- Cómo me gustaría volver a besar tus labios. - dijo Tom acariciandolos.

- No aquí...

- ¿Donde?

- No, estoy confundida. Escucha, en una semana vuelvo a mi casa, seguro estaré mas segura de que quiero en ese momento.

- No se si pueda esperar tanto tiempo - dijo con su sonrisa maliciosa.

- Nos vemos Tom - volví a la casa y él se fue.

- ¿Y ese quien es? - preguntó George mientras volvíamos con Fred.

- Alguien que conocí en la mansión Malfoy.

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Los días pasaban cada vez más rápido, lo cual no me gustaba para nada. Era imposible estar triste o aburrida con los gemelos. Sólo faltaban dos días para irme a casa.

Después del almuerzo, los tres nos acostamos en el pasto, alrededor de flores de muchos colores. Solo se escuchaba el canto de los pájaros y el sonido de la brisa del viento. Todo era perfecto, pero unos pensamientos horribles invadieron mi cabeza. Como el hecho de que les estoy ocultando cosas horribles a los gemelos.

- Chicos - dije en voz baja y sentándome - Hay algo que tengo que decirles.

- Diganos.

- Prometanme que no le dirán a nadie, ni siquiera a sus padres.

- ¿Es algo malo? - preguntó Fred.

- Solo prometan, ya estoy cansada de esconderles este asunto.

- Lo prometemos - dijo George.

- Conocí al Señor Tenebroso - abrieron sus ojos con preocupación - Mi mamá y mí papá son mortífagos, personas que lo siguen, y nos reunimos en la mansión Malfoy junto a otras familias - mí corazón comenzó a latir más rápido - Yo, no tuve opción, nadie pudo hacer nada para impedirlo, Draco intentó pero no funcionó - los gemelos notaron mis nervios y se sentaron a mi lado. George tomó mi mano - El Señor Tenebroso me ordenó convertirme en mortífaga - subí la manga de mi saco y corrí el maquillaje, mostrándoles la Marca Tenebrosa. Me miraban con completa pena y aflicción - Ustedes lo que me dan cada día es pura felicidad, y es injusto que lo que yo les de a ustedes es peligro... - una lágrima se deslizó por mi mejilla.

- T/n, sin ti estas semanas hubieran sido aburridas y normales - dijo George acariciando mi mano - Gracias a ti pasamos momentos únicos e inolvidables en estas vacaciones.

- Y vamos a estar siempre agradecidos por haberte conocido - dijo Fred dándome en beso en mi mejilla - Eres nuestra mejor amiga T/n.

- Si es para tenerte a nuestro lado, vale la pena estar en peligro... - George me puso la corona de flores.

Las palabras que me decían sacaban al exterior mi lado sensible y más lágrimas se mostraron, tapé mi cara por vergüenza. Y los dos me abrazaron.

¿Qué hice yo para merecer a personas tan hermosas en mi vida?

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Esa noche, me puse a ver las fotos que tengo de Draco y yo, sentada en mi cama. Todas las fotos que saco las tengo guardadas en una caja. Incluidas las fotos de aqui.

- ¿Que ves? - George entró a la habitación.

- Nada... - dije guardando las fotos.

- T/n ya se que sigues enamorada de Draco.

- No sé George.

- ¿Entonces por qué ves sus fotos?

- No me envió ninguna carta estas dos semanas... No sé cómo esta - se sentó en frente mío.

- Dijiste que él intentó impedir que te hicieras mortífaga, es decir, arriesgó su vida por la tuya. Draco no me cae nada bien, pero seguro le importas mucho.

Suspiré.

- Perdón por el beso del otro día, no se si sientes algo por mi.

- Está bien T/n. Estoy feliz si tu también lo estas - lo abracé, apoyando mi cabeza en su hombro.

- Gracias George.