- Entonces, dividamos los equipos. - dijo George - Pido a Ginny y T/n.

- Pero son las mejores - se quejó Fred, estábamos en el patio. Vamos a jugar un partido de quidditch.

- Eso dolió - murmuró Ron.

- Entonces, en el equipo 1: George golpeador, T/n cazadora al igual que Ginny. Y en el equipo 2: Fred golpeador, Ron cazador al igual que yo. - terminó explicando Hermione - el primero con 50 puntos gana.

- Comencemos - dijo Ginny, todos volamos en nuestras escobas y comenzamos el partido.

Nunca había visto a Hermione jugando quidditch y no es tan mala como ella dice. Ginny es muy buena, hasta mas buena que los gemelos diría yo. 

Fred casi me golpea con la bludger, pero la esquivé y esta voló hacia otra parte

- ¡Cuidado George! - grité ya que la bludger se acercaba a él. Pero ya era tarde, la bludger le golpeó fuertemente en el brazo y cayó de su escoba.

Todos bajamos rápidamente hacia él, agarraba su brazo y hacía quejidos graves.

- ¿Estas bien George? - preguntó Ron.

- ¿En serio Ron? - preguntó Ginny frunciendo el ceño.

- Hay que llevarlo adentro. - dije, yo y Fred lo pusimos de pie y lo llevamos al comedor donde lo sentamos en una silla.

- ¿Qué pasa? - exclamó Molly al ver a George. 

- Le di un pequeño golpe, no te preocupes mamá. - murmuró Fred.

- ¿Pequeño golpe? - intervino Hermione - Por esto es que no juego quidditch.

- ¡Fred, Ron! - gritó Molly, hizo un pequeño salto por el susto - ¡Tienen suerte de que T/n y Hermione estén aqui, porque sino les lanzaría una zapatilla en la cabeza! - Fred se escondió atrás mio.

Molly me pidió que buscara díctamo en la cocina, y asi lo hice. Me senté a su lado y coloqué aquella esencia en la herida, ya que tiene propiedades curativas. 

- ¿Por qué soy siempre yo el que sale lastimado? - preguntó George en voz baja.

- La verdad no tengo idea George, pero no te preocupes, pudiste tener una herida peor.

- ¡Todos escuchen! - exclamó Molly - Arthur y yo nos iremos los siguientes dos días a visitar a la abuela Betty. Asi que deberán cuidarse entre ustedes, no quiero dejar a Fred y George a cargo...

Fred rodeó los ojos, yo continué poniendo aquel líquido en su herida y acariciando su brazo, tenía un moretón grande y rojo con un poco de sangre, lo cual cada vez mejoraba.

Hermione se ofreció para mantener todo bajo control y se fue a hablar con Molly. 

- Mañana iremos a Sortilegios Weasley - susurró Fred acercándose a nosotros - Abriremos la tienda después de Navidad.

- Suena excelente, ¿Ya la terminaron?

- Mañana verás. - dijo George con voz arrastrada.

- Georgie, deja en paz a T/n, ya te curaste no tiene que seguir acariciándote... - añadió Fred, mientras veía que en su herida ya no había nada.

- No me hubieras golpeado con la bludger. - se defendió George.

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La noche llegó, luego de arreglarme para domir, caminé a la habitación de los gemelos donde estaban de pie sobre la cama peleando un espadas de juguete.

- Ríndete a tu rey - exclamó Fred.

- Sobre mi cadáver - gritó George mientras peleaban dramáticamente. Agarré una espada sobrante que estaba en el suelo y me paré en mi cama.

- Caballeros - exclamé y los dos me miraron sorprendidos, no habían notado mi presencia - Siendo yo, la reina de este pueblo, les ordeno que suelten sus armas y acaben con esa inútil pelea.

- Pero su Majestad, debemos probar quien es el más fuerte.

- ¿Se atreven a contradecirme? - pregunté actuando como una reina, los dos me miraron competitivamente - Entonces pelearán contra mi - salté a sus camas y comenzamos a pelear con las espadas entre los tres.

De repente George desapareció de mi vista y me alzó por atrás agarrándome de la cintura.

- ¡Ordeno que me baje! - grité intentando soltarme.

- Como diga - me tiró en la cama, Fred se acercó y fingió que me clavó su espada en mi abdomen, yo fingí mi muerte.

Comenzamos a reirnos. Luego conversamos e intentamos dormirnos. Yo no pude, entonces bajé al comedor a servirme un vaso de agua.

Al volver a la habitación, pasé al lado de la habitación de Ron.

- Ahh Hermione - escuché la voz de Ron, abrí los ojos como platos ¿Eso fue un gemido?

Caminé ligeramente a la habitación de los gemelos otra vez, cuando choqué con alguien, era George. Por suerte el vaso no se me cayó, ni el agua, ya que habíamos chocado despacio.

- Ay perdón - dije tragando profundo.

- Luces como si hubieras visto un fantasma.

- No vi nada por suerte. - escuché algo peor. Sus manos estaban en mi cintura, él se dió cuenta y me soltó.

- Ve a dormir, ya es tarde...

- ¿A dónde vas? - pregunté.

- A pedirle algo a Ron ¿Por qué?

- Mejor no vayas, creo que está ocupado.

- ¿Ocupado? - levantó una ceja, ya arruiné todo, suspiré.

- No sé que hace, pero escuché sonidos de su habitación, ya sabes...

- Ah, ya era hora... Había mucho silencio en esa habitación.

- ¡George! - exclamé disgustada y él rió - Bueno, voy a dormir, buenas noches.

- Buenas noches reina. - bajé la mirada, sonreí, y caminé a la habitación.