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1: Alfas tontos y omegas presumidos.

Choi Beomgyu no era exactamente "popular".

El tenía buena calificaciones, pero no lo suficientemente como para estar en el cuadro de honor, también era atlético pero no lo suficientemente como para unirse al equipo de fútbol o el de basquetbol, era bueno bailando, pero tampoco estaba en el equipo de porristas. Tampoco pertenecía al club de teatro o al coro, el simplemente... existía.

Y para un omega eso no era exactamente un cumplido.

Si bien ya no vivían en una sociedad tan estrictamente marcada por estereotipos donde los omegas debían ser solo sumisos y hermosos, ahora había una presión extra en ellos, los omegas que conocía se esforzaban por ser talentosos, inteligentes y carismáticos para tener siquiera la oportunidad de que un alfa se fijara en ellos.

Sin embargo, era amigo de algunas de las personas más populares que había en el instituto. Todos los días en el almuerzo se sentaba en una mesa rodeada de atletas, presidentes de clubes, el consejo estudiantil y demás.

El único al que conocía realmente de ese pequeño círculo era Choi Soobin, uno de los alfas más codiciados del lugar.

Soobin y él habían sido amigos en la infancia; vecinos para ser exactos.

Soobin solía ser adorable de niño, lo acompañaba al colegio y le compartía de su almuerzo, solían jugar juntos los fines de semana en un parque cercano a sus casas y comer helado al final del día, pero Soobin había cambiado bastante al entrar a la secundaria.

Ahora estaban en ultimo año y Soobin era el capitan del equipo de fútbol, se podría decir que aún eran amigos pero rara vez veía a Soobin fuera del instituto, el siempre estaba ocupado con prácticas y fiestas. Pero aún saludaba a Beomgyu y solía pasar tiempo con él en el almuerzo.

Así que, se podría decir que Soobin había hecho a Beomgyu "popular por asociación", lo cual no era tan común como uno pensaría.

Solo había que echar un vistazo a su alrededor, la mayoría de la gente sentada en su mesa eran alfas, algunos omegas estaban allí porque eran excepcionalmente talentos y hermosos, como Huening Kai que era capitán del equipo de porristas. O Sunoo, que era vicepresidente del consejo estudiantil.

Era innecesario decir que ninguno de ellos era amigo de Beomgyu.

Probablemente él les resultaba poco interesante, y aunque no eran groseros tampoco habían un esfuerzo para volverse su amigo.

Lo invitaban a sus fiestas y lo saludan, pero nada más que eso.

Era extraño, uno pensaría que el venir de una familia adinerada y ser atractivo -que Beomgyu lo era, por supuesto- sería suficiente para encajar o para al menos sentir que lo hacía, pero no lo era.

Tampoco ayudaba el hecho de Beomgyu no era exactamente la persona más humilde del mundo.

Si, Beomgyu era muy consiente de su atractivo físico, y le gustaba usarlo a su favor. No de mala manera, el simplemente sabia que los betas y especialmente los alfas lo encontraban adorable.

Había algo acerca de sus ojos marrones profundos y su olor dulce que hacía que nadie pudiera negarle nada de lo que quisiera.

Hablando de algo que quisiera... había olvidado traer una bebida para acompañar su almuerzo.

—Mingi.—Llamó Beomgyu a uno de los amigos de Soobin, un alfa que también era su compañero de clase.

—¿Si?—Respondió Mingi, sus ojos adquirieron un brillo especial al ser llamado por ese hermoso omega.

—Olvide traer una bebida, ¿sería mucha molestia pedir que tu...?

Beomgyu ni siquiera había terminado cuando Mingi ya estaba parado.

—¿Qué te gustaría tomar?

—Solo una gaseosa de dieta, voy a darte...—Beomgyu hizo ademán de sacar dinero de su bolsa, pero Mingi negó rápidamente.

—Te lo traeré enseguida, yo invito.

Beomgyu sonrió.

Y tal vez algún otro alfa por ahí hubo suspirado.

—Gracias, eres el mejor.

Cuando Mingi iba de camino a instalarse en la larguísima fila para comprar de la cafetería, Soobin no pudo evitar reír.

—Creo que lo traes muy mal.—Dijo a su amigo.

Beomgyu trato de actuar desentendido.

—No se de que hablas.—Se encogió de hombros.

—Pues de Mingi, es obvio que está loco por ti.—Beomgyu negó.

Secretamente, él lo sabía, pero siempre le habían dicho que era mal visto para un omega ser orgulloso.

—Claro que no, él solo es amable.

Soobin río.

—Si, claro.—Tomó una papa frita del plato de Beomgyu, y este fingió molestarte.

—¡No toques mi comida!—Trato de reprimir su risa.

En el fondo le encantaba cuando Soobin hacia ese tipo de cosas.

No podía evitarlo.

Desde que era un niño, Soobin era el único alfa que había hecho realmente latir su corazón, y ahora que ambos habían crecido, lamentaba que se hubiesen alejado.

No podía dejar de pensarlo.

Lo perfectos que serían juntos.

Beomgyu sabía que probablemente fuera el omega más lindo del lugar, y Soobin sin duda era el alfa más guapo por goleada. Al menos a sus ojos.

Ambos venían de buenas familias.

Habían sido amigos desde niños.

¿No era ese el romance que todo el mundo quería?

¿Por qué Soobin no se daba cuenta de que era perfecto para él?

—Ugh, está de regreso.—Escuchó la forma despectiva de hablar de uno de los omegas sentado en la mesa.—No puedo creer que lo hayan dejado volver.

—¿De quien hablas?—Pregunto Huening Kai. Beomgyu se fijó en él.

Aunque a Beomgyu le costará admitir, si él era el omega más hermoso del lugar, Huening Kai era fácilmente el segundo. Y no solo eso, él también era talentoso, popular y tenía mejores notas que Beomgyu.

Si un alfa debería elegir entre ellos dos...

Beomgyu prefería no pensarlo.

—Ese bicho raro de Choi Yeonjun.

—Oh, por Dios.

Volteó. El nombre le sonaba.

Solo necesito una mirada para ver a qué se referían.

Todo en ese alfa gritaba "no te me acerques".

Toda la ropa negra, la chaqueta de cuero y las botas desgastadas. La mirada asesina en su ojos.

Estaba entrando a la cafetería con expresión molesta, como si estuviera maldiciendo el estar ahí. Entonces recordó.

—¿No es el chico que había ido a...?

—A la correccional, si.

—No puedo creer que este devuelta aquí, no pueden dejar que esté cerca de ningún omega.—Dijo Sunoo horrorizado.

—¿Qué hizo?

—Supuestamente dicen que fue a parar allí porque vendía drogas aquí, pero también dicen que embarazado a una chica omega el año pasado y la obligó a abortar, aunque no se sabe quien.

Beomgyu abrió los ojos.

El chico se veía intimidante, pero no se veía cruel.

Una mueca de instalo en su rostro y sintió un repentino dolor en el pecho. Los instintos maternales de los omegas eran... increíblemente fuertes.

El no podía imaginarse a si mismo con un hijo, pero era el sueño de muchos de los de su clase.

Obligar a alguien que realmente quería un cachorro a abortar era despiadado.

—Ese chico es escoria.—Dijo un alfa de los presentes.—Estamos cerca de terminar el año, ¿por qué lo dejan volver?

—Oh, no.—Dijo Sunoo.—¿Creen que lo dejen... ir a nuestro baile?

Como parte del consejo estudiantil Sunoo había puesto mucho esfuerzo en el baile de ese año para que fuera la mejor fiesta en los últimos años. Una noche muy importante para todos los graduados.

—Claro que no, bebé.—Dijo Sunghoon, el alfa que era novio del chico.

—He estado trabajando en ese baile todo el año y ahora la escuela deja volver a un ex-convicto un mes antes de que acabe el año—Chilló.

—Nos aseguraremos de que no sea así.

Un pequeño bullicio hizo que todos miraran hacia la fila de la cafetería.

—¡Se intentó colar!—Había gritado alguien mirando despectivamente a Yeonjun.

Beomgyu vió como el alfa se mostraba furioso por la acusación.

—¿Quién se coló?—Era la voz de Mingi.

Maldita sea, ese idiota tenía complejo de salvador.

Beomgyu se levantó. Tenía que decirle a Mingi que ese alfa era peligroso, acaba de salir de la correccional, ¿quien sabe si cargaba una navaja o algo parecido?

—¿A donde vas?—Cuestiono Soobin.

—Tengo que detener a Mingi.

—Espera, espera..

Beomgyu no hizo caso.

No se dió cuenta de que el resto de la mesa se levantó detrás de él, por supuesto, Mingi era uno de los suyos.

—...tras las malditas rejas?

Beomgyu a llegó a escuchar como Mingi provocaba al chico.

—Song, no has cambiado nada, aún eres un maldito descerebrado inútil.

La voz de Yeonjun sonó con fuerza, aunque hablara con mucha calma.

—¿A quien estás llamando inútil, maldito inadaptado social?

Beomgyu asustado, observó a Mingi tomar a Yeonjun del cuello de su camiseta.

—Suelta mi puta camiseta, Song o vas a lamentarlo.—Amenazó Yeonjun, y era aterrador cuando estaba enojado.

Su voz era ronca, sus ojos eran como dagas y se veía peligroso.

—¡Haz algo!—Le dijo Beomgyu a Soobin a su lado.

—¿Yo que? El se lo buscó.—Se encogió de hombros.

Beomgyu no podía creer lo que escuchaba. A su amigo probablemente iban a darle una paliza.

¿Dónde estaban los malditos adultos cuando se los necesitaba?

—El único que lo va a lamentar por haber salido de ese agujero de ratas eres tú.—Mingi se acercaba cada vez al rostro enojado de Yeonjun, así que Beomgyu no pudo ver otra opción.

—¡Mingi!—Se acercó corriendo.

El chico desvió su mirada a Beomgyu.

Y sus ojos se suavizaron.

Pero otro par de ojos mucho más aterradores también se pesaron sobre él.

Y un escalofrío recorrió su espina dorsal.

—¿Beomgyu?

—Ya no tengo sed, vuelve a la mesa, por favor.

El chico lo miró desconcertado.

—Beomgyu...

—Déjalo, por favor, no vale la pena, ¿si? Te meterás en problemas y yo me preocupo por ti.—Beomgyu sabía que esa pequeña frase haría el trabajo.

Varias personas a su alrededor sólo los veían sin hacer nada.

Mingi soltó a Yeonjun.

—Está bien.—Miró con molestia al otro alfa.—Te salvas de esta, sera mejor que no vuelva a ver tu horrible cara cerca mío.

—¿Tu noviecito omega te salva de peleas?—Se burlo Yeonjun, inspeccionando directamente a Beomgyu.—Un alfa patético, ¿no crees?

Beomgyu no estaba seguro de si le estaba hablando a él, pero si que lo estaba mirando. De una forma muy intimidante.

El alfa tenía los ojos color azul helado. Beomgyu estaba seguro de que tenía algo que ver con lo salvaje que era el lobo dentro de él.

Jamás había visto ojos tan impresionantes y aterradores al mismo tiempo.

Nunca se había sentido tan pequeño.

Pero vio que Mingi estaba a punto de reaccionar de nuevo y atrajo al alfa hacia si mismo tomándolo del brazo. Podría jurar que Mingi casi vio estrellas por el pequeño contacto.

—Ven conmigo, está provocándote, no vale la pena.

Mingi asintió de inmediato.

—Tienes razón, Beomi, esta basura no vale la pena.

Por fin consiguió que el chico volteara, entonces Mingi lo tomó de la mano y Beomgyu hizo una mueca.

El alfa prácticamente lo arrastró a toda velocidad a su mesa, mientras Beomgyu no pudo evitar voltear.

Yeonjun aún lo estaba mirando.

Y tenía una sonrisa burlona en el rostro.



****



Cuando estuvieron de vuelta en la mesa, Mingi se sentó a su lado.

No había soltado su mano.

Beomgyu tenía el extraño impulso de empujarla, pero sabía que eso se vería mal.

—Tienes suerte de que Beomgyu haya salvado tu trasero.—Dijo Soobin.

—Lo hubiese molido si peleábamos.

—Acaba de salir de la correccional, podría tener armas.—Dijo Beomgyu.

—No seas tonto, cariño, ¿cómo va a meter un arma a la escuela?

El omega se congeló.

¿Él lo había llamado tonto?

¿Y luego "cariño"?

¿Quien demonios se creía que era?

Ellos dos no eran para nada cercanos como para que Mingi "bromeara" de esa forma, pero nadie, ni siquiera Soobin, pensó que fuera extraño.

Estás siendo dramático. Se dijo a sí mismo.

No pudo ocultar su desagrado por el alfa, haciéndolo soltar su mano y fingiendo buscar algo en su bolso.

—No me gustó la forma en que miraba a Beomgyu.—Dijo Sunoo.

Beomgyu alzo la cabeza.

—¿Cómo me miraba?

—¿A que te refieres, Sunoo?—Exigio saber Mingi.

—Bueno como si... Beomgyu fuera un pastel de chocolate con relleno de chocolate y chocolate derretido encima y él fuera un adicto al cacao.

Mingi gruñó.

Soobin río.

Beomgyu no supo que decir.

—No me estaba mirando de esa forma.—Dijo, pero no estaba del todo seguro.

—Claro que si, ten cuidado, Beomgyu.

—Si, claro, como si Beomgyu fuera a posar sus ojos en ese alfa de quinta.—Dijo Mingi.

—Bueno, sabemos que él no lo haría pero tal vez el chico tenga esperanzas.—Río Soobin.

—Tal vez crea que tiene una oportunidad.—Acompañó otro alfa llamado Taehyu, compañero de equipo de Soobin.

Unos cuantos siguieron riendo mientras el estómago de Beomgyu se retorcía.

No estaba apreciando ser el centro de la atención de estas personas que casi nunca le hablaban realmente.

—¿No sería muy gracioso ver a Beomgyu rechazarlo?

—Oh, aplastar su tristeza corazón.—Más risas.

—Como dije, Beomgyu jamás le dará ni la hora.—Repitió Mingi.

—Tal vez debería.—Sugirió Taehyun con una sonrisa malévola.—Tal vez debería fingir estar interesado y luego reírse en su cara.

No le gustaba a donde estaba yendo esto.

—Debo admitir que sería un poco gracioso.—Dijo Soobin.—Rechazado en frente a toda la escuela, eso debe matar el espíritu de un alfa al menos un poco.

—Se lo merece.—Continuó Sunoo.

—Si, pero sería imposible.—Dijo Huening Kai.—Yeonjun rechaza a todos los omegas que se le acercan.

—¿Se le acerca algún omega?—Preguntó Soobin, genuinamente sorprendido.

Huening Kai se encogió de hombros.

—Antes del incidente, si. Pero dicen que jamás se lió con uno salvo la chica que dejó embarazada, y estoy segura de que ahora también, no es... feo, si te va el rollo de los psicopatas y así.—Soobin bufó.

—¿A quien podría prenderle eso?

—A algunos, el punto es que rechazaría a Beomgyu en segundos.—Dijo Huening Kai.—Sin ofender.—Dijo mirando hacia a Beomgyu.

—No me ofende.—Era una mentira, ¡por supuesto que lo ofendía! Estaba dando a entender frente a un grupo de alfas que no era lo suficientemente bueno para un alfa de segunda.—Pero te equivocas, si quisiera a Yeonjun lo tendría.

No pudo aguantar salir a relucir un poco su personalidad narcisista.

Huening Kai río.

—Eres precioso, Beomgyu, pero no creo que sea así.

—Bueno, te equivocas.

—¿Les importaría hacer una pequeña apuesta?—Sugirió Taehyun.

Ambos omegas lo miraron.

—¿Qué clase de apuesta?—Preguntó Huening Kai.

—Apostar que Beomgyu puede enamorar a Yeonjun y luego pisotear su corazón antes del baile de graduación.

Las reacciones de la mesa fueron mezcladas.

—¡No, mi baile!—Dijo Sunoo.

—¡Eso jamás!—Dijo Mingi.

—Por supuesto que no.—Dijo Soobin.

De todas las reacciones, solo la de Soobin llamo su atención.

—¿Por qué no? Sería divertido.

—Podría poner en peligro a Beomgyu, ademas si Hyuka tiene razón y Yeonjun lo rechaza sería humillante y heriría sus sentimientos.

Beomgyu sintió que penetraban su corazón con una astilla.

¿"Hyuka"? ¿Desde cuando tenían apodos uno con el otro?

¿Soobin realmente lo veía tan indeseable como para que ese alfa lo rechazara?

Odiaba la forma en la que Kai había sonreído.

—Lo haré.—Dijo Beomgyu.

—¡No!—Volvió a decir Mingi.

—¿Quieres calmarte?—Dijo Taehyun.—Beomgyu no es tu omega, solo sera una broma.

—Beomgyu, no tienes que hacer esto.—Dijo Soobin negando.

—Ya lo se, pero Taehyun tiene razón, podría ser divertido.

Trato de sonreír.

Lo cierto era que se sentía abatido.

Si no lograba probar que era deseable para un alfa como ese, su reputación estaría arruinada.

—Bien, entonces es así, tienes hasta el baile para descorazonar al idiota. Exactamente un mes desde mañana.

Beomgyu asintió.

¿En qué se había metido?

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