Capítulo uno
JungKook se levantó en cuanto la alarma de su celular sonó, abrió sus ojos encontrando oscuridad puesto que se había quedado dormido sobre su viejo escritorio. Se acomodó bien sobre su asiento y alzó sus brazos para desperezarse, su espalda crujió y su cuello dolía. Luego de unos minutos mirando a la nada tomó fuerzas para levantarse e iniciar con su rutina.
Rentaba un pequeño cuarto arriba de una farmacia, constaba de una cama, un escritorio, un pequeño armario, y un pequeño baño, pero fue todo lo que pudo conseguir con lo que obtenía de ganancias. Si le preguntaran, él estaba muy orgulloso por todo lo que había conseguido y logrado hasta ese momento, aunque a veces se sentía agotado. A veces quería llorar amargamente debajo de sus sábanas y rezar para que todo fuese un mal sueño; una pesadilla. JungKook había perdido a su madre cuando tuvo catorce y desde entonces se las ha estado arreglando solo, algunas personas fueron bondadosas con él, ayudándolo en lo que podían, mas cuando fue tiempo de partir para ir a la universidad se encontró con que la vida en una ciudad puede ser un poquito más que fría, puede ser cruel.
Conectó su pequeña hornilla eléctrica y puso a calentar agua para prepararse su desayuno. Cuando se dispuso a bañarse rogó para que el agua no estuviese tan fría esa mañana, pero fue en vano, él dio pequeño saltitos para resistir. Después de cuarenta minutos más, tomó sus llaves y dio marcha a la universidad. Bajó las escaleras con cuidado y esquivó el pequeño encharcamiento que siempre se hacía en una de ellas, cuando terminó de bajar entró a la farmacia. Era una combinación de toques modernos con lo antiguo, a JungKook le encantaba, solo que no mucha gente la conocía. Era de esperarse, no era el lugar más céntrico, y las personas no querían arriesgarse a ir por aquella zona luego de que en las noticias informara que algunos delincuentes estaban asaltando por allí. La señora Kang estaba devastada, apenas podía seguir sosteniendo la farmacia, pero ella abría todos las mañanas y cerraba todas las noches a la misma hora. JungKook sabía cuanto la señora Kang le apreciaba, fue fácil para él darse cuenta, el brillo en sus ojos la delataban. Y JungKook aceptó todo ese cariño con mucho cuidado y respeto, también le quería. Era lo único que le quedaba.
—Buenos días, señora Kang —saludó JungKook buscando a la mujer en el lugar.
Observó que alguien se movió al fondo, entre los últimos estantes, y JungKook sonrió cuando vio a la señora Kang bailando con una escoba entre sus manos.
—Buenos días —repitió JungKook más alto dándose cuenta que ella no le había escuchado.
La señora Kang volteó a verlo y de inmediato una sonrisa hermosa cubrió su cara, sus pequeñas arrugas se hicieron más prominentes y JungKook sintió una oleada de ternura como siempre le pasaba cada vez que la veía sonreír.
—Buenos días para ti también, mi niño —dijo ella acercándose para darle un abrazo. JungKook se dejó abrazar, apretándola fuertemente contra su pecho. La señora Kang era muy bajita, y JungKook la molestaba con ello cada vez que tenía oportunidad.
—¿Vas a la universidad? —preguntó la mujer todavía con su sonrisa en su rostro.
JungKook asintió.
—¿Desayunaste? —preguntó con un tono preocupado—. Estás muy flaco estos días.
JungKook rió por lo bajo. La señora Kang siempre se preocupaba, eso lo hacía sentir un poco culpable.
—Ya lo hice. No se preocupe —dijo—. Pero tengo que irme ya o llegaré tarde.
—Muy bien. Cuídate mucho, mi niño —se despidió ella dejando un beso en la mejilla de JungKook.
* * *
Llegar a la universidad no era nada fácil, puesto que tenía que tomar dos autobuses y caminar cinco minutos para llegar, y caminar otros cinco para ir a su edificio. Aunque tenía buena condición, a veces se agotaba rápidamente por no haber desayunado lo suficiente o haber dormido mal o ni siquiera haber dormido. Sin embargo, se había tenido que acostumbrar a ello, ¿de qué otra forma sobreviviría?
Cuando estuvo en su aula, se sentó en una de las sillas del fondo, y tuvo la oportunidad de respirar tranquilamente. Por un momento creyó haber llegado muy tarde, pero al parecer ese día el profesor era quien se había retrasado. Era muy raro que el profesor YoonGi se demorara tanto, pero a JungKook le gustaba su clase. Era una de sus favoritas. El profesor YoonGi tenía mucho que decir acerca de muchas cosas, en especial sobre la música, incluso si la clase era acerca de la Administración. JungKook no podía entender como aquel hyung se había convertido en algo así como su amigo, pero supo que desde el día en que YoonGi entró a la tienda de conveniencia borracho a las tres mañana y lo vio a él detrás del mostrador había surgido algo especial. Sumándole que le invitó los fideos y la bebida en aquella ocasión. Al día siguiente, cuando JungKook salía de su clase, YoonGi lo llamó para disculparse por lo imprudente que había sido. JungKook sonrió con esa linda sonrisa que le caracterizaba, y mencionó que no había nada sobre que ofrecer disculpas. Entonces YoonGi lo invitó a almorzar y desde entonces han salido varias veces.
JungKook no lo ve como algo extraño, YoonGi a pesar de que es mayor nunca ha mencionado nada acerca de llamarlo 'hyung' o ha hecho énfasis sobre la diferencia de edad, al contrario YoonGi trata de apoyarlo y animarlo. YoonGi es un buen amigo. JungKook había pensado al principio que el profesor estaba pasando por una crisis de edad y quería sentirse más joven buscando amistades más jóvenes también, pero después de analizarlo se percató que no era así, YoonGi hacía cosas que la gente de su edad hacía, incluso tiene horario para dormir una siesta. JungKook se había reído la primera vez que escuchó esto, y cada vez que tiene oportunidad lo molesta. Ambos habían tenido que encontrar actividades que disfrutaran para pasar el tiempo juntos, había sido una batalla campal para dar con citas en cafeterías y horas jugando videojuegos, aunque particularmente YoonGi solo se dejó ganar con lo último porque solía perder garrafalmente contra JungKook.
Cuando YoonGi entró con un semblante serio y su vaso de café roto supo que algo terrible había sucedido. Nadie en el salón quiso ni soltar un suspiro, nadie se atrevió a preguntar acerca de lo que estaban viendo, y YoonGi solo tuvo que mirar a JungKook para tranquilizarse un poco.
—Espero que hayan hecho la tarea —dijo suavemente aunque su expresión seguía como una roca.
JungKook tuvo que esperar a que la clase acabase y otro tanto para que todos se fuesen, entonces se acercó lentamente midiendo sus pasos hasta acercarse al escritorio donde YoonGi tenía su cara tapada por ambas manos.
—¿Qué? —dijo YoonGi en la misma posición.
JungKook quería saber lo que había ocurrido, pero al parecer YoonGi no tenía ánimos para nada. Mordió su labio inferior pensando en qué decir cuando de pronto escuchó a alguien tocar la puerta.
—Profesor Min —dijo un chico tez morena entrando al aula.
YoonGi levantó su vista y arrugó su ceño. —¿Sí?
—Disculpe, pero aparcó mal su auto y me han pedido informarle.
YoonGi se levantó soltando un suspiro lleno de frustración, JungKook lo miró con pena.
—Gracias, iré en seguida.
Tomó sus cosas y se encaminó a la salida.
—Eso te incluye a ti, JungKook —dijo sin mirarlo.
Min YoonGi podía olvidarse de los honoríficos cuando se enojaba, y el chico informante no pudo ocultar su asombro al ver la cercanía entre ambos. JungKook quiso poner sus ojos en blanco, pero se resistió, en cambio tomó sus cosas y fue detrás de YoonGi. Una última mirada del chico moreno lo hizo entrar en pánico, no quería malinterpretaciones.
Cuando YoonGi entró al auto inmediatamente abrió la puerta del copiloto para que JungKook entrase también.
—Sabes que ese chico pudo malinterpretar todo eso —JungKook dijo un poco molesto—. ¿Qué te pasó?
—Lo siento —dijo tomando fuertemente el volante—. Fue imprudente, lo sé. Pero sigo enojado, yo…
—¿Qué ocurre?
JungKook dejó a un lado lo del chico y escuchó atentamente a lo que YoonGi tenía que decirle.
—SeokJin se va a casar.
—¿Cómo lo sabes? —JungKook estaba tan sorprendido, ahora entendía porqué del comportamiento de su amigo—. ¿Él te lo dijo?
—Su madre me lo dijo —contestó con la vista al frente—. Ella me habló por teléfono esta mañana y me lo dijo, también dijo que estaba invitado y que pronto me haría llegar la invitación.
—Vaya, esa mujer está loca —murmuró JungKook.
—Es el diablo —afirmó YoonGi—. Y después SeokJin me envió un mensaje pidiendo vernos, no creo que sea lo más conveniente. No creo poder resistirlo.
JungKook miró a YoonGi con tristeza. La realidad era mucho más complicada que una simple llamada y una boda, YoonGi lleva amando a SeokJin desde hace años… y sufriendo también.
—¿Quieres ir a beber al rato? —preguntó YoonGi poniendo en marcha el auto para al fin aparcar correctamente.
—Tengo turno en la cafetería y después tengo que estudiar para mi examen de Sociales —dijo JungKook con cara de agotamiento.
—A veces me olvido que eres estudiante. Correcto —dijo YoonGi cuando apagó el auto—. El fin de semana. No aceptaré un no por respuesta.
JungKook viró sus ojos.
—Como sea, espero que tú invites.
—Oye, mocoso, soy yo el que siempre invita.
—Y es por eso que esto funciona —dijo JungKook sonriendo. Luego miró su celular y se dio cuenta de la hora—. Tengo que irme ahora, pero hablamos después. Escucha, sabes que no soy muy bueno con consejos, pero no te dejaré solo.
YoonGi le sonrió. —Qué mocoso tan más lindo.
JungKook lo miró seriamente. —¿Podrías no arruinar estos momentos, por favor?
—Me pides demasiado. —YoonGi se encogió de hombros.
JungKook bajó del auto, sin embargo al dar unos cuantos pasos se dio cuenta que el chico de tez morena estaba por ahí y lo había visto salir del auto de YoonGi. Más exactamente del profesor Min. Y cielos, JungKook no quería chismes ni burlas ni nada, suficiente tenía con su vida. Se supone que nadie sabía acerca de las preferencias de YoonGi, siempre se había encargado de mantener un perfil bajo, pero los chismes y rumores siempre están al acecho. JungKook entró en pánico, así que intentó hablar con el chico, pero este había acelerado su paso claramente intentando huir. JungKook quería correr tras él, pero era eso o ir a su siguiente clase, y no podía permitirse faltar por algo tan tonto como eso. O al menos eso quiso creer para aliviar un poco el nudo que se había formado en interior.
* * *
Gracias por acompañarme en esta nueva historia. Espero que te guste :').
03/11/19.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro