26. Nochebuena
April.
Sí, tenía una respuesta que cambiaría todo, por mucho que quisiera no alejarme de lo que más quería tenía que hacerlo, era lo mejor.
Sí, estaba decidida, tenía una respuesta... Pero LA NASA tenía una propuesta...
Días después
Diciembre 24.
Adam.
—¡Dylan, ven aquí, tengo que darte un baño!—Exclama Amber tratando de atrapar a mi pequeño que corre de un lado a otro.
—¡No quiero!—Le responde con firmeza mientras sigue corriendo.—¡Quiero a April!
Después de días practicando la letra "r" al fin puede decirla con claridad y sin mezclarla con otra letra. Estoy feliz por este logro de mi pequeño, sin embargo... Este es su primer berrinche y para ser honestos, me causa cierta gracia que lo esté haciendo porque April no esté.
—¡Dylan, ven acá!—Grita de nueva cuenta mi mejor amiga al mismo tiempo que trato de burlarme con disimulo. Este día hay mucho que hacer y es una pena que April no se encuentre más en esta casa desde hace días.
Mañana es Navidad y no sé qué haré solo; ante la sola mención me aterra imaginarlo.
Sigo picando verdura en la tabla de madera sobre la barra de la cocina tratando de apartar por un momento a April de mi mente. Puede que sea debido a que llevábamos varios meses conviviendo con ella y ahora... Ella no está, pero, no creo que sea normal estar pensando en ella desde que se marchó a Houston, ¿o sí?
Trato de deshacerme de esos pensamientos pero cada vez que lo intento ella vuelve a mi mente y se aferra a ella. Esta vez Amber entra a la cocina cruzada de brazos y con la frente perlada de gotas de sudor.
—¿Estás... enojada?—Cuestiono alzando la mirada sin levantar la cabeza.
—No, pero tengo que darle un baño al pequeño y el parece negado dejarme hacerlo. No sé cómo April podía con él.
—Es que April siempre termina convenciendo a Dylan de una forma que nunca he entendido—le explico entre risas—, es algo que nunca he podido hacer, al menos no de la forma en que ella lo hace.
—Uff... ¿Ustedes trabajan bien juntos, no? Me refiero a que cuando April estaba aquí ella y tú hacían un buen trabajo en equipo por Dylan.
—Hmmm... Sí, creo que sí. Ambos lo hacemos bien solos pero... Supongo que es mejor estando juntos, y, a Dylan le gusta cuando es así.
—Hmm... Interesante dato—habla con un tono que está claro que planea algo.
Detengo el corte de los vegetales y la observo con miedo. Cuando ella pone la cara de detective, con la ceja derecha arqueada y su mano acariciando su barbilla, debes de tenerle miedo.
—¿Qué planeas, Amber?
—¿Yo? ¿Planear algo?—Habla fingiendo sorpresa.—Yo no planeo nada, es sólo que me has dado un dato muy interesante, querido amigo.
—¿Y... Se puede saber qué?
—Nop. No se puede. Ahora si me permites tengo que tratar de convencer a Dylan que me deje bañarlo porque April no va a venir a hacerlo y tú sigue con la cena, Mathew no tardará en llegar.
«Sí, y no sabes cómo espero que el tiempo se pase rápido para que llegue»
La preparación de la cena continúa y mi mente no deja de pensar en ella sin razón aparente.
He preparado aperitivos que Mathew me ha sugerido y a decir verdad han quedado deliciosos. Supongo que April le gustarían.
Amber ha intentado toda la tarde darle un baño a Dylan pero mi pequeño simplemente insiste en que quiere que lo haga April, así que al final del día no ha podido convencerlo de lo contrario.
El pavo está en el horno, la casa está limpia, el árbol puesto y sin encender, las luces que decoran el techo afuera de la casa están encendidas y casi todo está listo para dentro de unas horas.
Sólo hace falta... Ella.
