31.Una obra en camino
April.
Ha llegado el día de mi regalo, Dylan, Adam y yo nos encontramos en medio de un enorme campo lleno de estudiantes de preparatoria, jóvenes de la universidad e incluso astrofísicos que son profesores y algunos colegas que trabajan en la NASA conmigo. Muchas personas están aquí presentes, y no puedo describir con claridad lo que siento en este momento.
Es una sensación de excitación y calma a la vez, conjugadas con emoción por ver las hermosas estrellas Perseidas que dentro de unos minutos más aparecerán en el cielo despejado esta noche, pero sobre todo estoy feliz por compartir esto con ellos, con Adam y Dylan.
Han pasado unos cuantos días, el año está a punto de terminar esta noche, y no hay nada mejor que celebrarlo de esta forma.
Desde aquella tarde en que Adam pidió que Dylan y yo fuéramos a su oficina porque estaba dispuesto a contarme todo, las cosas cambiaron; debo aclarar que nunca me imaginé que hubiese podido pasar por todo lo que me narró, a medida que avanzaba con lo sucedido en su vida, en mi mente se transformaba en una novela trágica llena de muerte, rechazo y dolor. Adam amaba con todo su corazón y su alma a Emily, aún la sigue amando, pero no es mentira que siente algo por mí, lo sé porque lo vi en sus ojos y porque indirectamente me lo dijo.
No saben cómo admiro a este hombre, es el ser humano más maravilloso que he conocido después de mi padre, porque una cosa es cierta: Adam y mi padre coinciden en que sacrifican todo por sus hijos, y a pesar de que mi padre ya no esté en el mundo de los vivos, cada día pienso en él y siempre lo admiraré.
A Adam le he dicho que lo esperaré el tiempo que sea necesario porque lo amo, amo a Adam Sangster con todas mis fuerzas y sin importar cuánto tenga que esperarlo, ahí estaré cuando llegue el momento, incluso si no llega nunca.
-¿Estas lista para recibir el año?-inquiere Adam a mi costado izquierdo. Como dije, desde aquel día las cosas cambiaron y por ende, él dejó de ignorarme como últimamente lo estaba haciendo. Sin embargo, lo extraño es que desde entonces ha habido un cambio notorio en Adam, y es que últimamente ha estado usando sus camisas con los botones un poco abiertos, y estarán pensando "¿No se supone que eso es normal en los hombres o en algunos?" Pero he ahí el cuestionamiento, porque desde que conozco a Adam jamás lo he visto usar sus camisas de esa forma, y lo más extraño de todo es que sólo lo hace cuando está en casa, y de ves en cuando, porque justo en este momento sólo lleva puesto un suéter con cuello de tortuga, jeans de mezclilla negros y tenis de tela.
-Por supuesto, Adam. A pesar de que mi hermano y su novia no están aquí, es un honor tenerlos a ambos conmigo-hablo con una enorme sonrisa en el rostro.
-¿Sabes? Siempre me he preguntado cómo puedes mantener esa sonrisa todo el tiempo, pero ahora me doy cuenta que así eres tú, y cuando te molestas luces tierna-aclara esbozando media sonrisa.
-¿En... En serio?-Cuestiono.-Eres la tercer persona que dice eso.
» Sólo mi padre y mi hermano lo han mencionado y no sé cansaban de decirlo cuando me enojada de pequeña y hacía pucheros. Decían: "Pareces una pequeña muñeca con grandes mejillas" y no sabes cómo me molestaba eso.
-No tienes grandes mejillas-comenta mirándome con ternura-, simplemente tus mejillas son... Siendo honesto, me parecen hermosas, al igual que tus ojos.
» Tus ojos son como dos océanos en los que te puedes perder y no volver, y cuando lloras, su color se intensifica y es como si el océano se congelara o hubiese una gran tormenta en ellos.
Se supone que deberían hablar, cuestionar si es verdad lo que está diciendo, si en serio piensa eso de mí, pero en lugar de ello, sólo me quedo estática como una boba adolescente hormonal y siento mis mejillas arder como nunca las había sentido en todos estos años.
-Papi, ¿por qué no le das un beso a April?-La vocecita tierna a mi costado derecho provoca que me sobresalte al igual que su padre. Ambos nos miramos por unos segundos y apartamos casi de inmediato esa pequeña conexión entre nuestras miradas.
