por la mujer como una confirmación.
—¡Lo sabía!
—Mamá, no...
—No, no, no, yo lo sé, se como es cuando un alfa te hace sentir de esa forma, recuerdo muy bien cuando me di cuenta de que estaba enamorada de tu padre.—Ella sonaba emocionada.—Mira, Beomgyu, sabes que me gusta Soobin y lo apruebo, pero no quiero que ustedes estén teniendo relaciones sexuales sin que tú...
—¡Mamá, por Dios! ¡Yo ni siquiera tengo esa necesidad cuando estoy en celo!
—¿Ah, no?
—No, esto fue solo...
—La tendrás, tarde o temprano, no debes apresurar las cosas, debes hacerte respetar.
Beomgyu sintió sus mejillas sonrojarse.
—Te lo digo porque te quiero, Beomgyu, los alfas pueden ser...
—Lo sé.—Dijo el.—No te preocupes.
Su madre asintió.
—Dile a Soobin que hablaremos con él.
—Mamá, Soobin no es...
—Iré a hacerte un poco de sopa.—La mujer lo dejó con la palabra en la boca, y se salió de la habitación.
Beomgyu quedó solo de nuevo, preguntándose:
¿Ahora qué?
******
Su celo duró lo regular, 4 días, y no había sido muy diferente a lo de siempre.
El martes por la mañana, se sentía como nuevo y listo para volver al colegio.
O eso les había dicho a sus padres, pues jamás podría hablarles de lo aterrado que estaba de volver a ver a Yeonjun.
Salió de la casa con una supuesta sonrisa que de inmediato se deshizo en una mueca de ansiedad.
Nada más abrir la puerta de su auto, el olor del alfa se hizo presente. Era bastante sutil, pero como Yeonjun había manejado su auto estando en celo todavía podía percibirse.
Pino fresco y chocolate amargo.
Beomgyu no quiso admitir ni para sí mismo que le gustaba.
Esto era malo, era muy malo.
*******
Yeonjun era incapaz de prestar atención en clase ese día.
No hemos hablado mucho de la vida del alfa en casa, déjenme darles una introducción.
Su madre trabajaba como enfermera, por lo que no estaba mucho en casa en lo absoluto, era una omega que había quedado embarazada a una edad muy temprana, tenía tan solo 18 años cuando quedó embarazada de Yeonjun. Pero en ese entonces no estaba sola.
Kim Jisoo estaba muy enamorada de un guapo alfa llamado Taehyung, ellos eran jóvenes e inexpertos cuando tuvieron su primer hijo. Yeonjun no había sido planeado pero era muy amado por ambos, tanto que huyeron de casa y Taehyung consiguió un trabajo y tomaba clases en la noche mientras Jisoo se dedicaba a cuidar de su hijo, eran muy felices a pesar de no tener mucho dinero.
Jisoo siempre había querido dedicarse a cuidar a los demás, por lo que ser enfermera era su sueño. Después de un años, y siendo Yeonjun ya un poco más grande, pudo retomar sus estudios. Normalmente tenía a Yeonjun dormido en sus clases mientras ella estudiaba, el no molestaba, era un bebé muy tranquilo.
Pasó el tiempo y después de graduarse Taehyung consiguió un mejor trabajo, las cosas iban bien,
entonces Jisoo volvió a quedar embarazada.
Choi Yeji había llegado a sus vidas, y al igual que Yeonjun, era una alfa.
Jisoo continuó con sus estudios, pues Taehyung se había cargo de los niños en las noches.
Cuando se graduó, fue un momento feliz para todos, incluso ahorraron lo suficiente para tomar vacaciones en familia por una semana, teniendo Yeonjun 5 años y Yeji 1.
Vivían en una bonita casa, sus hijos iban a una buena guardería, Jisoo había conseguido su primer trabajo y Taehyung había sido ascendido de nuevo.
Hasta que un trágico accidente cambiaría sus vidas para siempre.
Sucedió cuando Yeonjun tenía 12 años.
Su padre había salido tarde del trabajo, pues el banco donde trabajaba estaba cerrando el año.
Un conductor borracho le arrebató al hombre que hasta ese día había sido su héroe.
Después de eso, todo se vino abajo.
Su madre tomaba todos los turnos posibles para cubrir los gastos.
Se mudaron a una casa más pequeña.
Yeonjun se había vuelto alguien retraído y cerrado, no dejaba entrar a nadie, solo a su mejor amiga, Soyeon.
Su hermana estaba triste todos los días, Yeonjun cuidaba de ella en las noches mientras su madre trabajaba.
Los primeros años fueron terribles, a los 15 Yeonjun empezó a ayudar a Jungkook en el taller. Yeji solo tenía 11 en ese entonces pero ambos casi no pasaban tiempo en casa desde entonces.
Yeji se la pasaba en casa de su mejor amiga Ryujin, mientras su madre trabajaba y Yeonjun ayudaba en el taller en las tardes. Aún así, Yeonjun hacía lo que podía por consentir a su hermana todo lo que podía.
Solía comprarle dulces o alguna cena deliciosa con lo que hacía en el taller. Aún lo hacía, pero su hermana rara vez estaba en casa.
Por eso cuando le llegó un mensaje de su madre diciendo que necesitaba recoger a su hermana a la salida de la escuela eso le llamó la atención.
Yeji era perfectamente capaz de caminar de su escuela a la casa los días que no estaba con Ryujin (que eran muy pocos).
Algo seguramente había pasado.
Así que, por más de una razón, Yeonjun estaba distraído.
Aún no había visto a Beomgyu ese día.
Suspiró juntando sus cosas cuando el último timbre del día sonó.
Solo tenía que dejar algunos libros en su casillero e iría por su hermana, pero no contaba con el omega estaría allí.
