Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

25. Fuera de límite


Disfruten el capítulo.

______________________

En el enorme despacho de la mansión, los presentes se encontraban a la espera de que diera inicio la reunión.

Ese día no era como cualquier otro, Silvana lo sabía. Sería el comienzo de una nueva era al frente de industrias Kofmant, siendo ella la futura dueña a cargo. Así lo había leído con antelación y nadie podría quitarle su puesto.

El abogado llegó con la maleta que custodiaba el más preciado documento para la familia. Sin dar pausa al diálogo comenzó a exponer el contenido deteniéndose a expresar la parte de mayor interés:

—A -*- de Diciembre del presente año... —mencionó el abogado—. Que antes que ahora no he otorgado ninguna otra disposición testamentaria de mis bienes, pero si apareciese alguna, la revoco y dejo sin ningún valor o efecto, pues deseo que la institución de herederos que hago en este acto se cumpla con mi única voluntad.

Expuesto lo anterior en caso de muerte prematura emito las siguientes cláusulas:

Yo, Mario Kofmant en pleno uso de mis facultades intelectuales y derechos, libre de toda coacción y violencia, deseo designar como albaceas con tenencia y administración de mis bienes a mis dos hijos;

Primera Cláusula:

Mi hija, Silvana Kofmant S., le heredo los bienes que se describen en el punto 1 de las Declaraciones, así como del 50% de todas las propiedades que se encuentran a mi nombre.

Segunda Cláusula:

Mi Hijo, Mario Kofmant S., le heredo los bienes
descritos en el punto 2 de las Declaraciones. Así como del 50% de todas aquellas propiedades que se encuentran a mi nombre.

Declaraciones:

1.– El 60% de las acciones bajo el cargo de presidente tomando control total de la sede central de Industrias Kofmant y de las demás sucursales del país.

2.– El 20% de las acciones, socio importante en las decisiones de Industrias Kofmant. Ratificado con el 30% de las ganancias anuales de la compañía para uso de su propia conveniencia.

3. El 20% de las acciones, bajo el cargo de vicepresidente a Mónica Vera Kofmant de la sede central de Industrias Kofmant y de las demás sucursales del país.

Sin embargo bajo protesta de solicitar, expongo las siguiente OBJECIÓN:

Primero:

Sólo se procederá a realizar la Primera Cláusula una vez mi hija Silvana Kofmant S. antes de cumplir un año a partir de la lectura de este testamento consuma su noviazgo en matrimonio. Si al término de que se cumpla el plazo no logra casarse, la “Declaración l" quedará sin valor alguno y se procederá a la Tercera Cláusula.

Tercera Cláusula:

Mi sobrina, Mónica Vera Kofmant siendo apta y capacitada para el cargo, será ascendida a presidente de la sede central de Industrias Kofmant y tendrá control absoluto de las demás compañías a partir del presente mes y una vez concluido el plazo estará de forma permanente a menos de denegarlo.

Mi hija, Silvana Kofmant S. permanecerá como vicepresidente de Industrias Kofmant absuelta del cargo superior a menos que así lo decida Mónica Vera Kofmant…

Ni siquiera terminó de leer las últimas partes descritas cuando Silvana se levantó de golpe.

—¡¿Qué carajos significa eso?! —espetó furiosa por toda la sarta de incoherencias que escucho del que suponía no era el testamento.

Aquello la tomó por sorpresa. No era lo que ella leyó en el documento que le entregaron. O es que acaso ¿La engañaron?

—Silvana, tranquilízate —dijo Mario a su lado.

—El documento ¿Cuando fue redactado? —preguntó directa al abogado mientras ponía sobre la mesa una copia del testamento.

—Su padre hizo constantes cambios en el documento, señorita Kofmant. El último realizado, fue antes de salir del país. Luego de eso, vino el accidente.

—¡Qué estupidez! —terminó por maldecir. Giró en dirección a su hermano—. Te das cuenta de que nos dejó en un gran lío, la empresa es nuestra y ella —refiriéndose a su prima—, no tiene nada que hacer aquí.

Él miraba a su hermana con una expresión neutral. A diferencia de ella, no le interesaba la empresa y aunque agradeció por lo que le dejó su padre, sintió que debía de apoyarla.