Observamos a Dylan estupefactos, porque, ¿hemos escuchado bien o simplemente es producto de nuestra imaginación? Y si es así, ¿por qué demonios escuchamos justamente lo mismo?
-¿Qué dijiste, cariño?-Cuestiono esbozando media sonrisa risa, pero la realidad es que estoy nerviosa por lo que puede llegar a decir Dylan.
-Que por qué mi papi no te da un beso en tus mejillas. Él dijo que son lindas-aclara, y es cuando siento que vuelvo a respirar con normalidad.-¿Yo puedo darte muchos besos en tus mejillas?
-Pero claro que sí-le digo gustosa, revolviéndole el cabello-, recuerda que yo soy tu oso de peluche.
-¿Su oso?-Pregunta la voz de Adam, asomando su cabeza como si algo no dejara ver a su pequeño.
-Sí, papi. April es mi osos de peluche y la quiero mucho, mucho-aclara haciendo un ademán con sus brazos, extendiéndolos como si formara un universo con ellos.
Y antes de que alguien diga algo más, tomo a Dylan e tres mis brazos y le proporciono muchos besos en sus mejillas, como si fuese mi oso de peluche. Él ríe y posteriormente toma mi rostro entre sus manitas para darme muchos besos en el rostro.
-Eres hermosa-comenta con tanta dulzura que logra que mi corazón se regocija de felicidad.
-Y tú eres muy guapo.-No me quedo con las ganas de hacerle miles de cosquillas, Adam nos mira como un espectador fuera de escena pero de un momento a otro, Dylan provoca que se una a nosotros y esto se vuelve una guerra de cosquillas; los presentes nos miran con una sonrisa en el rostro, "que bonita familia" escucho que mencionan algunos, y por un momento me lo creo.
Imagino que Dylan es mi hijo y que Adam... Bueno, que él es mi esposo. Juntos formamos una gran familia y me siento la mujer más dichosa del planeta, pero esa ilusión se rompe porque sé que aún estoy a la espera de que Adam aclare sus sentimientos hacia mí, y es que una cosa está más que clara: Adam me contó toda su historia, las penas, las risas y todo lo que pasó desde que Emily y él se enteraron que tendrían un bebé, ambos lucharon por darle lo mejor a su hijo y después de todo lo malo, lo han logrado, porque a pesar de que Adam ha pasado estos años solo con Dylan, Emily los cuida como un ángel, inclusive hablaba con su pequeño, y por todo ello tengo claro que una cosa es contarme toda su vida, y otra muy diferente es aceptar que me ama o que si quiera siente algo más por mí.
Tal vez Adam Sangster no me ama, pero, ¿saben una cosa? si eso es cierto, entonces no importa, porque ahora entiendo que importa más el amor tierno e inocente de una persona o un niño como Dylan, que el amor de una pareja que posiblemente después te abandone.
...
Semanas después.
Los días festivos han concluido, el año se ha terminado y otro nuevo ha llegado. Debo decir que el término del año anterior ha sido el más lindo que he pasado, porque no sólo estuve presente en una de las exposiciones naturales más hermosas y que sólo suceden cada cierto tiempo, sino que conté con la presencia de las dos personas más grandiosas del mundo, en especial una.
Mi hermano, Mathew no pudo estar presente esa noche porque decidió irse a Hawái con Amber y recibir el año nuevo ahí. No me opuse ni nada parecido, porque la verdad es que después de todo lo que hemos pasado, mi hermano mayor necesitaba unas vacaciones, y qué mejor que con su novia.
A decir verdad, Mathew se fue demasiado extraño a ese viaje, algo me dice que tal vez su novia y él regresen con una sorpresa, o puede que sólo sea mi imaginación. Sea lo que sea, lo importante es que ambos sean felices.
Ah, y sí leyeron bien, Amber y mi hermanito no han regresado desde año nuevo, es decir, hace dos semanas, y sólo he recibido dos llamadas de su parte, todo para decirnos que se la están pasando de maravilla y que pronto volverán.
-No quiero ir al Jardín de niños, quiero quedarme con April-.Desde la cocina puedo escuchar cómo Dylan se opone a ir al Jardín de niños, Adam lleva media hora intentando ponerle el uniforme y por más que trate de convencerlo, Dylan no desiste de su idea sobre quedarse conmigo hoy.
Las vacaciones de invierno fueron un poco largas, este año el Jardín lo decidió de ese modo, sin embargo, no fue del todo bueno porque los niños se han acostumbrado a estar en casa y ahora, el resultado es que no quieren marcharse.
