
"El conocimiento del mal, parte 1"
Tras haber culminado con las clases escolares, los Loud tomaron sus vacaciones en verano. Al concluir este, la vida de la familia regresaría a la normalidad; por supuesto que nadie se tomó la molestia de preocuparse, los restaurantes de Lynn señor se manejaban casi ya de forma autónoma y Rita había dejado de trabajar hacía mucho tiempo.
En cuanto regresaron a la residencia, los padres de familia se pusieron de acuerdo entre ellos para organizar a sus hijos; teniendo más tiempo libre podían dedicarles todo el tiempo que no habían podido darles cuando eran pequeños. De ese modo, Lynn señor y Rita pasaban tiempo de calidad con sus hijas e hijo.
Eso llevó a que Lynn Jr. por fin pudiera gozar de tiempo extra y de calidad para sí misma; sin embargo, aquél sueño de soledad y plenitud se vería un poco opacada al percatarse de que a su rutina le faltaba esa chispa de caos y riesgo que sus hermanas y hermano le daban cuando le pedían ayuda. Eso no quería decir que la castaña se contradijera a sí misma con respecto a lo que quería, pues agradecía tener tiempo para ella y sus anhelos; sin embargo, ella también quería pasar tiempo con sus hermanas y hermano, mas ahora los encontraba pasando tiempo con sus padres y, en lo personal, ella no tenía algo concreto que compartir con ellos; los trabajos escolares los hacía junto a sus amigas o le pedía ayuda a Lori directamente, se llevaba mucho mejor con ella y le agradaba que fuera ella quien le ayudase en los temas académicos. Su compañera de cuarto solía pedirle ayuda para probar unas cuantas bromas y calificar chistes suyos, admitía que eso le quitaba un poco de aburrimiento a su rutina, pero sentía que le faltaba algo más a ello.
Lori le había comentado a la familia que iniciaría a dar clases optativas en las universidades de Michigan, no se extendería tampoco porque no quería alejarse mucho de sus seres queridos. Fue así que la distancia entre la castaña y la rubia daría comienzo, dejando a Lynn en un estado inquieto y solitario. A pesar de que la científica llegaba alrededor de las seis de la tarde a la residencia, lo primero que hacía era darse un baño y platicar con Leni sobre su día a día, no podía negar que la modelo era la más cercana a ella y no se lo podría quitar jamás; lo malo venía cuando le comentaba a Lynn que se encontraba cansada, pero que le compensaría el tiempo perdido.
La pecosa se sintió un poco desanimada, algo que la científica notó. Por ello, le permitió a Lynn ingresar a su búnker para que experimentara un poco con lo que ella quisiera, dejando en claro que debía tener mucho cuidado; aunque Lori tenía la inteligencia para dejar bajo resguardo los inventos y prototipos de riesgo alto, su acceso era imposible.
Fue de este modo que Lynn, en uno de aquellos días de fin de semana en las que no hallaba nada más que hacer (también se había devorado libros enteros de su autora favorita), decidió por darle una oportunidad a la invitación de Lori, quien se encontraba en una Universidad particular de cursos cortos que laboraba únicamente los sábados.
—Después de que pasas años ayudando a tu familia, añoras un poco de paz y armonía para ti misma —comentó ella mirando al espectador—, pero jamás te esperas que hacer eso justo le daba a tu vida esa actividad y alegría que disfrutabas en gran manera, a pesar de los problemas y el estrés que eso conllevaba —chistó y expulsó un suspiro nostálgico.
La castaña fue bajando las escaleras y se topó con Lisa jugando a los bloques junto a Lola y Lily. Las tres parecían estarse divirtiendo bastante, algo que la hizo sonreír. No quiso intervenir porque creyó que ya era algo grande para estar con ellas, así que las dejó en lo que estaban.
En su recorrido al búnker, Lynn recordaba un poco de su infancia y lo mucho que disfrutaba el tener desventuras alocadas con su familia. Sin duda, la vida había transcurrido con gran velocidad y eso la desalentaba un poco, aunque de todas formas, también sabía que le quedaba un gran tramo por experimentar.
Lynn decidió sacudir su pesadumbre y mirar al frente, seguro se abriría la oportunidad de convivir con sus hermanas y hermano como antes, solo sería cuestión de tiempo para que sus padres quieran tiempo para ellos mismos tanto como ella deseaba.
—Debo dejar eso de lado, tengo que admitir que he aprovechado este tiempo al máximo —sonrió determinada—. He podido salir con mis amigas, ver mis series favoritas, leer mis libros sin interrupciones... ¡Ha sido bastante satisfactorio estar un rato desocupada! —miró al lector—. ¿Saben algo? Seguiré aprovechando ese tiempo hasta que mis padres quieran tomarse un rato, así que saciaré mi aburrimiento con las cosas que tiene Lori, seguro que tendrá algo con lo cual pueda divertirme... —se quedó pensativa—. ¿Sería bueno invitar a Margo...? ¿O quizá a otra de mis amigas? Bueno, antes de eso, lo mejor será que primero encuentre algo interesante —asintió y metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, y se topó con algo.
Lynn sacó unos lentes.