Parado frente a su casillero, estaba el omega que había detonado su celo, el omega que no lo había dejado dormir todo el fin de semana y por quien casi había muerto de preocupación, pero había sido demasiado cobarde como para contactarlo.
Beomgyu aún no lo había visto.
Él se veía muy bien ese día, con unos jeans sencillos y una camiseta oversize. Tenía en sus manos la chaqueta que le había dejado esa noche.
La que pertenecía a su padre.
Se acerco lentamente y cuando Beomgyu lo vio, pudo ver que sus ojos se agrandaron y sonrió tímidamente.
¿Así se sentían todos los tontos alfas de quienes siempre se reía?
Porque si era así, por fin lo entendía.
—Hola.—Dijo.
—Hola.—Respondió Beomgyu.
—¿Estás bien?
—Si, lo estoy.—Yeonjun asintió.
Un pequeño silencio se instauró entre ellos mientras no dejaban de mirarse.
Definitivamente algo había cambiado en su relación.
—Oye, yo quería devolverte esto.—Beomgyu le tendió la chaqueta.—Y decirte que siento mucho todo lo que pasó.—El omega tenía las mejillas coloradas, recordando la noche del viernes.
—No es tu culpa, puedo pasarle a cualquiera.—Dijo Yeonjun.—Puedes quedarte con la chaqueta.
Beomgyu lo miró extrañado.
—¿Quedármela?
—A ver, pontela.—El omega rió un poco, porque el alfa lo estaba mirando con una sonrisa. Se colocó la chaqueta, la cual era al menos 3 tallas más grande de lo que el podría ocupar.
Yeonjun acompañó su risa, a él también le quedaba un poco grande, pero en Beomgyu se veía adorable.
—Te queja mejor que a mi.
—¿Estás seguro?
—No la uso casi, era de mi padre.
—¿Era?
—Ya no está aquí para usarla.
Beomgyu sintió que su sonrisa caía.
—No puedo aceptarla.
—Lo harás, te gusta.
Beomgyu no podía negarlo, hasta había pensado un outfit para combinarla.
—Pero...
—Llegó tarde, nos vemos luego, Beomgyu.—El alfa abrió su casillero y tiró sus libros antes de cerrarlo.
—Espera.—Las mangas de la chaqueta le quedaban tan grandes que Yeonjun a penas veía la mano que sostuvo su brazo.—¿A dónde vas?
—Tengo que buscar a mi hermana del colegio.
Beomgyu lo miró extrañado.
—No sabía que tenías una hermana.
—Si, está en la secundaria.—Beomgyu asintió antes de decir:—¿Quieres que te lleve?
*****
Yeji hablaba hasta por los codos.
Era algo que Yeonjun le había advertido a Beomgyu desde que entraron al auto del omega, pero este le había dicho que no se preocupara.
—Como te decía, Beomgyu, Ryujin es la omega más hermosa que ha pisado la faz de la tierra, su cabello es negro y largo, sus ojos se asemejan a...
—Las estrellas que iluminan el cielo nocturno.—Dijo Yeonjun en voz burlona.—Lo he escuchado miles de veces, enana. Ya para.
—¡Le decía a Beomgyu no a ti!
—Beomgyu no quiere escuchar de tu triste enamoramiento por tu mejor amiga.
—¡Oye!—Dijo el omega manejando el auto—No pongas palabras en mi boca, yo nunca dije eso.
—¿Ves?—Le replicó a su hermano.—¿Dónde me quedé? Ah, ella es inteligente...—Continuó haciendo que Yeonjun ruede los ojos y Beomgyu ría.
El alfa fingía estar molesto, pero estar en un auto donde Beomgyu reía con su hermana le parecía un poco surrealista. El omega estaba usando la chaqueta que le había obsequiado, y cuando se puso a analizar su perfil distraído y feliz, se dió cuenta de algo.
Él realmente podría acostumbrarse a eso.
—Yeonjun, hace mucho no me llevas a tomar helado.—Su hermana lo distrajo de su ensoñación.
—¿Ah? Te llevo otro día.
—Podemos ir ahora si quieren.—Ofreció Beomgyu tímidamente.
—¡Si! ¡Que Beomgyu nos acompañe!—Dijo la alfa más pequeña emocionada.
Le había caído bien Beomgyu, es más, en pocos minutos de conocerlo llegó a la conclusión de que sería la pareja perfecta para su hermano.
Pero ese tonto jamás se daría cuenta solo, así que había que darle un empujoncito.
*********
—Tres conos grandes, por favor.—Dijo Yeonjun a la cajera pasándole dinero. Su ticket fue impreso rápidamente.
—Yo quiero las tres bochas de chocolate.—Dijo Yeji a la persona sirviendo.
—No tenías que pagar por mi.—Dijo Beomgyu.
—¿Qué? ¿No puedo invitarle un helado a un amigo?—El omega sonrió.
—¿Ya somos amigos? ¿Ya no harás esa cosa donde intentas asustarme para que me aleje de ti?—Yeonjun se encogió de hombros.
—No estaba intentando asustarte, esa es mi personalidad.
—Mmm, claro.—Beomgyu no podía dejar de sonreír.
—¿Siguientes?
—Ah, yo quiero el mío de banana split.—Dijo Beomgyu.
—Yo de vainilla.—Dijo el alfa. Esto llamó la atención de su hermana.
—¿Desde cuando te gusta de vainilla? Siempre pides de fresa.
Por alguna razón, Beomgyu se sonrojó.
—Ahora me gusta mucho la vainilla.—Dijo simplemente.
Y vaya que era cierto.
Se que parece que la historia avanza lento, pero les prometo que en los siguientes capítulos se viene lo chido🗣️🗣️
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