-Dylan, tienes que ir porque... Espera, no corras, Dylan. No me hagas seguirte, ¡Dylan!-Adam parece desesperado, así que decidí dejar de hacerlo sufrir y dejo la preparación del desayuno para subir a su habitación.
Al llegar, Dylan corre de un lado a otro con la playera mal puesta, el pantalón del pijama y sin zapatos ni calcetines.
Adam corre tras él con el suéter en mano y dispuesto a ponérselo, sólo que Dylan no deja que eso suceda.
A continuación, atrapo a Dylan antes de que pueda seguir corriendo en la habitación y es cuando Adam logra meter el suéter en el orificio de la cabeza y deslizarlo por su cuerpo hasta que queda perfecto.
-Oye,¿por qué te opones a ir?-Cuestiono de cuclillas, acariciando su mejilla con ternura.
-No quiero irme, quiero estar contigo, ma... April-aclara haciendo pucheros.
-Me encantan los hoyuelos de tus mejillas cuando haces pucheros o mohínes, pero no puedes faltar al Jardín de niños, ahí te van a seguir enseñando cosas nuevas y eso te servirá para cuando tengas que ir a la escuela elemental.
¿No quieres ser más inteligente de lo que eres ahora?
Al principio no entiende muy bien lo que le digo y frunce las comisuras de sus labios.
-Si voy al Jardín, entonces, ¿podré ser doctor de adulto?-Cuestiona con incertidumbre.
-Si eso es lo que deseas, entonces sí, serás doctor, pero primero necesitas ir a la escuela y prepararte mucho para lograrlo, así que no puedes faltar a clases.-Aclaro moviendo su cuerpo de un lado a otro pero sin lastimarlo.-Además, el Jardín de niños termina pronto, así que podrás estar conmigo el resto del día.
-¡Sí!-exclama sonriendo. -¿Tú irás por mí, verdad?
-Claro que sí, cariño.
Lo abrazo estrujándolo como un oso de peluche, el cual no deseas soltar al menos por un buen rato.
-Ahora a cepillarte los dientes-le indico con un ademán, invitándolo a entrar a su baño.-Ah, pero...
Se detiene y da media vuelta para regresar.
-¿No pensabas irte sin tus zapatos, o sí?-cuestiono cruzándome de brazos.
-Ah...-esboza una sonrisa pícara y avanza lentamente hacia mí.
-Adam, ¿podrías darme sus zapatos?-pido mirando a su padre. Éste sigue observado estupefacto cómo es que he llegado y en menos de cinco minutos Dylan se ha dejado vestir, cuando él intento media hora y no obtuvo resultados.
Cuando termino de ponérselos, se dirige al baño y es entonces cuando me incorporo, Adam tiene una ceja arqueada y hace mohínes como un pequeño.
-¿Desde cuándo mi hijo te hace más caso a ti que a su propio padre?-pregunta, pero no en un tono de enfado, sino más bien en un tono que muestra cierta burla en ello, y no una burla mala, más bien... Es totalmente diferente a como el Adam de hace meses lo hubiese preguntado.
-¿Nunca has escuchado eso de que las madres son más pacientes con los niños y logran más cosas que los padres? Bueno, las mujeres tenemos ciertos dones que los hombres no poseen, así que he ahí tu explicación.
Antes de que pueda cuestionar algo, doy media vuelta y salgo de la habitación rumbo a la cocina con el propósito de seguir con la preparación del desayuno.
...
Adam.
Inquietud, es una emoción momentánea de acuerdo a la situación que se esté pasando, y se supone que por ser momentánea no dura demasiado tiempo, sin embargo, he sentido eso desde hace días.
Hay algo en mi que ha cambiado, me siento diferente, es como si algo que se ocultaba en lo más profundo de mi ser quisiera emerger a la luz justo ahora, por ella.
La observo mientras sirve el desayuno y Dylan espera gustoso por poder probar los panqueques que nos ha preparado. Quisiera levantarme y ayudarle, sólo que ella se ha negado a que Dylan o yo le ayudemos en algo y a ambos nos tiene nerviosos por no poder ayudarle en nada.
Al cabo de unos minutos, termina de servir todo lo que nos ha preparado y los tres nos disponemos a desayunar.
Tengo a Dylan a mi izquierda, por lo que puedo notar desde hace varios minutos que está nervioso, lo sé porque no deja de frotar su mano sobre su pierna.
-Dylan, ¿te sucede algo?-inquiero puesto que no puedo ignorar que mi pequeño actúe de ese modo.
-Ah... Es que...
-Sea lo que sea, puedes confiar en nosotros, cariño-aclara April extendiendo su mano hacia Dylan, éste la toma y le sonríe para después soltarla y hablar.
-Antes de que iniciaran las vacaciones de invierno, la profesora de mi grupo dijo que teníamos que hacer una obra para las madres-comienza.
-¿Qué no se supone que para el día de las madres faltan meses?-cuestiona April.
-Sí, pero en el Jardín de niños cada año organizan un pre-festival para agradecerle a las mamás lo que hacen por sus hijos y por la escuela, y siempre lo hacen en enero.
Normalmente yo soy el que voy, a pesar que ese día no hay ningún padre presente.
-¿Sobre qué trata la obra? ¿Y el disfraz? ¿O de qué te vestirás?
Maldigo mentalmente ante la mención del disfraz. Se supone que como cada año, al llevarse a cabo la obra, todos los niños tienen un personaje especial y por ende un disfraz que realizar. Normalmente, para situaciones como está, dichos disfraces los manda a hacer Amber con una chica que conoce, sin embargo, ella no está aquí y yo no tengo idea de quién pueda ser la persona que confecciona disfraces.
No puedo maldecir delante de mi pequeño, así que opto por bajar la cabeza y reposar mi rostro sobre la mesa.
-¿Sucede algo, Adam?-cuestiona April colocando su mano sobre mi cabeza.
-No hay nadie que haga el disfraz de Dylan, y yo soy un fiasco cosiendo-aclaro levantando el rostro.
-¿Nadie? ¿Entonces yo qué soy, Adam?-pregunta frunciendo el ceño.-Yo te haré el disfraz Dylan, sólo tienes que decirme de qué trata la obra y listo, ese disfraz estará listo para... ¿Cuándo es la obra?
-En una semana, pero...
-Bien, en ese caso tendré que ir por las telas hoy mismo y las medidas... No importa, ya me sé tu complexión y soy muy buena haciendo disfraces. De niña, yo elaboraba los de Mathew, aunque se supone que él era el que tenía que hacermélos a mí por ser el mayor y no al revés-comenta April con entusiasmo.-Creo que...
-¿Quieres ir?-inquiere la voz tierna de mi pequeño. April se queda callada y gira su rostro hacia él, anonadada por la invitación.
-¿Qué dijiste?-cuestiona estupefacta.
-Eh... ¿Quieres ir a ver la obra? Serías mi... Honor damisela.
April ríe y lo observa con ternura, al igual que yo.
-Cariño, quizás quieres decir Damisela de honor-lo corrijo al revolverle su cabello.
-Tú quieres que... ¿Por qué?-.El cuestionamiento de April deja a Dylan dudando en cómo responder y se queda en silencio por un momento, hasta que encuentra la forma de hablar.
-Porque... Te quiero mucho, April, eres mi oso de peluche y quiero que vengas a verme-aclara con timidez.
-En ese caso... Creo que... Yo... Gracias, Dylan-. Su voz se entrecorta por un momento pero no llora, ninguna lágrima se derrama por su rostro, en lugar de que nos deje verla llorar, se levanta de su silla y después de darle un beso en la mejilla a Dylan, da media vuelta para marcharse.
-Espera-la detiene Dylan, y antes de que puede decir algo más, baja de la silla y sube corriendo al segundo piso.
Ambos nos miramos preguntándonos a qué ha subido Dylan, pero a los pocos minutos él nos da la respuesta.
-Toma, April-habla Dylan entregándole un sobre color rojo. Ésta lo abre y saca una pequeña tarjeta decorada con algunos listones mal colocados y sobre todo, muy coloreado.
-Es... Dylan...-Y es cuando las lágrimas comienzan a deslizarse por su rostro. Sin decir nada más, deja el sobre en la mesa y levanta a Dylan del suelo para envolverlo entre sus brazos.
No sé qué dice ese sobre así que mientras ellos se abrazan, y April llora con Dylan entre sus brazos, tomo el sobre de la mesa y leo su contenido.
Para las personas más especiales del mundo: April y papá.
Debajo de esto se encuentra un dibujo, pero no un dibujo cualquiera, en él están plasmadas tres personas, y no personas cualquieras, sino él mismo, yo y... April. Nos ha dibujado tomados de la mano como una familia, pero lo más sorprendente es que... Emily ya no está plasmada como un ángel arriba de nosotros, Emily ya no forma parte del dibujo.
...
Dos días después
April
-Así que ahora haces disfraces-comenta mi hermanito sentado al otro lado de la sala, con los brazos cruzados sobre su pecho.
-Búrlate, hermanito, búrlate todo lo que quieras, tan sólo te recuerdo que yo te confeccionaba los disfraces para todas tus obras, así que mejor cállate-le aclaro cortando un pedazo de tela que no necesito.
-Bien, me callo pero...-le dirijo una mirada asesina y cierra sus labios.-Mejor sí me callo.
-O mejor me cuentas cómo te fue con Amber en Hawái-le pido metiendo la tela debajo de la aguja de la máquina de coser.
-Ah... No puedo adelantarte mucho porque tenemos una sorpresa para ustedes, sin embargo, puedo decirte que ha sido el mejor viaje de toda mi vida. Amber es una mujer increíble, no tienes idea de lo feliz que soy a su lado.
-Claro que tengo una idea, me lo imagino con sólo mirarte a los ojos de enamorado que pones y en cómo hablas de ella. ¿Acaso crees que no sé darme cuenta que mi hermano mayor está total y perdidamente enamorado de la mejor amiga de mi jefe?-cuestiono rodando los ojos. -Mathew, soy tu hermana, por favor, no me subestimes.
-Si hablamos de subestimar, entonces yo también sé que estás perdidamente enamorada de tu jefe, y que por si fuera poco, sufres por él y te niegas a aceptar que lo amas, ¿o me equivoco?-aclara frunciendo las comisuras de sus labios al mismo tiempo que levanta ambas cejas.
-Ah... En mi defensa, yo... Bien, sí, lo acepto, hace unas semanas me negaba a aceptar que lo amo pero ahora.... Ahora es distinto.
-Claro que... ¡¿Qué?1 ¿Has dicho que ahora es distinto?
-Sí, eso he dicho.
A continuación, Mathew se levanta del sofá donde se encuentra y tomando una silla se acerca a la mesa que he colocado con su ayuda y dónde me encuentro cosiendo el disfraz de Dylan.
-¿Qué significa eso exactamente?-Los ojos de mi hermano están más abiertos de lo normal, e incluso hay un enorme destello de curiosidad en ellos, como un niño que insiste en saber un secreto que cree que es genial.
-¿Y si quiero hacerte sufrir? Tal vez...
-Vamos, April, tienes que decirme ahora mismo-pide tomándome de los brazos al mismo tiempo que me sacude una y otra vez.-Soy tu hermano mayor y te ordeno, jovencita, que me lo digas ahora mismo.
-¡Bien! ¡Ya basta!.-Logro zafarme de su agarre y lo observo estupefacta. Está peor que cuando un chico me rompió el corazón por primera vez y me negué a decirle su nombre. Claro que, después de tanto insistir, terminé diciéndoselo.-Te lo diré. Hace unas semanas, antes de que Amber y tú se fueran de viaje, él me pidió que fuera a su oficina con Dylan, ahí me contó todo lo que pasó con Emily, la madre de Dylan y él cuando se enteraron que tendrían un bebé. Si antes admiraba a Adam, créeme que ahora lo admiro mucho más, y acepto que lo amo.
-Vaya, no sabía eso y Amber no me dijo nada, supongo que ella no lo sabe pero, no importa, ¿le dijiste lo que sientes?
-Sí, se lo dije, y él me dijo que tiene miedo, miedo porque no quiere olvidar a Emily, miedo porque no quiere que nadie lastime a Dylan, y yo... Simplemente le dije que lo esperaré, así tenga que superar sus miedos cuando Dylan sea adulto.
» Pero ahora, si te soy honesta, fui yo la que dijo que lo amo, y él no dijo nada de eso. Simplemente dijo que tenía miedo, más no que me ama.
-Oh... Eso sí es un grave problema, hermanita-suelta Mathew.-Pero te diré algo, si Adam Sangster es tan idiota como para no sentir algo por ti o no reconocerlo entonces él se pierde el mejor amor que pueda tener en su vida, y sobre todo, a una gran mujer que ama más que a nada a su hijo.
Suelto una pequeña risa ante su comentario. Me encanta cuando Mathew me levanta los ánimos y me hace ver que la vida es mucho mejor si se es positivo.
-Eres genial, ¿lo sabías?
-Lo sé, hermanita. Tienes al mejor hermano mayor de todo el universo y de la historia, el que no hayas querido aceptarlo antes es otra cosa-comenta con arrogancia.
-No lo arruines, ¿quieres? Mejor ayúdame que este disfraz tiene que quedar pronto.
-¿Y no te ha dicho Dylan de qué tratará la obra o que se hará en el mini festival?-inquiere.
-Nop. Dylan sólo dijo que será una sorpresa y ni siquiera Adam lo sabe.
-Vaya, quisiera estar ahí para ver esa dichosa sorpresa pero, tengo algo que hacer ese día con Amber, así que me es imposible.
-Lo entiendo, sólo una cosa: ¿cuándo sabremos la sorpresa que mencionaste antes?-pido saber.
-Todo a su tiempo, hermanita, todo a su tiempo...
...
Día de la obra.
April.
Ha llegado el día de la gran sorpresa que Dylan nos tiene preparada, sobre todo a mí. O eso ha dicho mi pequeño.
Me he puesto mi mejor vestido, todo para la ocasión, y, a pesar que Adam ha dicho que las madres que asisten a ese mini festival siempre van bien vestidas y se critican entre sí, la verdad es que no me interesa, lo único importante es que Dylan sepa que estoy ahí, con él.
Hoy, Dylan tiene clases, sin embargo nos han solicitado que lleguemos dos horas antes de su salida, para el comienzo de la obra.
Adam lleva un traje habitual del trabajo, y yo llevo un vestido color rojo con un pequeño escote en la parte de enfrente, mangas cortas y zapatillas de tacón color negro. Todo ello acompañado de un leve maquillaje y una pequeña cartera negra.
-Espera-dice Adam antes de que salga del auto.-Yo te abriré.
Sonrío y el chico más guapo que he visto sale de su auto para abrirme la puerta.
-¿Me permites?-pregunta ofreciéndome su brazo.
-Claro, señor-respondo con una enorme so risa en el rostro, sintiéndome mejor que en mi primer baile de graduación. No, esperen, esto no es digno de compararse con ese horrible baile, porque esto es mucho mejor.
Avanzamos hasta la entrada del Jardín de niños, la cual está decorada con una enorme guía de flores naturales y un enorme letrero de bienvenida.
Las madres de los otros niños llegan gustosas por ver a sus pequeños, Adam tenía razón, ni fin padre se ve presente en ningún lado, y por este motivo, las madres aprovechan para ver a Adam con cierto... Descaro, y no saben cómo su mirada lo recorre de arriba abajo como si Adam fuese un pedazo de carne al que están a punto de devorar, lo cual me resulta asqueroso y me enfada.
-¿Te sucede algo?-pregunta Adam cuando nos sentamos en la fila de enfrente que nos indica la profesora del grupo de Dylan.
-Esas mujeres te ven... Es como si vieran a un enorme filete de carne y quisieran pelearse por él. Como si estuviésemos en la selva y tú fueras una presa jugosa y demasiado deliciosa.
-Tranquila, sólo ignora lo que hacen, siempre he hecho eso-aclara con firmeza.-Además, también a ti te observan, pero a ti te observan con odio, y la verdad, me hace sentir honrado de traer una chica tan guapa el día de hoy.
Asiento y por el rabillo del ojo me doy cuenta que él se ríe un poco y no te voy idea del por qué, simplemente lo ignoro, pero tiene razón, las madres de los pequeños me observaba con odio, y sé perfectamente el por qué, o más bien la persona que ocasiona esto.
El mini festival comienza, la profesora Ana comienza con un discurso y a continuación unos cuantos niños salen bailando, disfrazados de duendes y uno de reno, sin embargo, entre ellos no está Dylan. El siguiente acto es una especie de musical, unos cuantos niños más cantan una pieza que no reconozco pero es demasiado hermosa.
La profesora sigue dando discursos, deseando que todos los presentes hayamos pasado una feliz navidad y gustoso año nuevo, rodeados de amor y felicidad.
También nos aclara que este festival se realiza cada año después de las fiestas de fin de año para agradecerles a las madres lo que hacen por sus hijos. Algo así como el festival del día de las madres pero mucho antes.
No puedo esperar a que Dylan salga y actúe, así que cuando por fin anuncia el momento y el nombre de Dylan está entre los presentes... Casi salto de la alegría.