—Uhm. ¿Hay algo que se pueda hacer, señor abogado? Desconocemos porque incluyo a otro familiar al testamento pero creo que mi hermana es quien debe estar en el puesto de presidenta —preguntó esperanzado de escuchar algo que hiciera calmar la descarga de enojo que contenía su hermana.

—Lo lamento, pero no. Este documento es inapelable y todo fue con base a las leyes de nuestro país.

—Comprendo.

Sin tener nada más que hacer ahí. Decidió retirarse. Mario lo acompañó a la entrada, solo porque no quería estar ahí al lado de la furia explosiva de su hermana.

Silvana permaneció sola, se sentó de mala gana y volvió a leer la copia que el abogado les había dejado. Pero por más que rebuscaba en todo lo que estaba escrito, no lo hallaba, no había error alguno. Estaba perdiendo su oportunidad. Agachó la vista cabizbaja reclinándose sobre el escritorio de cristal.

—No —susurró en un esfuerzo por recobrar su sentido de lucha. Por revivir la esperanza—. Esto no se quedará así…

Volvió a leer las líneas donde su padre había expuesto lo de la boda y fue entonces cuando a su mente viajó la idea más alocada que ella no había tenido antes.

Y qué tal vez cambiaría su vida para bien o mal.

—Si quieres una boda, padre. Una boda tendrás —sentenció sacando del bolsillo su celular para llamar a su asistente.


***

Renata y sus amigas regresaban de la plaza por la tarde. Se habían quedado de ver después de la divertida fiesta a la que asistieron la noche anterior.

—¿Sé besaron? —dijo Paola sorprendida. Subieron al auto para ir al departamento de la rubia.

—Uhm. Si.

—Y… ¿se lo piensas decir a Silvana? —Otro punto que debía tocar para aminorar su culpa.

—En realidad, les tengo que contar algo.

Renata fue precisa hablando de lo que ocurrió en la cena con la pelinegra. De cómo algo que comenzó siendo un reclamo, se convirtió en un ácido rompimiento.

—¿Y con Romina? Nos dijiste que hablaron luego de venir a tu departamento.

—Si, pero… ya no hubo nada que discutir —recordó las palabras de Romina que la hicieron caer en otra realidad.

“...—No te cases, por favor —vociferó anhelante. Impulsada por el alcohol que recorría en su sistema.

Romina no respondió. Se quedó sujeta abrazándola con mayor intensidad que al inicio. Que Renata le pidiera en súplica dejar su matrimonio, provocó un hueco enorme en su corazón. Pero no podía dar marcha atrás. Estaba decidido.

—¿Por qué lloras, Romina? —cuestionó al ver su rostro triste.

—Lo lamento. No puedo —se separó—. Adiós, Renata —fue lo último que dijo, antes de salir a prisa de ahí.

No hubo tiempo de nada. La castaña se fue y con ello, la última esperanza por recuperarla también se había ido…”

—Honestamente, creo que fue lo mejor —agregó la rubia—. Pensé que si lo intentaba una última vez, las cosas entre nosotras podrían tomar un rumbo distinto. Pero creo que solo me estaba engañando. La quiero, pero ya no siento lo mismo que al inicio de todo. Mi corazón…

—Terminaré la frase por tí: Le pertenece a tu hermosa pelinegra.

—Si —se avergonzó—, pero creo que también debo aceptar que lo mío con ella también es historia. Quizá nos apresuramos con esta relación. Y ahora me doy cuenta que Silvana no estaba tan enamorada como me hizo suponer —lo dijo sin ánimos.

Tristemente tenía que aceptar que su vida amorosa no era más que un cuento de nunca acabar. Le dolía porque por más que ponía empeño para que algo se diera bien, todo se convertía en lo contrario.

—Tal vez no todo está perdido, amiga. Mira —Ana se detuvo al frente del auto negro donde Silvana esperaba distraída en el celular.

La rubia descendió del auto. Se despidió de ambas dejándola para que pudiera —si es que a eso había ido— hablar con ella.

Silvana la observó de inmediato, guardó el teléfono sacando de la cajuela un enorme y fino ramos de flores, las que más adoraba Renata y se las dió de la mejor manera que pudo expresar—. Son para tí.