—Había olvidado que siempre los cargo conmigo —sonrió y sacó también el control externo—. Me pregunto si Lori habrá descubierto ya todas las dimensiones que existen... —se quedó viendo fijamente los anteojos.
Pensó con seriedad aquel planteamiento, aunque terminó por dejarlo de lado por el momento.
—Bueno, me dio estos en especial justo para responder aquella pregunta, quizá podría dedicarme un rato en hallar la respuesta —sonrió satisfecha mientras retomaba su rumbo al búnker.
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En alguna Universidad dentro del estado de Michigan...
Un automóvil lujoso de color negro se estacionó en frente, dentro del mismo se desenvolvía una conversación.
—Muy bien, hemos llegado... —Dagger sonreía con malicia.
—Wow... —Bobby pegó su mano en el cristal mientras un gesto de asombro se asomaba en su rostro—, sigo sin creer que veré a Lori Loud... Es... un honor.
—Y para mí es un gusto poder cumplir tu más grande sueño.
—Señor, Dagger, ¿usted cree que la señorita Lori me haga caso? —preguntó despegando su mirada de la ventana para observar a su superior con cierta inseguridad.
—Por favor, Bobby. A pesar de que apenas estés realizando tus prácticas en uno de mis laboratorios, no significa que no seas inteligente. He leído tus teorías y son bastante convincentes, estoy seguro de que la más conocida científica querrá escucharte, sobre todo si le produces un beneficio.
—Eso tiene sentido... Es decir, las probabilidades de que interactúe con ella se han elevado a un ochenta y cinco porciento —rio con nerviosismo.
—Tranquilo, ya me he encargado de contrarrestar el quince porciento que te estorbaría —volteó a verlo—. En pocas palabras, sí o sí cruzarás palabra con la científica —le guiñó el ojo.
—¿Qué fue lo que hizo, señor? —se acomodó sus gafas.
—¿Qué es lo que más quiere un universitario tras meses de arduo trabajo y dedicación? —lanzó la pregunta al aire, aunque se respondió a sí mismo cuando señaló a través de la ventana—. Yo diría que un descanso merecido y sin estrés, donde el objetivo principal de su día sea divertirse y pasarla bien, es por ello que el día anterior me comuniqué con el director de la institución y me permitió elaborar una pequeña feria del conocimiento y habilidades para que los alumnos pudieran relajarse y divertirse, pero al mismo tiempo, no dejar de lado la importancia de sus saberes —concluyó con una risa llena de soberbia.
—¡En serio hizo todo eso por mí, señor? —los ojos del joven latino estaban iluminados.
—Este chico sí que es bastante manipulable —chistó—. Por supuesto, pero no olvides cumplir con tu directiva.
—¡Sí, señor Dagger! —se reacomodó las gafas—. Aunque..., ¿me recuerda el porqué tengo que hacer esto? Ahora que lo pienso, acepté sin más porque por fin cumpliría mi sueño de hablar con Lori Loud, pero... ¿eso en qué lo beneficia a usted?
James ya se esperaba que el joven reaccionara tarde o temprano, por lo que, con una sonrisa, le dirigió una mirada amable.
—Imagina lo que lograríamos si Lori Loud encontrase el modo de conectarnos con el Multiverso... Las posibilidades son infinitas, los recursos serían ilimitados y el conocimiento oculto se nos sería revelado, en eso me beneficia, y no solo a mí, sino al mundo entero —hizo un ademán con la mano que llamó la atención del joven—. Dime, ¿acaso no sería bueno para todos que esto se lleve a cabo?
Bobby quedó pensativo con las palabras de su superior. Tras un momento de reflexión, asintió con la cabeza y determinado colocó su mano en la manija del auto.
—Por supuesto que sí, señor —abrió la puerta, aunque se detuvo de repente—. Solo una cosa —gesticuló una expresión insegura—, ¿la idea de su feria no cancelaría las clases?
James se limitó a soltar una pequeña carcajada.
—De ser así, no hubiera hecho lo que hubiera hecho. También le comenté al director que lo dejara como una sorpresa de último minuto. Así todos podrían venir, por lo que tienes tiempo antes de que anuncien la feria.
—Perfecto, sin duda alguna es usted alguien muy inteligente, señor —miró con atención la institución y notó un detalle particular—. Por cierto, ¿en dónde está la feria?
—Je, tranquilo, chico —James sacó un cubo de su chaleco y se lo mostró al joven alzando su mano—. Gracias a Lori, los científicos de mi laboratorio lograron concebir un almacenador que comprime los objetos en su interior, en pocas palabras, la feria aparecerá como por arte de magia —lo volvió a guardar—. Tengo que admitir que el abismal progreso que ha tenido la humanidad es por la invención inaudita de esta mujer.
—Vaya... Sin si quiera estar presente, Lori Loud me sigue sorprendiendo, ¡mejor dejo de perder el tiempo!
De este modo, Bobby por fin abandonó el automóvil y se encaminó a la universidad con suma velocidad.
—Ja, ja, ja... Ese chico es bastante fácil de convencer —volteó a ver a su conductor y este asintió con la cabeza.