¡Diablos! Esto es difícil sin ella. Lleva ausente casi un mes y ni Dylan ni yo hemos podido acostumbrarnos a estar sin ella, porque a pesar de que en un principio la detestaba creyendo que poco a poco me arrebataba a mi pequeño, la verdad es que ella le daba alegría a esta casa. No es que Dylan no se la diera, sin embargo ella complementaba esa luz radiante que Dylan causa en este hogar, y ahora, bueno, ya no es lo mismo.
Hace un par de semanas que un correo electrónico proveniente de LA NASA había llegado con una respuesta, y April también tenía una, sólo que LA NASA no estaba dispuesto a dejarla ir, así como nosotros no estábamos dispuestos a dejarla marchar tan fácilmente, no señores, pese a ello terminaron por converger la y por más que quisimos marcharnos a su lado, ella simplemente no quiso.
Dijo que era mejor arreglarlo por su cuenta, y que volvería a casa para nochebuena.
Detengamonos un momento, ¿ustedes creyeron que April se ha marchado a trabajar en Houston sin nosotros?
Bueno, me alegro decirles que estaban equivocados, sí, es cierto que April no está aquí y que se ha ido a Houston pero no para siempre. Como dije, LA NASA tenía una propuesta porque no estaba dispuesto a dejarla ir, así que le ofreció que fuera un par de semanas a trabajar con ellos para ayudarlos en algunas investigaciones, después de ese plazo ella volvería aquí y desde Houston van a enviarle datos de Astrología y Física que no entiendo muy bien para que ella pueda hacer lo que se le pida o sea necesario hacer desde aquí, todo con tal de no alejarse de nosotros y para que no tenga que renunciar a todo y empezar de nuevo en Houston. En ese sentido LA NASA resultó ser muy comprensible cuando ella les comentó el inconveniente que existía. Aunque claro, cuando sea estrictamente necesaria su presencia en Houston ella tendrá que marcharse por tiempos indefinidos, y claro está que cuando eso suceda no dejaremos que se vaya sola, Dylan y yo iremos con ella.
—Bien, ya terminamos, así que ahora llegó el momento de darte un baño, Dylan—hago saber al otro lado de la puerta de la habitación de mi pequeño. Se ha encerrado con tal de que Amber no le de un baño.—Abre, por favor.
—Está bien—dice de mala gana al momento de abrir la puerta.—Pero... Cuando llegue April, ella puede quedarse en mi habitación hasta que me duerma.
—¿La echas de menos, no es así?—Cuestiono poniéndome de cuclillas.
—Sí, papi. La extraño mucho.
—Yo... Yo también, pequeño. Pero la buena noticia es que dentro de unas horas ella vendrá con su hermano, Mathew, y la volveremos a ver después de semanas. No creo que quieras recibirla estando sucio, ¿o sí?
Niega con la cabeza alzando ambas cejas.
—Entonces vamos a darte un baño—hablo haciendo un ademán con la cabeza para dirigirnos a su baño.
—¡Te tengo!—La voz de Amber nos hace sobresaltar en el momento en que llega de improvisto y atrapa a Dylan en sus brazos.—Ahora sí no te vas a poder escapar, pequeño.
—Hey, Amber, tranquila, puedes soltarlo—le hago saber al mismo tiempo que Dylan forcejea para tratar de zafarse.— Ha aceptado que le dé un baño, así que ya no es necesario forzarlo.
—Ah—dice con sorpresa soltándolo.—En ese caso, ¿puedo darme una ducha en la habitación de April? No quiero estar mal arreglada cuando llegue Mathew.
—Claro. Sólo oprime tu curiosidad y no toques nada de sus cosas, ¿bien?
—Guau, hablas como si fuera...
—Como si fuera...¿qué?—Inquiero cruzándome de brazos.
—Nada, olvídalo. Yo no he dicho nada—aclara levantando las palmas de sus manos.—Mejor me iré a dar un baño porque haber limpiado la casa mientras tú preparadas la cena me ha dejado asquerosa, así que nos vemos en unos minutos.
Dicho esto se da media vuelta y se dirije a la habitación de April.
—Vamos, cariño—digo cargando a Dylan para ir a la ducha.