Los niños comienzan a salir en una fila, hay pequeñas canastas en los costados del escenario, pero los niños ignoran esto y empiezan con su acto.
Cantan y bailan, eso es lo que hacen, el disfraz de Dylan consiste en un hermoso arbolito navideño, y ahora me doy cuenta que él es el único árbol, todos los demás niños son duendes, y lo peor de todo, Dylan siempre está hasta atrás.
La furia se apodera de mí, sin embargo, ver a Dylan actuando tan alegre a pesar de todo esto me alegra y dejó de lado esto. Sólo que pienso hablar seriamente con esa profesora, no es posible que hayan hecho esto, es... ¡Maldita profesora! Y digo maldita porque Dylan me dijo que ella dio las posiciones de los niños, sin embargo no me dijo esto.
El acto continúa y cuando finaliza, todos los presentes nos ponemos de pie para aplaudirles, sólo que la profesora nos pide que sigamos en nuestros lugares porque hay algo más que hacer, el acto final.
Se acerca a los niños y les indica que pueden hacerlo, todos los presentes nos quedamos frunciendo el ceño porque no sabemos qué pasará a continuación, sobre todo porque los pequeños bajan del escenario, tomando una canasta cada uno.
A continuación, cada uno se dirige a una fila y colocándose frente a su respectiva madre, le entregan la canasta; dentro de esta hay un regalo único y especial para ellas.
Dylan está aún en el escenario, mira todo a su alrededor, dudoso, y después de unos minutos, se acerca a la última canasta que queda, la toma con delicadeza y baja del escenario.
Lo primero que pienso es que esa canasta será para su padre, sería lo normal, ¿no? Pero no es así, esa canasta no es para él.
-Es para ti-menciona Dylan bajando la cabeza, como si estuviese apenado.
No digo nada, no puedo decir nada porque no sé qué decir, simplemente toma dicho canasta entre mis manos y me percato que hay una caja dentro de ella, una caja de madera y una cinta con mi nombre.
Adam tampoco dice nada, simplemente sonríe y con un ademán hecho con su cabeza me invita a que la abra.
-Bien, entonces... Aquí voy.
La abro, y cuando lo hago...
Dentro de esta preciosa caja, la cual tiene un hermoso diseño a sus costados, se encuentra una muñeca, una chica con un abrigo, un gorro de lana, su cabello volando y una enorme sonrisa en el rostro, abrazando a un pequeño. Ambos están muy felices, llenos de amor, y si giras una llave pintada de oro, ambos comenzando a moverse, la chica aparta al pequeño y éste abre sus brazos, sonriendo, feliz, para después volver a acurrucarlo de nuevo.
-Es... Hermosa-aclaro.
Dylan no dice nada, simplemente abre un compartimento debajo de las figuras y dentro de este hay algo más especial, algo que logra sacarme miles de lágrimas.
Hay una nota, una nota escrita a mano, con la letra de Dylan.
¿Quieres ser mi mami?
-Esto es... ¿Es en serio?-inquiero llorando.
-Sí, April-dice con una sonrisa llena de ternura.-¿Te gustaría ser mi mami?
Y antes de poder responderle, saca un cartel más grande que él, lo extiende y un enorme dibujo se muestra. Es él, y soy yo, él está abrazándome y yo sonrío al mismo tiempo que patinando sobre el hielo. Arriba de ello, está la misma pregunta que en la nota.
Entonces no puedo evitar llorar más fuerte que nunca, y asiento sin poder hablar, hasta que las palabras salen de mí.
-Sí, sí quiero ser tu mami.
Sin más que decir, lo tomo entre mis brazos y lo beso en sus mejillas.
Este día no podría haber sido mejor, este día es...
Este día me he ganado un hijo, un hijo que desde hace tiempo ya era mío.
...
¡Feliz navidad, queridas lectoras!
Siento mucho si no había publicado antes pero no tengo tiempo, ¿por qué? Bueno, pues porque técnicamente no tengo vacaciones, el semestre se alargó debido al terremoto que hubo aquí en México y me han dejado demasiada tarea, así que a duras penas he hecho esto.
Sin embargo, no podía dejar pasar esto, así que les deseo que se la hayan pasado increíble, que esta navidad haya estado llena de amor y felicidad.
Feliz navidad y un enorme abrazo a todas.
Con amor:
Jackeline Waters🎄😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro