11.¿Celos? Y una propuesta que me agradó.
Adam.
Han transcurrido varios días desde mi fiesta de cumpleaños que mi mejor amiga, mi hijo y su niñera me organizaron. Ese día fue muy especial para mí pues me llevé una grata sorpresa con todo lo que hizo mi pequeño de cuatro años.
Sin embargo, pese a que me divertí mucho en compañía de mi pequeño y unos amigos, ese día April se portó muy extraña después de haber salido con un extraño que llegó de la nada. No tenía idea de quién era y sigo sin tenerla, pero desde entonces ella ha salido con él o ella todos los fines de semana dejándome a Dylan a mi cargo, y por lo que sé hasta habla por teléfono con ese o esa extraña. Eso lo sé porque me lo ha contado Dylan.
No digo que esté mal puesto que es la vida de la niñera de mi pequeño pero su obligación es cuidar de él y no distraerse con quién sea que haya sido ese día.
Hoy es lunes, así que estoy en mi empresa arreglando algunos asuntos cuando de la nada llega Amber diciéndome que la han despedido de su empleo.
La tengo justo enfrente hecha un mar de lágrimas literalmente, y me duele verla así pero en parte ella tiene cierta culpa en todo esto, porque siempre ha pensado que la fiesta y los chicos lo son todo para divertiste, y en cierto punto era una irresponsable pero sea como sea siempre cumplía con sus obligaciones. Pese a eso, creo que digo todo eso porque es mi amiga pero la he conocido lo suficientemente bien como para poder describirla si así me lo piden.
Es excelente en su trabajo pero como dije antes, un poco irresponsable, ese es el único defecto que puede tener mi mejor amiga en el mundo.
Amber estudió programación e incluso años atrás le había pedido que trabajara conmigo, pero ella se había negado rotundamente diciendo que no quería que le ofreciera empleo sólo por ser mi amiga, y la verdad en ese momento sí le ofrecía trabajo por eso, pero no sólo era porque ella fuera mi amiga, sino porque era la mejor en hacer programas y la admiraba. Además no le caería mal una programadora como ella a mi empresa, eso me beneficiaría tanto a ella como a mí.
No me voy a rendir en que Amber acepte el empleo que le ofrezco y ella sabe muy bien que soy muy persistente cuando quiero algo, y no descanso hasta lograr mi objetivo, así que después de tanto insistir—por dejar de molestarla o simplemente porque ya no tenía otra opción más que aceptar—me termina dando un sí y ahora Amber Gibson trabaja para mí, lo cual es increíblemente bueno.
Como era de esperarse, Amber no quiere iniciar sus actividades laborales el día de hoy, por lo que comenzará a trabajar mañana y ya que no hará nada, aprovecha para preguntar sobre Dylan y... April también.
—¿Entonces, April está rara desde aquella vez?
—Sí. Ha estado saliendo los fines de semana y legado hasta altas horas de la noche.
—¿Y cómo sabes eso?
—Porque... Porque escucho por las noches cuando llega. Sabes que me duermo tarde los fines de semana.
—Lo sé pero también sé que cuando estás cansado terminas durmiendo como piedra. Y... Y siendo honestos, ¿eso en que te afecta a ti?
—¿A mí? En nada. No sé por qué lo dices—respondo con la mirada clavada en mi ordenador.
—¿Entonces por qué estás preocupado por eso?— Pregunta alzando ambas cejas. Lo sé porque a pesar de estar viendo mi ordenador sé las expresiones que pone por el tono de su voz.
—Yo no estoy preocupado— digo frunciendo el ceño—.Es sólo que... No creo que siendo niñera de Dylan sea bueno que llegue tan tarde.
Pone ambas manos sobre mi escritorio y eleva sus hombros para después decir:
—Adam, la verdad, y en mi opinión, no creo que le afecte en nada a Dylan que April llegue tarde.
Creo que al que en realidad le afecta es.... Es a ti amigo mío.
Levanto la mirada ante lo que ha dicho y sus ojos se posan en los míos arqueando una ceja, insinuándome algo.
—¿A mí? ¿Y por qué tendría que afectarme a mí si se puede saber?
—No lo sé. Dímelo tú—dice inclinando su cabeza con la ceja arqueada.
Ante esta acción, esquivo su mirada y loco a mi ordenador en donde se encuentra la estructura de un nuevo diseño computacional. Y que mi trabajo consiste en eso, hago dueños computacionales o cualquier diseño tecnológico y lo vendo a diversas empresas que se encargan de distribuirlas en tiendas, o simplemente hago contratos con esas empresas y mis trabajadores se encargan de producir diversos productos en masa para distribuirlos en las diversas tiendas.
—¿Y qué te parece el nuevo diseño?— Le pregunto tratando de desviar el tema
Ella frunce las comisuras de sus labios y no le queda de otra más que responder a mi pregunta.
—Bien. Es excelente. Tus diseños siempre son excelentes.
—Gracias. Sólo hace falta llevarlo a cabo y elaborar un programa.
—Que yo haré por supuesto.
—No.— Respondo de inmediato.
—¿Qué?—Cuestiona sorprendida.
—No. No lo harás.
—¿Por qué no?— Pregunta de nuevo con una cara de preocupación
—Porque ya lo hiciste ¿recuerdas?
Más bien ya lo diseñaste pero hace falta llevarlo a cabo.
Suelta un aire de alivio y sonríe meneando la cabeza y acto seguido me arroja un bolígrafo en el pecho.
Trato de esquivarlo pero el bolígrafo logra su objetivo: golpearme.
—¡Oye! ¿Por qué me arrojaste el bolígrafo?
—¿Por qué? ¿Preguntas por qué? Eso te pasa por tratar de asustarme.
—Pero lo logré ¿no? Debiste ver tu cara de preocupación— digo estallando de risa.
—No te burles— habla cruzándose de brazos. Después de un rato dejo de reírme de ella.
—Bien, bien ya. Mejor vamos a seguir trabajando.
Bueno, voy a seguir trabajando.
Después de unas largas horas de hacerle varias evaluaciones al diseño, terminamos y la invito a comer.
Tomo mi gabardina— que es regalo de April— y salimos de la empresa.
—¿Sabes? Me gusta comer al aire libre—Comenta Amber al otro lado de la mesa.
—A mí también. Recuerdo cuando Dylan era un bebé de tan sólo 1 año y salía junto con...
La sonrisa se me desvanece del rostros y bajo la cabeza al recordarla.
Amber entiende lo que me pasa y pregunta:
—¿La extrañas, verdad?
—Sí—respondo tratando saliva—, y no sabes cuánto.
—Pero, ¿no has pensado nunca en casarte de nuevo?
Sé que no quieres darle una madrastra a Dylan, pero no todas las mujeres son malas.
O... ¿es que acaso no tienes permiso de rehacer tu vida?
—Permiso? Claro que tengo permiso. Emily se encargó de dármelo antes de irse pero la cuestión es que no lo quiero.
Emily, poco antes de morir me dijo que rehiciera mi vida.
Que no me quedara solo con Dylan, pero...
—Pero tú no quieres— concluye por mí.
Asiento y ella dice:
—Adam, Adam, Adam—. Estira su brazo levantándolo y lo coloca sobre la mesa para después poner su mano sobre la mía y tomarla.—Eres tan diferente a los demás. Tú y Dylan siempre me han dado ternura.
Aunque no quieras rehacer tu vida, sé que te sientes solo y espero que encuentres a una mujer que no simplemente te quiera a ti, sino también a Dylan, y créeme que esa mujer pronto llegará a tu vida, eso tenlo por seguro amigo.
Me suelta la mano y me sonríe.
Voy a hablar pero su móvil comienza a sonar y rápidamente contesta.
—¿Hola?... Por supuesto que puedo... Nos vemos en un rato.
Cuelga y me mira sonriendo.
—¿Podrías dejarme salir temprano esta noche?
—Hmmm... No tienes por qué preguntarme, no todavía pero, ¿por qué?
—Tengo una cita esta noche con unas amigas y tal vez conozca a un chico y... no sé.
—Bien pero prométeme que no te vas a desvelar tanto y que llegarás temprano al trabajo. Mañana es tu primer día Amber y no quiero que llegues tarde. Aún tenemos asuntos pendientes y te necesito.
—Aww, es lindo escucharte decir que me necesitas. Pero te lo prometo papá.
—Que graciosa—le digo entrecerrando los ojos.
—Sólo era una broma aguafiestas. Te prometo que llegaré temprano al trabajo.
—Está bien, voy a confiar en ti.
—Por cierto, me gusta tu gabardina. Fue buena elección la que hizo April. Te queda muy bien.
—Gracias.
...
Cuando llego a casa estoy realmente agotado. Amber se marchó a casa temprano y a pesar de que su trabajo comienza mañana, se quedó el resto de la tarde ayudándome en algunas cosas hasta que se marchó.
Yo me quedé hasta tarde para ver los últimos detalles del nuevo diseño.
Sólo que al final me venció el cansancio y decidí irme a casa y terminar al día siguiente.
Al cerrar la puerta dejo mi gabardina en el perchero y me siento en el sofá.
Justo cuando estaba a punto de relajarme una voz llega y me interrumpe.
—Hola, Adam—me saluda April saliendo de la cocina.
—Hola, April—le devuelvo el saludo sin mucho interés.
—Veo que estás cansado.
—Sí. Hoy fue un día duro.
—¿Y cómo te sentiste con la gabardina? Me di cuenta de que hoy decidiste usarla
—Bien. Es muy cómoda y al parecer no te engañaron cuando la compraste. En verdad es caliente cuando hace frío.
—Me alegro porque de lo contrario iba a tener que volver a la tienda, regresarla y reclamarle a la vendedora.
Me saca una leve sonrisa y casi al instante me la devuelve sonriendo.
—Creo que me iré dormir— le anuncio levantándome del sillón.
—¿No quieres cenar?—Pregunta antes de que llegue a las escaleras.
—Sí quisiera, pero estoy muy cansado para ir a la cocina, comer y después subir escaleras.
—Te puedo llevar la cena a tu habitación.
—¿De verdad harías eso?
—Claro, no es ninguna molestia hacerlo— dice levantando los hombros.
Me sorprende cómo es que April se toma la molestia de quedarse despierta todos los días hasta que yo llegue del trabajo y todo para darme de cenar.
Me gustaría decirle que no, que su único trabajo es encargarse de mi hijo, pero en estos momentos me estoy muriendo de hambre pero a la vez también de cansancio. Así que lo que sale de mi boca es lo siguiente:
—Te lo agradecería mucho.
—Subo en un momento.
Asiento y doy media vuelta para subir a mi habitación.
Camino por el pasillo pero antes de ir directo a mi habitación, me detengo en la puerta de la habitación de Dylan y la abro.
Se encuentra profundamente dormido.
Me acerco con sumo cuidado y le doy un beso de buenas noches. Posteriormente me alejo y cierro la puerta para dirigirme a mi habitación.
Al entrar me quito el traje y me pongo mi pijama.
Así me meto a la cama y en ese momento tocan la puerta, y no puede ser nadie más que April en estos momentos.
—Adelante.
La puerta se abre y ella entra con una bandeja con soportes y llena de comida.
—Te preparé sopa y limonada— me avisa acercándose
—Gracias.
Deja la bandeja y coloca los soportes a los costados de mis piernas.
Al dar el primer sorbo mi lengua estalla en un sin fin de sabores gustativos totalmente deliciosos.
—Está deliciosa—le informo.
—Gracias. Mientras comes, voy por la ropa limpia. Ahora regreso.
Se va y al cabo de unos minutos regresa con el cesto de ropa limpia y doblada.
—¿Quieres que la acomode en los cajones?—Pregunta dejando el cesto sobre un mueble a lado de mi clóset.
—Si no es mucha molestia. Por favor.
Asiente y saca prenda por prenda y metiéndola en el clóset, pero de repente se escucha que algo cae y ella lo levanta. Sin embargo no lo mete de nuevo, sino que lo observa por unos momentos.
—¿Ella era tu esposa?—Pregunta a lado de mi cama mostrándome la foto que se cayó.
Los músculos de mi rostro se tensan y me sorprendo al ver que la foto es de Emily.
—Sí.—Respondo casi en un susurro.
—Perdón por sacar la fotografía—dice al ver mi expresión—,es que se cayó y...
—No te preocupes.
—Era realmente hermosa.
—Sí. Lo era.
—Dylan se parece mucho a ella.
—Sí.
—¿Te puedo preguntar algo?
Asiento con la mirada en las sábanas de mi cama.
—¿Por qué no tienes fotografías de ella en la casa?
Levanto la mirada para observarla pero no respondo.
—Si no quieres contestarme está bien, pero si me dejas dar mi opinión, creo que no deberías tener esta fotografía aquí.
Sé que puede ser doloroso el perder a alguien pero, ¿no crees que sería mejor si Dylan pudiera admirar a su madre fuera de esta habitación? Tal vez podrías colocar una foto en la sala.
—¿Me das la foto, por favor?—Pregunto estirando mi mano antes de que siga hablan.
Me la da y sin quererlo se la arrebato.
—Perdón si invadí tu privacidad. Buenas noches Adam.
Dicho esto se da media vuelta y sale de mi habitación.
Miro por un momento la fotografía y se me viene a la me te lo que me acaba de decir April.
Después de unos cuantos minutos llego a una conclusión?
«Creo que tiene razón Emily.
Nuestro hijo debe saber cómo eras.
Cómo es realmente su madre»
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