—Uhm… gracias. Pero no era necesario.

—Claro que sí —la tomó de la cintura aproximándose al filo de sus labios. Solo que la rubia la detuvo de hacerlo—. ¿Qué sucede?

—Nada. Solo que no estoy bien con esto.

—Cariño —expresó engreída—, ¿No me digas que sigues molesta con el asunto de aquella vez?

—Realmente… si lo recuerdas, rompimos. Esperaba que tuvieras más interés en nosotras al venir pronto y solucionarlo, pero ha pasado ya una semana y ahora vienes como si nada a mi casa y ¿pretendes fingir que todo está bien? Entonces si, estoy molesta —le entregó sus flores dispuesta a irse. Silvana fue más hábil y la retuvo abrazándola para que desistiera de hacerlo. No importandole que el ramo cayera al suelo.

—Espera —la aprisionó entre su pecho—. Me expresé mal y lo siento —suavizó su habla. Era complicado pero si quería recuperarla para llevar a cabo su cometido entonces no tenía opción. Debía ceder un poco—. Lo último que quiero es hacerte sentir mal. No debería decírtelo pero aún estoy afectada por la muerte de mi padre. Aquella vez, no medí mis palabras y te ofendí. No me sentía lista porque para mí, cargar con un dolor y no saberlo llevar a flote se me complica como no lo imaginas —sé sincero con lo último.

—Sil —se alejó levemente de su cuerpo—. Te quiero y mucho. Ten presente eso. Pero lo que pasó aquel día me hizo dar cuenta que quizá nos apresuramos a iniciar nuestra relación. Tal vez lo mejor para ambas sea esto. Tú tienes cosas más importantes en que pensar: tu hermano y la empresa. Ambos requieren de tí, más que nada.

—¿Y no te has detenido a pensar en lo que yo requiero para mí? —acarició su mano. En parte, su actuación estaba impulsada por sus deseos ocultos de seguir con ella. Pero ahora que la presidencia estaba en juego, bien podía engañar con eso a sus sentimientos—. Es cierto todo lo que dijiste. Tengo responsabilidades pero también tengo sueños y el que me tiene vuelta un lío está frente a mí. Sé que no he sido una excelente novia pero si me permitieras otra oportunidad. Intentaría que lo nuestro logrará funcionar.

—Sil…

—Renata, por favor. No quiero perderte a ti también.

Aspiró profundo. Su mente al igual que su corazón, seguían agitados por todo lo que dijo Silvana. Quería decirle que siguieran juntas sin importar nada. Pero su lado razonable le hizo entender que si lo hacía probablemente acabarían más heridas. Entonces, prefirió tomar otro camino.

—Gracias por venir aquí, Silvana. Significa mucho para mí que lo hicieras y me dijeras lo que sientes —tomó un momento y continuó—. Podemos comenzar pero está vez, desde cero. Siendo un par de conocidas que quizá en su camino se puedan enamorar. ¿Lo aceptas?

¿Lo aceptaba?

[...]

—¡No, no, no lo acepto! ¡Con un carajo! —hablaba enfurecida la pelinegra mientras conducía a más de ciento cincuenta kilómetros por hora.

No era la primera vez que las cosas no salían como lo deseaba, pero ya se estaba volviendo rutinario al estar con ella. Y por desgracia, no podía someterla como al inicio, comprendió que ella no era como las demás y recurrir a lo mismo terminaría por separarla completamente de su lado y todo se arruinaría.

Luego de oír lo del testamento, salió en dirección al departamento de Renata para intentar arreglarse con ella. Compró el mejor ramo que el dinero puede pagar, pero se encontró con que “la niña” había decidido terminar la relación definitivamente.

—¡Maldita sea! —espetó golpeando el volante mientras pisaba el acelerador que para fortuna de los que transitaban en la carretera, era una excelente piloto.

No tenía otra opción. Está vez, debía conquistar a Renata y para antes de un año, casarse con ella. Sería su objetivo, si quería conseguir la presidencia.

Debía convertirse en la novia perfecta para Renata.

_________________________

Comenten, den LIKE y Compartan

Nos leemos luego.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro