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Capítulo dos

La jornada había sido eterna para Jungkook, sentía como estaba por dar su último aliento de vida. Las clases a veces podrían ser intensa, y ni por la materia en sí, sino por los trabajos en equipos. Él no quería volver a hacer todo solo, al parecer sus compañeros no sentían empatía cuando les comentaba que estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Ellos ni siquiera contestaban los mensajes en el chat grupal, ¿para qué hicieron uno entonces? Eso era descortés. Además, responder con un emoji vomitando no decía mucho, ¿o sí? Jungkook estaba devastado, esos tontos claramente lo hacían adrede porque él no podía permitirse una nota baja ni desaprobatoria, Eso sería el fin para su apoyo escolar. 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando su estómago gruñó. El hambre estaba haciéndole la vida imposible, pero no contaba con suficiente dinero para comprar algo de la cafetería, y su despensa no le daba el lujo de llevar algún tipo de almuerzo casero. Lamentándose por todo se llevó su mano a la cara para esconder su frustración. A veces deseaba simplemente no existir, sin embargo, eran sensaciones pasajeras. Él apreciaba mucho su vida.

—¿Por qué no me dijiste? —La voz de Yoongi se escuchó a un lado de él y después el sonido de una bolsa. Jungkook abrió sus ojos solo para encontrarse con tuppers llenos de comida. 

—¿Qué debo decirte? —Jungkook se cruzó de brazos, a la defensiva—. No soy un niño pequeño, puedo arreglarmelas solo.

—Pero no tiene que ser siempre así —dijo Yoongi sentándose frente a él—. Ya lo discutimos. Si necesitas algo solo tienes que pedírmelo.

—¿No es eso demasiado abusivo? —Jungkook bufó—. Aprecio mucho tus consideraciones, pero simplemente me hace sentir mal. Me hace sentir… 

—¿Avergonzado? —terminó Yoongi por él.

Jungkook asintió.

—No tienes por qué. Es decir, entiendo las razones, pero no tiene que ser de esa forma, ¿de acuerdo? Somos amigos. Los amigos hacen esto. Se ayudan cuando alguno le falta una pierna, cuando están enfermos…

—¿Cuando el amor de su vida se va a casar con otro?

—Eso fue cruel —dijo Yoongi, pero tenía un atisbo de sonrisa en sus labios—, pero tienes razón. 

—Lo siento —Jungkook se encogió de hombros—. De acuerdo, gracias por la comida. 

Yoongi sonrió hasta mostrar sus encías, como sus dientes eran pequeños le daba una apariencia tierna, un poco más de lo usual.

—Correcto, mocoso. Tengo que irme a la siguiente clase, come bien y me avisas cuando llegues a casa, ¿estamos? 

—Hecho.

Yoongi se levantó, y justo antes de irse, revolvió el pelo de Jungkook, quien rió un poco.

Su felicidad se acabó cuando se dio cuenta que había un par de ojos que lo miraban detrás de un árbol cercano. Cielos. Jungkook había creído que no había nadie alrededor, incluso Yoongi no se percató de ese detalle, en todo caso él no se hubiese acercado tanto. 

Jungkook reconoció aquella sudadera azul oscuro cuando el cuerpo de la persona se movió un poco antes de volverse a ocultar. Era el chico de esta mañana. Jungkook suspiró tomando valor al mismo tiempo para levantarse e ir hacia él. No dejaría que los rumores comenzaran. 

—¿Disculpa? —habló cuando creyó estar lo suficientemente cerca. 

Creyó haber escuchado un «ay, no» detrás del árbol, pero no estaba tan seguro. 

—Sé que estás ahí —dijo un poco molesto—. No hay necesidad de seguir escondiéndose.

Tan solo segundos después la persona se plantó frente a él con un leve sonrojo en sus mejillas. Sí, él tenía razón en estar avergonzado. ¿Por qué estaba espiando de todos modos? 

—¿Entonces? —preguntó Jungkook con semblante serio.

—¿Entonces? —repitió el chico viendo hacia el suelo.

Jungkook suspiró. 

—¿Tú eres…?

—¡Oh! —exclamó el chico comprendiendo—. Yo soy Kim Namjoon —dijo con su izquierda tallando su nuca—. ¿Mucho gusto?

—No diría eso si fuera tú —dijo Jungkook elevando una ceja—. ¿Por qué estabas ahí?

Namjoon se quedó en silencio, sus ojos veían minuciosamente sus pies. Jungkook no dijo nada, simplemente esperó, pero al notar que el sujeto ya estaba colorado decidió seguir insistiendo. Si él tenía la valentía para espiar, tendría la misma valentía para explicarse.

—¿Y bien? 

—Yo no te estaba espiando —contestó Namjoon—. Solo estaba… buscando algo. Observando, básicamente.

—¿Me estás diciendo que estabas observando lo que yo estaba haciendo sin darme cuenta y sin conocernos? Quizás no eres de este planeta porque eso suena como espiar aquí y en Canadá. 

—Si lo pones de esa forma me haces ver como si estuviera haciendo algo horrible —Namjoon sonó a la defensiva.

—¿Y no lo es? —cuestionó Jungkook un poco harto—. Escucha, no sé con qué intención estabas haciendo esto, pero deja de hacerlo. Los rumores pueden afectar a las personas innecesariamente.

—No quiero dañar a alguien más, esto fue solo para mí —confesó Namjoon su vista vagando entre el suelo y sus manos que se entrelazaban con remordimiento—. Lo siento. Fue un error, pero yo solo quería saber si… Yo… Bueno, lo siento mucho.

Jungkook dejó escapar aire lentamente. Ah, ese chico, ¿acaso no era mayor que Jungkook? ¿Por qué estaba actuando de esa manera tan tonta?

—De acuerdo, de acuerdo —dijo Jungkook viéndolo atentamente—. Está bien, solo deja de hacerlo. 

Jungkook dio media vuelta dejando el chico allí, fue hasta su antiguo lugar y tomó sus cosas para irse. Él debía estar en su trabajo en media hora.

A veces deseaba simplemente no tener que hacer algunas cosas, como correr de un lugar a otro para estar a tiempo, pero era lo que se tenía que hacer. Trabajar en la tienda de conveniencia le resultó bien, pues podía realizar sus deberes escolares y comer los bocadillos que caducaban ese mismo día. Al menos no se había enfermado por comerlos hasta ahora, y se ahorraba algunas monedas que bien podía utilizar en otras cosas como comprar una nueva computadora. Jungkook ha estado ahorrando fielmente para comprarla, la que tiene es vieja y lenta… Le ha sacado algunas canas por pelear con ella.

Habían pasado dos horas, la gente iba y venía. Jungkook sonreía, les saludaba y atendía lo mejor que podía. Una señora le sujetó su mejilla para después darle palmaditas en ella, no pudo ocultar su leve sonrojo. El último cliente había traído a un niño consigo, y el pequeño tuvo la gracia de tirar algunos productos y romper una botella de algún refresco. Jungkook tuvo que ser fuerte para decirle al señor que debía pagar por el producto aunque por dentro estaba muriéndose de pena, el señor le quedó mirando con una cara ofendida, pero no refutó y pagó. Se fue de ahí sin decir nada, pero se percibía su molestia a kilómetros.

Jungkook inspiró aire para calmarse. Vaya, a veces era difícil hablar con las personas, en especial cuando nunca sabes cómo pueden reaccionar. Una vez que obtuvo los instrumentos de limpieza se dirigió al pasillo para comenzar a ordenar. 

Pasaron alrededor de cinco minutos cuando escuchó que alguien entraba, dando su mejor esfuerzo decidió pararse y echar un vistazo que alertase al cliente que había un encargado. 

—Buenas tardes, lo atenderé en un… —dijo, pero se detuvo al ver quien había llegado—. Tú de nuevo.

Kim Namjoon estaba viéndolo con un leve sonrojo sobre sus mejillas.

—Oh, por el amor de… —Namjoon suspiró—. Puedo intuir lo que estás pensando, pero no, no te seguí.

Jungkook levantó una ceja.

—Entonces…

—Se me olvidó traer galletas de mi casa y debo ir a casa de mi abuela —explicó Namjoon.

Jungkook consideró que eso había sido demasiada información, pero le creyó. ¿Qué ganaría con mentir? ¿Quién sería tan atroz para mentir respecto a su abuela? 

—De acuerdo, dame unos minutos, tengo que terminar aquí.

Namjoon asintió.

Jungkook estaba consciente de lo que hacía, de ser otra persona, él le atendería dejando a un lado lo que sea que estuviese haciendo, pero estaba hablando de Namjoon. El chico que lo estaba espiando esta mañana. Se lo merecía. Síp, era una persona cruel.

—¿Quieres que te ayude? —Escuchó que Namjoon le preguntó. 

Alzó su mirada encontrándolo frente a él, Jungkook negó mientras se levantaba.

—No te preocupes, ¿tienes todo lo que buscabas?

Namjoon asintió. 

—De acuerdo, ya casi acabo aquí  —dijo Jungkook.

—¡Vaya! —chilló Namjoon—. ¿Eso de ahí es el nuevo chocolate que se ha estado anunciando?

—Sí, pero recuerda que…

—¡Ah!

Jungkook suprimió un suspiro. Había intentado decirle a Namjoon que ese lugar estaba resbaloso por lo que sucedió hace un rato. Namjoon estaba bocarriba con su ceño fruncido. Eso debió haber dolido. 

—Intenté advertirte —se defendió Jungkook al encontrarse con su mirada desde arriba—. Aquí, déjame ayudarte. —Extendió su mano para ayudarlo a levantarse. 

—Gracias —dijo Namjoon una vez que compró todo lo que necesitaba—. Por todo.

Jungkook asintió leve, y se quedó mirando la espalda ancha de Kim Namjoon cuando salió de la tienda. Tenía la leve sensación de que se estaría encontrando con ese chico más veces de las que quería realmente. 

* * *

Hola. Lamento demorar en actualizar. ¡Espero que puedas seguir acompañandome en esta historia! Déjame saber si te está gustando... O algo.

Besos, tqm.

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