No sabía que terminaría empapado después de haberle dado un baño a mi hijo, sin embargo así ha sido y ahora entiendo por qué aquella vez que April lo baño por primera vez vine a casa después del trabajo terminé por encontrarla empapada. Y es que cuando April baña a Dylan, él siempre juega con ella y ambos terminan arrojándose agua, es por ello que siempre termina mojada. Ahora el que ha terminado así soy yo.
Seco y cambio a mi pequeño una vez que hemos salido del baño y debo decir que es muy guapo.
Le he puesto un pantalón de mezclilla, una camisa de cuello negra, un suéter azúl y zapatos de tela que April le había comprado hace unas semanas.
—Gracias, papi. ¿Cuándo llegará April?
—Hmmm... —Miro el reloj de mi móvil y me percato de que sólo hace falta media hora para que Mathew llegue con April.—No falta mucho, así que debo ir a darme una ducha. Baja a la sala si quieres pero no vayas a salir de casa hasta que Amber esté contigo, ¿bien?
—Sí, papi.
Me dirijo a mi habitación y rápidamente tomo lo necesario para meterme al baño y ducharme.
No tardó demasiado y cuando salgo faltan veinticinco minutos para que ella entre por esa puerta. Así que mientras tanto busco entre mi ropa lo que usaré hoy.
Cuando abro mi clóset me encuentro con el estuche de mi guitarra. Lleva años ahí guardada pero aún se conserva en buen estado, como si fuese nueva. Llevo tiempo sin tocarla pero creo que esta noche será un buen momento para sacarla, si es que se da la oportunidad.
No sabía qué usar, así que lo más apto que encontré fue un pantalón de mezclilla, una camisa de cuello negra sin corbata, una chamarra negra y tenía Converse negros. Les juro que he tratado de vestirme lo más informal que he podido.
Al terminar de vestirme bajo a la sala y miro el reloj que llevo en la muñeca izquierda, no faltan más que diez minutos para que Mathew llegue consu hermana.
Amber ya está con Dylan, sentados en el sofá esperando a nuestros invitados. Ambos van muy bien vestidos y mi amiga luce muy linda esta noche.
Ese vestido azul marino luce bastante bien ella y acentúa su piel blanca.
—Pero vaya, Señor Sangster, usted luce muy guapo esta noche—me hace saber una vez que estoy frente a ellos.
—Tú no te quedas atrás, Amber. A Mathew le va a dar un infarto.
—Espero que no porque esta noche planeo no dejarlo dormir—dice riendo.
Carraspeo y rasco mi cabeza en señal de incomodidad.
—Creo que no debí darte esa información.
—Hmm... Sí, no debiste—aclaro apretando los labios.
Los minutos transcurren tan lentos que siento que llevamos días esperando aquí sentados, y como si de un milagro se tratara, de un momento a otro un auto se estacionamiento frente a nuestra casa y Dylan baja de las piernas de Amber para correr afuera.
—Al fin llegó la persona que tanto extrañabas—se burla mi amiga levantándose del sofá.
—Eso no es cierto... Tú... Mejor vamos afuera.
Amber rueda los ojos y ambos salimos al jardín para recibir a Mathew y April.
Dylan se encuentra abrazando a April y ella parece bastante feliz de verlo.
Cuando alza la mirada sin bajar a Dylan de su regazo y nuestras miradas se cruzan siento que me voy a desmayar. Es como si fuera la primera vez que la veo en años, y sin embargo no es así. Luce muy hermosa esta noche, no puedo negarlo.
Lleva un suéter rosa acompañado de una falda lisa color blanco que le llega hasta las rodillas. Además, las pequeñas botas de tacón negras la hacen lucir más alta, y el maquillaje ligero que se ha puesto sólo hace resaltar lo linda que es.
—Hola, Adam—me saluda a unos cuantos metros de distancia. Estoy tan anonadado que ni siquiera he sido capaz de acercarme a ella. Sigo en la entrada, observándola como idiota.
—Hola, April—hablo saliendo de mi estado de shock y me dirijo hacia ella.