James bajó del vehículo y el auto arrancó.
—Si supiera el verdadero fin que anhelo conseguir..., ese chico se negaría a su sueño —sonrió con malicia y se encaminó a la institución.
Dentro de la universidad, Lori estaba revisando sus notas para dar su clase optativa. La chica se encontraba bastante feliz, su progreso en la vida y la ciencia había sido gigantesco, además de marcar una huella perpetua en la historia. Estaba satisfecha con todo lo que había conseguido, aunque todavía sentía que podía lograr mucho más.
—Un día más en el que impartiré mis conocimientos a mentes prometedoras para el futuro, estoy segura de que mi legado será esplendido en este mundo, pero estoy más convencida de que puedo proseguir mucho más —sonrió—. Lo más idóneo es compartir las ideas para tener la mente despejada y, probablemente, se me ocurra la idea definitiva para poder viajar a otros Universos. Estoy completamente convencida de que existen otras realidades, otras yo que viven vidas idénticas a la mía, pero con sus notables diferencias... Quizá si me comunico con ellas podamos construir algo grandioso entre todas: el invento definitivo...
La emoción la inundó.
—¡Sí! Pero por ahora me enfocaré en el presente; en hallar esa idea que me conducirá en cumplir mi nueva meta: la siguiente etapa del progreso.
Lori arribó a su salón de clases y se encaminó al centro del mismo, detrás de ella se encontraba un pizarrón verde y delante estaban los asientos que iban de forma ascendente. Se acomodó los anteojos y colocó sus notas en un escritorio que estaba cercano a ella. Tomó asiento y por fin se dio la oportunidad de ver al frente, notando que su salón estaba vacío.
—Que extraño —miró su reloj, el cual marcaba las ocho en punto de la mañana—, la clase empieza a esta hora y no hay nadie, ¿podrá ser que nadie querrá tomar la optativa hoy?
Las bocinas instaladas dentro de la institución emitieron un sonido relajante, para después indicar un aviso por parte del director.
—Buenos días, equipo docente y estudiantil, como sorpresa para el día de hoy, podrán disfrutar de la feria del conocimiento y las habilidades por parte de los laboratorios Dagger. Tanto los alumnos como los profesores son libres de estar en la feria o quedarse en las instalaciones. Muchas gracias.
Lori se mostró sorprendida.
—Vaya, eso fue inesperado. Me hubiera gustado un aviso previo para no haber venido. Como soy una clase optativa, lo más seguro es que nadie venga, por lo tanto, estoy segura de que no afectará en nada que me retire —suspiró y sonrió—. Eso significa que por fin podré reponer el tiempo perdido con Lynn.
Lori se sentía contenta, había estado bastante ocupada y hacía tiempo que no pasaba tiempo de calidad con su hermana menor, sobre todo porque los domingos la familia la pasaban todos juntos y eso le impedía pasar tiempo a solas con ella.
Fue así que procedió a levantarse de su asiento, tomó todas sus cosas y se encaminó a la salida; sin embargo, una voz masculina detuvo su andar.
—Ho-hola..., ¿aquí es "Teoría dimensional"?
Lori se paró en seco y volteó a ver al sitio de donde se produjo la voz.
—Sí, aquí... —y por primera vez en su vida, Lori se dedicó a apreciar al joven que le había hablado.
Tez morena, un acento particular en su habla, en definitiva no era originario del país. Por sus rasgos podía intuir que se trataba de un latino. Lo que más le llamaba la atención, fue su timidez y su vestimenta tan inusual, ¿quién viene con bata a una escuela?
—Es —terminó de decir.
Los dos se observaron por unos instantes.
—... Esto... es muy extraño. Jamás lo había visto en mi vida, pero siento una conexión particular con este individuo, ¿quién será?
—Lori Loud me ha hablado, mi corazón palpita con fuerza. Estoy bastante nervioso, jamás creí cruzar palabra con ella tan pronto. Esto es inaudito.
La sala quedó en silencio alrededor de un minuto. Varios pensamientos rodeaban a ambos jóvenes, pero algo que no podían evitar era el seguirse mirando entre sí.
Lori decidió cortar la situación, fingiendo una tos repentina y desviando la mirada.
—Menos mal que Lynn me enseñó cosas absurdas como esta, jamás creí que usaría una artimaña tan ridícula —pensó mientras recordaba algunas lecciones sociales que aprendió con Lynn y Leni en su momento—. Este..., supongo que vienes a tomar la clase, ¿verdad?
Bobby se encontraba un poco apenado, mas reaccionó ante la pregunta de la rubia.
—Eh..., sí, sí. Justo vine desde muy lejos para tomar una de sus clases —rio nervioso.
Bobby se fue acercando a la posición de Lori.
—Vaya, ¿y de dónde vienes, exactamente?
—Bueno, yo solía vivir en Royal Woods, pero después de conseguir entrar a la Universidad a una edad más temprana de lo usual, me tuve que mudar a Washington, ya que tuve la oportunidad de realizar mis prácticas en Laboratorios Dagger. En pocas palabras, vengo desde allá, je... —se detuvo justo en los asientos más cercanos a la científica.
—Entonces debo suponer que para llegar hasta acá usaron un teletransportador, ¿verdad? —sonrió denotando un poco de orgullo.
—Sí —sonrió y agarró su brazo izquierdo—, tengo que admitir que viajar así es una experiencia bastante rara, sientes como se desvanece cada partícula de tu cuerpo y te reconstruyes en otro sitio del país, es como si fuera un videojuego.
—La misma reacción tuvo mi hermana Lynn la primera vez que lo usó —soltó una risilla inocente.
—Lori sí que es bastante linda —sonrió sintiendo como su corazón latía con fuerza por ella.
Jamás creyó en su vida experimentar esa sensación por alguna mujer debido a su afición por la ciencia, pero bien dicen que siempre hay una primera vez.
Lori analizó la situación y observó su reloj.
—Mira, ehmm..., ¿cómo te llamas?
—Bobby, puede decirme, Bobby.
—Bobby... Es un nombre bastante tierno para un hombre —recalcó con gracia.
—Bueno, es que mi nombre es muy largo, así que solo doy una abreviatura más amena para los demás.
—¿Y cuál es tu nombre completo? —preguntó curiosa. Colocó su brazo en el escritorio y su otra mano en la cintura.
—No creo que sea necesario saberlo... —se rascó la nuca.
—Anda, dime. Una vez que me pica la curiosidad no habrá modo en que me hagas desistir —comentó desafiante.
—Bueno, si insiste... —soltó un resoplido—, mi nombre es Roberto Alejandro Martinez-Millan Luis Santiago.
Lori quedó escéptica por unos segundos, pero luego chistó.
—¿En qué pensaban tus padres?
—Créeme, me sigo preguntado lo mismo hoy en día.
Ambos rieron.
—Vaya, este chico es muy simpático. Me extraña que no esté en la feria... —Lori se reincorporó y se acercó un poco más al muchacho—. Y, dime, ¿por qué no estás en la feria como los demás chicos?
—Bueno, si tengo que ser sincero...
Bobby respiró profundo antes de seguir. Se armó de valor y miró a la científica con una sonrisa escondida.
—Yo siempre he soñado con verla y tener la oportunidad de aprender de usted... De conocerla, todo porque usted es una gran científica que ha revolucionado el mundo. Es mi inspiración y mi motivación para darle a la Tierra un futuro prometedor. Lo que más deseo es tener la oportunidad de convivir con usted.
Lori parpadeó un par de veces, creyendo que lo que había escuchado era irreal. Sin embargo, por primera vez tenía en frente a un hombre que su más grande sueño era conocerla y convivir con ella, ni siquiera todos los alumnos con los que había estado expresaron algo similar.
—Vaya, eso es muy halagador —se acomodó el cabello. Un ligero rubor se presentó en ella—. No puedo creerlo... Este chico me tiene sorprendida. ¿Qué tanto sabrá de mí?
—He ansiado este día como no tiene idea. Leí sus biografías e inclusive vi los vídeos de las premiaciones Nobel. Sin duda puedo decir que es alguien noble y que procura a su familia, piensa en la gente y en como sus invenciones beneficiarán al mundo. Debo admitir que me sorprende la cantidad de miembros con las que cuenta su familia, pero eso solo reafirma lo importante que es para usted los demás.
—Ha leído mis biografías publicadas en internet. Está bastante informado —una risa ligera salió de ella—. Oye, me tienes muy ubicada, admito que hasta pareciera que me has investigado.
Los nervios de Bobby se elevaron.
—Bu-bueno..., podría decirse que... solo me he dedicado a seguir su vida. Es solo que usted me ha generado una admiración incomparable y yo...
Lori colocó su mano sobre el hombro del joven.
—Tranquilo, está bien —le mostró una sonrisa amigable—. Admito que es la primera vez que me encuentro con un fanático mío, pero parece que también tienes lo tuyo, ¿verdad? —lo soltó—. Dime, ¿qué has investigado?
—Es curioso que lo pregunte, pero... ¿será posible que primero tenga la oportunidad de ver una de sus clases antes de contestar esa pregunta?
Lori miró su reloj. Eran ya las ocho y veinte.
—Bueno, ya que me has picado la curiosidad, te propongo un acuerdo. Mi clase termina a las nueve con cincuenta, te enseñaré un poco de mis teorías y a las nueve y media quiero que me compartas las tuyas, ¿qué te parece, Bobby?
—No puedo creerlo... —un semblante soñador se presentó en el joven—. Es un trato —extendió la mano.
Lori no negó el gesto y la apretó, aunque en el momento en que lo hizo, sintió una calidez recorrer su interior.
—Me urge saber por qué se me genera está clase de sentimientos tan particular con este chico... No es normal... ¿o sí?
Sin saber, Lori había conocido al chico que estaba predestinado para su vida, pero ella desconocía las razones por las cuales sentía esta conexión peculiar con el joven de tez morena. Probablemente lo descubriría con el tiempo y quizás el tiempo fuera lo único suficiente para que ambos tuvieran la oportunidad de adentrarse en la vida del otro.
