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10: La voz del alfa

—¿Vas a llevar a Yeonjun a la fiesta de esta noche?—Preguntó Taehyun. Todos los ojos se dirigieron a Beomgyu.

—¿Fiesta?

—En mi casa, mis padres no estarán todo el fin de semana.—Mencionó el alfa.—¿Lo llevarás? Imagino que ya está loco por ti, solo faltan dos semanas para el baile.

Beomgyu no respondió.

—Oye, está bien si quieres desistir de esa tonta apuesta, fue una idea estúpida de todas formas.—Dijo Soobin.

—No, la apuesta sigue en pie.—Le respondió el omega. Odiaba cuando Soobin lucía como si sintiera pena por el.—Iremos a la fiesta.

—Genial.—sonrió el otro alfa.

Y a Beomgyu le daba mala espina que el quisiera a Yeonjun en su fiesta.




****





En el laboratorio de química las cosas eran un poco incómodas.

Yeonjun se arrepentía de cómo había tratado al omega hace unos días, cuando el lo había acompañado a la enfermería. El omega se había preocupado y el había sido grosero.

Así que ahora miraba de reojo a Beomgyu, tratando de poder leer en su rostro si este estaba molesto. Pero el castaño solo hojeaba su libro con aburrimiento siguiendo la lectura del día.

El profesor de química no se había presentado a clases ese día, pero había dejado lectura obligatoria y algunos ejercicios para hacer en hojas que la secretaria del director les había repartido y debían presentar al final del día en su oficina.

Aún así, él no podía concentrarse.

—Una foto dura más.—Dijo Beomgyu sin levantar la mirada de su libro.

Yeonjun se sobresaltó.

—¿Ya terminaste el primer ejercicio?—Preguntó tratando de aparentar que quería copiarle la tarea.

—Aún no he empezado, y lo sabes porque no has dejado de mirarme fijamente los últimos 20 minutos.

Yeonjun apartó la mirada sintiendo sus mejillas sonrojarse.

—No miraba fijo.

—Si, lo hacías, ¿tengo algo en la cara o qué?—Beomgyu volteó hacia él.

Yeonjun aclaró su garganta.

—Solo quería decir que fue injusto ser grosero ese día que me llevaste a la enfermería.—El alfa abrió su libro por primera vez en el día, mientras estaba era el omega quien lo observaba.

—¿Ah, si? ¿Por fin admites que somos amigos?

—Bueno, yo diría más bien compañeros de clase y conocidos, si.

Beomgyu rodó los ojos.

Pero en ese momento vino a su cabeza la petición de esta mañana.

—¿Y estaría bien si le haces a tu compañero un favor?—Yeonjun frunció el ceño y lo miró.

—¿Qué clase de favor?

—Está noche habrá una fiesta en casa de Kang Taehyun y no me gusta mucho la idea de ir solo.

—¿No tienes a tus amigos?

—Sabes a lo que me refiero.

Yeonjun lo miró genuinamente confundido.

—No, no lo sé.

—Pues que mis amigos tienen otros amigos por los cuales me abandonaran en la fiesta, además Mingi va a estar siguiéndome todo el rato.

—¿Y yo que tengo que ver?

Beomgyu suspiró. A veces este alfa si que era difícil.

—Pues que si se da cuenta de que no estoy solo me tendrá que dejar en paz.—Dijo, tratando de hacerse entender.

Y funcionó.

—Estás loco si crees que iré a una de esas ridículas fiestas.

—Oh, vamos, por favor, será divertido.

—Ni en sueños, ni siquiera me cae bien esa gente.

Beomgyu estaba tentado a decir que a él tampoco, pero sabía que eso no ayudaría a su causa.

—Solo por un rato, y te dejo en tu casa.

—No.

—Yeonjun, si tú...

¡Dije que no!—Gritó al omega, utilizando su voz de alfa.

Ambos se sorprendieron. Al igual que toda la clase.

El primero en reaccionar fue Yeonjun, dándose cuenta de que había hecho algo que jamás había pensado. El jamás usaba su voz de alfa, especialmente con un omega.

—Beomgyu, yo...—Intentó agarrar el brazo del omega que parecía haberse quedado en blanco. Pero este enseguida lo esquivó, todavía atónito.

Eso por un segundo antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas.

—Beomgyu...—Yeonjun sintió que se le partía el corazón al ver al omega llorar, pero este salió corriendo fuera del aula antes de que pudiera alcanzarlo.



*****




¡Tonto, tonto, tonto!

¿¡Su voz de alfa?! ¿!Qué demonios le había pasado?!

Había abandonado la clase detrás de Beomgyu, pero el omega había sido imposible de localizar.

No sabía de dónde había salido esa voz tan potente de dentro de él, o más bien si lo sabía, pero era tan extraño.

A Yeonjun le gustaba pensar que tenía a su alfa interior más o menos controlado, en realidad solo se dejaba llevar un poco cuando estaba en celo, una vez cada 4 meses. El resto del tiempo el intentaba dejar siempre que su parte humana tomara las decisiones.

Pero a veces al rededor de Beomgyu era muy difícil.

No sabia por qué ese omega tenía un talento especial para sacarlo de quicio, el era en realidad alguien muy sereno y calmado cuando Beomgyu no estaba cerca.

Entonces, ¿por qué?

Seguía cuestionándose cuando pudo olerlo; ese delicioso olor a vainilla opacado por algo más agrio, parecido a la tristeza.

Estaba parado frente al armario de escobas del
conserje y fue ahí cuando lo sintió. Beomgyu debió haberse escondido ahí dentro.

Abrió la puerta lentamente y el aroma se hizo más fuerte, sentado en la oscuridad del armario, estaba ese tan problemático omega.

Al verlo, Beomgyu reaccionó:—¡Vete!

—Escucha, Beomgyu, por favor, yo-

—¡No, vete!

Yeonjun se sintió frustrado por no poder expresarse.

—Beomgyu, no fue mi intención hacerte daño, por favor.

—Usaste tu voz de alfa.—Dijo el con la voz baja.

—Si, y lo lamento, siento haber molestado a tu omega.—Beomgyu bajó la cabeza y las enterró entre sus piernas cruzadas en su pecho.

—Eres un mal alfa.

Algo en el interior de Yeonjun se removió al escuchar esas palabras.

—Si, es cierto.—Con cuidado se fue acercando un poco más.—Mira, de verdad lo siento, yo no sé, en realidad no sé cómo pasó, no fue mi intención solo fue como si mi alfa hubiese tomado el control por un momento, fue muy extraño, pero tienes que saber que jamás lo haría de forma intencional, de verdad, Beomgyu.

El chico seguía sin alzar la cabeza.

Se veía tan indefenso ahí hecho una bolita, y Yeonjun no sabía por qué sentía el fuerte impulso de abrazarlo y protegerlo. 

—Si te hace sentir mejor, iré contigo a esa fiesta.

Solo entonces Beomgyu lo miró.

—¿De verdad?

—Si, Beomgyu, iré.

Yeonjun de nuevo no sabía si era el hablando o su alfa.

Él realmente no quería ir, pero era como si el lobo en su interior estuviera tratando de disculparse, y a la vez satisfacer su necesidad de protección hacia el chico.

Era tan pero tan extraño.

Y Yeonjun se preguntó por qué eso jamás le había pasado antes con ningún omega.

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