Ella baja a Dylan y se lanza a mis brazos para abrazarme, acto que me toma por sorpresa pero que no rechazo.
—Te extrañe—hace saber al separarse de mí.—Bueno, los extrañé a ambos.
—¿Y qué a mí no me extrañaste?—Cuestiona con indignación su hermano.—Vaya, esto sí es un golpe duro, yo que soy tu hermano y fui por ti hasta Houston ni siquiera me extrañaste. Eso me gano por ser un buen hermano.
—Si eres mejor y nos haces un pastel, April dirá que sí te extrañó—le sugiere Dylan.
—¿Ah, sí? Entonces tengo que pagar por el cariño de esta chica con un pastel—habla de brazos cruzados mientras todos reímos.
—Sí. Si no no hay trato—le aclara Dylan.
—Ya escuchaste a Dylan, hermanito, si no hay pastel no diré que te extrañé—dice entre risas.
—Esto es un complot armado por un niño de cinco años. En verdad que el mundo ha cambiado.
—No seas exagerado, Mathew, y mejor saluda a tu novia—le hace saber Amber tocándole el hombro.
—Ah, pero claro que sí—dice tomándola de la cintura para después propiciarle un largo y profundo beso en los labios.
—Hey, chicos, no se emocionen aquí y controlen a sus hormonas, ¿quieren?—les pide April.
—Lo siento, pero debes entender que ya la extrañaba—nos hace saber Mathew.
—Te recuerdo que no la ves desde ayer, tampoco es como si hubiesen pasado meses—aclara su hermana.
—Oye, yo no te diré nada cuando tú encuentres a alguien y sientas lo mismo, hermanita. Además, no es como si fuese...
—Oigan, ¿ya podemos cenar? Tengo hambre—nos hace saber Dylan y cortando la pelea de hermanos.
—Claro que sí, cariño—dice April dándole un beso en su mejilla.
Mathew saca las maletas de la cajuela del auto y todos entramos a la casa para después dirigirnos a la cocina.
Es la primera vez que tenemos la mesa del comedor casi llena, es la primera vez que hay tanta felicidad en esta casa.
La cena transcurre tan animada y amena que las horas transcurren demasiado rápido y no quisiera que terminara nunca.
—Ha sido lindo, ¿no? La cena—comenta April ayudándome a recoger los trastos sucios.
—Sí. Siendo honesto jamás habíamos tenido tantas personas comiendo con nosotros. Me refiero a personas que forman parte de nuestra familia—aclaro al ver que frunce el ceño.—La navidad siempre la hemos pasado solos, y en el último año con Amber. Y ahora con ustedes.
—En ese caso coincidimos, Mathew y yo no la habíamos pasado con tanta gente los últimos años desde que mamá murió y papá se aisló se puede decir que siempre pasamos estás fiestas solos. Mathew tuvo que cuidarme, era como mi padre y aunque es un poco inmaduro en ocasiones, siempre ha sido el mejor hermano del mundo.—El tono en que lo dice es de melancolía y a pesar de que sus ojos se llenan de lágrimas, no llora.
—Te ves muy linda, April—trato de cambiar de tema a lo que ella ríe.
—Gracias, Adam. Tú también te ves muy bien. Luces muy guapo al igual que Dylan.
»Los extrañé mucho. A todos. Estos días en Houston fueron lindos porque hice lo que amo, pero no puedo negar que los extrañé mucho. Estar sin Dylan era como si no tuviera una parte de mi corazón.
«Nosotros sentimos lo...»
—Yo...
—Oigan, chicos, en la sala están dando un especie de concierto—interrumpe Amber al entrar a la sala.
—Querrás decir concierto de aullidos, porque Mathew nunca ha cantado bien—se burla su hermana.
—Mejor vamos a ver, chicas—sugiero y los tres salimos a la sala.
Al entrar vemos a Dylan y a Mathew cantando algo que no reconozco pero April tenia razón, Mathew no canta nada bien.
—Hermanito, deja de asustar a Dylan con tus aullidos—lo interrumpe rodeándole la espalda.
—Oye, no son aullidos. Yo soy un...
—Pésimo cantante, amor—asegura Amber.
—Al parecer esta noche todos están en mi contra, incluyéndote a ti, hermosa.
¿Saben qué? Deberías cantar tú, April. Nunca lo has hecho mal.
—¿Tú cantas?—Pregunto curioso.
—Eh... Bueno, yo...
—Claro que canta—asegura su hermano—. Cuando éramos pequeños me cantaba y me hacía sentir el hermano menor aunque es todo lo contrario. Decía que quería ser cantante.
—Oh, cállate, tú decías que querías ser astronauta y terminaste siendo chef. Así que no te burles de mí, era sólo una niña.
—¿Y por qué no nos cantas tú, papi? Puedes cantar con April—sugiere mi pequeño.
—Es cierto, ambos nos pueden cantar algo—habla Amber.—Tú eres muy buen cantante, Adam, y así podemos escuchar la voz de April.
—Por mí no hay problema—dice April sonriendo.
—Ah...
Los ojos de todos están posados en mí y no puedo negarme a hacerlo, sobre todo porque hay dos pares de ojos que me miran de una forma a la que no puedo decirles que no.
—Bien, sólo iré por la guitarra.
Dicho esto me dispongo a dar media vuelta y marcharme a mi habitación. Al llegar ahí saco la guitarra negra del estuche y bajo de nueva cuenta a la sala.
—Debo aclararles que tiene tiempo que no canto, la última vez que lo hice fue cuando Dylan tenía tres años y...
—Deja de hablar y canta—exige Amber.
Asiento y entonces miro a April.
—¿Qué quieres cantar?
—Lo que quieras, yo te sigo.
—Está bien.
(Soundtrack en multimedia
La siguiente letra ha sido creada por mí. Sin embargo el soundtrack
le queda bastante bien)
Mi canción es amor,
todo lo que te doy lo es, y lo sabes.
Dime qué puedo hacer para que no vuelvas a marcharte.
Mi corazón me duele,
cada vez que te vas.
¿Por qué es tan difícil decirte lo que siento?
Iluminas mis días
Tu luz me hace ser mejor
No tienes idea de lo que siento cuando estás cerca
Porque cada vez que te miro mi corazón se acelera
No estás sola
Jamás lo estarás
Tu corazón no es de roca,
aunque finjas que así es
Porque por más que diga lo contrario, te amo
No puedo estar lejos de ti
Quédate conmigo
Te lo suplico, no te marches lejos
Escucha mi mensaje...
...
Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida Cindy, feliz cumpleañis a ti...
¡Hola! Antes de decir cualquier cosa me complace decir que hoy es el cumpleaños de @cindynicolle. Así que un aplauso para ella. ¡Muchas felicidades Cindy! Deseo que este día te la estés pasando increíblemente bien y que siga siendo de ese modo. Este es mi regalo para ti, que a pesar de sólo ser un capítulo espero que te haya encantado.
-Hola, Cindy, soy Dylan, sólo quiero desearte feliz cumpleaños. Ojalá te den muchos regalos y si no es así, entonces dínoslo y me disfrazaré de monstruo para obligarlos a que te los den.
-Ya escucharon a Dylan, nuestro pequeño y adorable niño, si no te dan ningún regalo, Cindy, dínoslo y haremos algo al respecto.
En fin, ambos te deseamos un muy feliz cumpleaños y Mathew te envía un delicioso pastel de tu sabor favorito.
A continuación les dejaré un apartado especial que consiste en unas cuantas preguntas para ustedes y una sugerencia. Lo aclaro para que no piensen que es un capítulo, pero si puedo publicaré otro mañana.
De nuevo, Dylan y yo te deseamos feliz cumpleaños y que te sigas pasando este día llena de felicidad.
P.D: ¿Qué opinan de la canción que hice? Como dije, la canción en multimedia que es de mi grupo favorito, Coldplay, le quedó a la perfección, sin embargo la letra es obra mía.
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