- ¿Nos vamos Asuna? - me preguntó Lizbeth con unas carpetas en sus manos - Klein te puede acercar

-Lo siento Liz me falta trabajo por terminar - le digo mostrando algunas carpetas sobre mi escritorio

- Ooo que mal - presiona el botón del ascensor - Procura no llegar tarde a tu casa Asuna - me dijo un poco preocupada entrando al interior del ascensor

- Claro - le digo sonriendo - saludame a Klein - observo como se cierran las puertas para luego dirigir mi vista hacia los documentos suspirando con pesadez.

Minutos más tarde al haber terminado con los trabajos pendientes me dirijo a la oficina de mi jefe que quedaba al final del pasillo toqué la puerta escuchando el eco de mis golpes por todo el piso e ingresé al interior a paso lento dejando los documentos sobre su escritorio encontrándome con su profunda mirada analizandome por lo cual tragué en seco.

- Eso es todo por hoy señor Kirigaya, hasta el lunes - dije tratando de sonar serena cuando por dentro me derretia

Le devolví la mirada y me di la vuelta para dirigirme lentamente hacia la puerta esperando a que él me detenga, pero al escuchar el rechinar de su sillón me detuve y no pude evitar sonreír. Entonces sentí el calor de su cuerpo sobre mi espalda robándome un suspiro al ver cómo los brazos de mi jefe Kazuto me rodeaban y sus dedos jugaban con el primer botón de mi camisa para susurrarme al oído

- Hasta el lunes es mucho tiempo ¿No cree? - besa mi espalda mientras desabrocha todos lo botones dejando al descubierto mi brasier y con sus manos comenzó a acariciar mis senos por encima de mi prenda sabiendo que eso me disgustaba.

- Se le hará tarde - dije jadeante - Mañana tiene un desayuno importante

- Llegaré a tiempo señorita Yuuki - me retiró la camisa para posteriormente desabrocharme el brasier tirandolo al suelo para voltearme y empujarme con delicadeza contra la puerta, toma mis manos para colocarla sobre mi cabeza e introduce uno de mis senos a su boca mientras que con su mano libre masajea el otro, suelto bajos gemidos cuando él mordisquea mi peson con algo de brusquedad, entre abro mi boca jadeando con mi vista un poco nublada observo como las luces de la gran ciudad se va apagando desde el ventanal que está al frente mio.

Quiero que me bese, lo necesito, aunque eso no sucedió debido a que levantó mi falda y comenzó a masajear mi intimidad con sus dedos por encima de mis bragas causando que me muerda el labio inferior con fuerza para evitar gemir, arqueo mi espalda cuando el comienza a tocar mi punto G con mayor velocidad, mis piernas comienzan a temblar y gimo su nombre cerrando mis ojos, entonces siento como sus labios se apoderan de los míos a lo cual respondo necesitada uniendo nuestras lenguas en una lucha en la cual ambos queremos demostrar quien domina profundizando aún más el beso.

Él suelta mis manos para poder tocarme más a lo cual aprovecho para deslizarlas por su pecho deteniendome al tocar su prenda, lo observo jadenate... ya es tarde para detenernos. Desabotono su camisa sintiendo con las yemas de mis dedos su piel la cual está un poco humeda, mis piernas tiemblan al saber lo que se aproxima, comienzo a imaginar lo hará conmigo y cedo, me dejo guiar por él.

Después de unos minutos recuesto mi torso sobre su escritorio quedando boca abajo, escucho como rompe el empaque del preservativo, mi respiración está agitada debido a las caricias que nos hemos dado, separa mis piernas y eleva un poco mis caderas para penetrarme de una sola estocada a lo cual gimo a gran voz, las embestidas son más rápidas cada vez y yo me sostengo del otro extremo del mueble con mis manos. Estuvimos en esa posición un buen tiempo hasta que llegué al clímax por primera vez, después él me sentó sobre el mueble y siguió con las embestidas mientras apretaba mis senos y me besaba con ferocidad, mientras yo me limitaba a observar cada expresión suya para saber si lo estaba disfrutando tanto como yo lo hacia.

Seguramente los sonidos que emitian nuestros cuerpos se escuchaban por todo el lugar que para nuestra suerte estaba vacio, debido a que ya era muy tarde. Él estába dominando, cómo me encanta cuando hace eso; nuestras respiraciones erráticas, los gemidos que escapaban de nuestros labios, el vaivén de nuestros cuerpos que con cada estocada se iba incrementando, el calor era intenso no habían señales de descender, me aferraba fuertemente a su espalda cuando me levantó... rodee su cadera con mis piernas para mayor comodidad y placer, el ruido de la ciudad había sesado ¿Cuánto tiempo habría transcurrido? Entonces observo que el reloj que está sobre la puerta marca las 2 de la mañana.

- Kazuto - habló entre gemidos - es tarde - lo miro a los ojos - no encontraré taxi

- Yo te llevaré - me responde con la voz un poco ronca para luego continuar con aquel acto del cual ambos disfrutábamos.

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Escucho como aquella peculiar melodía de mi alarma suena dando de esa manera a entender que llega el lunes otra vez, bostezo mientras me estiro en mi cama tengo 30 minutos para ir a la oficina. Soy la segunda persona en el piso debido a que mi jefe es la primera persona en llegar, acomodo mi escritorio ordenando los trabajos para el día de hoy y llevo el café que compré antes de llegar aquí, ingreso en su oficina encontrandolo trabajando.

- Buenos días señor Kirigaya - saludé dejando el café sobre su mesa - el día de hoy vendrá su hermano Eugeo y a las 10 de la mañana vendrá una promotora

- Gracias señorita Yuuki - responde levantando su vista - como seguramente notó el día de hoy hay más archivos en los cuales trabajar - afirme con la cabeza - así será toda esta semana debido a que el viernes y todo el fin de semana haremos un viaje de negocios si todo sale bien con la visita de la promotora.

- ¿El fin de semana? - pregunté sorprendida al recordar los planes que tenía con mis amigas.

- ¿Hay algún inconveniente? - me preguntó sacándose sus anteojos a lo cual negué - me alegro, bueno ya puede retirarse - dicho eso me retiré confundida

Estaba revisando los archivos, verificando que todo ande de manera correcta cuando oi que alguien me llamaba.

- Estoy buscando al señor Kazuto Kirigaya - me dice observando su móvil - tengo una cita a las 10 mi nombre es Sinon Asada

- Claro, sigame por favor - me levanto guiandola hasta llegar a la oficina de mi jefe la cuál estaba con la puerta abierta - señor Kirigaya está aquí la promotora

- Muchas gracias - se levanta y viene hacia nosotras - mucho gusto un placer recibirla - observó como ambos estrechan sus manos intercambiando miradas por lo cual opté por retirarme a seguir con mi trabajo.

Este es el primer capítulo de un fic, el cual iré actualizando muy lentamente y está dedicado a un gran amigo por ser el día de hoy su cumpleaños @Desvastador321