Lori inició a dar su clase de manera normal, como si se tratara de un salón lleno de alumnos. No le molestó en lo absoluto que sus planes de regresar se vieran ligeramente frustrados, de igual modo tendría la oportunidad de regresar a su hogar cuando terminase la clase.
Bobby escuchaba con atención las palabras de la maestra, y seguía sin creer que sus sueños se estaban haciendo realidad, veía con mirada soñadora a la rubia mientras comenzaba a imaginar pláticas y discusiones con fines científicos, terminando en conclusiones satisfactorias y favorables para ambos, pero al mismo tiempo se preguntaba si estaría a su nivel. Eso lo atormentaba un poco, pero las palabras de su superior lo tenían confortado, estaba seguro de que él ayudaría a Lori Loud y eso nadie se lo iba a quitar.
Alrededor de las nueve de la mañana con diez minutos, Lori recibió una notificación a su teléfono.
—Perdona, Bobby. Me quedé en la mejor parte. Atiendo rápido y regreso.
—No se preocupe —contestó con amabilidad.
Lori sacó su móvil y se percató de que Lynn quería entrar a su búnker.
—Parece que hoy por fin se atrevió —sonrió—. Quizá dejarla ahí un rato me dé un poco más de tiempo extra para averiguar más de este chico —ingresó la contraseña en su móvil y la envió al búnker.
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De vuelta en la casa Loud...
Lynn se hallaba a un lado del búnker, el cual le había realizado un escaneado facial para reconocer al individuo que se hallaba en su presencia. El software del búnker le envió un mensaje a Lori para preguntar sobre el permiso de acceso.
—Espero que esto no tarde demasiado...
Un sonoro "click" se oyó por parte de la cubierta del búnker. Esto tomó desprevenida a Lynn, quien en seguida se apartó un segundo para ver cómo se abría la compuerta del refugio, seguida de una neblina que se esparció con rapidez.
—Bueno, es hora de entrar.
Inició a bajar las escaleras y, seguida de ella, la compuerta se cerró. Las luces del interior se encendieron para iluminar el descenso de la castaña, quien agradeció ese detalle al verse un poco asustada por la repentina oscuridad que se generó inmediatamente después del cierre del búnker.
Llegó al suelo y lo primero que sus ojos captaron fue la máquina interdimensional que construyó ella en compañía de sus hermanas.
—A veces parece que fue ayer que empezamos toda esta travesía —admitió acercándose a la máquina. Sonrió con cierta nostalgia.
Poco tiempo pasó antes de que también notara la presencia de la computadora en la que Lori ingresaba los datos para su máquina. Lynn se acercó a la misma y la prendió. Tomó asiento mientras esperaba.
"El sistema se está iniciando"
—Parece que Lori conserva un gusto peculiar, esta computadora parece tener un sistema operativo un poco anticuado...
La computadora encendió y mostraba en el escritorio el ícono del sistema operativo.
—Sí, es la versión siete, si no me equivoco —tomó el ratón y empezó a indagar en la máquina—. Me sorprende que no tenga clave de acceso, tal vez se debe a que nadie más que ella baja aquí, eso si no tomamos en cuenta las veces en que la acompañamos...
Esperó un poco más para no saturar la máquina, la cual, a pesar de contar con un sistema operativo pasado, tenía una velocidad bastante decente.
—Al menos no me va a desesperar esta computadora —comentó alegremente.
Sin que se diera cuenta, por la posición en la que estaba, se le estaban zafando sus lentes del bolsillo; por fortuna, sintió que algo se estaba saliendo de su lugar.
—Dios, casi se me caen —sacó las cosas de su bolsillo y los puso en el escritorio—. Las dejaré ahí por ahora —volteó a ver la pantalla—. Ahora sí, en lo que estaba.
Lynn indagó en las aplicaciones que tenía la misma, contando con lo usual. Sin embargo, también pudo percatarse de una aplicación especial para programar; investigando un poco más en los archivos del sistema, se topó con una carpeta en donde se hallaban las aplicaciones en específico que Lori había creado para sus inventos, entre ellos el del portal interdimensional.
Al abrir el programa se encontró con una serie de cuadros que contenían datos numéricos específicos, denotando características como coordenadas, influencia electromagnética y demás datos que no comprendía. Algo que llamó su atención fue un dato resaltado en verde, la cual dictaba ser una constante.
—Cielos, ¿de dónde sacó Lori toda esta información? Sí que es una genio... Yo sigo sin entender nada, la verdad... —comentó escéptica.
Observó que había una nota que resaltaba la importancia de dicha constante, la cual era el número 1.211225
—Ojalá supiera de qué se trata, pero solo le puso como "valor constante" —entrecerró los ojos—, si tan solo tuviera los conocimientos —se alzó de hombros—. En fin, eso no es tan relevante ahora —prestó atención a los demás datos que había en la computadora—. Puedo ver que Lori dejó los mismos números de la última vez; la última dimensión que descubrimos.
El botón de ejecutar se encontraba justo en la esquina inferior derecha. Lynn se vio tentada a oprimirlo y, de hecho, así lo hizo; aunque la acción se debió más por la nostalgia que por la curiosidad. Sin embargo, no ocurrió nada y eso se debía a que la máquina estaba apagada.
—Es cierto, olvidé encenderla...
Se acercó a los mecanismos del portal y jaló una palanca para accionar el mismo. Tras unas cuantas vibraciones y sonidos metálicos, el portal inició a funcionar, abriendo una fisura en la tela temporal del Universo. Un color púrpura emergió del centro del portal hasta adquirir la forma de un heptágono perfecto.
—Ha pasado tiempo desde la última vez que la usamos, me sorprende que aún funcione a la perfección. Parece que Lori sí sabe como mantener sus invenciones —sonrió—. Bueno, será mejor que la apague por ahora —dicho eso, jaló la palanca en dirección contraria y el mecanismo dejó de funcionar—. Ahora veamos que puedo hallar aquí dentro —miró a su alrededor. La gran cantidad de cosas que había era abrumador.
...
Tras una larga inspección en los cajones y los más recónditos rincones del laboratorio subterráneo de Lori, Lynn pudo recolectar una serie de inventos que le parecieron divertidos.
Entre las invenciones que pudo hallar tenía un dron espía, un jetpack equipado con paracaídas, unos guantes particulares de los cuales desconocía su función, una libreta nueva que podía cerrar con un código cifrado, unos brazos extensores (útiles para alcanzar cosas lejanas), entre otras cosas interesantes.
Lynn sentía que tenía una mina de oro entre sus brazos y agradecía tener la oportunidad de contar con inventos tan particulares entre sus manos, aunque admitía que la mayoría de los mismos parecían sacadas de películas de agentes secretos.
—Muy bien, ahora..., ¿dónde podré guardarlo todo? —visualizó a su alrededor y se fijó que había una invención más en una de las mesas de trabajo, la cual era una mochila—. Vaya, demasiado conveniente —sonrió mientras se dirigía a la misma.
Lynn tomó la mochila y abrió el cierre de la misma para ver que contenía, aunque se llevó un gran susto al ver que había una clase de oscuridad infinita que parecía no tener final.
—Vaya, pero ¿qué es esto? ¿Alguna clase de vacío dimensional? —se alejó un poco de ella por el temor. En la mesa de trabajo vio un lápiz—. Probemos —tomó el utensilio y lo introdujo en la mochila, jamás escuchó el retumbar del objeto. Lynn tragó gordo—. Bueno, solo queda una manera de saber en donde se quedó el lápiz —con algo de temor metió su mano y, sin creerlo, sintió el objeto al alcance de sus dedos—. ¿Qué clase de tecnología es esta? —comentó con una cara de asombro y susto al mismo tiempo.
Lynn sacó el lápiz y lo dejó de nuevo en donde estaba. La castaña admitía que su hermana mayor jamás la dejaba de sorprender. Posterior a la prueba y de dejar pasar el asombro que tenía, se dirigió a los objetos que había recolectado y los metió a la mochila.
—De acuerdo, no creo que haya más que hacer aquí —concluyó feliz.
Lynn tanteó su pantalón para ver si no olvidaba algo, y se dio cuenta de que le faltaban sus anteojos.
—¿Dónde los puse? —al revisar el área, vio que justamente estaban a lado de la computadora.
Lynn dejó la mochila a un lado de las escaleras que conducían a la salida y se dirigió a los lentes dimensionales que Lori le regaló, en ese transcurso recordó el momento en que se los dio.
...
En el mismo laboratorio subterráneo, Lori se encontraba junto a Lynn. Las demás hermanas se habían retirado para descansar, mas ambas hermanas se quedaron un rato más para platicar sobre sus hallazgos. Lori tenía un par de artefactos entre sus manos.
La científica volteó a ver a la castaña con un semblante serio, pero amigable.
—Lynn, parece ser que hemos descubierto todas las dimensiones que comprenden el Universo y, posiblemente, cada Universo que compone el extenso Multiverso en el que vivimos. Aún así, muy dentro de mí, sigo teniendo la sensación de que hay alguna que otra escondida, justo en frente de nuestras narices...
—¿En verdad crees que haya más?
—Las posibilidades son infinitas, es incluso posible que la cantidad de dimensiones que existan no se puedan contar realmente; aunque, de todas maneras, las que hemos encontrado serán útiles para la humanidad y el progreso de la tecnología.
—Entonces supongo que debes estar satisfecha.
—Por el momento..., pero —suspiró—... tú más que nadie sabe sobre mi problema —mordió su labio inferior denotando un poco de nerviosismo.
—Lori, recuerda que la curiosidad mató al gato.
—¡Lo sé, lo sé! Pero..., no puedo vivir con esta incertidumbre. Tengo que saberlo, averiguar si hay más de la cuenta, incluso viste que arriesgué mi vida abriendo un agujero de gusano con tal de ver si existían más dimensiones más allá de los límites permitidos —una gota de sudor recorrió su frente—. A pesar de ello, aunque no lo creas, sigo pensando que existen dimensiones más allá de los límites, quizá si encontrara una forma de estabilizar los agujeros de gusano pueda materializarlas; lo volátil que llegaron a ser los datos ingresados me jugó en mi contra y fue por eso que se originó, pero temo que aún no cuento con los materiales necesarios para cumplir esa meta: también por ello quiero averiguar más sobre el Multiverso...
—Quieres recursos..., entiendo.
—Así es —se tranquilizó un poco. Respiró profundo—. Mira, Lynn, siendo sincera contigo, eres la única hermana en la que puedo confiar fielmente, sé que no hay manera de que puedas traicionar a tu familia o que se te salga algún secreto... Posiblemente también se lo podría confiar a Leni, pero ambos sabemos que ella está demasiado concentrada en sus asuntos de belleza —se puso a su altura—. Lo que quiero decir es que tú eres mi confidente, algo que ya sabes y que te has ganado a pulso, por ello —extendió sus manos, entregándole los anteojos y el control externo—, quiero que me ayudes y que solo me informes a mí lo que descubras.
—¿Quieres que investigue por mi propia cuenta? —cuestionó Lynn un tanto asombrada por la petición.
—Así es, pero no te pido que lo hagas ahora. Solo hazlo cuando te sientas lista o cuando estés sola..., o cuando tengas tiempo, je —desvió la mirada un poco apenada.
—¿Pero no sería peligroso? No lo sé, además, tengo que ir a la escuela, hacer tareas, luego ustedes piden mucho mi ayuda y... —Lori detuvo su hablar al poner su mano sobre el hombro de ella.
—Lo entiendo, lo entiendo —sonrió—. Entonces tómalo como un regalo, ¿vale? Ya si quieres ayudarme de paso..., te lo agradecería mucho. Pueden servirte para tu día a día, solo recuerda que en tus manos tendrás un gran poder, así que no lo desaproveches por nada del mundo, ni tampoco lo uses de forma egoísta. Confío en que los usarás para bien.
Lynn no sabía que decir con exactitud. Ella sentía que cargar esos lentes era una gran responsabilidad, pero al mismo tiempo sabía que no podía negárselos, pues su hermana se lo estaba dando de corazón.
—De acuerdo, Lori. Lo aceptaré —tomó los objetos con una sonrisa—. Gracias.
—Gracias a ti, por todo el apoyo que me has dado —y terminó acariciando su cabellera.
Lori después le explicó cómo funcionaban los lentes que preparó especialmente para ella.
...
Lynn tenía los anteojos en su mano.
—¿De verdad los he estado usando bien? —miró al frente, tratando de recordar el uso que les había estado dando.
En ningún momento se aprovechó de saber el futuro, pero saber el pasado de las personas le ayudó a relacionarse mejor con ellas, pues podía tener mayor empatía con la gente. Lynn siempre trataba de ayudar a los demás y, aunque a veces sí lo llegaba a usar para beneficio propio, siempre trataba de no perjudicar.
Lynn también pensó en lo que su hermana quería que hiciera en un inicio con los lentes, por lo que tomó la decisión de devolverle el favor a su querida hermana y ayudarle en lo que pudiera.
—Quizá..., solo cinco minutos. Tampoco es que haya mucho que pueda hacer... —se puso los lentes y los activó.
Ninguna dimensión en particular se presentaba ante ella. Observó el control externo y procedió a mover la perilla.
Las dimensiones que ya conocía se presentaban ante ella, manteniendo la perilla en los números positivos. Trató de ser bastante sutil con los decimales, moviendo la perilla con suma lentitud. Sin embargo, nada nuevo había.
—Lo sabía... Ya estoy por llegar a los límites y sin los recursos que Lori necesita no podré hacer nada —suspiró.
Lynn llegó a los límites preestablecidos y ninguna dimensión nueva se presentó. Por su parte, sentía que ya nada podía hacer. Se quitó los lentes por un momento y observó el control.
—Lo siento, Lori. Hice el intento, he llegado al límite de tus datos —tomó la perilla del mecanismo y lo comenzó a rotar al sentido contrario—. Lo pondré en el estado normal y de ahí me iré.
Lynn hizo que los datos numéricos fueran descendiendo hasta que llegó al cero, el estado neutral.
A partir de ahí, ocurrieron dos cosas: un silencio alargado y una idea susurrada en las paredes de su consciencia.
—El otro lado... —pensó de forma desmesurada.
¿Qué significaba aquel pensamiento tan repentino; espontáneo? Ni siquiera parecía una idea proveniente de su propio raciocinio; sin embargo, ese planteamiento tan peculiar fue susurrado por su propia voz en su propia mente.
—¿Puedo... seguir girando?
Por alguna razón que ella no podía explicar, sentía un mal presagio provenir de aquella idea. Recordó con claridad que Lori había acotado el uso de los números negativos, pero ¿en verdad Lori no lo intentaría o solo estaría siendo preventiva por la falta de recursos?
La mano de Lynn estaba quieta, indecisa. Un sentimientos ansioso estaba posado en su corazón, se encontraba en la orilla del barranco, un solo movimiento y descubriría si fue una buena o mala decisión.
—No pierdo nada —susurró su mente de nueva cuenta, pensamientos que tentaban la curiosidad de la castaña—. No estoy usando el portal, no habrá daños físicos ni materiales... Lori... Ella..., ella lo intentaría, ¿no es cierto? ¿Por qué no se le habrá ocurrido aún? ¿Será acaso que su temor es tan grande que por eso no lo hace? —jamás en su vida había debatido tanto consigo misma acerca de una mísera idea—. Debo tomar en cuenta sus advertencias, no quiero causar problemas, aunque —sintió un ligero escalofrío en su cuerpo, sus ojos observaban con cierto temor el objeto, el sudor caía de su frente—... es posible que solo se trate de lo mismo que el agujero de gusano, solo veré el vacío y la oscuridad infinita rodeando el entorno. Sería exactamente igual...
Su mano apretó con mayor vigor la perilla, sus dedos hacían movimientos apenas perceptibles.
—Si consigo girarla solo un poco más..., no creo que pase nada malo. No me quedaré viendo mucho tiempo... Además, lo hago por ella, ¿no es cierto? —los ojos de Lynn se dilataron—. ¿No era lo que ella deseaba desde un inicio?
El control externo era manejado con una delicadeza tan extrema que el cero de la pantalla digital del mismo seguía inerte.
—Siento que aquí es el punto sin retorno... —observó sus lentes.
La castaña acercó su mano al artefacto y se lo acomodó en su rostro. Regresó a tomar la perilla. Veía al frente con un gran nerviosismo y ansiedad, pero no porque sintiera que hacía algo malo, sino porque temía descubrir algo nuevo, desconocido: la misma incertidumbre que aterra al ser humano.
—Es ahora o nunca...
Respiró profundo y simplemente se dejó llevar, aunque antes de cometer el acto, cerró sus ojos.
“-0.0001”
El corazón de Lynn palpitaba con fuerza mientras una sensación estremecedora la rodeaba. Abrió los ojos con lentitud y, al inicio, no notó nada diferente. Eso la relajó en lo absoluto.
—Jesús mío, por un momento creí que estaría en graves... ¡Ah!
Una cantidad inimaginable de líneas negras emergió de la nada. Lynn se quitó los lentes por el susto, provocando que cayeran en el suelo.
—¿Qué fue eso? —miró los anteojos con escepticismo.
Lo primero que hizo fue relajarse un poco antes de acercarse a ellos. Analizó su entorno, por ahora todo estaba normal.
—¿Será posible...? —recogió los anteojos y se los volvió a colocar.
Las líneas se dibujaban en distintas partes del búnker.
—¿Qué significa todo esto? —movió su otra mano y visualizó el dígito en la pantalla de su control—. Debo calmarme, estoy tan cerca del cero que de seguro no se muestra la oscuridad por completo. Quizá y sí se trata de un agujero de gusano después de todo, pero no lo sabré sino giro más —frunció el ceño—. Vamos, Lynn, no eres ninguna cobarde... Ya has hecho esto antes y no pasó nada —su mano se colocó en la perilla de nuevo, respiró hondo y cerró sus ojos—. Aquí voy.
Y en un acto de valentía, el número negativo descendió hasta el tope que tenía el mecanismo.
“-1”
La incertidumbre del momento provocó que Lynn no quisiera experimentar el cambio frente a sus ojos, razón por la que decidió cerrarlos, mas al abrirlos, se encontró con una agradable sorpresa.
—Esto... no es un agujero de gusano...
El entorno era negro y la oscuridad predominaba en los alrededores; sin embargo, los objetos eran descritos por una delgada línea grisácea que los rodeaba.
Lynn se miró a sí misma con asombro, viendo que su piel era oscura como la noche y su cuerpo tenía la misma línea gris cubriéndola.
—¿De... De verdad es una dimensión nueva? —admiraba todo con asombro.
Sin embargo, el ambiente comenzó a distorsionarse y un mensaje con un recuadro rojo se mostró ante ella.
“Advertencia, el mecanismo podría dañarse seriamente. Falla en los datos del sistema”
Lynn se alarmó inmediatamente. Tomó el control y aumentó el número a cero de nueva cuenta.
“Nota del sistema: verifique que todos los datos sean introducidos correctamente”
—No entiendo qué hice mal, todo estaba bien; de repente todo inició a descontrolarse... Fue una experiencia abrumadora... —miró la salida del búnker—, esto tiene que saberlo Lori...
Lynn había descubierto una dimensión nueva, la cual contenía una verdad absoluta. Una sensación de temor y curiosidad la invadían sobremanera; ella pensaba que la única que sabría cómo solucionar esta nueva incógnita en el espacio interdimensional era Lori, pero ella no tomó en cuenta que el destino la guiaría a qué descubriera de lleno este nuevo misterio por sí misma.
Aunque el “destino” no estaba para nada contento. Lynn había descubierto algo que no debía...
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Hola a todos, mis queridos lectores y seguidores. Lamento muchísimo la tardanza, pero la Universidad me ha mantenido bastante ocupado. Sin embargo, he vuelto.
"I always come back..."
Okno jajaja.
Espero que esta nueva parte les haya agradado, opiniones y sugerencias son recibidas con entusiasmo. Agregando solamente que aprovecharé esta semana santa para darle con todo a estos libros, los leo la próxima.
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